¿Qué decimos cuándo decimos derecha?

Tal vez porque conocerse a uno mismo es la más difícil de las tareas, el vocabulario analítico de las ciencias sociales para comprender a ese fenómeno que por ahora llamaré taquigráficamente «la derecha» es notoriamente escaso. Mucho más se ha escrito para comprender a los actores sociales usualmente identificados como izquierda (movimientos sociales, clases trabajadoras, campesinados, grupos subordinados) que a aquellos que forman a la derecha.

El término en sí apareció durante la Revolución Francesa, cuando los girondinos se ubicaban en los bancos de la derecha de la Asamblea y los jacobinos a la izquierds.

Justamente, la Revolución Francesa incitó a Edmund Burke a realizar la que aún es una de las reflexiones (y reivindicaciones) más sistemáticas sobre el pensamiento de derecha. Edmund Burke, claro está, no habla de derecha sino de ideología conservadora. El conservadurismo, según Burke, se define antes que nada por tres cosas: un decidido elitismo, la defensa de los modos de vida tradicionales y el rechazo a la obsesión moderna por la innovación, y su acérrima prudencia y limitación en cuestiones sociales y políticas (prudencia que algunos definen hoy como «realismo»).

Así, Burke entregó una primera definición de derecha, que sería identificada a partir de ese momento como aquella fuerza política comprometida con la conservación de las relaciones de poder (político, social, económico y cultural) que han sido heredadas en un momento determinado, y preocupadas también por el mantenimiento de un módico de orden, prolijidad y prudencia en las cuestiones políticas. (Esta acepción del término se asemeja la de «derecha liberal» citada en esta nota de Ricardo Forster Página 12.) Que todo cambie lo menos posible, que las jerarquías sociales se mantengan a rajatabla, y que nada se dé de manera abrupta o radical, sino ante todo manteniendo las formas.

Por supuesto, esta acepción sin embargo no agota los sentidos del término derecha. En las últimas décadas del siglo XX hemos visto que es posible que la derecha sea radical antes que conservadora. Así, por ejemplo, la derecha neo-conservadora estadounidense proclamó la necesidad, ya no de mantener, sino de crear ex-nihilo la realidad. (En un famoso reportaje de Seymour Hersh en el New Yorker, Hersh cita a un neo-con que explica que «nosotros ya no necesitamos guiarnos por la realidad, sino que creamos la realidad. Eso es lo que hace un imperio.») También, o especialmente, América Latina vivió durante los años noventa una ola de regímenes, no casualmente llamados neo-liberales, en los cuáles el estado fue puesto al servicio de reformas profundas y radicales de las relaciones políticas, sociales y económicas. Esta derecha ya no se identifica con la conservación de nada (ni siquiera es una derecha especialmente preocupada por cuestiones religiosas, morales o culturales) sino que es, antes que nada, una derecha exclusivamente preocupada por la creación de de condiciones óptimas para la máxima acumulación capitalista.

La derecha neoliberal y la derecha conservadora conviven y son a menudo aliadas, pero también viven a menudo en tensión. Es posible realizar una crítica conservadora al neoliberalismo, acusándolo de rapaz, antirepublicano, destructor de las solidaridades y jearquías sociales. Y viceversa, para la derecha neoliberal, las formas republicanas son necesarias sólo cuando son funcionales a la acumulación; si no lo son, son prontamente acusadas de ser atavismos regulatorios que sofocan la innovación capitalista.)

En el caso argentino, la situación es y ha sido históricamente complicada. Pensaba yo en todo eso leyendo el post de ayer de Tavos en dónde se describe de qué manera los actores empresarios se han dinamizado, cambiado y adaptado en los últimos años, pero en dónde, como dice un comentarista, estos actores parecen modernizase en lo económico, pero no así en lo político.

Esto por supuesto, no es nuevo, de hecho, bien podría resumirse así la historia de los últimos 130 años del país: un país con elites diversificadas, innovadoras y modernas en lo económico que son y han sido profundamente conservadoras y antidemocráticas en lo político. Elites acostumbradas a gobernar bajo el sino de un régimen oligárquico regido por acuerdos de caballeros que ya frente a de las primeras demandas democráticas (pongamos, en 1890, o con la ley Saénz Peña, o en 1945) no pudieron o no quisieron darse la tarea de construir una alternativa política propia, asumidamente «de derecha» (al estilo del partido conservador inglés, o el PP español, o las variantes francesa o alemana), capaz de persuadir y obtener apoyos sociales, ganar elecciones, y gobernar.

Así, se llegó a la paradoja de que la mejor gestión que hizo la derecha vernácula pudo darse cuando una fracción de las elites neoliberales pudieron simbiotizarse con su anterior enemigo, el peronismo. Esta fue casi la fórmula perfecta: el peronismo menemista ofrecía capacidad electoral, disciplinamiento no violento de los sectores populares y gobernabilidad, y los ponía al servicio (en retorno de pingües beneficios) de la innovación y la acumulación financiera.

Hoy, las cosas no están tan claras. Dejando de lado al gobierno (al cual algunos consideran «centroizquierda» y al cual Hal llama «la variante más inteligente del conservadurismo), la derecha en Argentina podría tomar dos variantes polares, o constituirse como una forma híbrida entre ellas. Una derecha conservadora republicana, más moderada, preocupada por la mantención de las formas, o una derecha neoliberal.

La pregunta clave aquí (además de la trayectoria futura del gobierno) será la relación que la derecha intente establecer con el PJ. Si una alternativa republicana se constituye sin el PJ, sería una innovación importante que podría, tal vez, clarificar el sistema político. Si, en cambio, se solidifica una nueva alternativa neoliberal que nuclee a parte, o todo, el PJ (como bien puede intentar hacerlo Macri), estaríamos viendo la actualización de la fórmula de los noventa.

Acerca de Maria

Politóloga. Me interesa la teoría de la democracia y el estudio del populismo.

Ver todas las entradas de Maria →

22 comentarios en «¿Qué decimos cuándo decimos derecha?»

  1. En cuanto a la creación de la realidad, me parece que es algo que trasciende a la división de derecha e izquierda. Es más, considero que en mayor o menor medida todo aquél que concentre poder intenta imponer su «realidad» frente a las cosas como son.

    Considero también que la división entre derecha e izquierda es anacrónica, y crea conflictos y discusiones donde no los hay ni los debe haber.

    Me quedo con tu última pregunta. En realidad, en tanto el PJ no sea de «dercha,» el PJ no será peronista, porque Perón mismo era de derecha. Entonces, cabe preguntarse también cuál sería la relación del PJ con el peronismo.

  2. La otra sería que el peronismo decida «conservadurizarse» una vez más con los dirigentes que tiene adentro y sin negociar con Mauricio. No es imposible.
    Saludos

  3. Y donde queda el liberalismo en esta clasificación de María Esperanza, que está dispuesta a ir tan atrás como Burke para conceptualizar a lo que se llama la derecha en Argentina? O es que considera que lo «auténticamente» liberal (en oposición a la «derecha liberal» ha quedado subsumido en la izquierda?. Porque Burke reflexionaba sobre los revolucionarios franceses, pero sus oponentes eran los liberales ingleses. Si el «progresismo» estuviera dispuesto a reconocerse deudor del liberalismo , las cosas me quedarían más claras. No será que tenemos los argentinos un exceso de antiliberalismo (desde la derecha y la izquierda?)

  4. Natalio Ruiz: si de verdad crees que la distinción
    Charendon: el liberalismo es una ideología compleja y si, el progresismo indudablemente tiene componentes liberales. Pero se puede ser liberal de izquierda (caso John Stuart Mill) o de derecha (Von Hayek).

  5. La pregunta sobre el PJ es fundamental. La práctica política en el corto y mediano plazo hace necesario un diagnóstico certero sobre este tema. En el peronismo conviven fuerzas de izquierda y de derecha, y fuera de él también existen fuerzas de izquierda y de derecha. No son las mismas izquierdas ni derechas.
    La genealogía del termino de Maria Esperanza me parece interesante. Sin embargo, si uno no parte de la historia del término, sino de su uso cotidiano en la práctica política tal y como se da hoy en día, la definición bien puede ser otra sobre el mapa de izquierdas y derechas. Hay un articulo sobre el tema en un blog Libertad no duerme que vale la pena. «Esta nueva semántica y palabrería confusa sólo puede tener lugar cuando las identidades políticas están definidas por nimiedades, cuestiones de retórica y puestas en escena; cuando en torno a los grandes temas, que deberían discutirse y configurar las identidades políticas, impera el más ignominioso silencio.»http://libertadnoduerme.blogspot.com/2007/08/el-tole-tole-en-la-poltica-dimes-y.html

  6. Parece que tu comentario se cortó, igual intuyo lo que quisiste decir.

    Lo que traté de decir (quizás me expresé mal) es que me parece que la definición es bastante cerrada, sumado a que coincido en que faltan discutir a los liberales. Como se dijo arriba, se puede ser liberal de derecha o liberal de izquierda, y en la Argentina en particular hay gente de derecha que es liberal, y hay gente que no lo es.

    La distinción de derecha e izquierda parte, como bien señalaste, de la Revolución Francesa, y se debe al lugar donde estaban sentados cada uno. Ahora, de ninguna manera quiero decir que es anacrónica la distinción por el hecho de que haya surgido en el siglo XVIII. Me parece que es buena la pregunta inicial: ¿a qué llamamos derecha? Esa palabra es relativa.

    Pongamos un ejemplo: cuando alguien habla de «caliente» no está hablando en términos absolutos. El agua de una olla puede ser caliente, pero quizás el de una pava sa aún más caliente, por lo que el agua de la olla sería «más fría que» el de la pava. Entonces, uno puede pensar que es de izquierda, pero si el resto está aún más a la izquierda, entonces se convierte en una persona de derecha. Incluso muchas de las demandas de la izquierda radical de 1791 parecerían conservadoras hoy en día.

    También me parece que hoy en día la derecha argentina carga un estigma. Está «mal» ser de derecha, te pueden tildar de fascista por sólo pensar distinto y ser de izquierda está de moda.

    Una clasificación mejor me parece la que hace el political compass: http://politicalcompass.org/analysis2 Aclaro que el test me dio centro izquierda liberal-

  7. La variante más inteligente del conservadurismo: Linda frase…

    Pues, sí hay que ser conservador: conservar los últimos derechos laborales que quedan, la educación pública, alguna empresa estatal, algunos rasgos de soberanía e independencia… conservar los recursos naturales, las retenciones, el Estado, su rol articulador y regulador … Quiero conservar las ideas y las organizaciones políticas antes que sean reemplazadas por la mercadotecnia.

    Después de un tsunami neoliberal y con un segundo siempre latente, uno se vuelve conservador.

  8. María Esperanza, si entendí bien, entonces los posibles rumbos de la derecha en nuestro país según tu criterio (y simplificación mía mediante) se traducirían de la siguiente manera?

    Derecha republicana / Sin PJ / Conservadora / Preocupada por las formas = opción Carrió

    Derecha Neoliberal / Vínculos con PJ / Neomenemismo / Poca preocupación por las formas (negocios con el Estado, mano dura) = Macri

  9. Curiosamente, como decía charendon, no pusiste en ningún lado al liberalismo, ni a las corrientes demo o socialcristianas (de las cuales el peronismo es deudor), ni el radicalismo europeo, que sería un liberalismo popular (inspirador de la UCR). Diría que la derecha incluye un arco que, yendo del extremo al «centro», podría ser así: fascismo, nacionalismo tradicionalista, conservadurismo, neoliberalismo, liberalismo, democristianismo, radicalismo.

    Creo que el liberalismo –incluso el más progresista de JS Mill– es más bien de derecha en tanto sostiene el capitalismo y la democracia representativa. Esto no quita que pueda ser avanzado en derechos civiles y en la cuestión social (sostenimiento del E. de Bienestar).

    Creo que la derecha argentina ha sido moderna en lo económico y en lo político (generación 80, keynesianismo incipiente en los 30) hasta que le tocó integrar a las masas en ambos ámbitos. Esto explicaría tal vez el surgimiento del radicalismo y del peronismo, como integraciones de las clases medias y populares.

    Pero ambos movimientos no supieron o no pudieron o no quisieron construir una relación Estado-mercado a la europea, para entendernos. Allá fue la lucha del movimiento obrero la que «democratizó» e «igualó» las relaciones sociales. Acá, el nacional-populismo, por su temor al conflicto de clase, puso al Estado como bombero/colchón corporativo que prefería conceder a los sectores para apaciguarlos, en lugar de –como buen árbitro– obligarlos a ceder. Por eso no disciplinó al mercado e incorporó al sindicalismo al modo vertical orgánico.

    Tal vez la centralidad de los movimientos nacional-populares hizo que la derecha prefiriera refugiarse en ellos y no crear un partido fuerte aparte. Mal no le fue así.

    ¿El peronismo?: demasiado integrador para ser de derecha, demasiado corporativo para ser progresista…, no?

  10. María Esperanza, creo que en la actualidad no existe un solo tipo de «derecha» como así tampoco un solo tipo «de izquierda».
    Es más, si les seguimos dando vuelta a la tuerca regímenes considerados de derecha como por ejemplo, el nazismo, han tomado medidas que beneficiaron a la clase trabajadora (que se supone ser representada por la izquierda); como vacaciones, salarios dignos, defensa de la familia, fijate de la Prora y el beneficio que tenía la clase obrera en la Alemania Nazi. Por primera vez los obreros gozaron de vacaciones dignas.
    Además, muchas de estas premisas fueron tomadas por el Estado de Bienestar y por la socialdemocracia (que se supone que es centroizquierda).
    Por eso digo, es dificil ponderar lo que pudo haber sido y es izquierda y derecha, creo que los parámetros son amplios.

  11. Hace com una semana estaba caminando por Cabildo y vi en un kiosko de revistas la tapa de una revista que decía algo como «Historia de la derecha argentina» con dibujos de Roca, Martinez de Hoz y otros.

    Inmediatemente pensé : ¿Y dónde está el dibujo de Perón?

  12. Una definición posible sería que la derecha controla a la gente para favorecer al capital, mientras que la izquierda controla al capital para favorecer a la gente.

  13. -Soy socialista porque mi infancia era de calle de pura tierra y de futbol con pelota de trapo. Luego fui universitario donde ser socialista se es casi por definición. Lo soy creo porque abogo por una infancia con mucha educación y cultura para todos los chicos independiente de se situación económica. Creo que debemos hacer sociedades colectivas para aprender a manejarnos. Pienso con mucha bronca contra esas empresas (como hace un rato me tocó) que te pasean por toda la guía telefónica y todos los menús, y te ponen la musiquita hasta cansarte cuando se trata de un reclamo.

    -Pero soy liberal también porque amo mi libertad y una sociedad que nos deje pensar libremente, que favorezca la expresión de todos. Una sociedad donde cada uno pueda producir lo que se le cante sin hacer daño a nadie. Una sociedad donde el Estado sea siempre una ayuda y no una fuente de problemas e impedimento, que nos obliga a muchos tramites innecesarios.

    -Y para colmo de males soy también conservador si por ello se entiende conservar las políticas por mucho tiempo. Pienso que no hay peor política que la que cambia frecuentemente, con cada gobierno o incluso con el ministro de turno. Pienso que es indispensable para Argentina cambiar de “políticas de gobierno” por las más estables “políticas de Estado”.

    -También soy progresista y democrático si por ello se entiendo que quisiera transformar a la gente en ciudadanos, capaces de pensar sin prejuicios. Quisiera introducir en nuestra sociedad elementos de democracia directa. No quiero que unos pocos dominen ni la política ni los medios de difusión de las ideas.

    .

    Por esta ironía completamente cierta, quisiera que al hablar de izquierdas y derecha se aclare bien que es lo que quieren decir. Horacio

  14. Horacio: Me parece muy interesante la enunciación de principios y valores que hace Ud. porque creo que ayudan a clarificar mejor la paradoja argentina.
    No creo equivocarme si digo que la mayoría de los que participamos aquí compartimos esos valores. El problema surge en la práctica política en las condiciones concretas de la formación económica de nuestro país.
    Históricamente, el liberalismo económico que establece la Organización Nacional debe imponerse a costa de fuertes restricciones al liberalismo político. El éxito del modelo agroexportador centrado en la Pampa Húmeda implica la exclusión política de amplias masas del Interior, arruinadas por la libre importación de productos industriales, y de los inmigrantes convocados por ese modelo como arrendatarios, ferroviarios, portuarios o empleados de comercio.
    En ese sistema, la idea socialista se concentró -en la práctica- en mantener las condiciones de consumo de los trabajadores y mejorar las pautas de distribución del ingreso. Por eso el Partido Socialista fue siempre partidario de mantener la importación de bienes industriales libre de aranceles protectores de la industria nacional, lo que hubiera encarecido los precios. Lo contrario del programa socialista normal en un país europeo. La realidad impone, a veces, opciones desagradables.
    Cuando la crisis del ’30 y la Segunda Guerra obligaron al desarrollo de una industria sustitutiva y la integración política del nuevo proletariado industrial, los socialistas argentinos (y, en general, los intelectuales progresistas) optaron por el liberalismo contra el populismo proteccionista, pese a la ampliación democrática que éste implicaba.
    Socialistas y liberales se convirtieron así en partidarios de la represión de los derechos democráticos de la mayoría mientras ésta se mantenía fiel a un movimiento político que despreciaba la tradición cultural de aquellos.
    Tal vez tengamos hoy la oportunidad de ir revirtiendo de a poco esa paradoja trágica. Para lograrlo sería muy positivo que aquellos que sé reconocen en la tradición progresista no confundan nuevamente los principios abstractos con los sujetos históricos que pueden acercarnos un poco a su realización, aún sin saberlo.

  15. MEC: quisiera formular algunos interrogantes sobre la base social que configurarían a la derecha y a la izquierda en la Argentina. Digo esto porque en algunos comentarios se ubica en la derecha a casi todo el espectro político con lo cual no habría izquierda. Un primera pregunta sería: la base social que votó en 1983 a Alfonsín era de derecha o de izquierda?; la que votó a Menem en 1989 y 1995 era de derecha o de izquierda?; en una y otra oportunidad era la misma? la que votó a Angeloz cuál era?; la que votó a Bordón-Alvarez de qué lado estaba?; cómo se expresaron en la fragmentación electoral de 2003?; y en el 2007 el voto de CK fue de izquierda y el voto a Carrió fue de derecha?. Me pregunto esto porque en casi todos los casos, con excepción de 2003, las fórmulas ganadoras y la que le siguió cosecharon casi entre el 80 y el 90% del electorado. En el 2007 entre Carrió y Lavagna sumaron casi un 40% cinco menos que CK. Una respuesta aproximada, desde mi punto de vista, es que las bases sociales no responden a a las categorías derecha-izquierda como a veces se piensa. Que los cuadros políticos y militantes encuentren un lugar en esas categorías no implica que la enorme mayoría lo haga. Las políticas de los años 90 que no fueron modificadas sustancialmente ni por la Alianza ni por el kirchnerismo (las empresas públicas mal vendidas con el apoyo de sectores que hoy parecen reivindicarse de izquierda siguen en manos privadas y en algunos casos con concesiones extendidas por este gobierno)contaron un apoyo impresionante en la base social. Es el electorado del conurbano bonaerense de izquierda? Pensaba en esos términos cuando votaba a Quindimil, Rico, Patti, García, Posse, Ishii, Curto, Othacehé, por citar solo algunos? Alquien ha dicho en algún comentario que habría que ser más preciso en definir tanto una categoría como la otra en la Argentina porque no reflejan lo que «serían» la derecha y la izquierda en Europa principalmente. Esas bases sociales, cuestionan lo esencial del capitalismo? Tuve oportunidad de conocer ex-trabajadores de la Ford que hoy tienen una empresa vinculada a la actividad automotríz con algo más de 10 empleados, bueno tenían cerca de 15, pero despidieron a cuatro o cinco, esos no estaban registrados. Quizá cuando eran trabajadores pensaban de un modo, pero hoy son capitalistas y una parte de sus beneficios lo obtenían de lo que no pagaban a la seguridad social. Si la clase media es de derecha, la clase media baja y baja son de izquierda?. Se supone que un valor de la izquierda es la no discriminación social o racial. Pero tengo que decir que aquí en este barrio de Villa Lugano donde vive un sector muy amplio de clase media baja y baja los niveles de racismo en esos sectores son sorprendentes con relación a la comunidad boliviana o a los habitantes de barrios carenciados. No quiero abundar más. Que muchos de nosotros creamos pertenecer a la izquierda, una izquierda con acceso a la banda ancha de internet, lectores de diarios y de libros, poseedores de autos seguramente, de TV por cable, de algunos titulos universitarios y de posgrado, etc., etc., no se si implica que exista una «masa» de izquierda.

  16. Roberto: humildemente creo que es interesante e importante la historia del desarrollo de nuestro país. Sin embargo mis intereses personales están en construirlo, para lo cual la historia es importante hasta cierto punto. En muchos casos nos divide. Por eso prefiero un encuentro entre todos los argentinos de hoy para planificar nuestro futuro. Olvidemos un poco las peleas de nuestros padres y abuelos, porque hoy todos caminamos las mismas calles y rutas, casi todos vamos a escuelas similares, casi todos miramos las mismas películas, escuchamos las mismas radios, vemos la misma TV y comemos más o menos lo mismo.
    .
    Y curiosamente hasta tenemos en muchos casos problemas similares: Un país no creíble ni por nosotros mismos, un fuerte deterioro de la educación, instituciones como la división de poderes y la representación en franco deterioro, un sistema legal muy endeble, un sistema de partidos mal estructurado (tal que muchos denominan “clase política”) con leyes que no se cumplen, y con una legislación y procedimientos obsoletos. Muchos nacimientos no queridos y abandonados, muchos excluidos.
    .
    Entonces mi postura es: hay un cierto impulso a solucionar los problemas, y el primero muy importante que se atacó es el económico con cierto éxito. Entonces discutamos los problemas para buscar las mejores soluciones y tratemos los ciudadanos de ser escuchados, todos, combatamos lo malo y a los jodidos, ya sean empresas, procedimientos, gremios, leyes y muchas otras cosas. No hay definiciones para los jodidos, ni llevan el cartelito puesto, no hay derecha ni izquierda jodida sino personas, cosas, procedimientos, etc. Horacio

Responder a Maria Esperanza Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *