A un año de las PASO: FAUNEN, PRO, FR y FpV

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Publicado originalmente aquí.

Después del desplante de Carrió a Solanas, mientras este cerraba cualquier posibilidad de acuerdo con el macrismo, las chicanas no se hicieron esperar: son una bolsa de gatos, son la Alianza, son unos cuantos viejos chotos jugando al dominó en la plaza y se tiran con las fichas. Algo parecido sucedía cuando Lilita mandaba fotos indecorosas a Twitter o sucede ahora cuando Massa se despacha con alguna de sus brillantes frases huecas: el tuiterismo mágico kirchnerista explota de felicidad, sin comprender que constribuye con viralidad a la instalación de sus figuras (vamoh´ con la nuestra: “Los verdaderos buitres son D´Onofrio y la política de desincorporaciones de River”). Acá consideramos que Carrió no se equivocó y que Solanas fue utilizado como profilác… como forro, bah. Clausurar la chance de un acuerdo con Macri condenaría a ambas estructuras, el FAUNEN y el PRO, casi a la testimonialidad o a intentar defensivamente conservar sus posiciones. Una estrategia adecuada cuando el Huracán Cristina 2011, pero no en el actual escenario. A un año de las PASO, además, secaría las fuentes de financiamiento en las que abrevan.

La reedición del ACyS de 2009 entre la UCR y el socialismo santafesino este año y la creación del Frente Renovador, el pasado, son prueba de que comprenden las actuales circunstancias, sus posibilidades y desafíos. Podemos citar de memoria y sin soplar la imposibilidad de reelección de CFK, la fragmentación del peronismo y consecuente emergencia de Massa –que intenta también abrevar en el campo republicano–, en atención a que luego de doce o catorce años (2001–) de peronismos la oferta no peronista puede permear en la sociedad y, también, claro, el escenario económico que conspira contra las chances de mayores dosis de “continuidades” que de “cambios”.

Hoy el campo electoral se presenta cuatripartito entre el FpV, el FR, FAUNEN y el PRO; y las ofertas son variopintas. Abundan candidatos en el FpV y en FAUNEN, pero sólo un par cuentan con chances mayores. El FR y el PRO, como partidos de personalismos cuentan con candidatos instalados y cualquier interna sería una mascarada. De mantenerse la fragmentación enunciada, aquí creemos que Macri y Massa no apelarían a colocar un candidato punchingball para enfrentar en las primarias, concentrando el voto en sus personas para intentar atraer ya en las generales algo del voto útil, volátil, opositor y fundamentalmente antikirchnerista.

En abril enunciábamos las razones que nos llevaban a sospechar la conveniencia de un frente electoral compuesto por los gajos más grandes de FAUNEN y el PRO. Reir frente a ese entete sería más difícil, y menos saludable, puesto que dotarían a una figura que puntea de una estructura nacional, y fortalecería las chances del radicalismo en provincias como Tucumán, Jujuy, Catamarca, Santa Cruz, Mendoza y hasta –posiblemente– Córdoba. Por supuesto que contarían con la CABA, ese reducto dorado soñado por el radicalismo del Pacto de Olivos y arrebatado por Macri. Santa Fe podría ser el terreno de disputa que ponga a prueba el FA de FAUNEN, y laboratorio principal de una alquimia complicada, pero no imposible.

Un escenario electoral tripartito en 2015 (y un frente republicano más abiertamente no peronista) supondría un desafío mayor para el FR de Massa que para cualquier candidato FpV. Como ejemplo, sirva Tucumán como caso testigo: Massa soñó primero con tentar el salto del intendente capitalino Domingo Amaya, de relación tirante con el alperovichismo. Clausurada esa vía de acción, se ilusiona ahora con el radical Cano, principal contendiente y quien supiera estrechar el margen que separaba largamente al peronismo del radicalismo provincial. En cambio, la UCR provincial supo conservar las alianzas que tejió como ACyS antes y Cano siempre mantuvo abierto el canal con Mauricio Macri.


Por el lado del Frente Renovador se privilegian las líneas de fuga que lo convirtieron en opción el año pasado: la instalación de la figura de Sergio Massa y su capacidad para liderar un frente no kirchnerista en la región centro. De allí que tentara a Reutemann, De la Sota y los puntanos Rodríguez Saá, que tienen a la zona centrocuyana como área de influencia. Fagocitar luego a los peronistas no oficialistas de las restantes provincias será la tarea, y los coqueteos con Weretilnek –en oposición a la candidatura de Pichetto– son el botón de muestra.

Las fuerzas dentro del peronismo oficialistas son las que restan retratar, y desde hace tiempo se tensionan mutuamente. Pese a ser oficialismo hace tantos años, el FpV conserva un caudal de votos importante, pero el momento económico pone a prueba su construcción. Así, la proliferación de candidatos funge como paraguas para las distintas fracciones, pero engendran a su vez el peligro de un desbande que luego de las PASO coloque al FpV afuera del círculo de probabilidades. Son las provincias periféricas las que cargan con mayor peso dentro de la estructura, a pesar de no ser quienes aporten más electoralmente. Sin candidatos en algunos de los principales distritos (casos CABA, Santa Fe y Córdoba), en el mayor distrito electoral se encuentra desafiado por el massismo y aún por el propio kirchnerismo duro, que no duda en golpear a Insaurralde, el candidato de Cristina en 2013, y quien podría ser la llave de una victoria en la PBA. La lógica para atacarlo es clara: sus coqueteos con Massa. “Si se quiere ir, que se vaya ya”, es el razonamiento. Igual puede saltar 15 minutos antes, y en ese caso fortalecido por los golpes.

A un año de las Primarias, el mapa que se presenta cuatripartito (con guerra de encuestas incluída) y puede ser tripartito. Las opciones opositoras son las beneficiarias del momento económico, pero no tanto, por lo que marcan las encuestas de opinión. Las opciones oficialistas, mientras, son las que pueden beneficiarse de mostrar gestión y de la promesa de gobernabilidad. En tanto se instalan los candidatos, y muy lentamente también el clima electoral, los grandes temas, como suele ocurrir, se encuentran escindidos de los lineamientos de campaña. Como dato para las futuras elecciones, y aunque el “municipalismo” haya pasado de moda, la agenda para 2015 parece será más localista que nunca antes.

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Acerca de Ricardo

De Ricardo se dice: Es un sufrido hincha de River que nació en Tucumán. Le gustan los Bitles y el Yorc Jarrison. Estudia medicina. Está casado. Políticamente es un idealista pragmático que se ubica a la izquierda del arco político pero no le da el cuero para ser revolucionario y se conforma con que la gente viva un poco mejor cada día. Para que lo denosten sus amigos se reivindica no como kirchnerista sino como Nestorista de la primera hora.

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