Becarios doctorales y po-lí-ti-ca

Hace ya dos semanas la revista Ñ publicó una nota de un tal Nicolás Hochman titulada «El síndrome del ñoquismo». La nota trata de un particular subconjunto de integrantes de la comunidad académica: los becarios de las áreas de Ciencias Sociales y Humanidades. La nota confunde a las Ciencias Sociales con las Humanidades en una misma pasta informe. La nota da por descontado que hay un solapamiento entre la figura del becario y la del intelectual. La nota dice que

«un becario de nuestra clase suele sentir que lo que hace no le sirve a nadie. Uno vive de los impuestos de gente que no conoce, leyendo y escribiendo cosas que no le van a cambiar la vida a ningún Roberto».

La nota hirió algunas sensibilidades y provocó alguna que otra respuesta.
La nota necesita algunas aclaraciones antes de ser considerada.

a) Las Ciencias Sociales y las Humanidades no son lo mismo. Son dos campos disciplinarios que se aproximan desde perspectivas diferentes a la realidad social.
b) Un becario doctoral puede ser o no ser un intelectual. Un becario doctoral es una persona que cursa un doctorado y además percibe un ingreso cuyo objetivo es que lo finalice en tiempo y forma. En ese sentido, es sintomático que se hable de «becarios» y no de «doctorandos con beca». Desde el punto de vista de la política científico técnica, lo importante es la obtención del más alto título de posgrado, no el carácter del ingreso que sostiene esa actividad.
c) La beca no es un salario. Es más parecida a la dieta de un legislador que al sueldo de un trabajador en el sentido que no es una retribución por una tarea realizada sino un apoyo para su realización. Parece lo mismo pero no lo es. Al trabajador le pagan porque trabaja, al becario le pagan para que complete su doctorado.
d) Las becas doctorales no son la única ayuda monetaria a la formación que provee el Estado. Hay ayudas monetarias para la formación laboral, para la formación en educación inicial, media y superior.
e) Las becas doctorales no pueden solucionar los problemas de la articulación entre la política científico técnica y la estrategia de desarrollo. Al respecto puede leerse la interesante nota de Fernando Peirano «Ciencias Sociales y Desarrollo«.

Una vez que se recorta a la nota de todos sus excesos queda un interesante núcleo de angustia existencial que vale la pena tratar. Hochman se plantea el problema de la culpa. De la culpa que siente quien realiza una actividad que no tiene un efecto transformador sobre el mundo. Y ahí es donde radica el acierto de Hochman. El problema de los becarios es la crisis de sentido de la actividad que realizan. El de los becarios es un tema que vale sólo como síntoma de la crisis de una subjetividad que ya estaba agotada. ¿Por qué digo esto? Porque si la discusión es Ciencias Sociales-Estrategia Desarrollo lo cierto es que el tema de las becas doctorales es un detalle técnico de la articulación entre un campo disciplinario y un proyecto político. Si en cambio la discusión es sobre las becas como política social (el Plan Graduados y Graduadas) lo cierto es que al igual que la mayoría de las políticas sociales la ruta de salida es un problema de difícil solución.

En cambio, entendido como un problema subjetivo (he ahí el valor de la nota de eñe y el error de la refutación de los Jóvenes Científicos Precarizados) el problema de los becarios encuentra su mejor formulación. Claramente acá la cuestión no es el aparato burocrático de CONICET, la «crisis» del lugar que las ciencias sociales ocupaban en la sociedad espectacular de consumo dirigido (o salarial, o de masas o como se quierea llamarla). Acá el problema es que la subjetividad de los jóvenes con formación de posgrado no puede solucionar sus contradicciones (digamos provisoriamente entre legitimidad social-libertad individual e ingresos) si no se despliega al interior del proceso político en torno al cual gira la realidad social contemporánea.

Efectivamente cursar un doctorado y entregar una tesis puede no cambiarle la vida a nadie más que a quien recorre ese camino. De la misma manera que tantas otras actividades (mejor o peor pagas, sostenidas por la ayuda monetaria del Estado o retribuidas por el mercado) tampoco le cambian la vida a nadie. El problema ahí es dónde se pone la pretensión transformadora. Y así como lo que transformó el mundo del trabajo en la Argentina fue la actividad político sindical de los gremios y no su actividad directamente laboral, productiva (es decir, la articulación política de sus demandas más que el comportamiento normalizado en el puesto de trabajo), lo que puede transformar el mundo académico científico no es la actividad académico-científica sino su inserción en una escena política más amplia.

Ese problema, el de la realización en el campo de la actividad política, es el mismo que afecta a un tipo que cobra un plan social, o percibe un salario. Es la diferencia entre las manzaneras del duhaldismo y las cooperativas de los movimientos sociales. Es la diferencia entre la pax capitalista y la actividad sindical profundizadora de derechos. La angustia de Hochman y sus becarios se resuelve con su constitución como actor político. Un actor político ciertamente menor pero relevante al fin. Algunos ya empezaron.

101 comentarios en «Becarios doctorales y po-lí-ti-ca»

  1. O sea que un ñoqui militante deja de ser un ñoqui. Esto ya lo escuché, pero no sobre los investigadores. La ideología justifica todo. Las manzaneras, por otra parte, eran mucho mejores que estas cooperativas de militantes a la fuerza, una de las instituciones más innobles del kirchnerismo.

    1. No estoy de acuerdo con algo de la nota. Creo que las tesis son aportes para la sociedad, quizàs no de una aplicación inmediata. En mis años de estudiante, ideas que recièn asomaban se transformaron en políticas públicas activas. Cuando empecé a escribir mi tesis de maestría sólo habìa algunas ideas acerca de la crisis de la escuela secundaria y las características de las subjetividades juveniles. En diez años se hicieron varias tesis e investigaciones sobre el tema (en la que incluyo la mía), y el año pasado el Ministerio de Educación y el Consejo Federal de Educación plantearon una reforma en pos de la inclusiòn social, donde se retoman muchas conclusiones, lecturas y aplicaciones derivadas de esos trabajos que alguna vez fueron tesis de distintas personas… era por poner un ejemplo. saludos!!!

  2. La verdad es que son planes sociales para clase media. Al menos asi funcionan (desde 1984 eh? no de de ahora). Lo que uno puede plantearse es: ¿Pero podria no haber investigacion/reflexion social? No. Bien, entonces, ¿Tiene que ser tan bartolera/arbitraria? bueno… tampoco. En algunos casos se zarpan de creativos jejeje

    1. Baleno, pero una cosa es el criterio de asignación de la ayuda y otra muy distinta la articulación de la actividad doctoral (por llamarla de alguna manera) y la realidad social más general.

  3. Es curioso, pero bastante común, que alguien que la peleó bastante par allegar a ese «lugar» (el de becario) luego lo viva con la angustia del que no sabe exactamente qué carajo está haciendo, o si eso era en realdiad lo que quería, debajo de la pretensión, siempre exagerada, de querer cambia rle orden de las cosas. Alejandor tu último párrafo era lo que ams o menos venía pensando al leer el post. ¿Cómo se salta la brecha de ser UN becario (es decir solo) a formar un colectivo de ese algo? Bueno, así como dijiste.
    Estimaod Quintín, bastante pobre la argumentación ¿no? Es decir después de leerla, pensé ¿y?

      1. Quintín no quiero ser de ninguna forma irreverente ni censurador ni perseguidor ni excluyente, pero si todo lo que se dice aquí te genera un ¿y? para que seguir entrando, ¿no?
        Salutti

      2. Avallay,

        quintin, usted debe saberlo, es critico. El no ve las peliculas que quiere, el «critica» las que ve. Con los blogs le pasa lo mismo, es una deformacion profesional.

        guaio.

      3. No Quintín, sería eso si yo hubiese dicho «no vengas mas por acá ehh gatooo». Me mueve la curiosidad sobre su persistencia en algo que lo aburre. Tal vez es lo que dice guaio
        Salutti

      4. Me molestan los que se ponen a ver a Tinelli para decir ‘qué chabacanería’. Me molestan los que se ponen a ver una película de ciencia ficción para decir ‘ah, pero mirá si van a venir extraterrestres’. A diferencia, no me molestan los que le pifian al tarro donde están meando, lo entiendo como parte de su aprendizaje o la espera a que se pase la borrachera. Qué le vachache…
        Suerte con el sufrimiento y que le aproveche, ya que quien vuelve sin que lo hayan echado…

      5. Tomo nota de la interesante reivindicación que hace el señor Quintín de las manzaneras de la Señora Hilda González. Yo no tengo una opinión desfavorable de las mismas, pero me intriga saber si por parte del señor Quintín se trata de una revalorización del proceso hostórico bonaerense de los 90′ o simplemente se le ocurre como contrapunto de algo que a priori el condena, es decir las cooperativas. Yo pensaba que el objetivo de las cooperativa era muy distinto del de las manzaneras (trabajo y asistencia alimentaria). Quizá sean más comparables los PEC o Barrios Bonaerenses con las actuales cooperativas, aunque dificulto que el Señor Quintín encuentre en ese caso algo que pueda ser mejor que lo de ahora.

        En fin, quizá el Señor Quintín tiene exhaustivos conocimientos sobre el funcionamiento e implementación de programas sociales que a mi me faltan.

        Saludos y muy bueno el programa.

      6. Sirinivasa. Estoy muy lejos de ser un experto en programas sociales. Pero como simple ciudadano, me parece que las manzaneras fueron una respuesta adecuada para canalizar la asistencia en la difícil situación del conurbano en los noventa. Las cooperativas, en cambio me parecen muy deficientes en su concepción. De hecho, no son cooperativas sino cuadrillas de trabajo organizadas desde arriba, su alcance es muy limitado y la distribución completamente clientelar. Las prestaciones de las cooperativas son pobres, sus medios y herramientas de trabajo insuficientes y no resuelven a largo plazo los problemas a los que supuestamente atienden (las manzaneras no tenían esa pretensión), salvo porque ponen en el bolsillo de sus integrantes un pequeño salario.

    1. Tal vez esto abra demasiado el debate, la universidad pública como herramiente de la política, subplantación de importaciones, desaroolo e investigación en función de tal o cual política, etc.
      Lo cierto es que eso que banca el estado debería serle de alguna utilidad (al estado), podría llegarse a configurar como una política de estado si lo investigado cotribuye a la nación. Pero esto tiene un problema, como se inserta un trabajo individual en una política de largo tiempo para que le sea realmente fucional. Veo dos grandes causes, la priemra es un plan de investigación y desarrollo centralizado como lineamiento general tipo los del comunismo mas rancio. El otro es por demanda, que una necesidad cree la investigación. La otra posibilidad sería la meramente liberal en donde cada uno elige su tema y el estado (no la empresa privada como ocurre en EEUU) banca.
      De todas me inclino por la segunda porque la necesidad nunca es individual, siempre es colectiva.

      1. Charlie: yo me inclinaría por la segunda si incluye alguna salsita de la primera, digo donde no es solo demanda, sino una institución legitimada por el voto, establece lineas de investigación en relación a la orientación que toma eso parecido a un modelo de sociedad.
        El otro día lo planteaba en una clase: como hacer para que haya mas estudiantes de ingenieria y menos, muchos menos, de abogado y contador? No por nada se llaman profesiones liberales
        Salutti

  4. Interesante la nota, comenzando por la limpieza inicial con la cual estoy totalmente de acuerdo. Creo que el problema es que no se entiende que los doctorandos (becarios o no) son tipos que se están preparando para refinar su desempeño profesional. El resto se hace desde la militancia. Claro que (por ejemplo) un intelectual «exitoso» digamos, puede elegir espacios de militancia diferenciados: por poner un ejemplo arriesgado: Artemio Lopez milita más eficazmente con el arsenal conceptual que fue construyendo que pintando paredes. Pero como dice el post, el camino al doctorado no necesariamente es el camino a la formación del doctorando como intelectual. El problema es que parte de la comunidad académica no reconoce esa diferencia. Es sintomático el hecho de que los becarios se autodenominen científicos precarizados: no son precarizados ni son científicosformados todavía. Podrían autodenominarse tal vez más apropiadamente algo así como «investigadores en proceso de formación». La angustia existencial por otro lado es bastante inherente al proceso de desarrollar un trabajo de tesis: ocurre en Argentina, Brasil, España, Francia o USA, y no se restringe sólo a las ciencias sociales o a las humanidades: en las ciencias naturales y las exactas también está presente. Me parece que pretender hacer contribuciones individuales relevantes a la sociedad a través de la profesión en esa etapa de la carrera es más un síntoma de inmadurez profesional que otra cosa. Se pierde de vista que el principal motor de los cambios sociales es la política.

  5. Houston, we have a problem si un becario experimenta una beca como un salario, tal como lo manifiesta el autor de la nota en Ñ (…)»Cuando alguien gana un concurso para ser becario del Conicet recibe un sueldo por investigar. “¿Qué significa eso? Nadie lo sabe muy bien”.(…)
    Hay algo anterior a todo el planteamiento que comparto con Alejandro, algo que ha flaqueado en la educación superior ¿qué significa investigar? Lejos de la torre de marfil, la actividad extensionista no puede separarse de la producción de conocimiento y es sólo un paso.
    De las Humanidades, no sé pero la sociología es un deporte de combate, una disciplina de transformación o no es nada.
    Salutti

    Leila Luna (ex Cosas Dichas)

    1. Son más los sociologos que no hacen laburo social o político que los que si Leila. Cual era el proyecto de extensión de Bourdieu? ;)

      1. Palo? Naaaaa, si Primo no se acerca a Bourdieu. La miseria del mundo? Las intervenciones en Argelia que aun lleva a cabo Passeron con los becarios de segunda maestría? Las intervenciones en el conurbano parisino cuyas transcripciones de campo andan dando vueltas en la Escuela de Trabajo Social de la UNC? y la gente que está en Raisons d´agir? Sigo? Sólo las menciones de los equipos de laburo del Pierre

  6. No sé. Comparto lo que dice Ale, sin embargo, no estoy tan segura de la premisa inicial.
    La mayoría de los doctorandos de ciencias sociales que conozco (con o sin beca, eso es secundario) aman lo que hacen, y están convencidos de su importancia. Si no lo estuvieran, estarían ganando mucha más plata (la mayoría de las becas no son un sueldo de subsistencia) haciendo otra cosa.
    Más que duda, yo percibo un poco de, inclusive, sana soberbia, que dice «voy a encontrar la verdad.»
    Y, a esta altura, dudar de la productividad social de las ideas sólo podría hacerlo alguien del secundario o un científico duro muy obtuso. Parafraseando a Keynes, todos somos esclavos las ideas de un economista muerto (o filósofo), sólo que no lo sabemos. Y los empiristas más que nadie.

  7. Yo estoy completamente de acuerdo con la existencia de becas doctorales. He tenido relación con algunos investigadores del CONICET y el principal problema que veo en el trabajo que desarrollan es la falta de conocimiento en gestión. Básicamente, muchos desarrollan proyectos que necesitan aplicación real (bancados por alguna provincia o ministerio). Se nota que son investigadores porque les resulta dificilísimo moverse al ritmo que impone la aplicación de un proyecto en términos de desarrollo, puesta en funcionamiento y obtención de resultados. No estoy hablando de proyectos raros o extremadamente complejo, aclaro. Para investigar, catalogar y analizar son bárbaros. Les falta un acercamiento a los tiempos de la sociedad, que son más veloces que aquellos que rigen el mundo académico. Por lo menos, esa fue mi experiencia con los que conozco. Mucha visión, mucho análisis pero lentitud en aplicación práctica y real. Y no precisamente por falta de fondos, sino por falta de experiencia relacional y de activación.

      1. Querés que te tire un número al boleo como hacen todos los que hablan sobre el tema?

        Por lo pronto, te digo que todo «mi entorno». Lo que no se puede es generalizar y pensar que el problema somos los becarios. El problema es de planificacion del sistema cientifico argentino y no de la idiosincracia de los becarios en particular.

        Tampoco creo que se resuelva en «la arena política», como un acto de «voluntad».

      2. A ver, el sistema científico argentino, como tantas otras cosas, es un tema en manos de la burocracia y los interesados, sobre el que el público no tiene el menor conocimiento y muy pocas posibilidades de opinar con conocimiento de causa. Es una cuestión ajena al debate de la sociedad, y el de la ciencia es uno de los tantos sectores subsidiados (como los cineastas) cuya necesidad y utilidad es en teoría innegable y cuyo funcionamiento se hace inmedible en la práctica, lo que provoca cierta inercia y el consenso interno de que mejor es no hacer olas con el asunto. A mí la nota de Hochman me parece una canchereada, pero tiene la virtud de llamar la atención sobre un pequeño malestar en la cultura.

      3. Q, la ciencia en general es una cuestión ajena a la «sociedad» en Argentina y en cualquier parte del mundo. O vos te pensás que en Alemania, la sociedad se la pasa discutiendo sobre los últimos desarrollos científicos (sociales o no)?

        Pero que sea una cosa «ajena», no le resta importancia. A la «sociedad» le podrá importar tres carajos la nanotecnología, eso no quiere decir que un país no deba destinar fondos a esa área de investigación.

        Algo similar sucede con los estudios sobre la estructura social, el mercado de trabajo y la estructura industrial y productiva.

      4. Puta, acabo de leer que estamos de acuerdo en la no relacion entre «relevancia» y «ajenidad» a la sociedad, lo que hace a mi respuesta anterior (casi) innecesaria.

        Lo que si me parece importante es que no se puede proponer que la reorganizacion (absolutamente necesaria) del sistema científico argentino pueda tener como eje fundamental el recorte sobre los becarios. Eso nomás.

      5. Por supuesto, los becarios no son el problema. Pero como diría alguien, la ciencia es demasiado importante como para dejarla en manos de los científicos.

      6. Científicos que produjeron cosas en entornos protegidos de las leyes del mercado y el estado, dedicados sólo a investigar. Uy dios, me resulta difícil pensar un sólo ejemplo… A ver… A ver, puede ser Salk, el de la vacuna de la polio. O los investigadores del Balseiro que participaron en la formación del INVAP. O la investigadora del CONICET que conozco que desarrolla medicamentos contra el Chagas. O la otra investigadora, geógrafa, que conozco que hizo un relevamiento de los puntos de mayor riesgo sanamiento de la ciudad de Neuquén.
        El antiintelectualismo no es una postura compatible con el liberalismo, estimado Quintín. Es sólo una racionalización defensiva que huele a complejo de inferioridad.

      7. María. No veo en qué parte doy pie para que me acuses de antiintelectual, pero seguramente es la excusa que necesitás para deslizar lo del complejo de inferioridad. Pero también me sorprende tu afirmación, porque te podría citar una enorme lista de matemáticos que han hecho grandes contribuciones (algunas con enormes aplicaciones prácticas) sin estar de ningún modo sometidos a las leyes del mercado. O te podría hablar de Houssai, Leloir y Milstein. Pero la verdad, no sé de qué estás hablando.

      8. Alguien que sostiene, sin ningún tipo de evidencia concreta, que el sistema científico argentino es burocrático y que desliza con sorna que es mayor la proporción de investigadores inútiles que útiles, ayuda a apuntalar, como mínimo, un discurso anti-intelectual.

      9. Veo que te hiciste la distraída con lo del mercado y solo mantenés lo de el antiintelectualismo. Te equivocás allí también: todos los sistemas científicos, no solo el argentino, padecen de un problema conocido, que es el exceso burocrático y la autorreporducción, uno de cuyos síntomas más evidentes es el bajísimo promedio de lecturas por paper. Lo que es en verdad un gesto antiintelectual es dar por sentado que la ciencia anda bien porque lo dicen los propios científicos o porque lo dice el Ministro. Un poco de Bourdieu no mata a nadie.

      10. ¿Qué del mercado? Creo que coincidimos es que es necesaria la autonomía relativa del mercado.
        Por otra parte, aún Bourdieu pediría evidencia más sólida para juzgar el estado de un campo que una serie de lugares comunes.

    1. María, yo particularmente no me refería a «investigaciones útiles», sino a la puesta en práctica de algunos trabajos, la lentitud y falta de ritmo que se observa en algunos cuerpos científicos. Entiendo que la gestión no les concierne a ellos, pero queda evidenciado que a algunos científicos les falta capacidad de gestión. Proyectos que en manos de un equipo bien dirigido se ponen en práctica en cuestión de pocos meses han dado vuelta años en manos de equipos sin un gestor eficiente.

      De todas maneras, quería que quede claro que mi enfoque no es utilitarista. Si 2 de cada 10 investigaciones dan alguna utilidad, me doy por hecho.

      1. Joyce, tu problema es que pretendes que el investigador haga cosas que el investigador no tiene necesariamente como parte de sus funciones.

        Vos lo que queres son desarrolladores de aplicaciones, queres emprendedores. El investigador no necesariamente esta para eso (aunque algunos lo hagan). Esos en general son ooooootra rama diferente, especializados en desarrollar e implementar en forma practica lo que un investigador creo en forma experimental.

        Es un error usual, confundir las expectativas que tenemos con la funcion real del otro. Y claro, como no cumplen con lo que nosotros creiamos que tenian que cumplir, es porque hace mal.

        El investigador que se dedica a desarrollos prácticos, no puede hacer investigacion en serio, solo eventualmente y a demanda y en ciertas condiciones hace desarrollo. Y te lo dice un investigador de conicet que ha participado de desarrollos comerciales concretos y de gran exito.

  8. Lo digo de una: la nota de este pibe Hochman me parece atroz. Un berrinche de nene intelectualoide angustiado, vaya uno a saber de que. Lo que provoca esa nota es agitar otra vez los discursos de achicamiento del estado: esta vez sobre el sistema cientifico argentino, el cual, admitamos, tendrá miles y millones de fallas, pero es lo que hay.

    Por otro lado, llamar ñoquis a los becarios, me parece un insulto liso y llano. Especialmente cuando los becarios son (somos) una fracción social que carece(mos) de los derechos laborales más básicos: no tenemos aguinaldo, casi que no tenemos cobertura médica, las licencias por maternidad son un chiste y no hablemos de la estabilidad laboral. En suma, lo que hace, es crear las condiciones para que siga creciendo la precariedad laboral en Argentina. Si, porque nos consideramos trabajadores y nos organizamos como tales. Mal que le pese a muchos.

    Después podemos discutir las falencias del sistema científico argentino (falta de prográmatica de investigación en Cs. Soc., no priorización de áreas de estudios). Esa discusión es central. Pero lo que no se puede hacer, bajo ningún motivo, es confundir causas con efectos y cargar las tintas sobre el «eslabón más débil». Sobre todo, porque pese a todo (y casi, pese al sistema científico argentino) existe ciencia social de calidad en el país. No «ideas», no «pensamiento», no «humanidades» sino CIENCIA con mayúsculas, al nivel de las ciencias duras y con todo las reglas del oficio.

    1. Cresto, absolutamente de acuerdo con vos. Alejandro ha rescatado lo que considera central de la nota de Hochman, pero dudo que lo haya sido para Hochman, por lo que la nota original no logra ser rescatada de su mediocridad y simplicidad aberrante. Representa una respuesta típica de clase media colonizada subjetivamente por el neoliberalismo. Por otro lado, somos trabajadores y nos debemos una discusión profunda sobre el sistema científico argentino.

    2. Coincido con cresto. El investigador trabaja en una jornada como cualquier otra persona, y tiene necesidades como cualquiera. Si no recibe lo que necesita para vivir entonces se lo está explotando. Así de simple. A quien no tiene una formación académica se le «perdona» el hecho de que reclame lo que le corresponde, pero al científico no, parece que para muchos la intelectualidad además de ser un alimento para el alma, lo es para el cuerpo…

  9. Sería mejor que les den un crédito y luego que se gradúen lo devuelvan. Cómo? Nunca se terminan de graduar? Si terminan una carrera empiezan otra? , me estan estafando?

    1. Si, como los gringos.

      Me parece que no entendés que las becas de CONICET son para formar científicos (mediante un doctorado, que a diferencia de una carrera de grado, supone realizar aportes en la producción de conocimeinto). No es una empezar una «carrera», después de otra. Es lograr el financiamiento para producir ciencia.

    2. a los gringos doctorandos no se les OCURRIRIA pedir un prestamo para graduarse. el doctorando, por definicion esta becado (no asi los estidiantes de MBAs y otras maestrias)

  10. Muy buena la «réplica» al artículo lamentable de Ñ; también coincido mucho con lo que plantea Cresto-. Especialmente porque en la catársis por la insoportable levedad del ser-becario -condición que comparto/usufructo- al compañero Hochman se le escapan los determinantes fundamentales para que esto sea así y elude criticar los aspectos más groseramente deficitarios del modelo de ciencia y técnica vigente (más allá de que algunos reconozcan más avances y otros menos): la organización jerárquico-medieval de la producción de conocimiento; la dependencia de la acreditación; las evaluaciones arbitrarias; la falta de trabajo colectivo; etc. Todo esto viene siendo discutido desde hace muchos años por la instancia gremial que los becarios supieron/supimos/pudimos construir: JCP -http://www.precarizados.com.ar/- (que no es como tal la autora de la réplica a la nota de Ñ).
    Saludos

    1. Pablo, gracias por el link a JCP. Todos los problemas que planteas son efectivamente importantes obstáculos para una ciencia social mejor. Mi intención en este post fue separar el debate sobre la «subjetividad becaria» del debate sobre la «objetividad del sistema científico».
      Con todas las comillas del caso.
      Abrazo,
      A

  11. Este post me genera algunas preguntas:

    ¿una beca debería apuntar a ser un trabajo en relación de dependencia?
    ¿deberíamos dar trabajo de investigadores en relación de dependencia incluso a personas que aún no probamos su constancia como investigadores?
    ¿por qué, Alejandro, decís que escribir una tesis tiene poca transcencia para la comunidad académica (no comparto)?
    ¿acaso no debemos promover desde el Estado la lógica del estudio y el trabajo como investigadores, asumiendo que es una inversión de largo plazo?
    ¿por qué le pedimos a los mismos becarios/ investigadores que aprendan a cruzar el puente entre investigación y gestión? ¿no debería el Estado construir este puente?
    ¿por qué desconocemos que muchas veces detrás de los becarios hay investigadores grosos que trabajan en conjunto o equipo con varios becarios que producen aportes importantes para I & D?
    ¿el acierto que se le adosa a Hochman no tiene más que ver con una cuestión de vida que con una estrategia de investigación dada desde el Estado y el CONICET?
    ¿lesparece necesario vincular la estrategia del CONICET con la militancia y la articulación entre academia y gestión? ¿no es una construcción que debería ir por otros carriles?
    ¿quién duda que sumar contenido académico es de un aporte fenomenal para el crecimiento de un país?

    Yo fui becario del conicet. Me aburrí y no renové. Preferí seguir en trabajos más prácticos. Pero la mayoría no es como yo.

    Unas ideas sobre la educación para la inclusión:

    http://yaesta.blogspot.com/2010/12/educacion-para-la-inclusion-social.html

    1. Hache, trato de ir punto por punto.

      1) No
      2) No
      3) No digo que es poco trascendente, digo que puede no ser trascendente en absoluto. Como tantas otras cosas.
      4) Sí.
      5) No se trata del puente entre investigación y gestión. Al menos no en mi post. Ese puente tiene que ser un puente institucional. Lo que no puede ser un puente institucional es el que articule la subjetividad del becario al conjunto de la comunidad política.
      6) No sé.
      7)Sí, con una cuestión de vida, claro.
      8) No propongo articular la estrategia de conicet con la militancia. Digo que de la salida de la crisis de sentido es política.
      9) Creo que nadie.

      Gracias por el link.
      Saludos,

      1. Me parece que tu artículo, Alejandro, llama la atención sobre la necesidad de una acción política organizada en el sentido de transformar, no sólo las condiciones en que los investigadores, científicos becados realizan su trabajo, sino también el significado que ese trabajo y sus condiciones tienen.
        En todo caso, como bien lo señalás, es la militancia, la organización gremial, la acción política, la lucha cultural organizada la que tiene que orientarse a esclarecer:
        1 – que las condiciones laborales de los investigadores becados son condiciones de trabajo asalariado, porque se desarrollan en la mayoría de los casos en relaciones de dependencia: técnica, instrumental, económica y jurídico-formal respecto de las instituciones «financiadoras», los equipos de los que forman parte, y hasta de los directores;
        2 – que el carácter científico y productivo del trabajo de los investigadores, no depende de las credenciales que se puedan exhibir al cabo de un ciclo de esa relación laboral (¿o vamos a creer que sólo un título de Dr. es lo que consagra el carácter científico de una investigación? Hay muchos ejemplos de investigadores sin doctorado, y no todos los investigadores becados tienen una beca de doctorado…);
        3 – y que su importancia e impacto –generales, particulares y singulares– sobre la sociedad en su conjunto deben considerarse en un sentido amplio: tener más y mejor conocimiento científico, de por sí, enriquece la cultura. Amén de las aplicaciones tecnológicas, técnicas, en lo comercial, en lo público, etcétera, que pueden tener los resultados de una investigación (y que en cada caso pueden ser más o menos inmediatas, a la vez que mayores o menores).

        Creo que el artículo es certero en esta necesidad de una acción orgánica y organizada en este sentido, orientada a modificar el «sentido común» predominante (del que el artículo es, también y en buena medida, una cabal expresión). De ahí mismo la importancia de acciones gremiales como las de JCP.

        ¡Abrazos!

  12. Pareciera como que la premisa es «La angustia del doctorando se debe a que es su tesis es incapaz de transformar la realidad». Y esto en el fondo es bastante pretencioso, no? (bueno, en general alguien que tiene un proyecto de doctorado tiene una dosis importante de ego). El tema es la vinculación de lo individual con lo colectivo y creo que en ese sentido lo esperable era que el sistema científico lo fuera, más allá de la militancia política o no (que es una potencial salida, indudablemente).

    Pero saquemoslo del contexto de becarios para que no se mezcle con la discusión del salario/beca: más del 40% de los investigadores de carrera de CONICET (de cualquier disciplina) son investigadores «sueltos», esto es, que realizan sus tareas fuera de alguna unidad ejecutora (institutos de investigación/encuadres institucionales), es decir, en su casa. ¿Es posible así un proyecto donde la ciencia aporte al desarrollo? ¿por que no? La reconstitución del campo científico para dotarlo de un sentido político claramente está en las raíces de cualquier discusión y hoy de alguna manera, creo, el MinCyT se plantea estas discusiones.

    No necesariamente se trata de la angustia existencial de un tipo que no se sabe para qué trabaja. Quizás en el fondo es una angustia institucional que hace síntoma antes que nada en sus becarios, el eslabón más débil.

  13. Alejandro,

    Buena la nota.

    Primero, los becarios existen y tienen que existir. Vos proponés que resolver su problema existencial requiere su constitución como actor. En mi opinión, ese dilema nace (muchas veces) como resultado de la escasez de recursos necesarios para hacer las tareas requeridas. En EEUU, por ejemplo, los becarios no andan pensándose como ñoquis. Pueden sufrir su alejamiento de la política (y a veces de la realidad misma) pero te aseguro que no sienten que pierden el tiempo. En este sentido, la política del kirchnerismo debería ser matizada (aunque sea superior a la de sus predecesores)*.

    Por otro lado, también desde una ética liberal puede sentirse la tensión entre ciencia y política, ya que esta presupone como parte de la profesión la difusión de los resultados obtenidos -lo cual es, desde ya, ambiguo, pero puede suponer la militancia, la actividad pública, etc.

    *Un comentario al margen sobre bekarios. Lo primero que te tiran es que el kirchnerismo aumentó exponencialmente el número de becas, sin atender al efecto dañino que tuvo sobre los programas de doctorado, que no estaban preparados para recibir esa cantidad de becarios. Más aún, ese aumento vino de la mano de un aumento de becarios haciendo temas de absoluta irrelevancia (tengo una lista de temas ridículos que fui escuchando, no la hago pública para que nadie muera de un ataque de risa), probablemente porque la capacidad de fiscalización de CONICET (y de los directores de beca) no fue de la mano de ese incremento.

      1. Sinceramente no veo la contradicción. Al menos no en los términos. El doctorado debería ser una especialización o profundización profesional, con énfasis en la investigación en determinadas disciplinas. Por qué no podría ser masiva?
        Con ese criterio la universidad tampoco y si seguimos en la línea, tampoco el secundario. Que se de en los hechos que muy pocos poblacionalmente hablando llegues a determinados niveles formativos no invalida el planteo.

      2. Ladislao: para hacer un doctorado se necesita MUCHA atencion del director de tesis y del comite de tesis, sobre todo en el proceso de escritura de la propuesta de tesis primero y la tesis despues. Hay pocos doctores, y hay pocos doctores en Argentina (por eso Hochman habla de «directores nominales»). Los programas en Estados Unidos aceptan entre 10 y 15 y terminan entrando entre 5 y 10 doctorando por anho, para poder dedicarle esa atencion. En Fsoc tendria que haber un cuerpo docente (compuesto exlusivamente por doctores, un mg no puede ser director de tesis de un doctorando) enorme para que el ratio profesores-alumno haga posible el doctorado de masas.
        En la carrera de grado eso no pasa: los estudiantes no necesitan atencion exclusiva de los profesores, y los requisitos para ensenhar son menos (yo soy Mg, ph d candidate y doy clases en una carrera de grado sin problemas).
        no hay slippery slope en mi argumento. decir doctorado de masas es como decir «escuela de danza clasica del colon» de masas.
        por eso en US hay una serie de requisitos (un buen GRE es el primero) para entrar a un doctorado, examenes a los dos anhos (quals o prelims) para filtrar los que no alcanzaron el nivel deseado, etc.

    1. Obviamente que el crecimiento cuantitativo de las becas tiene que venir acompañado de una mejor evaluación, que tiene que haber temas prioritarios, etc.
      Pero la política científica no puede resolver el planteo identitario de Hochman.

      1. Quizás la crisis identitaria de Hochman sea irresoluble :P

        O quizás Hochman no tendría que haber sido becario. Mi planteo es que la crisis de muchos becarios, y los prejuicios de personas como Quintín (plan investigar, etc.) no son independientes de las condiciones poco óptimas en las que se realizan muchas de estas tareas. Militar no va a resolver ni la ausencia de preguntas interesantes ni/o la falta de recursos para responderlas.

      2. Hacer política no es militar. Hacer política es entrar en un proceso articulatorio con otros sujetos (o en este caso lo uso así). Obviamente que eso no resuelve la materialidad del proceso de trabajo. Pero sí le da sentido.
        Abrazo,

      3. De acuerdo, pero primero más quita y después apretar las tuercas. No dijismo eso siempre, que no se puede pretender más de quienes se les aporta menos? Está muy bien el debate si tenemos en cuenta eso, me parece.

  14. Me parece que al post de Alejandro habría que dividirla en dos partes.
    La primera parte, la que creo que describe muy bien la situación de los becarios y sobre todo esa «mirada del otro» a la que se someten al agarrar esa suma de dinero que una institución estatal se compromete a entregarle. Lo que falla de la primera parte del post de Alejandro es en poner a los becarios en el lugar de víctimas. El tema de los becarios es si aparte de la beca también agarran otro sueldo estatal por el que debieran hacer otro trabajo. En los ministerios el sueldo, salvo contadas excepciones, es el mismo hagas un doctorado o no. Es más, la mayoría de las veces que las autoridades oficiales se enteran de estas aventuras académicas que el empleado realiza se da simplemente por una cuestión de confianza personal, como tema de charla en el almuerzo.
    Después, sobre este tema, hay que dejar en claro que el conocimiento académico tiene que apuntar a generar conocimiento. Lo mejor que le puede pasar a una beca es que de ella salga un Foucault argentino. El subdesarrollo nos condena a que se den situaciones como la que intenté describir acá arriba. Los becarios «condenados» a todas esas incomodidades y el Estado sin ningún tipo de planificación y gastando plata en trabajos «irregulares».
    Me parece que lo que sea planificación tendría que ser parte del ministerio o de la institución que lo piense. Ahí adentro, en ese mismo edificio, que entre el conocimiento. Así como en la NASA los empleados se terminan de formar en algo que no se aprende en ningún otro lado, a la vez que lo aplican ahí mismo poniendo cosas en el espacio. Eso es una institución.
    Ah, tendría que haber sueldos eternos para los «creadores» nacionales. No tiene sentido buscar que esa beca vuelque a los pocos años utilidad visible para el pueblo que paga impuestos. Esta es una lógica neoliberal más allá de los proyectos técnicos a los que se aplique.

    Saludos

    1. A mi me gusta este planteo. Sobre todo por correrse de la lógica neoliberal resultadista, que no es lo mismo que no orientar, ponderar, controlar, etc. que sí creo que debe hacerse. Una vez que se dispusieron recursos mínimos se puede pasar a discutir esto. Quizá es tiempo.

  15. Leí el artículo de Hochman (acá para los que, como yo, no leen Ñ http://casquivanos.blogspot.com/2011/03/escuela-para-intelectuales.html)
    Y pensé que es la historia de su carrera como investigador, que no necesariamente exprese la situación de otros doctorandos.
    También estoy de acuerdo en que el autor no diferencia ciencias sociales de humanidades.

    Yo estoy becada por una universidad estadounidense (me pagan una beca, no un sueldo, todos los meses, a cambio trabajo de asistente de investigación 20 horas por semana) y por la National Science Foundation, el equivalente estadounidense del Conicet (me dieron una suma fija para hacer una encuesta, tras participar en un concurso)
    Estoy haciendo un doctorado porque me quiero dedicar a la docencia universitaria y a la investigación en ciencias sociales y el doctorado es el título habilitante para hacerlo. No me pregunto por mi deuda social. Doy clases en una universidad privada (me presente en un concurso para una universidad publica del conurbano, me citaron a una entrevista un día que yo estaba haciendo trabajo de campo en otra provincia, no me dieron posibilidad de reprogramar) y trato de ser buena profesora.
    Sé qué estoy investigando yo (aunque no sé si me animo a contestar «qué es investigar»), en gran parte gracias a un comité de tesis realmente existente que se tomó el trabajo de leer mi propuesta de tesis y hacer correcciones y sugerencias. Hacer el trabajo de campo y escribir mi tesis es mi trabajo, tanto como dar clases o ser asistente de investigación.

    Tal vez pensaría distinto si estuviera becada por el estado argenino, pero no creo.
    Me generaba más conflictos trabajar de productora de televisión, aunque a veces mi trabajo actual también me angustia.

    Igual, la angustia de los estudiante graduados no solo argentina.
    en estados unidos el estudiante promedio tarda 8 anhos en terminar un phd y la mitad abandona antes
    http://www.nytimes.com/2007/10/03/education/03education.html

    recomiendo mucho tambien esta historieta
    http://www.phdcomics.com/comics.php

    1. Este me gustó. Mucho. Pies sobre la tierra y proyección de futuro.
      Ahora, lo de ‘estudiante crónica’… cuándo un estudioso que ha estudiado deja de ser estudiante? Ah, entonces entendí.

  16. Por supuesto que una beca (o sueldo) para un investigador me parece mucho mejor que la infinidad de recursos para puestos ñoquis que pululan por toda la Administración Pública.

    Y también es cierto que los becarios tienen muchas menos ventajas que los ñoquis de verdad (estabilidad, servicios médicos, infinitas licencias, burocracias sindicales, etc).

    Lo de la utilidad real de sus investigaciones es un tema sujeto a debate. Pero tomemos en consideración (salvando las enormes distancias) que los nazis desconfiaban de la física teórica, ya que era un engendro inventado por los judíos, que sobre fierros bien arios no podrían aportar nada. Así, su propia soberbia les impidió ver que esa ciencia era la base del arma nuclear. Nunca pudieron los nazis lograr la bombucha. Cuando se avivaron, ya era tarde. Menos mal.

    Apuesto a la investigación científica. Aún en sociología. Aún en la Argentina.

    1. La ciencia no tiene como objetivo ninguna utilidad real, las aplicaciones que puedan emerger del conocimiento originado es otro cantar, lo que se llama con el oximoron de ciencia aplicada. No se puede pedir a becarios, de cualquiera sea su area de investigacion, que justifiquen sus investigaciones con utilidades. Pero para quienes siguen planteando la la vieja cuestion de la inutilidad de la ciencia, ahi todavia esta JC Maxwell respondiendo con un «¿para qué sirve un niño?» a la pregunta de la reina Victoria sobre la utilidad del recientemente descubierto electromagnetismo.

  17. cito: «lo que puede transformar el mundo académico científico no es la actividad académico-científica sino su inserción en una escena política más amplia»
    digo: no todos lor problemas son clavos, señor martillo.

  18. las becas premian desempeños destacados en materia de estudio o actuacion.Son formas de evaluacion necesarias en sistemas competitivos y de busqueda de excelencia.Pienso que un problema surge de los jurados,como pasa tambien en los concursos culturales.Pero la cuestion de fondo es la relacion de las instituciones con la sociedad.Recordando la critica a la universidad isla y a la separacion de la escuela de la vida,para licuar la angustia a la que se hace referencia habria que apelar a la conciencia de que lo que el becado y cualquier investigador hace,de modo inmediato o mediato promueve el bienestar comun.Tiene esta cuestion nada menos que ver con la etica que debiera considerarse en todo accionar relizado dentro de estos canales selectivos.Y a nivel mas modesto el asunto incide en la solucion de los problemas disciplinarios que tanto subrayan los docentes hoy en las ecuelas medias.

  19. No leí la nota de la revista ñ pero creo reconocer el la sensación de angustia por no poder incidir en la realidad que vivimos. En primer lugar, adhiero con algun comentario al post que menciona la «inmadurez profesional» de algunos doctorandos que por tener algún camino recorrido pretenden tener algun tipo de reconocimiento o lugar como referentes. A esto le sumo quizás la franja etaria, suelen ser personas entre veinti largos y treinta y tantos, momento en la vida que creemos necesitar haber «realizado» algo importante.
    En cuanto a la existencia de los doctorandos y sus respectivas becas creo que está fuera de discusión. Es necesaria la presencia del Estado para contener y propulsar la generación de conocimiento. En este lugar también me sumo a otro comentario que propuso distintas formas de articular el CONICET a través de una demanda colectiva. Quizás además también se podría proponer una articulación mas fluida entre los distintos ministerios/secretarías ejecutivos (generadores de demanda) y el ente encargado de guiar la generación de nuevos contenidos.
    De todas maneras, la herramienta de cambio es la política y la militancia. Es un dato real que existen muchos investigadores que no se involucran con la política real. Eso sin dudas los aleja de las decisiones y probablemente también aleje sus contenidos de la realidad. Creo igual que esto se encuentra hoy en un proceso de cambio. Existen muchas organizaciones que empiezan a nutrirse, a través de distintas formas de organización, de las ideas y lineamientos que acádemicos les proponen. Sin dudas, esto es un desafío porque, como todos sabemos, la política tiene una dinámica muy vertiginosa que pone y quita el foco de las cosas con nua velocidada a veces inimaginable.
    Por eso, creo que la angustia de este muchacho es algo muy de clase media que quiere que vayan y le pregunten que debería hacer el país de acá los próximos 20 años en la materia que se especializa. Esto no sucede ni va a suceder. El que quiere que se involucre con el cambio real. Hay muchas maneras.

    Perdón por la extensión y pobre narración, tengo que volver a hacerle ganar plata a una empresa (que triste, ja ja)
    Saludos,

    1. Perdón, me autoagrego algo: cuestionarse todo esto implica también cuestionar la relación que se establece actualmente con las pymes, las industrias, etc., y el rol del conocimiento producido por el Estado, que no debería ser privatizable (otro día se puede debatir por las patentes que otorga el CONICET, por ejemplo).

  20. Leí la nota, esta, la de Hochman y la de Página/12.

    Todo terminó donde esperaba: el intelectual comprometido es el que milita para Cristina. (Ojo, a grandes rasgos estoy a favor de este gobierno). Pero no, la política no es sólo militar para Cristina. David Viñas lo dijo una vez de manera insuperable: «no se puede ser intelectual y ser oficialista al mismo tiempo». ¿Por qué? No porque uno quiera ser un apolítico, un descomprometido, una persona miserable y larvaria que «no pone el cuerpo». Antes bien, porque muchas veces hacerse oficialista (o hacerse el oficialista, como se quiera) implica renegar a la autonomía del pensamiento. Y un intelectual antes que muchas otras cosas lo primero que tiene que tener es autonomía del pensamiento.

    Les pasó a muchos intelectuales a lo largo de la historia, pero también le pasó al Estado Soviético, por poner un ejemplo.

    Todo lo que dice Hochman sobre el tiempo libre es un error -a estas alturas imperdonable si se viene de las humanísticas o de las ciencias sociales-. Como dijo una vez un gran amigo, para llegar a América hizo falta la idea de Occidente. Esto es trascendental. Y, por cierto, el pensamiento «en espiral» que describe muy bien (pero del cual pareciera renegar) es precisamente la clase de pensamiento que motoriza la innovación científica: lo que se conoce como el pensamiento lateral o paralelo.

    Luego, y por último, para no extenderme más de la cuenta. Lo que dice la nota de Página/12, ¿es realmente lo que está sucediendo? A nivel nacional y regional es imposible avanzar a nivel de desarrollo tecnológico si antes no nos cuestionamos un tema que las humanísticas y las cs. sociales pueden cuestionar: la propiedad intelectual. Si no cuestionamos la propiedad intelectual (desde sus aspectos legislativos, pero no sólo), pretender que con investigación, «innovación» y creatividad llegaremos lejos, es ser un poco ingenuos, vivir en otro sistema que no es el capitalista. No creo que este cuestionamiento esté presente en el ministerio de Lino, un admirador confeso de las patentes y otros tipos de restricciones intelectuales.

    Saludos

  21. Ahi leí la nota. Sinceramente, el autor me parece un gran egolatra. El recorte que se hace en «artepolítica» es muy bueno (menciono esto porque creo que lo de NH se parece mucho más a un proceso catártico que reflexivo). En el fondo del texte subyace la discusión en relación a la subjetividad del contenido generado por la academia. De nuevo, creo que la respuesta está muy cerca de la política (si no lo es lisa y llanamente).
    El EDE lo está haciendo en capital. Intentando unir contenidos con militancia de base. No es una tarea fácil y no aplica a todas las disciplinas. Veremos que pasa.
    Saludos,
    Ignacio

  22. Creo entender el texto, pero mi pensamiento va por otros carriles.
    No se trata de ‘ñoquis’ o trabajadores.

    A muchos les encanta plantearlo así, sólo para que no se cumplan los fines, que, me disculparán los formados y excelsos comentaristas que aparecen por aquí, pero son los mismos en distintos países.

    Claramente no son trabajadores, aunque impriman trabajo (el estudiante secundario también lo hace y no por ello es trabajador)
    Claramente no son ‘ñoquis’ porque no ‘reciben un salario sin trabajar’.

    Si hay quien quisiera estar en su lugar no tiene más que hacerlo y postularse, se lo regalo. Pero tampoco se trata de la angustia existencial de quién no sabe a dónde va o por qué le pagan… no, algustia tenemos todos los que somos más o menos neuróticos y no tuvimos la buenaventura de ser sicóticos.

    No, muchachos. Las angustias, a laburarlas personal y colectivamente (coincido con el post).

    Y de lo que se trata, acá y en todos lados, es lo mismo que se responde para qué necesita tener el primario terminado y leer y escribir alguien que tendrá laburo como barrendero…

    Se trata de generar masa crítica, de potenciar socialmente, no de un quid pro quo (aun que no niego que pretendo que le devuelvan a la sociedad de alguna manera).
    Insisto, acá, en EEUU, en Europa o en la China, controlarán que haya una producción de esos becarios, que ‘cumplan’ y eso es todo lo que se pretende y es lo que ellos tienen que cumplir en primer lugar.

    Esa masa crítica es la que permite, luego (en ambos sentidos, temporal y lógico proposicional) que empresas se instalen y produzcan acá, posibilita que uno de cada millón, quizá, tenga un desarrollo novedoso en su área. Así se hizo en todos lados y en todos los tiempos. No hay novedad. Y para que haya ‘espacio’ para eso, igual que en filosofía, hacen falta ‘esos raros momentos de ocio’.

    O sea muchachos, a menos que se tenga la fortuna de papá detrás, no me puedo dedicar a cuestiones etéreas de investigación que no me aseguren guita.

    El resto… el resto es, quizá, envidia de quienes hubieramos querido que nos pagaran para leer y escribir pero sólo logramos doce horas detrás de un torno durante años. O de una computadora. O haciendo películas. O criticándolas en una revista. O escribiendo comentarios pavotes en un blog.
    Saludos.

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