Blue, dipinto di blue

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“Hoy participamos de un desayuno para los países de Latinoamérica que organiza el FMI. Se discutió sobre la necesidad de sostener las respuestas fiscales y mantener las reservas en los bancos centrales. Lo que planteé en esa reunión es que si discutimos sólo esos tópicos, estamos buscando cómo acomodar nuestras políticas a lo que necesitan los países centrales. Yo propuse buscar un camino alternativo, consistente en políticas que sean positivas para nuestra región desde la acción, no desde la reacción. Es el mejor momento para hacerlo porque los amortiguadores que construimos en los últimos ocho años nos dan la posibilidad de buscar nuestro camino. Por ejemplo, más del 30% de la deuda que emite Estados Unidos la tienen los bancos centrales de otros países. Eso quiere decir que esos países estamos financiando a Estados Unidos. Esta es una ventaja que no tiene ninguna otra nación del mundo y una de las vías a través de la cual traslada sus problemas financieros al resto de los países. Frente a eso necesitamos una respuesta sudamericana y lo estamos trabajando en el Consejo de Ministros de Economía y presidentes de bancos centrales de la Unasur”.

Amado Boudou, septiembre de 2011

 

En el cándido y pseudomatemático mundo de la economía liberal, el desarrollo de las naciones depende de la consolidación de instituciones amigables con los mercados, que permitan el libre juego de la oferta y la demanda, para así derivar, algún día, y si el pueblo no peca de impaciencia, en la justicia social.

El tiempo va pasando y a este cuento de hadas le queda, en todo el mundo, poco tiempo. La realidad es algo más dura. El desarrollo tiene en verdad más que ver con la política y la geopolítica, es decir con el control de las aspiraciones más egoístas del alma humana y el fomento de las opuestas. El resto es poco más que cuentas de almacenero. La guerra, la conquista y el saqueo fueron norma hasta ayer nomás en la historia de nuestra especie, y si bien en estos privilegiados y democratizantes tiempos se imponen mayores restricciones al uso de la fuerza, es de notable ingenuidad suponer que las elites mundiales y sus asociados distritales no procuran mantener a raya a las adolescentes sociedades que creen que las reglas están para ser rotas.

Los países en desarrollo viven, hace años, sorprendentes procesos de crecimiento. En medio de la desigualdad y la pobreza remanentes, los shoppings se expanden como hongos en todos los continentes, igual que el consumo de naftas, de cemento, de carnes, de ropa, de celulares y, sobre todo, de préstamos bancarios. Esto genera flujos de ganancias difíciles de concebir -tal es su dimensión-, dirigidos en enorme parte hacia los hoy menos vigorosos países centrales. Más precisamente, el dinero fluye hacia unas pocas manos. Manos expertas, gracias a un siglo y medio de capitalismo globalizado, en el arte y la ciencia de controlar mercados, medios de comunicación y sistemas políticos de débil raigambre democrática. Para luego y en buena y protegida parte terminar, ese infinito dinero que podría cambiar sociedades enteras, en alguna de las 80 guaridas fiscales que gozan del amparo de quienes tienen el poder real. Y allí es donde se esconde de los impuestos, es decir de los estados, el 8% de la riqueza total generada cada año por el planeta.

Llevada esta realidad a la coyuntura 2014 del país de Messi, se observa de inmediato, si se miran las variables relevantes, que la puja es fuerte entre los dueños del capital y el adolescente movimiento político que hace once años dirige al estado nacional. Sólo en los últimos siete años han salido del país cerca de 100 mil millones de dólares entre fuga de capitales y pagos de deuda fraudulenta. La inflación, es decir el accionar de los formadores de precios frente a los intentos distribucionistas y la escasez de dólares, es un vigoroso cáncer que debilita al poder adquisitivo del salario, y así al gobierno que expandió en un tercio al estado. A esto se agrega la recientemente reconfirmada orden del poderío norteamericano para que paguemos, en el supuesto mejor de los casos, quince mil millones más de deuda. Pero que en un análisis más fino, liberado de juvenil optimismo o de independiente “periodismo”, implica más bien pagar 120 mil millones adicionales de deuda. Una locura que, si el mundo no estuviera tan eficazmente colonizado por el sistema propagandístico del capital, un pueblo no podría exigirle a otro más que por las armas.

Frente a la negociación con Estados Unidos –dado que de esto se trata, no de una negociación con los fondos buitres, o con el juez buitre- es relevante entonces preguntarse con que nos amenazan, para el caso en que osemos no arrodillamos frente a su voluntad. Por suerte, un vocero paladar negro de las grandes empresas a las que les interesa el país lo explicó con suma claridad, ayer. Primero dijo que “en círculos diplomáticos y entre los operadores de mercados” se cree que el gobierno hará un buen arreglo. Bueno para esas fuentes, claro, es decir “los bancos Deutsche Bank, UBS, JP Morgan, Morgan Stanley y fondos como el Latan Securities, Gramercy y Fintech”. Veremos.

Segundo y de previsible yapa (ya que nunca hay que perder la oportunidad de desprestigiar la actividad política), cuenta el periodista que un grupo de legisladores, liderado por Elisa Carrió, “va a pedir a la Justicia que investigue si el suministro y la utilización de datos confidenciales (NdR, sobre la negociación en curso) provistos por los funcionarios configura el delito de dar información privilegiada”.

Tercero, se informa al siempre castigado pueblo clarinista que “el tema se habló el miércoles en la Embajada de Estados Unidos, donde se insiste que la negociación puede fracasar sólo por dos motivos: 1) La impericia de los funcionarios argentinos (…); o 2) Una propuesta de los ultra-K que llegó a la Quinta de Olivos y que propone endurecer la negociación con los fondos buitre (…) En esta línea se encuentran algunos dirigentes sociales y otros de La Cámpora. Volvieron a hablar de “malvinizar” el conflicto con los fondos buitre para sacar del foco a la corrupción”.

Y así llegamos al punto que queríamos llegar. ¿Qué pasaría, según ellos, si la propuesta ultra es la que finalmente aplica el gobierno argentino frente a la imposición (reconozcamos que también ultra) del poder norteamericano? Nos responde el veterano vocero de la Corpo: “la ausencia de un acuerdo a fin de julio deteriorará la situación económica y empeorará la imagen de Cristina: habría más recesión y se calcula que el dólar paralelo pegaría un salto a 13,5 pesos, generando escasez de liquidación de exportaciones y nueva caída de reservas”. Ok, muy claro.

Si esta es la amenaza entonces, pensemos como defendernos. Para eso hay que responder antes una pregunta clave: ¿por qué subiría el dólar blue? Los grandes medios dirán, o más bien gritarán, por crisis de confianza. Seguro, ¿pero de quién? ¿Acaso alguien entre lxs desconfiados puede tener tanto poder como para influenciar el precio del dólar? La respuesta es, obviamente, no negativa. Y de hecho, justo la semana pasada, salió una nota que da luz a muchas preguntas de la militancia. Trata de la imputación, por parte de la fiscalía general y la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), ante la Justicia Penal Económica, de seis conocidos bancos y una conocida petrolera, todos fuertes anunciantes de la prensa independiente. La denuncia es por colusión de intereses y maniobras para provocar la devaluación de enero. Y quienes no se especialicen en economía, por favor rellenen ahora el mate o el vaso con lo que sea que estén tomando, para leer con atención lo que en nuestras pampas se hace para hacer volar al dólar, ya sea en su versión oficial o en la versión blue pintado de verde:

-Se investigan 17 operaciones realizadas el 23 de enero en el mercado mayorista, produciendo “un alza drástica de la cotización” hasta cerrar la jornada. “La primera operación inusual ocurrió a las 12.18, cuando uno de los bancos compró un millón a otra entidad a una cotización de 8 pesos. Esa operación fue consolidada por otras operaciones millonarias en cuestión de segundos. A las 12.26, se ofreció 8,25 pesos en una compra de 500.000 dólares y dos minutos después, se vendió un millón a 8,30 pesos por dólar. Y un minuto más tarde, se pagó 8,40 pesos por dólar en otra compra de un millón”

-“A las 12.30 horas, el Banco Central intervino en el mercado vendiendo 4 millones a 8 pesos. Pero cuatro minutos después, uno de los bancos denunciados reinició las operaciones especulativas, con una compra de un millón a 8,40 pesos a otro banco. Al mismo tiempo, se concretó otra operación por 5 millones a 8,50; para ese entonces, el porcentaje (de aumento) acumulado durante el día era de 18%.”

– “Las operaciones realizadas por los bancos denunciados reflejaron un comportamiento anormal que no guarda tampoco al inicio correspondencia con la evolución que presentaba el mercado mayorista de divisas en el correr de la semana ni de la jornada”. (…) “En cuestión de minutos, una corrida cambiaria les significó una ganancia exorbitante”, afirma la presentación. “No sólo hubo compras y ventas de divisas por encima de los valores que en esos momentos regían en el mercado, con la evidente intención de subir la cotización, sino que además esto fue inmediatamente aprovechado para remarcar los precios de insumos para la construcción, alimentos y otros rubros para generar mayores ganancias en las empresas formadoras de precios, lo que ata el origen de un proceso inflacionario con estas maniobras especulativas”.

En resumen, la imputación es “por atentar contra el orden económico al actuar, en conjunto, para generar una drástica suba del dólar”. Están siendo investigados directivos locales de los bancos HSBC, Citibank, BBVA Francés, BNP Paribas, JP Morgan Chase Bank y Galicia, todos de capital extranjero menos el último. También la petrolera Shell, esa vieja enemiga del peronismo. Y también el Banco de la Provincia de Córdoba, en una nueva perla que regala el “compañero” De la Sota a la larga lista de indignidades argentinas.

Y así es entonces que disparás al dólar. Pero ojo, esto es la entrada nomás. El plato fuerte viene después, primero con los sojeros y el oligopolio multinacional comercializador de granos, reteniendo cosecha o evitando cobrar las exportaciones hasta que se devalúe, es decir hasta que reciban más pesos -algo que, como se explicó en el post anterior, fue clave para generar la caída de reservas de 2013. Y luego, el pesado postre: tarde, por supuesto, al dólar llega la manada, el pueblo asustado por la tele y por los diarios. Lo que sigue lo conocemos bien.

Y así se ejecuta el golpe económico. Si no hacemos un buen arreglo con los holdouts, sube el blue. Si sube el blue, aumentan las expectativas inflacionarias. Y así la cosa se le vuelve a complicar al adolescente gobierno de este adolescente y lejano pueblo.

Es importante tomar nota que el otro gran pilar de los golpes económicos, la “inflación”, está algo contenido, gracias a Precios Cuidados. Por supuesto que si logran disparar al dólar enseguida comenzarán con operaciones de desabastecimiento. Sin embargo, no parece arriesgado afirmar que el pueblo argento versión 2014 es bastante menos ingenuo del que hace poco más de una generación, en los alfonsinistas tiempos de Mazzorín, se comió entera la defenestración organizada, por parte del sistema propagandístico del capital, a un funcionario que intentó quebrar un lockout. Lockout liderado por Cargill, que apuntaba a dejar de cuidar el precio de los pollos. Hoy, es de suponer, los señores a cargo de las empresas formadoras de precios van a pensar más de dos veces sus acciones.

Aun así, la suba del blue es desestabilizante. Desordena toda la economía e impide seguir bajando las expectativas inflacionarias. Y nos lleva, claro, derecho a la derrota electoral.

En cuanto a la investigación a los bancos y la petrolera, leemos en la misma nota que “esta es la primera vez que empresas que incurrieron en maniobras especulativas son imputadas ante la Justicia por el intento de manipulación del mercado a su favor”. Excelente noticia, que en un mundo menos cruel hubiera merecido 200 tapas en los diarios. Se trata de un nuevo avance de la democracia argentina, proveniente nada menos que de uno de sus más débiles flancos, el sistema de “justicia”. Es fundamental seguir de cerca esta investigación, dado que, arreglemos o no con Estados Unidos como ellos quieren, este mecanismo será usado una y mil veces más.

 

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Acerca de Napule

es Antonio Cicioni, politólogo y agnotólogo, hincha de Platense y adicto en recuperación a la pizza porteña.

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