Columna vertebral

El acto probablemente sea en algunas dimensiones, una bisagra: para la relación del gobierno con la sociedad, pero también de la conducción de la CGT con las bases del mundo del trabajo.
Muchos y muchas se sienten traicionados por el triunvirato conductor por no haber convocado a un paro general. El día previo, Juan Carlos Schmid, uno de los miembros del trío, había dicho con cierta vaguedad que la CGT llamaría a un paro. En el palco, lo reiteraron pero esta vez incluyeron una mediación: «si el gobierno no da respuesta a los trabajadores». La incertidumbre, no hizo otra cosa que ampliarse y profundizar el descontento.
Mi impresión es que el acto se plasma con mas precisión, dos elementos que se venían consolidando, y que tienen que ver con las tradiciones que arrastra la CGT. Para pensar estas dos cuestiones, un hecho histórico, me vino hoy a la mente.
Era el 21 de marzo de 1990. Una coordinadora de gremios convocó a una acto en la Plaza de los dos Congresos, en contra del ajuste. El orador principal fue el todavía líder de la CGT Saúl «querido» Ubaldini. Su discurso fue encendido. Cuando los concurrentes empezaron a corear «paro general» Ubaldini, contestó: «No tengan dudas de que los dirigentes tomarán las medidas adecuadas en el momento oportuno«(1). Pocos meses después dejaba de ser el secretario general de la CGT y su liderazgo se iría apagando rápidamente. El paro general tardaría dos años y medio en llegar.

Ubaldini, el que había encabezado los 13 paros al gobierno de Alfonsín, pero también a la dictadura militar, estaba convencido que no debía apurarse la copa y que en cualquier caso, la dirigencia debería resolver. Lógica de cúpulas, poco asambleismo, negociación. Acaso una huella indeleble (pero en muchos casos eficaz) de Vandor.

El segundo punto se desprende del primero. Años después, al liderazgo combativo de Ubaldini, lo sucedería Hugo Moyano. Su conducción también ingresó en una zona de eclipse y por ahora no surge un reemplazo. Si Ubaldini expresaba el acuerdo de las 62, pero con el apoyo de los gremios peronistas confrontativos, Camioneros era expresión de la dinámica que los servicios habían logrado en el nuevo modelo económico. ¿Qué sector puede hoy reemplazar eso? ¿Cuál dirigente querrá desprenderse de la avenida del medio, y recoger el guante confrontativo que se escuchó hoy en medio de las calles de un acto que confrontó a la vez, a buena parte del campo laboral con el gobierno y con su propia dirigencia? ¿Hay una bisagra en el horizonte?

1. Tomado de: Rafael Briano (2004) «Otoño del 90: La encrucijada Argentina reflejada en tres plazas» En Revista Argentina Reciente Nº2

* Publicado originalmente en el blog el dotor

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