Desatando el nudo gordiano de manera poco ortodoxa

En este post, Ezequiel cerraba diciendo «el tema no es tanto el país que nos gusta, sino que país se puede pensar y edificar a partir de esta realidad, y con qué instrumentos» y creo que tiene razón.

Por eso voy a intentar plantear algunas ideas, que sirven más como disparadores que como respuestas por donde entrarle a esta cuestión.

El cambio estructural que se produjo a partir de los setenta en Argentina es parte de una nueva etapa de la economía, no sólo de la región, sino del mundo. El neoliberalismo funcionó tanto en Bolivia como en el Reino Unido, sólo que algunos países tuvieron mejor capacidad de respuesta a los desafíos de esta etapa.

El mayor problema a enfrentar es la transformación del mercado de trabajo. Ésta, que es la principal institución del capitalismo (ya que existe porque todos los hombres están obligados a vender su fuerza de trabajo) ha sufrido un cambio rotundo. El trabajo mercantilizado ha cambiado y no se desarrollaron políticas ni estrategias para resolver las contradicciones entre el modelo anterior, en el que Argentina se encontraba bien posicionada, y el actual.

Punto 1: Estado de Bienestar (EB)

Enfrentar el camino de transformación del mercado de trabajo implica reconocer la situación actual y las desigualdades dentro de ella. No olvidemos que en el modelo de Bienestar aún hoy implementado en la Argentina (a medio camino, incompleto o como quieran ponerle) es el mercado de trabajo el que distribuye derechos y garantías.

El modelo de Estado de Bienestar Conservador que se usó en la Argentina y en la Europa Continental (siguiendo el Modelo de Esping Andersen) estaba orientado, no a promover la igualdad, sino a mantener las diferencias. Por eso el derecho surge en la medida en que se cofinancia (o se aporta) para el mantenimiento del servicio (o de la institución que garantiza el derecho).

El lugar donde podemos observar más claramente este fenómeno es en el sistema jubilatorio (el monto que se percibe es en función del aporte). De esta manera, por ejemplo, un juez que durante toda su vida tuvo un ingreso alto tendrá una jubilación alta, y quién no hizo aportes no tiene derecho al pataleo. Aquí no importa la eficiencia del sistema ni la cantidad de trabajadores de otros rubros que serán necesarios para cubrir su jubilación (y sino pregúntenle a Schiaretti). Tampoco que para cubrir la caja sea necesario recurrir, como pasa hoy, a la cuentas nacionales, con lo que quién paga el IVA (todos) le terminan pagando la jubilación a los que están en blanco (pocos) aunque jamás tenga acceso a ella. Lo importante es que se mantiene la diferencia social y ese era el objetivo de los europeos cuando inventaron este sistema.

Ahora, este modelo requiere para funcionar que exista pleno empleo. Cuando el mercado de trabajo colapsa, hace aguas por todos lados. Nos quedamos sin obra social, jubilación ni fuente de financiamiento para ambas. Y ni hablar de asignación familiar (con la que el Estado subsidia la educación de quién tiene empleo en blanco y no a quién está desempleado o en negro).

Pero estos son efectos no deseados de la crisis. La apuesta del gobierno en este sentido fue volver atrás: lograr el pleno empleo y que de esa manera todos estén cubiertos. Es cierto que es muy dif?cil financiar un EB universalista, pero ahí es donde pasamos al segundo punto.

Punto 2: transformación del Mercado de Trabajo

Este es nudo de la cuestión. Lo que sucedió es que el desarrollo de las nuevas tecnologías («la sociedad del conocimiento») le permitió al capital «liberar» mano de obra que no pudo ser asimilada por el mercado de trabajo por la reducción del mismo y por falta de competencias para el manejo de esas tecnologías. A su vez, quienes poseían suficiente capital humano para mantener o adquirir un empleo -particularmente en el sector industrial- aumentaron fuertemente sus remuneraciones, desplazándose la mayoría de los trabajadores al sector de servicios (con salarios notablemente menores). De esta manera se establecieron brechas, primero entre quienes poseen niveles de educación para insertarse en el mercado laboral y quienes no y luego entre quienes mantienen trabajos de calidad, y mantienen los beneficios del EB, y quienes se encuentran en empleos precarios (aún hoy cercano al 40% de la población).

En un trabajo sobre distribución del ingreso, Altimir y Beccaria analizan cuales son los factores determinantes de la desigualdad, utilizando el índice de Theil (otro método para medir la desigualdad, como el de Gini). Los factores básicos que se toman son: educación, edad, calificación y rama de actividad. Si se combina los factores de educación y calificación representan dos tercios de la desigualdad: la educación que en 1974 explicaba el 18.7% de la desigualdad, pasó en 1997 a tener una incidencia el 30.9% y la calificación del 23.3 al 35 %. Dicho en otros términos, la gran diferencia está dada por el tipo de trabajo y las competencias necesarias para llevarlo adelante. La «alfabetización» para insertarse el mundo del trabajo va más allá de saber leer y escribir (pero no crean que tanto más allá).

Argentina requiere de un gran cambio en el mercado de trabajo para poder mantener competitividad. Y esto no por comernos el discurso de la globalización sino porque efectivamente la única forma de mantener en el mediano plazo las exportaciones por arriba de las importaciones es agregando valor a la producción.

A esto algunos autores le llaman «la senda alta del desarrollo»: apostar por sectores productivos cuya única variable de ajuste no sea la mano de obra. El problema con esta perspectiva es qué hacer con la mayor parte de la población que hoy, sin más, no podría insertarse en esa nueva economía pues no tiene las competencias suficientes.

En ese post yo hacía mención a las políticas que había implementado Dinamarca, no para trasvasarlo acríticamente ni para darle el gusto a Ana C. sino para que prestemos un poco de atención. Los daneses encararon durante los noventa un seguro de desempleo atado a un plan de «adaptación de la mano de obra». Partieron de reconocer que lo que la gente sabía para trabajar no les alcanzaba y no de que quien no tiene trabajo es porque es tonto o vago, sino porque el Estado no hizo su trabajo: se garantiza el ingreso (incluso para los empleos que tienen un ingreso menor al promedio europeo) y se pone a la gente a estudiar de nuevo para poder incorporarse al mercado de trabajo.

Con esto obviamente no alcanza (por ejemplo, para la industria necesitas bienes de capital) pero que la gente esté en condiciones de conseguir laburo es sin duda el mayor escollo (y para eso tenés que asegurar un ingreso).

Pasando en limpio:

1. Las políticas de igualdad hoy requieren intervenir fuertemente en los procesos de educación y subjetivación, no sólo en la redistribución de ingresos y oportunidades. Las políticas de promoción de la empleabilidad no pueden ser cursitos de computación, sino que hay que trabajar sobre competencias generales. Y habrá que pensar un sistema de educación permanente al que se vinculen todos los programas de ingresos (subsidios y etc).

2. El mercado laboral ya no es un eficaz canal de acceso a las instituciones del EB pues no todos tienen acceso a él e incluso para la mayoría de las personas que están insertas tener empleo no significa necesariamente acceso a los beneficios del EB. Es necesario tender a políticas universalistas.

3. Se debería priorizar en las políticas de promoción a aquellos sectores de alta nivel de agregación de valor («senda alta del desarrollo») y/o mayor incorporación de mano de obra. Estas políticas deberían ser implementadas y diseñadas regionalmente, el Estado nacional debe supervisar: no puede saber que hace falta en cada lugar.

Si ya se: ¿Cómo se financia? El punto 1 con un porcentaje de la masa salarial. El punto 2, requiere toda una reconversión, no se financia con una sola fuente. Y el 3, en el Estado, plata para las empresas siempre hay. Entre lo que maneja el BNA y la SEPYME en promoción a pymes alcanza.

19 comentarios en «Desatando el nudo gordiano de manera poco ortodoxa»

  1. Primo: Coincido con lo que decís en muchos aspectos, en otros no. Lo diferente sería el enfoque. Siendo en análisis medio teórico y profundo una posibilidad es que lo discutamos a fondo. El trabajo de ambos sería comprender el enfoque del otro, pero no se si te interesa. Yo estaría dispuesto.

  2. Horacio, Por supuesto que me interesa, por eso post, para confrontar mis propias ideas. Eso funciona básicamente cuando alguien que piensa distinto opina, asi que dele nomás…

  3. Ahora entiendo mejor varias cosas que me señalaba Ana, con afectuoso trato. Primo, si así te puedo llamar, ¿qué bibliografía le recomendarías a un estudiante de estos temas? Porque, realmente, en AP sigo descubriendo mundos desconocidos… esto es como StarTrek.

  4. Eze,
    El post parte de Esping Andersen («Los Tres Mundos del Estado de Bienestar») que busqué en la red pero no encontré (si alguien tiene el link sería fantástico), hay también algunas cosas de unos papers de Aldo Isuani. El librito que es fantástico sobre el tema del Mercado de Trabajo es «Miserias del presente, riqueza de lo posible» de André Gorz.
    Un problema que le veo a estas políticas sociales universalistas es el de la inflación: si tendría impacto y como hacer para mantenerlas como política de ingresos en un nivel aceptable.

  5. Primo Luis. HE dedicado varios posts como
    este
    y
    este
    . El que describe este fenómeno que planteas es Robert Castel, sociólogo francés y Rubén Lo Vuolo desde lo económico.
    En la teoría Ulrich Beck con su proceso de «indidualisierung».
    Casualmente es E. Meler quien trata el tema desde los estados nacionales t los «separatistas» autonomistas» que es la consecuencia a nivel social del tema.
    Un compliladito es este post de Urrutia Elejalde que resumet todo lo que escribí yo.

  6. Primo, el objetivo de los europeos no era mantener la diferencia. En realidad, el modelo conservador es más antiguo que el universalista, nomás porque los países que lo tienen (Alemania, Francia, Bélgica, Austria) eran en su momento mucho más ricos y poderosos que los escandinavos y de ahí el carácter conservador y «familiero». Cuando se desarrolla el modelo, funcionaba como una especie de seguro solidario dentro de determinados grupos, financiado por esos mismos grupos; a medida que se extiende y requiere de la financiación del Estado, es decir todos, se empieza a notar que le sirve sobre todo a un grupo de privilegiados, los incluídos y no tanto a los que quedan fuera del modelo.

    Dicen que una vez que estás dentro de uno de estos modelos es muy difícil cambiarlo, pero yo no creo que sea así. España pasó de uno al otro, por ejemplo. No se hace de un día para el otro, pero algún día hay que empezar.

    Lindo que haya escrito esto.

  7. A propósito, en Argentina hay muchísimos autores que escriben sobre estas cosas. Hay un tal Gasparini, del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata, por ejemplo, del que leí algo muy interesante sobre globalización, por ejemplo.

    Así que no hace falta envidiar al SFI ;-)

  8. primolouis

    Bueno. Antes me parece indispensable acordar algunas definiciones. ¿Tomo el diccionario de la real academia como punto de partida?
    Neoliberalismo: “tiende a reducir al mínimo la intervención del Estado”. Simple, pero no especifica que es mínimo y sospecho que habría que hacerlo.
    Como vemos que cada uno define las cosas a su manera, soy partidario de ahorrar las definiciones y a los pensadores también. Creo que es mucho mejor no usar ciertas palabras (o hacer una muy clara definición de las mismas) y olvidarnos un poco de los ideólogos de libros dando importancia suprema al “aquí y ahora”.
    Por eso a mi me gusta decir que es el estado argentino actual, y cual el rol del estado del futuro. Por eso sostengo que la primera definición que me gusta para el futuro es “que el estado debe ser eficiente”. Puede representar una parte pequeña o grande del PBI, pero es tanto más bueno cuanto más eficiente. Aquí paro para consultarte como se sigue.

  9. Ana,
    Es cierto que el modelo conservador surge como grupos solidarios dentro de los «gremios» y grupos según tipo de actividad, así como el fuerte lugar que ocupa la familia en este modelo (que es otra de las dificultades que tiene hoy por la cuestión de género, es un muy buen tema para conversar más adelante) pero «sociológicamente» más que técnicamente, la cuestión de mantener la diferencia está presente, incluso en el mismo Bismarck, cuyo objetivo no era tanto progresista como de sostenimiento del sistema «cómo es». Aunque reconozco que son posibles lecturas que uno puede hacer.
    No conocía ese centro, voy a buscar material, gracias por la info!
    Que bueno que le haya gustado el post! por ahi uno se mete en estos temas y te pueden salir mal el post -porque son demasiado técnicos o por el contrario: porque es insuficiente espacio para fundamentar-. Que a usted le haya gustado es para mi un orgullo.
    Saludos!

  10. Horacio,
    discrepo: el Estado debe ser eficaz, la eficiencia es sólo un camino, probablemente uno de los mejores, pero no es un fin. De nada sirve administrar bien los recursos si no cubre las necesidades y garantiza derechos.

    Si estoy de acuerdo que el Estado debería tender a ser eficiente en alcanzar su eficacia porque así podría ampliar «sus servicios», pero de ningun modo los fines del Estado y la garantías que debe brindar pueden estar determinadas por un punto óptimo y lo que se quede afuera, se queda afuera. El Estado debe brindar buena educación, buena salud y una lista grande que podemos discutir, pero sino terminamos siendo Macri con sus sistema de salud…

    De todos modos, desarrolle su idea, aunque no acuerde con lo que acabo de decir, le parece? Me interesa leerlo!
    Saludos!

  11. Charlie,
    No conteste antes porque quería leer los post. Es mucho más sociológico lo tuyo, que de politicas sociales y no estoy muy seguro de cuál es el lugar que pensas para las políticas de estado, pero no tiene porque contradecirse con esto.

    Para empezar: me parece que tratar de abordar el proceso de Subjetivación (como lo llaman los franceses) sin reconocer que se parte del estructuralismo es quedar en offside. ¿Por que? porque ese sujeto surge cuando se opone a una socialización (en términos que vos usas: ese individuo aparece cuando se opone, traiciona y contrasta con un grupo). Estamos de acuerdo que el objetivo último es el sujeto, pero se construye, aparece, hace sentido, en la oposición (de ahi: Saussure – Levi Strauss – su ruta). Por eso (se lo extraña a Hal, viviamos peleando por esto) se podrá patalear todo lo que quiera contra el estructuralismo por duro o por ahistórico, pero sigue subyacente en la teoria actual sociológica actual mucho más de lo que les gusta reconocer a muchos.

    Y las políticas pueden tratar de trabajar en distintos niveles pero asumir que una política social puede ir al plano de la individuación es casi contradictorio, justamente porque es en el plano de socialización donde debe trabajar: generar condiciones iguales y de ahi que cada uno se construya como sujeto.

    Al menos eso lo que creo yo que debe ser el lugar de la política, sino tendemos hacia cualquiera de los dos extremos: el totalitarismo o la anómia.
    Saludos!

  12. Creo que lo que subyace al post es una apropiación de ciudadanía que no sea visto como una garantía del sistema de derechos por financiamiento. Aunque quizás es la visión desde mi posiciión y situación en este campo que es completamente ignorante respecto a una propuesta tecnicista, lo cual puede ser visto como una falencia.
    Aportes de Garretón acompañan las premisas presentes en los modelos societales y su transformación a lo que hoy se conoce como «el tipo post-industrial globalizado» (esa última palabra me sigue haciendo ruido) caracterizado por el consumo, la comunicación y la información que se combina inevitablemente con el «tipo referencial» cuyos ejes son el trabajo, la producción y el Estado nacional. Entonces, a la propuesta de este post se la podría desarrollar también desde la particularidad resultante de la ausencia de sujetos, producto de la transformación la matriz clásica (lo cual nos acerca no tan peligrosamente al estructuralismo).
    Primo, le dejo un par de categorías para la segunda parte…

    Abrazo

  13. Me voy a tener que poner a leer, Cosas Dichas!
    Pero efectivamente, la idea del post tiene que ver con los mecanismos de generación de ciudadanía y su resignificación. Lo que señaalo es que antes «el trabajador» y «el ciudadano» eran categorías juxtapuestas y hoy ya no lo son (tema aparte el significado de «ciudadano» en los medios hoy, y estoy pensando en «Santo, el ciudadano» cuando digo esto). Esa diferencia tiene una serie de implicancia en términos de políticas de estado que deberían revisarse (y no descartaría que hoy la asociación sea trabajador = consumidor en lugar de trabajador = «sujeto de derechos»).
    Saludos!
    Saludos!

  14. Si quiere que le pase material de lectura, lo espero junto con el vino.
    Veo que se entusiasmó con el planteamiento…voy a seguir agregando algunas cuestiones que me parecen relevantes y para algunos es un aporte en términos de conceptualización:
    -establecer la diferencia cuando se habla de neoliberalismo y de globalización (aunque parezca naif hay quienes creen que son sinónimos, además insisto en tomar algunos escritos de Schmucler y Ford para llegar a fondo en lo que respecta a la globalización y la mundialización, lo que otra vez…no es lo mismo)
    -pensar la centralidad de la cultura en la formulación de políticas públicas de no-exclusión (guarda, no he hablado de inclusión por razones puramente ideológicas). En esta categoría analítica, los componentes simbólicos de la nuevas condiciones objetivas a las que el agente se enfrenta. Otra vez, ¿qué es lo que subyace como instituido en la matriz actual? ¿Cómo juegan los nuevos ejes de acción para este agente? ¿Posibilidades de acción instituyente?
    -Más en el núcleo, ¿la reducción de ciudadanía al «poder del consumidor», es una condición objetiva inserta? Si se analizan algunos de los fenómenos circuscriptos en las mediaciones contemporáneas, los rasgos de la acción colectiva parecen haber abandonado la lógica participativa por la garantía de derechos y consecuentemente, por el fin último de la igualdad. Digo, si damos por hecho que esta reducción está inserta en la estructura del campo, en las condiciones objetivas actuales…¿no caemos sin retorno en el simplismo? Para ello, la centralidad de la cultura en un planetamiento de política pública tiene que exceder la lógica de «Santo, el ciudadano» como Ud bien ejemplifica.

    Saludos!

  15. ¿Qué significa un Estado eficiente?
    Me parece que pretenderíamos lo mismo del Estado. Al decir eficiente quise decir: emplear bien los recursos de los contribuyentes: Hospitales con buena atención, que se respete a la gente y no se la haga perder el tiempo, que no se choreen la gasa… Escuelas bien organizadas en la que los chicos aprendan lo correcto, que las administraciones atiendan bien a la gente sin abusos, que no hagan hacer trámites innecesarios, que no haya ñoquis, que se emplee buena tecnología e infraestructura… etc etc.
    Muchas veces pensamos en achicarlo por lo mal que funciona todo, y los palos en la rueda que ponen a la gente. Tengo el proyecto de las “contabilidades transparentes”, para que sea imposible que el dinero se vaya por canales de corrupción (jamás nadie se interesó). Pero, un Estado que funcione bien, creo que aún podría realizar otras actividades muy útiles a todos los ciudadanos, y que actualmente no realiza.
    No me parece bien que haya ñoquis en el Estado. Si es eficiente o eficaz debe lograr dar trabajo útil a todos (público o privado) los aptos. Eficiencia o eficacia es lograr que todos los chicos estén bien alimentados y que tengan buena educación. También es no hacer obras ineficientes como es el tren bala. etc.
    De paso, creo que estamos muy lejos de ser eficientes o eficaces en el sentido administrativo. y eso es un motivo importante de nuestra preocupación.
    El problema de las Instituciones de la República y las garantías no las estoy considerando en esto. Sólo pretendía referirme a la parte administrativa. Por supuesto que un buen estado es aquél que no sólo cumple las leyes sino que tiene un buen aparato legal y de esto habría mucho para analizar.
    Me parece que pensamos igual en todo esto.
    Trato de que las diferencias no sean semánticas.

  16. Che no se olviden de Julio Godio con «Sociología del trabajo y política», «El MERCOSUR, los trabajadores y el ALCA» y «LA SOCIEDAD DE TRABAJO : UNA UTOPIA REALIZABLE»

    Saludos

    PD: Esta es la Ana C. a la que queremos ofrecerle un ministerio, no la sebreliana-moralesca….

  17. Buen post, sin embargo no coincido con un punto de tu argumentación. Parece, por lo que decis, que el pasaje del estado de bienestar al de la transformación es automático (bien neoclásico). No explicas porque en un modelo que cerraba con pleno empleo empieza a ser rentable sustituir trabajo por capital, si tanto le cerraba a las empresas no lo hubiesen hecho,yo explicaría mejor ese proceso, creo que este es el punto debil del post. Con el resto estoy de acuerdo
    saludos

  18. Julian,
    Sin duda, todos candidateamos a Ana para el Ministerio… pero ojo que va a querer independencia!

    Diego,
    Tenés razón y en torno a eso las discusiones no están cerradas. Por eso preferí optar por una de las explicaciones que cerrara mejor con el resto, porque ya bastante largo estaba el post. De todos modos podríamos hablar de la crisis de los petrodolares y la economía yanqui como base para pensar el sustento «objetivo» del discurso neoliberal.
    Saludos!

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