El Estado kirchnerista, la autonomía y la incertidumbre

¿Es el kirchnerismo un modelo económico de inclusión social inédito para la historia argentino? ¿Presenta este gobierno las credenciales históricas para ubicarlo como de izquierda democrática? ¿Es el kirchnerismo una etapa de consolidación del Estado capitalista dependiente? ¿Es el kirchnerismo la continuidad del neoliberalismo por otros medios? ¿Representa este gobierno la herencia del módulo nacional y popular?

Muchas son las preguntas que se reproducen a diario al interior del mundo intelectual, político, académico y de la opinión pública para intentar dar cuenta del fenómeno kirchnerista. También son varios los abordajes por donde se lo observa en una época caracterizada por la centralidad que vuelve adoptar la política en su faz transformadora.

Lo que sí comparten la mayoría de los analistas del periodo es que, como no sucedía desde hace más de cincuenta años, el Estado argentino tomó una centralidad como agente político económico y social desconocido desde la restauración democrática en 1983. Y desde allí que podamos indicar, sin temor a equivocarnos, que el kirchnerismo, tomado como modelo económico, como liderazgo político o como proceso disruptivo de la política local, en cualquiera de las esferas que se lo mida, ha vuelto a poner en el centro dos cuestiones: el Estado y la incertidumbre de los principales actores (en un rato volvemos a esto).

Desde el año 2003 el kirchnerismo ha producido un proceso de cambio económico, político y social que ha afectado, en mayor o menor medida, a los distintos estamentos sociales de nuestro país. Lo que se ha dado a llamar “el modelo” implica una serie de transformaciones de una buena parte de la estructura productiva, que tiene como resultado (positivo) una sociedad más equilibrada, con mayor empleo y con salarios recompuestos.

Sin intentar enumerar el resto de las “bondades” y limitaciones que tiene el esquema inaugurado luego del desastre neoliberal (que aquí en Artepolítica ha sido desmenuzado de manera abundante), lo que aquí intento advertir es que uno de los rasgos que caracteriza al kirchnerismo (el cual me interesa resaltar) es justamente el haber convertido al aparato del Estado en un agente con poder propio, con un alto grado de autonomía y con capacidad de disciplinar, al hacer uso de sus instrumentos, al resto de los actores.

Está claro, como nos cuenta la historia, que cuando el Estado adopta tal nivel de autonomía, y por ende, de intervención son los sectores sociales populares, en la mayoría de los casos, quienes se benefician. Casi toda injerencia del aparato estatal en el ámbito económico, colisiona, la mayor de las veces y en especial en los países periféricos (esos que los neoliberales suelen denominar “emergentes”), con los intereses empresariales deseosos de la manutención de un orden estable sin mayores disrupciones ajenas a las del mercado.

En nuestro país, durante  más de 30 años fue instaurado un modelo de país en donde el Estado fue perdiendo, en forma paulatina, su poder de intervención, Los militares genocidas, haciendo el trabajo sucio en connivencia con algunos sectores empresariales, limaron los instrumentos de injerencia estatal y ejecutaron una política de destrucción y abandono de las políticas laborales sometiendo a los trabajadores a un escarnio social revanchista (Basualdo dixit). El menemismo continuó estos lineamientos y profundizó el esquema de expoliación añadiendo el desguace estatal e inaugurando un proceso de exclusión desconocido para la historia nacional que se extendió durante el gobierno de la Alianza. Como sabemos este modelo neoliberal terminó de la peor manera en diciembre de 2001 y fue a partir de mayo de 2003 (previo interinato del senador Duhalde) que este proceso comenzó a revertirse de manera gradual.

En todos esos años, el aparato estatal sufrió un sistemático proceso de deterioro en sus capacidades que lo limitó de cualquier posible intervención a favor de los sectores más desprotegidos de la sociedad. Y en consecuencia, fueron los sectores empresariales quien más se vieron beneficiados de esa ausencia por partida doble: menor control para el lucro y empresas estatales en la modalidad de concesión.

El kirchnerismo dio punto final a este modelo concentrador (aunque es cierto que aún quedan enclaves a desterrar, tarea urgente de la administración) y ubicó en el centro de su quehacer al Estado, como un nuevo actor con capacidad no sólo de intervenir y direccionar a los agente privados, sino también como un protagonista con un nivel de autonomía que sobrevuela los intereses de los sectores en pugna y que inyecta, cada vez en mayor medida, dosis de incertidumbre al entramado económico social. Es decir, el planeo por los intereses en conflicto (“No vine a custodiar la rentabilidad empresarial…ni a ser parte de las internas sindicales”, por mencionar algunas) sumado a la constante modificación de las reglas de juego empresarial (La tan mentada “seguridad jurídica” esgrimida por los popes mediáticos del neoliberalismo vernáculo) suscitan temores en el interior de los sectores patronales. Es cierto que los sectores empresarios continúan obteniendo jugosos beneficios (el complejo sojero es un ejemplo paradigmático al respecto) pero, dichos sectores temen, aún más, que el entramado legal sufra modificaciones que recorten sus ganancias a futuro.

Lo que los gobiernos anteriores al kirchnerismo le permitía a estos sectores, era la certeza de que sus intereses iban a ser custodiados o, al menos, que las reglas del juego (su propia seguridad jurídica y económica) no sufriría grandes alteraciones. Por esa razón, para el empresariado tradicional, este gobierno es más peligroso que cualquier experimento político, que a pesar de afectar sus intereses, logre dotar de certeza a sus acciones.

El kirchnerismo, y aquí está en mi concepto su principal punto fuerte, fue el primer gobierno después del de Perón, de poner en el tapete la ausencia de certeza en el entramado económico, político y social. Desde allí que cada vez que rugen las usinas mediático- empresarias ladrando sobre el grado de “inseguridad jurídica” o sobre los sistemáticos “cambios en las reglas del juego”, las acciones gubernamentales aumentan y absorben mayores grados de poder.

Es cierto que un cambio sistemático en las pautas de conducta de los actores afecta el normal desenvolvimiento de las sociedades, sin embargo, la evidencia histórica nos muestra que en los países en los que se gozó durante décadas de una “estabilidad” para los negocios, el hambre y la pobreza fueron los resultados más importantes. Desde allí que no hay que confundir incertidumbre con anarquía. Y como aprendimos en estas décadas, la certeza para los negocios no es igual a mayor empleo y mayores derechos.

Desde este encuadre es entendible la desazón de los sectores del verdadero poder frente al estado kirchnerista. Estos sectores se siente más cómodos con gobiernos dóciles (inclusive sean o no proclives a políticas neoliberales) y seguros en lo que atañe a la certeza en la cosmovisión de sus negocios. Con ello, acá no se intenta decir que el kirchnerismo haya afectado de manera frontal sus negocios sino que perturbó su certeza del “estado seguro”. Es decir, es cierto que el gobierno, al tener una política de mayor distribución “tocó” determinados intereses (que en un contexto de crecimiento no fueron determinantes para sus balances), pero el temor principal de estos actores es y fue no tener el control del Estado de antaño.

La autonomía adquirida por el Estado kirchnerista estos años, permitió avanzar en un proceso de cambio de la matriz neoliberal de los noventa. Sin embargo, desde este mismo esquema ¿es posible generar procesos de mayor profundidad en lo político- social?¿Dicha autonomía estatal permitirá una mayor transformación en lo social, con mayores dividendos para la clase trabajadora?¿La no- neutralidad esgrimida por la presidenta en sus discursos puede dar lugar a una transformación cabal de la economía argentina o sólo se quedará en el discurso?¿No ser neutral implica convertirse en representante genuino de los intereses de los más pobres?¿Es posible que el modelo para sustentarse deberá dar lugar a una mayor autonomía del Estado y por ende de una mayor incertidumbre empresarial?

En síntesis; no se corre el riesgo de que al aumentar su autonomía, el Estado -el Gobierno- se autonomice también «demasiado» de los sectores populares?. Ese mayor grado de autonomía (el planear por «arriba de todos»)  que en los hechos implica un disciplinamiento generalizado de actores ¿es funcional a un modelo de no neutralidad o dicho disciplinamiento en los hechos termina jugando siempre para los más ricos?

Las respuestas a estas preguntas serán parte de la realidad de los próximos años.

Acerca de Mariano Fraschini

Doctor en Ciencia Política y docente (UBA- UNSAM- FLACSO)

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81 comentarios en «El Estado kirchnerista, la autonomía y la incertidumbre»

  1. Excelente Mariano, tanto la descripción como las preguntas a futuro. Particularmente, me quedo con una: «¿La no- neutralidad esgrimida por la presidenta en sus discursos puede dar lugar a una transformación cabal de la economía argentina o sólo se quedará en el discurso?».
    Aprovecho este contexto para hacer una crítica al concepto de «sintonía fina».
    Todo indicaría que la metáfora de la sintonía fina llega, cuando la «gruesa» quedó más o menos concluida. Cuando lo que hay que corregir son «detalles», por grandes que estos sean en el contexto de un país. Por dar un ejemplo, si la distribución económica entre capital y trabajo hubiera llegado a su nivel óptimo (siempre arbitrario), sería razonable generar justicia al repartir el dinero entre los trabajadores. Para precisar el ejemplo en situaciones concretas, tal vez sería válido, en ese contexto, decir que los docentes son beneficiados respecto de otros trabajadores.
    Lo que para mi está claro, y adquiere relieve en tu pregunta, es que la sintonía gruesa está lejos de haber concluido su labor, ya que la transformación cabal de la economía argentina aún no se produjo. En esa realidad, señalar trabajadores «beneficiados», como camioneros, petroleros, docentes o lo que sea, no me parece provechoso.
    De ninguna manera creo que la sintonía fina implique ajuste, pero sí, que implica «retocar» cosas, cuando aun queda demasiada transformación gruesa sin completarse. Dicho en los términos del artículo: ¿El gobierno se contentará con que hoy los sectores dominantes no tengan certidumbres, o se decidirá por completar el cambio y hacer que sean los trabajadores los que las tengan? Abrazo.

    1. Perfecto Sergio. Coincido totalmente, lo que decis corre por la misma avenida del post. Y la pregunta, que suscribo y agregaría a las que formulé al final, resulta la clave para ver si ese «queremos más» de muchos se despliega en forma definitiva
      Abrazo

  2. ya estamos con le recopilacion no? volvio el estado, se recompuso el salario, el desastre neoliberal, «los militares genocidas» …en fin, el relato lo sabemos todos.

    todo para llegar al final donde esta lo importante, es si se derechizó, si cambio el rumbo, la pelea con los sindicatos

    yo creo que viene surfeando bien el tema teniendo en cuenta que es el primer «ajuste» en 8 años, mientras se deje afuera de los aumentos de tarfias en general a los sectores populares. El desaceleramiento es evidente, seria bueno tambien que se cuidara el empleo como en el 2009

  3. Este tema de la «incertidumbre» no me cierra, me genera mucho ruido. Si se le genera incertidumbre a un sector o a un actor se termina beneficiando a otro. Si la incertidumbre es general para el conjunto de la economia afecta al consumo y/o la inversión.
    Acá se ha optado por castigar a algunos y beneficiar a otros, a veces en forma legal y otras en forma arbitraria. El Grupo Cirigliano ha tenido una certidumbre absoluta a pesar de su accionar cuasi-delictivo durante todos estos años y el Estado no ha aplicado ninguno de los mecanismos legales que están a su disposición para sancionarlos mientras que en otros casos con una simple resolución arbitraria de un funcionario han mandado a la quiebra a miles de pymes.

  4. Querido Mariano: Siguiendo su racionamiento, es decir, el elogio de la incertidumbre, el Estado de derecho no tiene razón de ser, la simple y llana voluntad de un soberano iluminado nos dicta, día a día los pasos a seguir. Hoy será a favor de los pobre, mañana de los ricos. Ni la monarquía se planteaba estas soluciones para el orden social. La cosmovisión de este gobierno es capitalista y el capitalismo se mueve por las expectativas de los actores. El kirchnerismo no inventó la pólvora ni un orden nuevo, hace lo que puede y lo que quiere convertido en un gran sector dominante que controla el aparato estatal. Y, por favor, no me confunda Estado con gobierno.

    1. Clap!Clap!»por favor, no me confunda Estado con gobierno.»
      Pide mucho, hay màs un «Politilogo» , «Academicos»,»militantes» y «Hombres de la cultura», que desconocen la diferencia (entendible por otra parte, ya que en nuestra historia toda, la diferencia siempre fue ignorada)y voy a màs muchos hombres de nuestra politica, tienen una confusiòn sincera al respecto. Pero pedir que aqui en el sitio de los panagericos oficialistas (donde hace mucho nadie lee ql angulo inferior izquierdo de la pantalla), no se produzca esa diferencia es mucho pedir.

      PD: Al autor, ¿Como es lo del cambio de la matriz liberal de los 90?. ¿Energia quien la controla? ¿Recursoso naturales?¿Comunicaciones? ¿entidades financieras?En serio creés , que porque repartieron 3 pesos en epoca de vacas gordas cambio la matriz economica del pais. Debe ser por eso que puerto madero triplico la superficie construida ( Carambá!!, casi igualito que la 31)

      1. Dificil confundirlos. El gobierno es la accion real de actores concretos y el estado una entelequia o, en el mejor de los casos, un conjunto abstracto y ambiguo de reglas.

        De alli tambien mi reserva con el post. No creo que haya estados mas o menos autonomos, ni mas grandes o mas chicos. Si el estado es la cristalizacion simbolico de las practicas y normas colectivas (de alli que su efecto de realidad sea similar al del mito), el estado «ausente» o el estado «heteronomo» no son mas que modalidades de la distribucion conflictiva del poder social. «Lo que cambio» de un tiempo a esta parte, quisiera creer, es que caea vez menos creen en la fantasia de El estado cual alienigena. Fantasia liberal si las hay, con es horrible metafora de las esferas, puf.

    2. Querido Norman parece que Ud ha decidido darle a la incertidumbre un caracter generalizado. La incetidumbre la sufren, en general más, los que durante décadas tuvieron la certeza de negocios redituables amparados por el rapaje de los instrumentos estatales
      El Gus, ¿ud insinúa que el kirchnerismo es la continuidad de los noventa o que no se avanzó en muchos aspectos y en otros no tanto (o si quiere poco y nada)?¿Ud cree que la matriz de los noventa aún pervive
      Abrazo

      1. Tu preocupacion mi hizo acordar al estado sovietico. Acaso no era un estado autonomo que estaba por “arriba de todos”? No creo que el gobierno de CFK se transforme en eso, pero tu pregunta creo que es valida.

        Me parecio flojo de tu post tu elogio de la incertidumbre:
        «Es cierto que un cambio sistemático en las pautas de conducta de los actores afecta el normal desenvolvimiento de las sociedades, sin embargo, la evidencia histórica nos muestra que en los países en los que se gozó durante décadas de una “estabilidad” para los negocios, el hambre y la pobreza fueron los resultados más importantes.»

        Se me ocurre una enorme lista de contraejemplos a esa afirmacion. De hecho, me pregunto que sociedad en el largo plazo, ha funcionado exitosamente de la manera que planteas y que elogias de Kirchner.

        Y ya que estamos hablando de Peron, su experiencia termino con una sociedad en extremo polarizada, al punto que un sector muy grande, termino abalando gustosamente un golpe de Estado por un grupo de hombres, que meses antes habian bombardeado una plaza. Y cuando una sociedad legitima golpes de Estado (y mas golpes de Estado con antecedentes violentos), cabe preguntarse que errores cometio el gobierno democratico.
        Asi que ojo con las incertidumbres. Que muchas veces, se vuelven en contra.

      2. Por eso vivimos en un estado democrático, cuando el pueblo quiera otra cosa se expresará con su voto.

  5. Estamos hablando de autonomía pero en un marco de enraizamiento. Evans no es de mi predilección pero algo de esto ha ocurrido estos años: El Estado no es ajeno a las necesidades de las empresas pero la agenda se cocina sin que estén sentados a la mesa los popes de siempre (los grupos económicos locales, ya que estamos con Basualdo sigamos por ahí).

    Yo plantee una idea similar a la que expongo acá en http://yaesta.blogspot.com/2011/01/el-poder-economico-y-politico-vale.html

    De este modo los grados de autonomía o enraizamiento dependen de la relación entre los objetivos de gobierno y el poder para llevarlos adelante. Siendo esta última una zona gris que requiere de constantes diagnósticos y lecturas de la película de la realidad; cabe entender que a veces la lectura de la realidad sea más clara y a veces no. Pero a diferencia de los Rapanellis, los Losers o los Tizados este gobierno siempre ha priorizado los Del Pont y los Morenos, por ejemplo. Por eso defiendo la evidente autonomía de este Estado en función de la clave histórica, fundamental para hacer estos análisis.

  6. Creo que la preocupacion valida de Mariano F.pasa por la separacion del gobierno de la gente,de lo que piensa,necesita y vive.Hay que aceitar los canales de comunicacion y escuchar mas a los representantes concretos,buscandolos no entre los politicos o los periodistas unicammente.

    1. Excelente Isabel! Me parece que la puja con los medios gráficos ya es parte del pasado. Una buena acción del gobierno es una avalancha de la cual les cuesta cada vez más recuperarse. Me parece que, superados lso medios gráficos, hay que avanzar hacia otros actores (los económicos son los decisivos) para garantizar condiciones de equidad y desarrollo.

      1. Buenísimo lo de Isabel (que bueno cuando una mujer entra en la rueda!):
        «Hay que aceitar los canales de comunicación y escuchar más a los representantes concretos,buscándolos no entre los políticos o los periodistas unicammente.»
        y lo de Santiago:
        » la puja con los medios gráficos ya es parte del pasado. Una buena acción del gobierno es una avalancha de la cual les cuesta cada vez más recuperarse.»

    2. «mejorar los canales de comunicacion» yo creo Isabel q a esta altura (9 añitos) no me queda mas q pensar w SOS una cinica. Para hacer lo q pedis hay q meter la mano en serio y se sabe q estos son solo «parcheadores» de la realidad.

      Ademas q canales canales en literal no le faltan ej?

  7. hola MARIANO QUE ESTEMOS DISCUTIENDO EL FUTURO YA FORMA PARTE DEL CAMBIO DESDE QUE TENGO USO DE RAZON Y TE DIGO 40 AÑOS HACIAMOS POLITICA SOLO COMO DE UNA MANERA AUTODEFENSIVO SALVO UNOS POCOS MOMENTOS DE ILUSION QUE TERMINABAN DEJANDONOS CONTRA EL PISO Y ESTOS 8 AÑOS NO ES ALGO QUE NO ESPERAMOS OJO NO QUIERO QUEDARME CON LO HECHO PERO SI NO ANALISAMOS DIFICIL ESPLICARLO QUE PUEDE VENIR ME PARECE QUE LA SUCECION DE CRISTINA ME HACE ACORDAR A PERON CUANDO DICE LA ORGANISACION VENCE AL TIEMPO ESE ES EL EJE DONDE TENDREMOS QUE CENTRAR HAY ALGUNAS PUNTAS QUE DEJA ESTE MODELO DONDE VAN QUEDANDO EN EL CAMINO UNA CANTIDAD DE PERSONAJES Y SE SUMAN NUEVOS LOS CAMBIOS QUE SE VIENEN NO SON ISQUIERDA Y DERECHA ESA ETAPA TERMINO LA QUE VIENE ES DE DEFINICIONES Y ESTAMOS EN UN BUEN MOMENTO ESTA EN LA SOCIEDAD DEFINIR EL CAMINO Y LO QUE ESTAMOS EN POLITICA NUESTRA OBLIGACION ES MILITAR Y PRESTAR EL OIDO AL PUEBLO SERA LO MEJOR PARA LOS ARGENTINOS Y ESTA ETAPA NO LA PODEMOS PERDER COMO DECIA NESTOR O LE VAMOS A DEJAR ESTE MODELO A LOPES MURFI ERA EL 2003 ASI QUE ADELANTE

  8. Mariano, no me queda claro en este modelo de fortalecimiento del estado donde encaja que el vice-presidente de la nacion se compre una imprenta para imprimir papel moneda a traves de una empresa registrada en el extranjero. Todo lo anterior con ayuda de funcionarios del gobierno entre los cuales se encuentra en director del la AFIP. Me lo podrias explicar ? Gracias.

    1. No, no encaja. Es una acusación de índole judicial, sin veredictos ni condenas de nada, aún en etapas pre-iniciales. No encaja en el marco de un análisis político de un blog. Ni siquiera es relevante si ocurriera un proceso efectivo. No reyecta o contradice ninguna premisa de gobierno, ni ninguna política en curso. No encaja, por eso no lo entendías.

    2. mienteme, que yo compro. lie to me, oportuno el nick. no se puede entrar al debate con articulos de diario bajo el brazo, se debate con cosas mas solidas.

    3. los debates que le interesan a lie to me se pueden encontrar en el blog de paparazzi.

      el análisis político es otra cosa. pero hay gente que solo se nutre de majules…

      1. Lie to Me, acá no te toman en serio porque tus críticas no son críticas, sino «sinécdoques». Tomás una parte y la usás para representar el todo.
        Va más allá de que aquí sean k, más o menos k o ultra k.
        Además, centrarte en lo que Mariano omite decir es inconducente: lo que el autor del post omite decir es infinito, y siempre existirán espacios donde cualquiera puede irse por la tangente.
        Así no vas a llegar a ningún lado. En lugar de tratar de pensar, estás reordenando tus prejuicios en base a noticias que leés en los diarios.
        Ninguno de quienes te toman para la joda ignora lo que le decís.
        Sé que mi comentario parece soberbio, pero es que tus objeciones son infantiles!

      2. Quiero decir: si presuponés que el autor del post y los comentaristas son fanáticos o pelotudos, corrés el riesgo de que te traten a vos de pelotudo.

  9. Estos ocho años, en términos políticos de la historia del país, sin duda fueron uno de los periodos más inesperados y refrescantes que tuvimos la suerte de vivir. Y digo suerte porque difícilmente alguien hubiera vaticinado ( hay quienes aún hoy no lo aceptan como posible) semejante irrupción dentro de la más alta instancia jerárquica de una democracia. Esto, sí, forma parte del tan vapuleado y heroico «relato oficial», pero sigue ahí, tan válido como una moneda de oro. La existencia de este proyecto político es el paredón real donde tarde o temprano terminan chocando los «peros» del mundo. No hay argumento capaz de perforar lo que los que estuvimos ahí sabemos y vivimos. El kirchnerismo, aún para las teorías que menos lo toleran, (la comparación con el menemismo es una de las más histéricas y absurdas), nos legó, no un cambio, trajo consigo LA pregrunta: de qué lado estás?
    No importan tanto si el debate está entre clarín-gobierno, o CGT-gobierno-UIA, o macri-cfk, o, más novedoso y complejo, Izq K-Der K. Eso es parte del folklore, si se mira a la distancia. Los lados que planteó el kirchnerismo, la elección a que nos sometió, – con buena leche y acertando el remedio para lo que parecía una depresión masiva incurable-, fue optar entre poseer (recuperar) una moral nacional o no. Al despabilarnos, en una escena pequeña, mal televisada, medio a los apurones, con un acto sencillamente moral, ( el primero de muchos, simbólico, ¿»enunciativo»?) y al parecer imperdonable, el descuelgue de un cuadro en Campo de mayo, nos enfrenta a nuestro peor estigma: el cancerígeno escepticismo.
    Es fácil ahora relativizar, siempre con un tono canchero, aportando parrafadas de malabarismo gramatical (que acaban siempre por tener un eje economicista), esos pasos que nadie le pedía, -no en términos así-, ni siquiera como potencial populista. No es verdad que los derechos humanos eran “potables” electoralmente. En todo caso, fue un gran riesgo, asumido con una decisión apabullante. Ahí, en ese gesto firme, nunca tímido, se funda la semilla que tanto y tanto parece molestar. De repente, un tipo que parecía más al verdulero de la otra cuadra que a alguna especie de héroe, nos demuestra , poniendo un banquito , cómo se cambia un país entero.
    Entonces, no es menor revisar –parafraseando a Carver- de qué hablamos cuando hablamos del kirchnerismo. Para mí, uno más de los millones que andamos por ahí tratando de sobrevivir y poner un hombro si se puede, es inseparable de cualquier análisis dejar bien claro cuál es la dicotomía. En otras palabras, desde dónde te ponés a hablar, con qué objetivos personales. Darse la pausa para tomar la necesaria distancia que permite ver el grueso del bosque, aunque jamás quitando las manos de ese primer árbol.
    En estos momentos cualquier señor en su casa, medianamente con tiempo para leer los medios (y los medios para leerlos), dicta (o él cree eso) en media carilla los lineamientos a seguir el Estado para salir de este “desastre” institucional, social, económico, y hasta se da el lujo de descalificar alegremente cualquier funcionario, plan, proyecto de ley o, lo que es peor, dice que “estaría de acuerdo sino fuera que no me banco a Moreno y esos tipos…”. Pero la pregunta, esa que nos instaló el kirchnerismo y no otros, sigue ahí, directa, molesta, binaria y monolítica: de qué lado estás, flaco?
    Dedicado a los abnegados y algo irritantes comentaristas que, con llamativa insistencia, no dejan de atacar y señalar como profundizarían ellos,- si fueran kirchneristas,claro- un kirchnerismo puro, perfecto, absolutamente superior.

      1. Tené cuidado Pepe, llegó el comisario y la tropa ya se alineó, por las dudas siempre que salgas de casa llevá tu carnet de kirchnerista a mano.

    1. Se ve que a varios los irrita encontrar personas que requieren explicaciones y proponen otras politicas. Se ve que ellos, al pertenecer al cuerpo kirchnerista, no pueden darse esos lujos.

      Se ve que hay algo que los une a ese cuerpo y ese algo es tan fuerte que a ello someten la libertad de expresarse libremente. Incluso pueden hasta defender esa falta de alternativas. Se ve que hay una dependencia.

      Por algo artepolitica.com esta en un dominio propio.

      1. Gonzalo, supuse que tu comentario venía a cuento del mío. Si es así, valen estas aclaraciones.
        No conozco a nadie de este blog, ni ellos a mí. No tengo idea de cómo son en persona los realizadores del mismo, ni cómo sos vos, ni los que participan. Solo puedo suponer algunas cosas a partir de lo que escriben. No estoy afiliado a nada, no pienso en afiliarme, ni pertenezco a ningún “grupo” o “cuerpo”, sea lo que eso sea en tu imaginario. Respeto tus opiniones con el mismo interés que pido para las mías, que modestamente intentan ser claras y directas, aunque no lo consigan siempre. Digo esto para que entiendas que estamos en la misma situación, con el mismo derecho y la misma chance de escribir lo que se nos ocurra. Entonces, con esa misma intención de igualdad y fé en la sinceridad…¿me estás pidiendo que crea que ese cándido personaje de tu descripción, el que “requiere explicaciones y propone otras políticas”sos vos o alguien como vos? Personalmente me encanta el cruce con otras miradas. No hay modo más dinámico y efectivo de medir , acrecentar y consolidar nuestras convicciones. Es más, sin intercambio sería muy, muy aburrido. Y el placer es mucho más duradero cuando es con gente que juega con las mismas reglas, cara a cara. Es por eso que me llama la atención, asumiendo que sos una persona lúcida, que hayas usado ese recurso de victimizarte. Vamos, no creo que realmente pienses en que hay un pacto secreto o algo así entre los que apoyamos a este gobierno… Es inviable, y lo sabés. Y también sabes que eso de que “… someten la libertad de expresarse libremente” es otro cliché. Nunca fue tan fácil, barato y con tantas opciones expresarse. De hecho, la prueba la tenés acá, en este contacto entre nosotros.
        Lo que traté de identificar y hacer visible en el texto es esa obsesión extraña de tiradores solitarios, héroes vencidos del desencanto. Asqueados de tanta ineptitud, se asoman socarrones en las ventanas de esa casa sin revocar del kirchnerismo, ese techo aun enclenque bajo el cual siempre hay una mesas donde juntarnos para creer, confiar, reconocer, esperar y proponer. Ahí intercambiamos datos, nos alentamos un poco, discutimos mucho más, nos contamos los miedos, bah. Se asoman, decía, sin pasar nunca por la puerta abierta, estos brillantes muchachos post-revolucionarios, pre-decadentistas, y empiezan a tirar piedritas, más en plan de llamar la atención que de lastimar, aunque son piedras reales, escondiéndose con una risita infantil. No mucho después llegan las burlas y las tomadas de pelo, escandalizados y divertidos por tanta necedad junta, tantas mentiras…! Finalmente, como quién no quiere la cosa nos explican de mala gana -en un texto cargado de reproches por nuestro progresismo falso y la terrible y sospechosísima lentitud de los cambios prometidos – cómo debería corregirse el kirchnerismo para ser lo que debería ser. No me imagino visitando reuniones (reales o virtuales) de radicales, por ejemplo. No tengo el interés, no me atraen sus posibles debates, sus prioridades. No me entusiama tampoco la actitud camorrera de echarles en cara unas cuántas cosas, que las tengo, mucho menos la pedorrada de enviar mensajitos insultantes. Ahora, lo que nunca se me ocurriría hacer es proponerles políticas. Quiero decir, si no me siento convocado, urgido, interpelado intelectualmente por el proyecto radical, cómo podría hacerles saber en qué forma deberían ser radicales?
        En fin, que mi comentario anterior tiene más que ver con algo que escribiste con otro sentido: “…hay algo que los une a ese cuerpo, y ese algo es tan fuerte…” Está incompleto, pero es más lindo así. Creo que intentaba hablar de eso, de eso que sí entendiste pero preferís obviar.

      2. fabian,

        es la mejor respuesta que leí en AP.

        todo dicho.

        vale un artículo en sí misma.

        un fuerte abrazo, nos seguimos encontrando en la casita, esperemos ponerle el revoque que falta entre todos, a pesar de las piedras de la recalcitrancia.

      3. fabian,

        Yo estoy afuera y con las piedras que tiro al rancho tambien estoy haciendo algo que creo positivo: Aporto la mirada de un colectivo pequenio, insignificante electoralmente, pero que creo necesario para la creacion de una burguesia capitalista local. Este es un deseo egoista de mi parte, no quiero salvar a ningun «pueblo» sino hacer lo que me gusta y tener una empresa «clase mundial» en Argentina.

        Pues bien, mi deseo egoista y vuestro deseo salvador de pueblos no difieren tanto, si Argentina se transformase en una Corea del Sur, el «pueblo» tendria trabajo decente y un monton de etceteras que ustedes conocen.

        No me pidan que milite, no es mi lugar y no tengo tiempo ni talento, y -prejuzgando- creo que muchos empresarios que militan no lo hacen por razones ideologicas sino para obtener ventajas. Mi lugar es producir bienes y servicios de la mejor manera posible mirando a largo plazo y adaptarme al gobierno que sea.

        Con respecto al asunto de libertad de expresion no me refiero a los de afuera sino a que estan dentro de la casita y no pueden criticar por el riesgo de ser echados a la intemperie (con frases como la tuya: estas adentro o afuera, viejo?).

        Tambien reconozco que hubo una chicana innecesaria a que varios pueden decidir quedarse adentro y tragarse las criticas por miedo a perder sus empleos.

      4. «Pues bien, mi deseo egoista y vuestro deseo salvador de pueblos no difieren tanto, si Argentina se transformase en una Corea del Sur, el “pueblo” tendria trabajo decente y un monton de etceteras que ustedes conocen.» Gonzalo, entre tu deseo egoísta y nuestro deseo «salvador de pueblos», como te divierte llamar lo que en realidad es un interés genuino por el otro, el semejante (y te incluye) existe una enorme y casi insalvable diferencia.
        Te voy a contar un secreto Ultra-super-K:sabés cómo es ser echado a la intemperie del kirchenrismo? Te atan al revés en una mula, embreado y con plumas, y al desierto…Gonzalo, te preocupa cómo se sale antes de entrar! Que yo sepa, la puerta está abierta. Entrá,solo para ver qué onda, qué cambia. Aportá, pero ya desde una posición más coherente. Peleate, hacé lo que quieras, pero hacete cargo de tu atención captada. Dejá de quedar bien con los amigos caretas y mandalos al coño. O vas a seguir aguantando que te confundan con esos esperpentos con navajas que andan por ahí? Porque si no, cuando todo termine, si no pudimos aprovechar esta oportunidad tanto para nosotros de salvar algo y vos de tener tu empresa «clase mundial», no sé de qué van a servir tantos reparos. Abrazo, ya somos casi amigos!

  10. La política que sigue el kirchnerismo es la continuidad de la del mejor peronismo. Esto es agrandar la torta y mejorar su reparto (justicia social), en un marco democrático.

    1. Me gusto esa definicion.

      Se agrando la torta? : Objetivamente SI
      La suma de bienes y servicios producidos y consumidos en el territorio aumento independientemente de las truchadas del indec. Agrandar la torta es axiomaticamente bueno.

      Se respeto el marco democratico? : Objetivamente SI.
      Salvo algunas iniciativas con olor feo como las leyes de lemas, las candidaturas testimoniales, cambios de fechas repentinos y las internas abiertas, en general se respeto el mandato de la mayoria. Espero que cuando las encuestas no sean favorables se mantenga este principio.

      Se mejoro el reparto?
      La «mejor distribucion» es un tema opinable. Mejor para quien? puedo arriesgar algunas definiciones de «mejor distribucion» que no dependan del punto de vista:
      1- la distribucion natural (recibe lo que aporta)
      2- la distribucion natural con minimo (todos reciben minimo + un % de lo aportado)
      3- la distribucion que minimiza los conflictos sociales
      4- la distribucion que permite el crecimiento maximo del producto.
      Creo que el kirchnerismo va por la #2, pero hay que sintonizar de manera de no comprometer el objetivo de agrandar la torta, personalmente creo que la estan pifiando ahi, especialmente si van a financiar el estado con inflacion porque la torta se va hacer muy «esponjosa» llena de aire.

  11. Lo que sí comparten la mayoría de los analistas del periodo es que, como no sucedía DESDE HACE MÁS DE CINCUENTA AÑOS, el Estado argentino tomó una centralidad como agente político económico y social desconocido DESDE LA RESTAURACIÓN DEMOCRÁTICA EN 1983. Faltó editor además de claridad de ideas.

  12. Gracias a Mariano, Fabian y Sergio por el esclarecimiento. Leerlos me ayudan a verbalizar sentimientos que a vecea resultan difíciles de expresar con propiedad o exactitud.

  13. Cuando Isabel habla de aceitar los canales de comunicación, pienso en sumar nuevos canales. Sería positivo generar espacios donde intercambios como este tengan difusión masiva. El discurso de los M.H. negativos todavía cala en mucha gente.
    Fe de erratas: Ayuda por ayudan y veces por vecea

  14. «Dicha autonomía estatal permitirá una mayor transformación en lo social, con mayores dividendos para la clase trabajadora?»

    No. Los productos y servicios que la clase trabajadora quiere son producidos en su gran mayoria por los privados. Maltratando y combatiendo a los malvados empresarios MrBurnsBillGatesGeorgeSoros solo se logran MENOS bienes y servicios a no ser que quiera reemplazar los malvados empresarios delproceso-menemistas por empresarios virtuosos como Ezquenazi, Brito, Cirigliano y Venderbroele (bueno no eran virtuosos despues de todo, ahem)

    La presidenta deberia intentar que en el futuro la «clase trabajadora» se defienda sola de la forma mas elegante: renunciando, que «emprender» no sea una excepcion sino la regla. Pero no se si se anime a tanto, de conseguir este objetivo no sería necesario el peronismo para salvarlos.

    1. Llegó la hora del refrito clarinetesco y los latiguillos provistos por la prensa patronal para que su banda de sicofantes presuma de inteligencia: «Empresarios amigos», «Jueces amigos» y etc. En el Vol. I entregaban «Achicar el Estado es agrandar la Nación», «Tener el coraje de aplicar el ajuste» y otros hits de memorable persistencia popular.

      Éso sí, ahora viene con toques humorísticos: «Renunciando». Parece que ya no fuman de la buena.

      1. Y que queres? Yo tiro 3 o 4 ideas y lo matizo un poco con un golpecito bajo para que no parezca tan serio. Te agarras de la boludez esa y no me decis nada de los puntos principales de mi relato «mas empresarios mas nacion», «libertad sindical es que haya mas fuentes de trabajo», «del trabajo a casa y en casa armo mi propia empresa» y otras frases del ideario garca

      2. Está bueno que haya más empresarios. Muchos más. Y está bueno que el Estado (y/o los sindicatos) les pongan límites, ya que esperar que se autolimiten es una utopía.

  15. No, no creo que el kirchnerismo sea la izquierda democrática. Es más un relato capitalista, como todo storytelling, de gran éxito en su confección y exposición.
    Ayer, por ejemplo, la Presidenta, al presentar el Plan Nacional de Igualdad Cultural, habló, en un espacio cerrada, una sala, ante lo más florido del capitalismo argentino, de todos los brillantes capitalistas que como Ellos (Aníbal dixit, antes de su defenestración) han sabido gestionar inteligentemente el sistema capitalista. En primera fila, los miembros del gabinete y la casa presidencial, encorbatados o con algún traje caro, recién llegados de sus departamentos de Puerto Madero, barrio concheto de Boudou, con los dirigentes de la Cámpora (los 29 con carguito, y los que asesoran, y los que se reúnen a escuchar poesía en el Senado). No sé si estaba en realidad Axel Kiciloff, ridiculamente tachado por Pagni de «marxista». Por favor… Acompañados en las filas VIP de empresarios del sector (TDT, cultura, medios oficialistas.) En segundo plano, funcionarios de nivel medio, intendentes invitados a cambio de posicionamientos pro-K. En tercer lugar, al fondo, la 12 de la Cámpora: gritos, camisas futboleras, eslóganes, ánimos a la Presidenta. Estratificación social pura y dura: los peces gordes, los medianos y, al final, el pueblo llano. Como en el teatro de ‘Cinema Paradiso’.
    Este relato K (tan legítimo como todo storytelling, insisto, y en parte asumido por los medios oficialistas, con tapas de Página 12 cada vez más toscas; P/12, curiosamente, el diario con audiencia más de clase alta…) se apoya en el imaginario de la Cámpora. El columnista de Clarín, al que la Presidenta califica como «nazi», habla, estúpidamente (tanto si no se dio cuenta, que me extraña, como si lo hizo a propósito) de «gen de montoneros» al referirse a la Cámpora. Cuando es todo lo contrario. Los Montoneros se revelaron, cual imberbes, contra Perón: consciente o inconscientemente, mataron al padre, o lo intentaron, al menos. Estos de la Cámpora, en cambio, son parásitos de los padres (Néstor y Cristina), y donde los Montoneros intentaron la revolución (imaginario del que sigue bebiendo necesariamente el relato oficialista), los de la Cámpora se contentan con espectáculos barriales durante los carnavales, unas bancas en Diputados, los 29 carguitos y otros a los que alude Cristina, y unos departamentos en Puerto Madero. Poco revolucionario, y poco de izquierdas, ¿no?

    1. nunca se asumió comunista este gobierno. eso es bien claro.

      y claramente es un gobierno capitalista. lo que cambia entre este gobnierno y otros que hemos vivido anets es la presencia de las fuerzas del estado en el marco de regulación de ciertos aspectos económicos. nadie prometió el fin del capitalismo acá.

      saludos,

      1. Afortunadamente que no es un gobierno comunista, ni lo asumió. La Presidenta ha reclamado un «capitalismo responsable». Un gobierno que tiene a un Menem boy como Boudou de vice no puede sino ser capitalista. Y bienvenido sea, hasta que haya alternativas creíbles (me refiero al capitalismo, no al cristinismo o kirchnerismo). Hay cosas buenas, desde luego, en el kirchnerismo. Le ha tocado un ciclo económico extraordinario, como en toda la región (Brasil, Uruguay, Chile). Lo raro es que los indicadores no hubiesen mejorado. Pero en los trenes no ha habido cambios. Una década han tenido. Aunque Ricardo Jaime ya sabemos con quién se codeaba, y Schiavi es mejor dejarlo de lado. Diez años. En minería decía Sabbatella que el Código Minero es herencia del menemismo (el mismo menemismo al que votaron los K, el mismo de Boudou, el mismo de muchos de sus votantes en el 89 y el 95, el mismo Menem que hoy apoya a la Presidenta, por algo será…). Diez años han tenido para cambiarlo. El kirchnerismo se aproxima ya a la década en el poder, tanto como el menenismo. ¿Ha hecho cosas bien? Sin duda, si no no seguiría en el poder. Pero no se ha hecho una reforma fiscal, que es fundamental. No hay nada más importante en la regulación de la vida económica que la política fiscal: falta una gran reforma fiscal, y desde 2005, cuando la situación se estabilizó, ya ha habido tiempo suficiente para plantearla. No la ha habido. ¿La habrá? Ojalá.
        Saludos.

      2. No es poco que un gobierno meta la incertidumbre en el entramado económico- social de los de «arriba». Es cierto, siguen haciendo negocios rentables, pero la ausencia de certeza, los incomoda. Hasta el kirchnerismo es lo mejor en década.
        Ahora si esto es lo máximo que esta administración puede dar, los dividendo para los de «abajo» seguirán siendo mejores, pero no alcanzarán. Aca está el núcleo de la cuestión. Se necesita más incertidumbre, en minería, en petróleo y en transporte.
        Esperamos que mueva (en términos ajedrecísiticos) el gobierno
        saludos

      3. gpa,

        que el gobierno no sea marxista, y que algún integrante viva en puerto madero y que otros vistan traje, no es razón para hablar de un «storytelling» o una sarasa cualquiera, ni negar la tendencia hacia la izquierda que mostró el gobierno en 8 años (es bastante más de izquierda que el psoe ¿o no?.

        lo de «menem boy» y demás asuntos, se los dejo a intrusos del espectáculo.

        yo me fijo en las medidas que toman los hombres, usen traje, camperas de gamuza o hawaianas.

        falta la reforma fiscal. ok. ahora vino la del central y antes no sé bien cuando era el momento, viste. porque fueron 8 añitos de peleas permanentes, con los mercados y el pago de deudas, con carlín, «el campo», las afjp, etc etc etc…
        es una pelea más, que falta, pero creo que los únicos que piensan darla en algún momento son los ex menem boys, si todavía tenés ganas de llamarlos de esta forma.

        saludos,

    2. Una cosa que me divierte muchísimo es que, entre todas las vociferaciones de los grandes diarios y comunicadores sobre que vamos derechito a ser ‘Cuba y Venezuela’ (nunca hablan de uno solo, se ve que nuestro triste destino es llegar a ser D0S países), hay otras voces que se desgañitan por avisar ‘¡ojo que los están engañando, no son revolucionarios ni de izquierda!’.
      A esos les haría sólo tres preguntas:
      -¿Cuándo el kirchnerismo o alguno de sus voceros formales e informales insinuó siquiera algo así?
      -¿Cuántos adherentes a la K. creen que se trata de izquierda revolucionaria, o les importa algo eso?
      -¿Cuánta gente ha votado a Cristina creyendo que va a hacer la revolución?
      Para mí las respuestas son:
      -Nunca
      -Casi cero
      -Casi cero
      Entonces ¿por qué y para qué insisten? Es misterioso.
      No pueden o no quieren entender de qué va el kirchnerismo.
      Como dije en otro lugar, me parece atinada la definición del encuestador (creo que radical) Zuleta Puceiro:
      “Lo cierto es que Cristina Kirchner lidera hoy una coalición progresista moderada orientada, como han destacado algunos observadores externos, por un programa socialdemócrata con código populista.”

      1. Que la derecha está obsesionada con Cuba y Venezuela es innegable. Primero dijeron que Venezuela se cubanizaba (¿será verdad?, ¿será mentira?), y ahora que la Argentina se venezueliza. Vargas Llosa decía el mes pasado que Cristina es la discípula de Chávez. Vargas Llosa resulta patético en este caso. Yo no quiero revolución ni izquierda, pero entonces que se deje de utilizar a los Montoneros como guía espiritual, como mito fundador. Está muy bien que se quitara a Videla de la ESMA, pero habría que recordar que los K fueron de Fuerza Viva. Está muy bien quitar los indultos y demás infamia, pero que no nos vendan la moto: los K se reunieron con funcionarios del PRONA y actuaron en su gabinete de abogados en contra de activistas democráticos. Está muy bien cargar contra Menem, al que Ellos votaron, como tanta de la gente que ha votado a los K, pero no olvidemos que según Kirchner, Menem era el mejor presidente luego de Perón, y la ley de Hidrocarburos iba a obrar maravillas. ¿Sabes quién recordó esto? Verbitsky, en P/12, en 2003: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-15214-2003-01-12.html Ahorá Verbitsky sufre episodios de amnesia cada vez más recurrentes. No pasa nada. Nadie es perfecto. Pero que no nos vendan la moto.
        Creo entender lo que es el kirchnerismo, y ya arriba ha habido quien ha apuntado definiciones interesantes: lo mejor del peronismo (habría que entender los asediados de ‘No habrá más penas ni olvido’, ya que Luppi se acercó al velorio de Kirchner para alabar su memoria) o una especie de socialdemocracia populista. Más tiene de populista (AUH, que está bien, pero es una medida compensatoria) que de socialdemocracia (reforma fiscal para que las rentas altas paguen lo que deben, que no es revolucionario, ¿no?, salvo que se lo preguntes a Pagni).
        Creo entender lo que es el kirchnerismo: como decís, una coalición, que va del voto peronista tradicional de clase media-baja y baja del Conurbano y más allá (gente que también voto a Menem), gente de clase media-media y media-alta que en el 95 flirteó entre Menem y el Frepaso (de donde provienen no pocos ministros, secretarios, embajadores, etc., de esta década) e interpretó el menemismo como la traición del alma justicialista (esto no lo digo yo, lo ha apuntado Sarlo, a quien no se podrá negar que ha dedicado su vida al estudio del peronismo:’La batalla de las ideas. 1943-1973′) y algunos de clase alta y muy alta, los conchetos de Boudou, que han pasado de Alsogaray a denunciar a Alsogaray como si nada.
        Se puede entender el kirchnerismo sin ser K. Eso de que no se puede entender me recuerda a los cristianos que dicen que los que no creen no saben de qué hablan. Sí, se puede. Con buena fe, aunque no fe religiosa, se puede entender, y entiendo que muchos progresistas, que siguieron al Grupo de los Ocho en 1989, se encuentren un cuarto de siglo después en el oficialismo o el paraoficialismo. Y se puede entender el kirchnerismo sin demonizarlo (no creo que sea más autoritario que otros gobiernos democráticos constitucionales) ni ensalzarlo con storytelling de Palermo Hollywood.

      2. -Ni idea sobre Fuerza Viva y PRONA. ¿Puede aclarar?
        -Hago una pregunta más: ¿cuándo los K. ensalzaron a Montoneros o los usaron como mito fundador? Respuesta: JAMÁS DE LOS NUNCAS.
        En todo caso ensalzan a la JP del 73, antes de que fuera abducida por los Montoneros. Está demostrado hasta el cansancio que los K., entonces jóvenes, estaban en una agrupación que no propugnaba la lucha armada.
        También ensalzan a los desaparecidos en su carácter de víctimas que no merecieron lo que les pasó (la mayoría no eran gente armada).
        -La chicana de ‘Menem el mejor presidente’ es patética, y no por ello menos repetida.
        Fue un reconocimiento discursivo *de una sola ocasión* a la generosa inyección de dinero para Santa Cruz por ‘regalías mal liquidadas’, es decir por el apoyo a la Ley de Hidrocarburos. Como siempre digo, si NK renunciaba indignado a ese dinero, los santacruceños lo corrían hasta la Antártida.
        Es mucho más importante y significativo que en 1996, con Menem en el máximo de su poder, recién reelegido, Kirchner formó una línea interna antimenemista, cosa de la que hay abundantes pruebas en los diarios de la época (y en Internet).
        -No digo que el kirchnerismo no se pueda entender (siempre dije que es una reverenda pavada decir cosas como ‘ningún extranjero puede entender al peronismo’); digo que algunos insisten en no entenderlo. Problema de ellos.
        -¿Sarlo dedicó su vida al estudio del peronismo? ¿Con qué resultados? Porque a esta altura no le veo nada más trascendente que estar en la nómina de La Nación en las ilustres compañías de Morales Solá, Grondona et al.
        -Boudou es un caso puntual, seguro que también hay otros. Ahora bien ¿cómo son las cifras de voto nacional y de la CABA en los barrios conchetos?

  16. La mayoría de los análisis serios sobre el gobierno se sostienen en líneas generales en la comprensión de nuestro sistema democrático, integrado en la región y en un contexto de crisis mundial. Ahora bien, se difama de impostura, de excusa, cualquier decisión de gobierno que se fundamente en aquellas realidades. Sobre todo si el gobierno suma en su discurso nuestra historia de procesos incompletos, interrumpidos por dictaduras militares y neoliberalismo. Sin embargo, forma parte de nuestra trabajosa recuperación de soberanía: traducir en decisiones y medidas políticas las crisis de nuestro sistema político, la integración cada vez de latinoamérica y el caribe y la crisis mundial. La dificultad está en articular, equilibrar nuestra soberanía recuperada y las demandas de la sociedad, que comparten con el Gobierno el asiento en las estructuras críticas del Estado, críticas porque de la negación de nuestra soberanía política y económica grupos económicos concentrados han obtenido beneficios y cristalizando las demandas sociales.

    1. Es decir, soberanía política y económica no significa naturalmente menos demandas sociales: trabajo sin regulación de los organismos del Estado, ¿cómo transformarlo en empresarios que generen empleo, si la iniciativa privada siempre se aprovechó de una sociedad cristalizada y un Estado ausente?, es decir, ¿cómo transformar trabajo en negro en empresarios que generen empleo, pero en un proceso de recuperación de soberanía política y económica y con una sociedad que no detendrá sus demandas?

      1. En primer lugar valorizando desde el poder politico la funcion social del empresario.

        En segundo lugar, remover los obstaculos historicos para la creacion de nuevas empresas: estructura impositiva innecesariamente compleja, riesgos de contratar personal (accidentes y otras demandas), sindicatos poco transparentes, ley de sociedades con burocracias del siglo XIX, etc…

      1. Gracias, Eduardo. Ahora bien, estuve viendo tus intervenciones y me gustaría, a ver…, señalar algo, «de qué lado estás», como hacía referencia uno de los comentarios sobre las conquistas simbólicas del kirchnerismo, en nuestro sistema político significa: partidos políticos. Por supuesto que la participación de la sociedad civil parte, justamente, de un lugar y no de un no-lugar, pero su posicionamiento político termina donde comienzan los partidos políticos. Por lo tanto, la función de las demandas de la sociedad civil es generalizarlas: conflicto del campo la rural-chacareros, cacerolazos en palermo, falta de acceso a la vivienda y clase media. No es tanto de qué lado esté sino que los partidos políticos no se achiquen ante el poder de generalizar sus problemas que la sociedad tiene.

  17. GPA, me parece que Sarlo no es una gran estudiosa del peronismo. Lo que ella hace es más un «análisis del discurso», por así decirlo. Es como pretender que Eliseo Verón y Silvia Sigal son expertos en peronismo porque publicaron «Perón o muerte». Hay libros de autores que son mucho mejores, a mi juicio, para entender el fenómeno peronista desde el punto de vista histórico: Hugo del Campo, Daniel James, Alejandro Horowicz, los dos libros de J.P.Feinmann (aunque a veces su soberbia le hace mandar fruta y no ser del todo riguroso), etc.
    Cansa un poco el intento de asemejar menemismo a kirchnerismo. Es una obviedad que hay rupturas y continuidades, pero si vos le preguntás a cualquier pibe hoy quién carajo es el ministro de economía no tiene puta idea. Antes Cavallo y el riesgo país estaban por todos lados. ¿Eso no te dice nada?
    Cito a Rinesi:

    «En los noventa todos los políticos argentinos hacían cola para comer con Mirtha Legrand, ir a la cama con Moria Casán o comer fideos con Tato Bores. Y muchas veces para representar en esos programas los papeles que los libretistas armaban para ellos. Así, la política quedó doblemente subordinada: a la lógica de la economía del ajuste, como decíamos recién, y a la lógica de los medios. Que además son dos lógicas que sintonizan muy bien entre ellas. Me acuerdo perfectamente del programa de Mariano Grondona durante los noventa, y de su división en una serie de “bloques”. El programa tenía siempre un bloque “serio”, o un par de bloques “serios”, que eran los bloques en los que venían Roberto Alemann, Domingo Cavallo o cualquiera de los economistas del ajuste, que hablaban un lenguaje técnico supuestamente serio. Terminado eso venía el bloque, o a veces también el par de bloques, medio en joda, de los “políticos”, a los que se presentaba como corruptos, chorros, que decían tonterías, que eran patéticos, que se peleaban entre ellos. Y hacia medianoche, cuando ya nos queríamos ir a dormir, venía el último bloque, que Grondona llamaba “social”: curitas lacrimógenos o personas más o menos filantrópicas que lloraban porque había pobres. Era muy interesante, porque esa misma división del programa en una serie de bloques producía como una escisión entre esferas, poniendo claramente a la economía como dueña de la situación, a la política como saraza de unos chantapufis más bien impresentables y a la cuestión social como no teniendo nada que ver con las dos anteriores. Por cierto, eso replicaba un cierto modo de organización de los saberes académicos y de ciertos prestigios relativos dentro de ellos. Pero volviendo a la pregunta inicial: creo que lo que hoy podemos identificar como vuelta de la política, o de la dignidad de la política, tiene que ver con la inversión de esa doble subordinación. Hoy la política vuelve al centro de la escena frente a la economía. Hasta hace pocos años todos los políticos argentinos querían hablar como economistas. En la actualidad (digamos, de Lavagna para acá) hablan asumiendo el carácter político de su función. Basta escuchar hablar a Mercedes Marcó del Pont, que habla el lenguaje de la política, no de la técnica».

    1. Gracias por la cita de Rinesi. Estoy de acuerdo con gran parte de lo que dice. Ha vuelto la política: es lo que dice la presidenta del BCRA. Curiosamente, cuando se hace una crítica política al kirchnerismo, se apunta a lo económico (el riesgo país), y cuando se cuestiona algún elemento de la economía (inflación, reservas del BCRA) se vuelve la mirada a la política (construcción de Estado, proyecto nacional, ampliación de derechos). Podría decirse que, en realidad, no hay tal oposición entre política y economía, sino que ambas se complementan y sirven, que sin la última no hay primera, que la primera tiene que gobernar la segunda, y no al revés. Pero el discurso de «volvió la política» establece una dialéctica, una falsa dicotomía, cuya tensión resulta más fácil soportar mientras el PIB siga creciendo o las subas salariales no se desmadren.

      A lo que iba: entre el 43, cuando el General inicia a armar su alternativa intramilitar con los sindicatos (curiosamente no con los comunistas, a los que hace contra o que le hacen la contra; lo digo no por estar obsesionados con éstos, si no para que nadie se sorprenda de lo que vino después), hasta los 70, cuando el General, de vuelta de la España franquista, se alía con López-Rega en contra de los Montoneros, se produce el quiebro, la traición al alma justicialista, la primera, la sindicalista-laborista, la de la reforma constitucional del 49. Esa traición la duplican Menem-Cavallo. Que muchos, muchísimos, no saben quién fue Cavallo, sobre todo entre la juventud, sin duda. En la Cámpora sí saben quién fue, no dejan de repetirlo. En P/12, también. Han presentado (el último, Forster, hoy: «decisión que, como bien señalan entre otros Alfredo Zaiat y Hernán Brienza, supone ‘el golpe más profundo que se le ha dado al modelo neoliberal de los años noventa en los últimos tiempos’, redefiniendo, bajo una nueva perspectiva, no sólo las propiedades de la entidad monetaria, sino avanzando, junto a la derogación de la ley de convertibilidad, en una remoción ideológicamente fundamental de los restos, persistentes, del Consenso de Washington»: más claro, agua) la reforma de la Carta Orgánica del BCRA como la ruptura definitiva con Cavallo. Todo el día con Cavallo, que se lo merece, que sea recordado como lo que fue, un canalla. Muchos saben quién fue, porque no todos son pibitos que eran adolescentes en la Década Infame de los 90 y entraron en la madurez política tras el 2001. Muchos votaron a Cavallo y hoy se desgañitan contra lo que él significó. Es una vuelta, es un requiebro. Igual que entre el 43 y el 73, ahora desde el 99 hasta 2012. Una vuelta a los orígenes tras la aberración menemista.

      Y puede cansar la identificación entre Menem y K, sí, como cansa el relato oficialista. Pero es lo que pasa con los relatos: te expones a que alguien intente descomponerlos si repites la trama del relato permanentemente, te arriesgas a que si lo pones constantemente ante los ojos de los demás alguien diga, «veo una mancha». El relato K es: vamos a deshacer todo lo que hizo Menem, y antes que él Frondizi con Alsogaray y Constantini (Plan Larkin) y la Junta, con Martínez de Hoz. Que no está mal, ojo, me parece magnífico en su mayor parte. Que se deshaga lo de los 90 me parece magnífico, no lo que se hizo en los 90, aclaro. Pero, insisto, que nadie se extrañe si ante tanto relato nac-pop «deshacemos Menem», se apunten o indiquen las incoherencias y los silencios, o las excusas del estilo «lo de Once viene desde Larkin». Los silencios, las palabras calladas, que dicen más que las palabras dichas, decía Kapuscinski. Porque igual que hay un relato Clarín/LN, hay un relato P12/Canal 7. Del mismo modo que la web de LN lleva ahora mismo en su tapa tres notas sobre «Inseguridad», nada de esto aparece en la web de P/12, diario que sólo habla de inseguridad para entrevistar a un criminólogo británico, Keith Hayward. Entrevista muy interesante: http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-189391-2012-03-12.html Todos hacen relato. Los opositores, «la corpo de la opo», y los oficialistas. Con palabras escritas o pronunciadas, y con palabras calladas o tapadas. Hay quién está tan convencido por el relato que minimiza lo que se dice o se deja de decir. Lo comprendo, pero no hay por qué fijar como única actitud «progresista» posible. Hay otro progresismo más allá del kirchnerismo, dice Sarlo, y es deseable que se vaya armando. En 2015, cuando Cristina se retire, si lo hace, y las tensiones entre los diferentes kirchnerismos (peronismo oportunista de Boudou, los Apóstoles De Vido, Moreno, etc., los progresistas) exploten, si lo hacen, habrá una parte que buscará por Scioli algún arreglo con De Narváez o el PRO. No lo duden. Y habrá otro sector, de momento poco consolidado (5,7% de Sabbatella en Bs. As. es un resultado flojito), que tal vez persevere en un modelo de centro-izquierdo con alianzas con el Frente Amplio Progresista, por ejemplo. Porque del kirchnerismo hay que salir hacia delante. Esto lo dijo también Sarlo. Hay que salir a un desarrollo social y económico democrático, sin las limitaciones políticas y culturales del peronismo kirchnerista/cristinista (autoritarismo, corrupción). Puntos negros que los hay, como en todas partes y en todas las épocas. No sirve para demonizarlo el proyecto K, pero sí para no obcecarse en una sacralización. En cambio, no silenciando sus límites, los del relato actual, es como se puede, o se podría, imaginar el contorno del relato futuro.

      1. Sólo dos observaciones.
        1. Hay una diferencia importante entre los dos ‘relatos’: en cada nota de P/12 el título, el subtítulo y el texto SON CONSISTENTES ENTRE SÍ. Aunque sea en ese sentido, se respeta al lector.
        En Clarín, La Nación y Perfil eso prácticamente dejó de ocurrir. Ponen un título explosivo anti-K, y un texto que casi nunca confirma el impacto. Pero la gente leyó el título y ya está, se logró el efecto.
        Muchos dejamos de comprar Clarín más todavía por esa falta de respeto que por ser opositor.
        2. Ya lo dijeron muchos: no puede haber verdadero progresismo post-K (como no lo hay ahora) con abonados a Expoagro (Clarín-La Nación). La incoherencia es enorme. Los Sarlos, Gargarellas y Lanatas claman ser de izquierda mientras publican en esos medios de derecha. Y no publican opiniones propias, sino las opiniones DE ESOS MEDIOS. O suscriben la tesis de Cameron sobre las Malvinas, de paso. ¿Progresismo?

    2. concuerdo.

      sarlo no entiende nada. ni de peronismo, ni de política.

      sus «notas» hablan del peso gigante de su propia y decidida, buscada ignorancia.

      lo mejor que podría hacer por ella misma es volver a escribir sobre borges o césar aira. ahí la dibuja -algo- mejor.

  18. Raúl, no era Fuerza Viva, sino Fuerzas Vivas. Como miembro de la misma recibió en Río Gallegos a Oscar Guerrero, de la XV Mecanizada, alabó al Ejército y apoyó la Guerra de las Malvinas, mientras los que «suscriben la tesis de Cameron» estaban perseguidos, publicaban en la revista de Sartre artículos demoledores contra la Junta y otras cosas de la Argentina de entonces. Luego está Finsud, la defensa de un jefe de policía acusado de violación (que se parece al otro caso de Chubut con el que la Corte, por fin, ha puesto un poco de orden en el tema del aborto; tema que, según el ministro de Justicia, no se considera en la agenda del gobierno «progresista»), etc. No quiero ensuciar la memoria de Kirchner; simplemente, señalo que no es un santo, como no lo son los de La Nación, que, por cierto, desde que Sarlo firmó el manifiesto de los 17, no ha vuelto a publicar a la escritora. Será casualidad. La imagen de resistentes, la que Verbitsky apuntó de nuevo con ese video en el que Cristina introduce a Néstor y, éste arenga contra la Junta por Malvinas y demás, es parte del relato. Si se da relato, hay que darlo todo. Claro que nunca funciona así, pero si no es en el relato, en los márgenes alguien tiene que apuntar: «las cosas no fueron como quieren que creamos que fueron». Fue el comportamiento mayoritario de la población, nada que afear, pero que no nos vendan la moto diciéndonos que es una maravilla. Ni un horror ni una maravilla. Se puede alegar que Kirchner no era sincero al apoyar a Oscar Guerrero; pero de la misma forma se puede cuestionar su sinceridad al denunciar a los militares en el video que repuso en circulación Verbitsky. Se puede dudar de la sinceridad de Kirchner al alabar a Menem, igual que se puede dudar sus ataques a éste con posterioridad, de 2003 en adelante. Pudo irse en el 89 con los Ocho, y no lo hizo. Sus razones tendría. Creo que es evidente que no fueron ninguno de ellos montoneros -contra lo que afirman algunos paranoicos de derecha-, que no reivindican las acciones de estos, que una cosa fueron las JP y otra los Montoneros, que víctimas del PRONA fueron unos, otros y los que no eran ni JP, ni Montoneros ni eran peronistas, ni estaban metidos en luchas políticas, eran periodistas, religiosos o los chicos de la Noche de los Lápices. Se reclama, constantemente, los 30.000 muertos. Para atacar al columnista de Clarín, para presentar el Fútbol para Todos en 2008 (se puede ver a la Presidenta en un video referirse a los 30.000 con aplausos de Maradona y Grondona, el de la AFA), para justificar la reforma del BCRA, para el tema de Papel Prensa, etc. No se reclama en particular a los Montoneros, se reclama a los 30.000, para esto y para aquello, para consolidar la imagen de un nuevo país, un nuevo modelo, la derrota del modelo anterior PRONA-neoliberalismo-Menem-Duhalde.
    En cuanto a si hay un progresismo post-K posible, dependerá de cómo evolucione la banda izquierda del kirchnerismo. Donde ayer Clarín era aliado y hoy es enemigo, hoy Julio Grondona es amigo para el Fútbol para Todos y llamar el Torneo Clausura 2012 «Crucero General Belgrano», y mañana puede ser enemigo. Y donde hoy el agro es enemigo, y en 2007 amigo, mañana puede ser… ¿quién sabe? La maleabilidad del relato K es tal que los amigos de hoy pueden ser mañana enemigos, y viceversa. Nunca digas nunca jamás. Igual que hoy Menem está en el Senado con los K y Scioli fue vice de Néstor cuatro años, mañana pueden proponer a Lanata… Hablando en serio, la Ley de Medios fue aprobada solamente porque los socialistas la votaron. Y mientras hoy Macri atrae a intendentes radicales como los K sedujeron a los radicales K, hay gente influyente en el FAP, como Antonio Bonfatti y Rosario Mónica Fein, que pueden dar sorpresas. Tal vez acaben como aliados del kirchnerismo post-K, de un progresismo 2.0. Si a Lavagna lo recuperaron los K en unos meses tras la elección de 2007, nada es imposible. Si algo han demostrado los K es flexibilidad al escribir cada página en cada momento. Espero por la Argentina que venga de donde venga la iniciativa, de los Sabbatella dentro del kirchnerismo, o de los Bonfatti y Fein del FAP, el socialismo o GEN, a partir de 2015 se salga hacia adelante, a más, «nunca menos», como se dice. Lo digo sin ser argentino. Soy español, nada tengo que ver con el agro, La Nación, ni Cameron. Los británicos también tienen sus Malvinas en el hemisferio Norte, en el peñón de Gibraltar, así que no estoy en la nómina de Cameron ;-). Lo mejor espero para la Argentina, que se lo merece, y que se merece todo menos el horror berlusconiano de Macri en la Presidencia de la Nación. Buenas noches y buena suerte.

    1. Los ataques, campañas y operaciones de ya sabemos quiénes, el odio ilimitado que exhiben, muestran que la ‘maleabilidad’ del kirchnerismo o no es tal, o tiene su límite en un núcleo duro. Que les resulta absolutamente insoportable.
      Nunca he visto tratar a un gobierno como enemigo hasta esos extremos. Es evidente que hay gente poderosa, muy experimentada, que no ve ninguna ‘maleabilidad’ en el kirchnerismo. No ven ninguna probabildad de confluencia con él.
      Y no es porque sean tontos: ellos perciben con quiénes están tratando.
      Unas palabras ‘menemistas’ de ocasión no opacan el posterior desmontaje de muchos (no todos) de los mecanismos creados en los 90.
      Un saludo a un militar de la época no opaca el posterior impulso decidido a la anulación de las leyes de impunidad y a los juicios postergados.
      Los hechos pesan.
      Sobre las palabras dudemos, sobre los hechos no sé cómo podemos dudar.
      De última, repito una vez más mi argumento: no ‘haber pensado siempre lo mismo desde el nacimiento’ (qué exigencia), pasar de la ambigüedad ante la dictadura a ponerlos a todos ante los jueces, y pasar de la ‘acomodación’ de los 90 a cambiar ese perverso esquema económico, no es criticable sino honroso y enaltecedor.
      Otra de las cosas difíciles, quizá no de entender sino de aceptar, del kirchnerismo.

    2. Resulta patético tener que proveer de contexto (otra vez) a la foto de NK junto a un militar en «altri tempi». El contexto que se omitecon una foto pelada es que fue tomada en Río Gallegos el 05/04/1982, es decir, a tres días de Malvinas, en la que medio país apoyaba NO a los milicos, sino lo que Malvina significa para la mayor parte de los argentinos.

      Pero bueno. Con distintos recortes de la realidad cada cual se construye su propiorelato.

  19. Buena nota, clara exposición del modelo como abstracción, horizonte y ejes de defensa. Me pregunto, si ya no es tiempo de comenzar, aunque más no sea de a poco, a debatir políticas con minúsculas, horizontes medibles en el tiempo, en el corto y mediano. ¿No será momento?
    Saludos,

  20. Si se pone como una virtud la incertidumbre seguro que nunca invertiste un carajo de tu plata. Porque creeme que cuando tenes que invertir realmente te interesa si el dia de mañana deciden subir el impuesto a las ganancias al 50%. Tomarlo como una virtud es de resentido hacia la gente que tiene mas plata, ya que seguro que roban y demas, ese prejuicio conjunto a la gran cantidad de empresarios garcas que hay en el pais pero que ni a palos son todos lleva a este pais a nunca desarollarse realmente.

    Y no es que en la epoca del kirchnerismo el estado todo mas poder para que el estado regule, sino que es el kirchnerismo atraves del estado el que adquiere poder. Si fuese solamente un rol del estado en la economia no se estaria plagando de gente del palo – la campora por ej – en todas oficinas publicas, que el dia de mañana al cambiar el signo politico del partido gobernante se va a tener un quilombo tremendo y va a estar lleno de politiqueria barata todas las oficinas estatales en vez de gestionar que es lo que tanto este pais necesita.

    Parece que es mas importante lo que uno dice que lo que hace en este pais.

    1. 1. Está todo, todo, llenísimo de gente de la Cámpora.
      «Creo que en total en la República Argentina, de subsecretarios y funcionarios municipales, me refiero no a empleados, cargos directivos importantes políticos, hay 21.332. La poderosa organización tiene 39 en total sobre esos 21.332. La verdad que van a tener que laburar un poco más para ser tan poderosos, van a tener que laburar un poco más.»
      2.
      Ningún, pero ningún otro gobierno puso a su gente ‘de confianza’ en la Administración Pública.
      Claro, es mentira eso de que por todos lados hay ‘capas geológicas’ de burocracia partidaria de las distintas épocas.
      3.
      Esa seguridad de que ‘estos’ no sirven para administrar y ‘los otros’ (los que nos llevaron a 2001) sí sirven ¿lo obtuvo por una investigación científica?

  21. Es francamente alentador un posteo que no termine a las puñaladas. Mis sinceras felicitaciones a los participantes que han sido capaces de bajar los decibeles e intentado escuchar al otro.

    1. en lo personal, siento que son inimputables. no se los puede apuñalar.

      ya me siento mal a veces de solamente contestarles :P

  22. Tapones de punta,

    Lo de llamar a Boudou «Menem boy» no es más que una broma. Lo decía por los Chicago boys. Boudou, y todos los problemas que arrastra, son sintomáticos: no está en cualquier sitio, sino en la vicepresidencia. Si la Presidenta llega a tener complicaciones, como el cáncer que parecía tener en enero, él sería presidente. No es nada nuevo que el peronismo lleve como vice a gente de derechas: Cámpora, nada menos, tuvo a Vicente Solano Lima como vicepresidente; Perón, en su último mandato, a María Estela Martínez, que no era precisamente una «progresista». Ni Ítalo Luder, ni tantos otros.

    Lo que quería señalar es que el storytelling, que no es un invento mío, sino el título de un ensayo del francés Christian Salmon -que no trabaja para LN, sino para ‘Le Monde’, y apoya al candidato del Frente de Izquierdas en Francia-, funciona en todas partes, incluida la Argentina cristinista. Y funciona hasta el punto de que la AUH se presenta como gran hito redistribuidor, cuando es asistencialista. Desde luego que falta una reforma impositiva. Se alega que el Boden 2012 impide mejorar el Sarmiento, pero se propone el tren bala, que es una inversión disparatada para hombres de negocio riquísimos. Que se dice «El Banco Central made in Cavallo quedó en terapia intensiva» (P/12 del viernes), cuando entre otras cosas la reforma elimina las modificaciones introducidas por el propio Néstor en 2005. Que se publicita el matrimonio igualitario cuando se opusieron al principio. Es saludable que se haya hecho todas esas cosas, marcan una tendencia, pero no se puede ocultar los «peros», el reverso del relato, hasta tal punto que se crea la sensación de tacticismo y no de estrategia a largo plazo.

    Visto desde fuera del país, leyendo LN y P/12 (y llegando a la conclusión de que hablan de dos países distintos), sin menospreciar a una gran crítica como Sarlo porque escriba en LN o sin despreciar a un excelente cronista económico como Mario Wainfeld porque trabaje para P/12, me atrevo a decir que hay muchas cosas bien hechas desde 2003, hay otras feas, y un estilo autoritario, poco progresista y sí muy peronista, de despreciar la crítica, de no aceptar sino la adscripción acrítica, una actitud en Cristina («nazi»), Boudou («traidores»), por no hablar de Aníbal Fernández en su día, antes de caer en desgracia. Esa actitud tiene más de Berlusconi que de progresista. Es una mirada como la de los pasajeros del cuento de Cortázar, ‘Ómnibus’: «En el fondo del ómnibus, instalados en el largo asiento verde, todos los pasajeros miraron hacia Clara, parecían criticar alguna cosa en Clara que sostuvo sus miradas con un esfuerzo creciente, sintiendo que cada vez era más difícil, no por la coincidencia de los ojos en ella ni por los ramos que llevaban los pasajeros; más bien porque había esperado un desenlace amable, una razón de risa como tener un tizne en la nariz (pero no lo tenía); y sobre su comienzo de risa se posaban helándola esas miradas atentas y continuas, como si los ramos la estuvieran mirando.» Nada de eso supone conceder ni el más mínimo beneficio de la duda a Macri, a Morales Solá, a Grondona, a Magnetto. Porque por el hecho de que Macri lograra el 64% en la CABA no deja de ser Macri un mal gestor y un desastre moral. Del mismo modo, que la Presidenta lograra el 54% no inhabilita ni deslegitima una crítica a su labor; más bien, la hace más necesaria.

    En cualquier caso, veo el debate político argentino de hoy muy crispado y polarizado. Ocurre en todos los países, pero parece que en la Argentina se están volando los puentes de diálogo con palabras muy fuertes por ambas partes, palabras que se utilizan con mucha alegría, pero que son cargas explosivas que socavan los pilares de los puentes de la convivencia. Hunos (con la «h» de Unamuno) dicen que los Otros son «marxistas»; Otros, que los Hunos son «gorilas», que es una acusación igual de grave. No será grave para los que sí son gorilas, pero sí para los que no son pro-K pero jamás han sido gorilas. Y pasará el kirchnerismo, y pasará el antikirchnerismo, porque todo acaba en cierto momento. Alguien tendrá entonces que limpiar los escombros de tanto exceso retórico y discursivo: http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/Claude-Levi-Strauss-antropologia-leccion-espiritu-critico_0_665333469.html

    1. Lei con atenciòn, todas tus intervenciones, las que comparto en 1000%. Pero no trates de «evangelizar a evangelistas», mientras el Kirchnerismo siga siendo el «Caballo del Comisario». Muchos van a vivir en la comoda negaciòn, y en ese lugar de confort espiritual que sentis por estar alineado en el «lado de los winners». Lo triste, que cada 10 años despuès olvidan todo, y son los primeros en batirla cacerola.
      Saludos

  23. vuelvo a leer el primer parrafo de la entrada de Fraschini y a todas sus preguntas las contesto con un si.Como dijo Heidegger en la pregunta esta la respuesta.De modo que en el ovillo conceptual planteado esta el gran problema a resolver.

  24. Pingback: Lleno de preguntas

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