Lo que vi en la UTPBA

Mi abuelo paterno, obrero textil, decía que después de conseguir trabajo había que afiliarse al sindicato. Eso hice poco después de ser efectivizado en la agencia Noticias Argentinas. Allí hacía años que no se elegían delegados. Los noventa habían dejado su marca.

Después del estallido de 2001, fuimos varios los que nos acercamos al sindicato para que nos acompañaran en la conformación de la comisión interna. Tuvimos varias reuniones. Algunas con el secretario general del gremio, Daniel Das Neves, cuya firma tengo estampada en mi carnet.

Al tiempo, superando temores y vaivenes, tuvimos la primera comisión interna. Para la tercera elección me había convertido en delegado y fui reelecto una vez más. En esas jornadas, en las que trabajosamente discutíamos la recomposición salarial y las mejoras en las condiciones laborales, siempre convocamos al sindicato a participar de las asambleas.

Por esos días también le decía a Edgardo, quien nos visitaba en representación del sindicato, que tenía que venir a la redacción con planillas de afiliaciones. Sobraban los dedos de una mano para contar los afiliados en NA. Yo decía, y aún lo sostengo, que era necesario que se afiliaran más no sólo para tener la posibilidad de recambio de delegados, sino también para tener un sindicato más fuerte. Nunca vinieron a afiliar a nadie. Hoy en NA no hay más de cinco afiliados.

El último 7 de junio fui al acto del Día del Periodista en la puerta de Crítica de la Argentina. Hay 190 laburantes que están en huelga desde hace dos meses y se quedan a dormir en la redacción para que no les terminen de vaciar la empresa. Después de los discursos, discutí con varios compañeros porque me parecía que, aunque compartía algunas críticas, se había cuestionado en demasía a la conducción del gremio.

En todos estos años, el sindicato no me convocó para ninguna Asamblea Electoral ni me avisó formalmente de las elecciones. Pero ayer participé de mi primera Asamblea Electoral. Curiosamente no me invitaron desde el sindicato pese a ahora me eligieron delegado en otro medio. Los que sí me invitaron fueron los opositores a la lista Celeste y Blanca. Me llamaron amigos de La Gremial, de El Colectivo, de La Naranja. Todos me contaban como propio. Los únicos que no me contaban como propio eran los dirigentes del sindicato.

Ayer, en el microestadio de Atlanta, vi lo que siempre creí parte de una leyenda negra exagerada por algunos opositores. No digo que no les creyera, pero sentía que se dejaban ganar por sus posiciones, por sus cuestionamientos a la forma de conducción. Trabajosamente logré dejar la redacción a las ocho de la noche para llegar a la poco periodística cita (todo se acelera en cualquier diario después de las siete de la tarde).

Vi como acreditaban a dos mujeres de unos cincuenta años que como todo comprobante de su trabajo en una radio mostraron su cédula de identidad y un volante color celeste gastado que daba cuenta de una FM de La Matanza. También a un hombre cercano a los sesenta años que decía que venía de Lomas de Zamora y que allí trabajaban en “radio y televisión” pero que no pudo decir ni el nombre del programa en el que dijo que trabajaba. Y a un pibe de unos 25 años que decía que era colaborador de una revista pero no tenía ni credencial del medio ni carnet de afiliado. Pero como los otros figuraba en padrones y fue acreditado.

Vi como la entrada al recinto donde funcionaba la Asamblea era franqueda al responder afirmativamente la pregunta ¿Te acreditaste? Ninguno de los dos que me lo preguntaron podían saber si efectivamente lo había hecho o si trabajaba de algo relacionado con el periodismo.

Vi como se propusieron tres listas. Las dos primeras respondían a la Celeste y Blanca y repetían los nombre de algunos de sus integrantes. La tercera reunía a las agrupaciones opositoras.

Vi como el secretario Das Neves, al frente de la Asamblea, hizo votar primero la tercera propuesta, la de la oposición, y vi como contaron velozmente “60 votos”.

Vi como después puso a votación las otras dos listas que, obviamente, ganaron. Y vi como en medio de las quejas hizo votar y contar nuevamente la propuesta de la oposición y ahí la cuenta dio 92. Aún así el oficialismo se quedaba con mayoría y minoría. Tenía unas 500 manos, varias de ellas votaron a las dos listas.

Vi como una chica de campera roja y otra con chaleco animal print, que en el verano de 2005 me vendían los boletos para ir al club de Moreno, silbaron a los compañeros del diario Crítica de la Argentina , que llevan dos meses de paro para intentar que un empresario especializado en el vaciamiento de empresas no los deje en la calle.

Vi como un chico con campera verde y barbita candado, que me recibía los boletos los domingos a la mañana cuando subía al bondi, también silbaba y abucheaba cuando se cantaba por paritarias.

Todo eso que vi me resulto revulsivo. Pero de todo eso, incluyendo la fragilidad de las acreditaciones que vi entregar, lo que me generó una mezcla de bronca y tristeza fue ver a trabajadores que se burlaban de trabajadores en huelga y que se reían de una paritaria sindical. Algo inexplicable. Incomprensible ¿Cómo es posible que trabajadores y varios de sus dirigentes se burlen de un par que está por perder el laburo?

De todo eso, lo que me enfureció fue no escuchar del máximo dirigente de la Celeste y Blanca, el que estampó su firma en mi carnet de afiliado, un sola palabra sobre el único conflicto que hoy cruza a nuestro oficio. Esa falta de palabras tiene coherencia con la actitud tomada cuando recrudeció el conflicto: no mandaron ni una docena de empanadas para bancar la permanencia en la redacción.

Al salir le mandé varios mensajes a Judith. Quería alguna explicación. Le di estas mismas impresiones. Le hice varias preguntas. No tuve respuestas.

Lo que ví, lo que escuché y no escuché, me convencieron de que la leyenda negra se quedaba corta.

28 comentarios en «Lo que vi en la UTPBA»

  1. Me parece una muy buena noticia este post porque viene a revelar otra faceta (y van…) de la hasta hace un tiempo «misericordiosa profesión del periodismo». Son periodistas, buenos y malos, rosqueros, laburantes. Debe haber seguro de todo un poco.

    Soy un convencido de que sólo cuando se le quite al periodismo esos ropajes embusteros que lo quisieron transformar en una ONG virginal, pura y transparente la sociedad va a dar un paso adelante.

    No sólo la pelota no se mancha, tampoco el papel o el teclado. Lo que hay que hacer es divulgar estas miserias y laburar para mejorar el sindicato y separar una cosa de la otra.

    No obstante también pienso que no explicás porqué no hicieron alusión al conflicto de Crítica, algún motivo de fuste seguro debe haber. La denuncia tendría muchísima más potencia si hubiera abordado ese aspecto.

    1. Barbaro, el tema es que estas lacras burócratas de UTPBA son kirchneristas ongaristas, asi que, no se, vos fijate mejor a donde pueden llegar.

    2. Me parece que más que «tirar al medio», la querés patear a la tribuna.
      Yo ando flojo en comprensión de texto,pero me parece que el post habla más de como funciona el gremialismo corporativo en este ispa que de la corporación periodistica.

      1. Para nada, Gus, simplemente me pareció que hubiera estado muy bueno que se tirara alguna línea respecto a porqué en esa asamblea no hizo mención al caso Crítica.
        Pongámosmo así: ¿Alguien sabe porqué la conducción de la UTPBA no banca a la gente de Crítica?

  2. Lo de la UTPBA contra los trabajadores lo sabemos todos los que alguna vez trabajamos en una redacción y enfrentamos un conflicto. Y ni hablar de los manejos internos. Que el gremio no tenga paritarias es un bochorno. Esto viene desde hace mucho. Pero echarle la culpa de lo que ocurre al «discurso virginal» es una nueva manera de diluir toda discusión en esta nefasta manía del pensamiento único kirchnerista. No puede ser todo una sucursal de la lucha de Kirchner contra Clarín.

    Q

  3. Que lindo, para los amigos que pululan por este blog y que dicen que la burocracia sindical no existe, ajajajajaja. Andá a decírselo a cualquier laburante, este caso nos muestra muy bien que significa la burocracia sindical; y ojo que esta es la UTPBA, la CTA (Yasky, sisi, el mismo que me decía Pablo que «consiguió muchas más cosas que las que consiguieron los que piensan como vos» jajaj) que no movió un pelo por los laburantes de Crítica. Pero esto es lo que hace siempre, esto es la burocracia sindical, da igual que sea de la CTA o de la CGT, en la CTA también está el burócrata de Pedro Wasiejko, del SUTNA, un burócrata que es el segundo de la CTA.

    1. Premisa 1: este blog dice que la burocracia sindical no existe.

      Premisa 2: este blog publica una nota sobre los manejos de la UTPBA.

      Conclusión: ________________

      Complete a su gusto.

      1. ja ja, tal cual. Y eso en un post leído (?) en «este blog». Por otro lado entre «la gente que pulula por acá» hay unos cuantos lectores de Weber para quienes hay que imaginar que «burocracia» no es un término satánico, sin contar a los obsesos que también pululan y que de adoptar el criterio de algunos blogs «republicanos» habría que bannear como trolls anti-k.

      2. ¿Lo decís en serio Es asi? Si un blog apoya determinadas cosas y cuando algo parece diferente de lo que normalmente apoya, acepta plantear la contradicción sin encasillarse, ¿es peor?
        ¿Nunca un gris? ¿Todo es blanco o negro?
        Es decir, que Artepolítica es aún peor de lo que vos creías (que por supuesto ya era malísimo), después de publicar este post central, porque demuestra que Artepolítica es malo a sabiendas, ni siquiera puede aducir desconocimiento. Raro el razonamiento, ¿no?
        ¿No sería mejor para defender tus posiciones, decir algo como «sí, en esta estuvieron bien, ojalá sigan por ese camino y se den cuenta de, etc, etc»?
        Es muy difícil si nunca se le reconoce nada al otro que no piensa exactamente lo mismo que uno.

      3. Claramente como bien dijo el Diego y D´elia, «yo soy blanco o negro, gris no voy a ser nunca jamás».

        Ahora saliendo de la joda. No, artepolítica no, el problema es que si se apoya a la burocracia sindical conociendo lo que es, es para mi sumamente grave, más grave que si fuera como los pseudo intelectuales cartabiertistas que pueden hablar de lo «popular» alabando a Moyano o Yasky, ya que no conocen por ser unos pequeñosburgueses, el rol nefasto de la burocracia sindical, ya sea de la CGT o de la CTA.

        No, obviamente que reconozco y me parece acertado que pongan esta nota; el problema es que sabiendo lo que significa la burocracia sindical (que en este caso estuvo apoyada con matones del Evita), no se puede ponderarla positivamente. Moyano y Yasky son lo que son, y todos los que alguna vez hemos laburado y sufrimos en carne propia las apretadas de las burocracias traidoras sabemos perfectamente cual es su función. Son enemigos de los trabajadores ya que son parte (socios menores obviamente) de la patronal, son el brazo armado de la patronal, trabajan directamente para ella contra los laburantes.

        Segundo, para Fabián, si a vos te parece que la burocracia sindical es una mera hipótesis de la razón, un concepto ideal, un tipo ideal, es que nunca en tu vida laburaste ni estuviste en presencia de la burocracia sindical traidora.
        Sino, es imposible que digas semejante pelotudes.

  4. lamentablemente los compañeros del Critica de la Argentina jamás se preocuparon por los compañeros de Aerolíneas a los que bombardearon sin pudor desde ese panfleto que llamaban diario. Para eso no tuvieron pruritos.

  5. Primero que estás hablando de otro tema, pero además meas fuera del tarro. Es como que digas: «que los trabajadores de Clarín se jodan por publicar semejante mierda procesista (kirchnerista hasta hace 2 años)», estás olvidándote que hay una gran diferencia entre el laburante gráfico o el laburante de prensa, del vocero del medio. Una cosa es Blanck, Vanderkoy, Morales Solá y demás voceros de los medios y otra cosa son los laburantes.
    Todos laburamos en distintos lugares por que es lo único que podemos hacer para parar la olla, si vos podés elegir a tu patrón avisa che.

    Que falta de respeto a los compañeros que luchan para no quedarse en la calle, por favor, que propio de pequeño burgués pelotudo que se la tira de «progre» escribiendo en un blog, laburá alguna vez en tu vida y vas a poder entender algo. Y además estos compañeros están luchando ahora contra la burocracia sindical traidora aliada a las patronales explotadoras y vaciadoras.

    PD: El compañero laburante podrá dar fe mejor que yo, pero quienes hicieron de matones en la asamblea fueron los del Evita, vieron que no existe la burocracia sindical!! ajajajajajaja.

    Vamos compañero, sigan luchando como hasta ahora, todo el apoyo.

    1. claro el laburante de prensa es una arcangel principista que supera la prueba de la blancura subido a su pedestal mientras el resto de los trabajadores soportamos que mientan descaradamente, vaya uno a saber por qué, poniendo en riesgo nuestro trabajo. Pero nunca son responsables de nada o porque no deciden la línea editorial o porque sino otro lo haría igual entonces…
      Cuando las papas le queman a ellos, ahi si: solidaridad entre laburantes.

      1. Son dos temas diferentes. En el conflicto son laburantes que enfrentan una patronal y punto. Por eso merecen todo nuestro apoyo.
        El otro tema es el rol del periodista en los medios burgueses y la falacia de la independencia periodística, tema amplio y espinoso si los hay y que merece un post aparte.

      2. lo voy a tener en cuenta la próxima vez que vea escrito en algún diario las quejas sobre la inflación producidas por los aumentos de sueldo. Ni una palabra sobre la ganancia empresaria. En varias ocasiones el laburante de prensa se pone del lado de la patronal, como hicieron los de Crítica

      3. Es que inevitablemente los medios burgueses van a tomar partido por alguna fracción de la burguesía nacional y las patronales. También es cierto que hay periodistas orgánicos a los intereses de determinado sector económico. Pero eso no implica asignar el mismo grado de responsabilidad a un corrector , ordenanza u otro periodista que a Eliaschev, por ejemplo. Los periodistas orgánicos se pasan por los huevos el conflicto porque su fuente de ingresos no viene del sueldo del diario.

    1. indemnizalos como corresponde. Con el mismo procedimiento por el cual los trabajadores de Dinar (por ejemplo) estan cobrando su indemnización: en cuotas y a los premios como en cualquier empresa que va a la quiebra.

    2. No, hay que hacer como hicieron los laburantes de Zanón, ponerla a laburar ellos mismos. Esta vez si, un diario que apoye las luchas de los trabajadores y que deje de ser la voz de las patronales.

  6. Excelente post. Profundiza por ahí, por donde la contradicción deja su rastro. Todos los de éste lado son buenos? Y todos los de allá son malos? Respuestas para cada situación y no una sola respuesta para todas las situaciones. Fantástico! Para mí, crecemos.

  7. El conflicto de Crítica se solucionaba fácil, Le hubiesen pedido a las entidades agrarias que devuelvan el favor y con el 0.1 % de lo que ganaron con la guerra gaucha y pueden vivir esas familias, durante 100 o 200 años. O cobrarle a quien corresponde que son los patrones.
    Aclaro que no quiero que cierre Crítica, siempre me divierte leer a los arrastrados de todas las corporaciones empresarias, como Quintín para tomar un ejemplo cotidiano. Julieta Tarrés una de las que reclama se mandaba saluditos por el twitter y por facebook con el ex Clarín y despedidor serial Pedro López Matheu organizaba las listas de despidos en Kraft.
    Y si cierra que le paguen todo lo que les deben.

  8. DERECHO A REPLICA
    Para el enemigo somos iguales
    Por Stella Calloni
    La periodista y colaboradora de ZOOM responde a la nota firmada por Pablo Waisberg sobre la última asamblea de la UTPBA.
    He estado desde hace muchos años en el sindicato de periodistas, el mismo que se continuó con la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires. (UTPBA). Esta también integra la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap) en cuya fundación estuve en los años 76 en México y cuyas acciones y reuniones y comunicados en defensa de las mejores causas de América Latina, son ignoradas por los grandes medios y por algunos compañeros que tienen lamentablemente anteojeras ideológicas cerradas a todo lo que no sea su patiecito. Los sucesos de la Asamblea están filmados porque siempre se hace esto en las que realiza la UTPBA, y creo que el compañero que escribió esta nota no vio lo que yo vi en el tratamiento indecente que esas listas contra UTPBA le dieron a muchos compañeros jubilados, que me constan que son de prensa. Precisamente si algo digno tiene la UTPBA es que nunca dejó solos a los jubilados de prensa.
    La UTPBA puede tener errores, pero en los años 90 abrió un frente extraordinario de discusión en contra de la concentración mediática cuando nadie decía nada y hubo un Congreso histórico con miles de asistentes donde también se discutía la Ley de Medios. Tengo en mis archivos muchos de aquellos documentos que se produjeron en la UTPBA con respecto a la Ley de Medios, que también fueron incorporados entre los muchos que colectivamente contribuyeron a una de las leyes con mayor trabajo colectivo que se conozca, para orgullo del país y reconociendo de mi parte la enorme voluntad de este gobierno para que al fin recuperáramos los espacios del pueblo. Es mentira que la UTPBA nunca hizo nada y es mentira que no estaba en algunos conflictos. Pero a mí no me extraña nada este tipo de acusaciones porque lamentablemente algunos compañeros que se dicen de izquierda o progresistas acuden a las mismas enseñanzas de la derecha más brutal. No es necesario mentir para debatir por posiciones políticas. Cuando se miente para ganarle a un adversario por las razones que sea, se está atentando contra la ética que debe tener una izquierda. Hace un tiempo unos compañeros me discutían que la UTPBA no estaba en un conflicto y yo había pasado saludando a las compañeras que estaban ahí presentes desde la mañana, sin comer incluso. Más alguien vino a filmar y no las fotografió ni filmó. ¿Cómo se llama eso? YO LO VI.
    Lo que molestó a algunos fue la masividad de la Asamblea y que la UTPBA ganara en buena ley. Lamentablemente hay compañeros, como he visto en algunas facultades, que cuando los votos favorecen a otros hasta terminan quemando urnas para hacer elecciones nuevas. Por eso es tan baja la representatividad estudiantil, porque se ha perdido credibilidad y es lamentable usufructuar de un triunfo en tal o cual lugar cuando absolutamente la mayoría no vota. En este caso, pedí ver todo lo que sucedió en la Asamblea y hablé con amigos de mucho tiempo, que como yo misma, tenemos por costumbre criticar a la dirección de la UTPBA lo que creemos criticable, sin que por eso se nos haya radiado. Yo he concurrido a reuniones de otros sindicatos de prensa, pero lo que jamás se me ocurriría es intentar romperlos. Quien rompe un sindicato como se trata en este caso de la UTPBA, está en la misma onda de los que intentan destruir todo, en tiempos donde el imperio avanza con prisa y sin pausa. He escuchado vergonzosas mentiras de algunos grupos supuestamente de izquierda cuya única finalidad es estar contra todo y todos.
    Entonces, al compañero que escribió esa nota y no conozco, le digo que no basta sólo con consignas aparentemente revolucionarias, porque lo que cuenta es la conducta, inclusive para debatir. Recuerden que hay más de cien compañeros desaparecidos que estaban en el viejo sindicato al que sucedió la UTPBA. También recuerden que esta dio protección a los familiares de esos compañeros, a jubilados y desempleados que quedaron un día en pampa y la vía. La UTPBA puede tener muchos defectos, pero ninguno de ellos como para que alguien los ponga en el campo del enemigo. Porque eso compañero es olvidarse de muchos años de lucha. Y entonces es bueno comenzar a cambiar de actitud. Siendo yo de UTPBA he asistido respetuosamente a actos de Fatpren y otros, con mucho respeto, tranquilidad y dignidad y he compartido también lo bueno que cada uno hace. Somos muchos aunque el compañero crea que se inventan para Asambleas. Al contrario, somos bastantes los que por trabajos diversos no pudimos estar, y si no que revise la historia de los últimos años de la UTPBA: sus congresos por la lucha contra la desinformación al que asistieron miles de todo el país, o en los tiempos de las graves agresiones a periodistas y el asesinato de José Luis Cabezas, y también su papel en este tiempo antiimperialista que expone en todos los frentes internacionales. Esto lo he visto y vivido personalmente en la solidaridad activa con aquellos que luchan. Hay mucho por hacer en la UTPBA, como en todos los otros sindicatos, pero no es deshaciendo, atacando, mintiendo, como se gana. Le recuerdo, compañero, que la UTPNA fue la que abrió sus puertas y su obra social a los compañeros de medios alternativos, que nadie hubiera reconocido, pero que han sido los que fielmente y con grandes sacrificios personales dieron y dan su pequeña batalla contra la desinformación. A mí no me molesta que sean de donde sean porque los he visto trabajar contra viento y marea, y ha sido una experiencia conmovedora en todo el país. Se gana en buena ley, se gana en trabajo de base, se gana con respeto. Recuerden que en las tumbas colectivas de la dictadura hay compañeros de todos los campos, de distintas organizaciones. Para el enemigo somos iguales, y ¿por qué entonces nos vamos a maltratar de esa manera entre nosotros? Hagamos el camino inverso. Y en todo caso, exijamos a TODAS las direcciones representarnos seriamente, y volvamos a discutir algo que discutimos en la UTPBA, el tema de la ética periodística, que hoy es más necesaria que nunca. El único al que no le interesamos juntos es al enemigo, que es fuerte y recibe mucho dinero para quebrarnos. Tengo muchos años, pero jamás perseguiré a un compañero al que puedo criticar y quien también puede criticarme y debatir. Con esa idea limpia camino mejor.

  9. Para el enemigo somos iguales
    Por Stella Calloni
    La periodista y colaboradora de ZOOM responde a la nota firmada por Pablo Waisberg sobre la última asamblea de la UTPBA.He estado desde hace muchos años en el sindicato de periodistas, el mismo que se continuó con la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires. (UTPBA). Esta también integra la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap) en cuya fundación estuve en los años 76 en México y cuyas acciones y reuniones y comunicados en defensa de las mejores causas de América Latina, son ignoradas por los grandes medios y por algunos compañeros que tienen lamentablemente anteojeras ideológicas cerradas a todo lo que no sea su patiecito. Los sucesos de la Asamblea están filmados porque siempre se hace esto en las que realiza la UTPBA, y creo que el compañero que escribió esta nota no vio lo que yo vi en el tratamiento indecente que esas listas contra UTPBA le dieron a muchos compañeros jubilados, que me constan que son de prensa. Precisamente si algo digno tiene la UTPBA es que nunca dejó solos a los jubilados de prensa.

    La UTPBA puede tener errores, pero en los años 90 abrió un frente extraordinario de discusión en contra de la concentración mediática cuando nadie decía nada y hubo un Congreso histórico con miles de asistentes donde también se discutía la Ley de Medios. Tengo en mis archivos muchos de aquellos documentos que se produjeron en la UTPBA con respecto a la Ley de Medios, que también fueron incorporados entre los muchos que colectivamente contribuyeron a una de las leyes con mayor trabajo colectivo que se conozca, para orgullo del país y reconociendo de mi parte la enorme voluntad de este gobierno para que al fin recuperáramos los espacios del pueblo. Es mentira que la UTPBA nunca hizo nada y es mentira que no estaba en algunos conflictos. Pero a mí no me extraña nada este tipo de acusaciones porque lamentablemente algunos compañeros que se dicen de izquierda o progresistas acuden a las mismas enseñanzas de la derecha más brutal. No es necesario mentir para debatir por posiciones políticas. Cuando se miente para ganarle a un adversario por las razones que sea, se está atentando contra la ética que debe tener una izquierda. Hace un tiempo unos compañeros me discutían que la UTPBA no estaba en un conflicto y yo había pasado saludando a las compañeras que estaban ahí presentes desde la mañana, sin comer incluso. Más alguien vino a filmar y no las fotografió ni filmó. ¿Cómo se llama eso? YO LO VI.

    Lo que molestó a algunos fue la masividad de la Asamblea y que la UTPBA ganara en buena ley. Lamentablemente hay compañeros, como he visto en algunas facultades, que cuando los votos favorecen a otros hasta terminan quemando urnas para hacer elecciones nuevas. Por eso es tan baja la representatividad estudiantil, porque se ha perdido credibilidad y es lamentable usufructuar de un triunfo en tal o cual lugar cuando absolutamente la mayoría no vota. En este caso, pedí ver todo lo que sucedió en la Asamblea y hablé con amigos de mucho tiempo, que como yo misma, tenemos por costumbre criticar a la dirección de la UTPBA lo que creemos criticable, sin que por eso se nos haya radiado. Yo he concurrido a reuniones de otros sindicatos de prensa, pero lo que jamás se me ocurriría es intentar romperlos. Quien rompe un sindicato como se trata en este caso de la UTPBA, está en la misma onda de los que intentan destruir todo, en tiempos donde el imperio avanza con prisa y sin pausa. He escuchado vergonzosas mentiras de algunos grupos supuestamente de izquierda cuya única finalidad es estar contra todo y todos.

    Entonces, al compañero que escribió esa nota y no conozco, le digo que no basta sólo con consignas aparentemente revolucionarias, porque lo que cuenta es la conducta, inclusive para debatir. Recuerden que hay más de cien compañeros desaparecidos que estaban en el viejo sindicato al que sucedió la UTPBA. También recuerden que esta dio protección a los familiares de esos compañeros, a jubilados y desempleados que quedaron un día en pampa y la vía. La UTPBA puede tener muchos defectos, pero ninguno de ellos como para que alguien los ponga en el campo del enemigo. Porque eso compañero es olvidarse de muchos años de lucha. Y entonces es bueno comenzar a cambiar de actitud. Siendo yo de UTPBA he asistido respetuosamente a actos de Fatpren y otros, con mucho respeto, tranquilidad y dignidad y he compartido también lo bueno que cada uno hace. Somos muchos aunque el compañero crea que se inventan para Asambleas. Al contrario, somos bastantes los que por trabajos diversos no pudimos estar, y si no que revise la historia de los últimos años de la UTPBA: sus congresos por la lucha contra la desinformación al que asistieron miles de todo el país, o en los tiempos de las graves agresiones a periodistas y el asesinato de José Luis Cabezas, y también su papel en este tiempo antiimperialista que expone en todos los frentes internacionales. Esto lo he visto y vivido personalmente en la solidaridad activa con aquellos que luchan. Hay mucho por hacer en la UTPBA, como en todos los otros sindicatos, pero no es deshaciendo, atacando, mintiendo, como se gana. Le recuerdo, compañero, que la UTPNA fue la que abrió sus puertas y su obra social a los compañeros de medios alternativos, que nadie hubiera reconocido, pero que han sido los que fielmente y con grandes sacrificios personales dieron y dan su pequeña batalla contra la desinformación. A mí no me molesta que sean de donde sean porque los he visto trabajar contra viento y marea, y ha sido una experiencia conmovedora en todo el país. Se gana en buena ley, se gana en trabajo de base, se gana con respeto. Recuerden que en las tumbas colectivas de la dictadura hay compañeros de todos los campos, de distintas organizaciones. Para el enemigo somos iguales, y ¿por qué entonces nos vamos a maltratar de esa manera entre nosotros? Hagamos el camino inverso. Y en todo caso, exijamos a TODAS las direcciones representarnos seriamente, y volvamos a discutir algo que discutimos en la UTPBA, el tema de la ética periodística, que hoy es más necesaria que nunca. El único al que no le interesamos juntos es al enemigo, que es fuerte y recibe mucho dinero para quebrarnos. Tengo muchos años, pero jamás perseguiré a un compañero al que puedo criticar y quien también puede criticarme y debatir. Con esa idea limpia camino mejor.

  10. (Elecciones en la Utpba, por Luis Moreno)
    Camino con memoria y acción organizada
    La lista Celeste y Blanca se impuso con el 79 por ciento de los votos, resultando electos como secretaria general Lidia Fagale y secretario adjunto Raúl Dellatorre.

    El 28 y 29 de septiembre en Capital y Conurbano cerca de cuatro mil periodistas elegimos la conducción de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Utpba) por los próximos tres años. La lista Celeste y Blanca se impuso con el 79 por ciento de los votos, resultando electos como secretaria general Lidia Fagale y secretario adjunto Raúl Dellatorre.

    El resultado comenzó a manifestarse unos meses antes. En la asamblea del 29 de junio, un debate que recorre las filas de los trabajadores de latinoamérica, y tal vez del mundo se expresó con total transparencia. Cuando llegábamos a la asamblea, transportados por las combis desde el Conurbano, que a partir de la crisis del 2001 han sido uno de los medios más eficaces para garantizar el traslado desde nuestros barrios a Capital, un grupo no muy numeroso, pero sí gritón, nos recibía en la puerta de entrada del Club Atlanta, acusándonos entre otras cosas de cómplices de la burocracia, ñoquis, y en varias oportunidades se escuchó con suma claridad el consabido negros de mierda. Más allá de las negaciones, que expresaron algunas orejas distraídas de quienes dirigen a este colectivo de compañeros, lo cierto es que lo dicho, dicho está, y en realidad no es nada nuevo en el folclore de las asambleas sindicales. Pero hubo un dato que sí aparece como nuevo y tiene un significado de mayor complejidad. Muchos de ellos, y luego lo repitieron dentro de la asamblea, inclusive sus oradores, enarbolaban sus recibos de sueldos, para descalificar a quienes no los tenemos. El gesto de ese grupo que cuestionaba, y seguramente cuestiona a la conducción que hoy ha sido revalidada, pasó inadvertido para muchos, pero algunos entendimos de qué se trata.

    Ser asalariado sin duda alguna constituye una fehaciente demostración de que se es un trabajador. Pero ni el análisis más precario puede dejar de reconocer que a la sombra de las grandes transformaciones capitalistas surgidas a mediados del siglo pasado, millones de trabajadores vivimos sin salarios, y trabajamos. La virulencia de las dictaduras setentistas en latinoamérica tuvo como norte profundizar las medidas más salvajes del neoconservadurismo, que impuso a sangre y fuego un nuevo orden en todos los ámbitos de la vida de los pueblos. Pero fue la precarización del trabajo el objeto más determinante de las economías constructoras de miseria y dependencia. Ni las privatizaciones, ni el viraje de la producción a los servicios, ni las bicicletas financieras, ni los asesinatos masivos, tuvieron el impacto de pobreza y pauperización que generó la hiperdesocupación, extendiendo formas primarias de subsistencia a enormes bolsones de población económicamente activa. Una receta que continuó intacta con la democracia, y se agigantó en la década de los 90.

    Trabajo histórico de Utpba/Felap

    En nuestro gremio este proceso no fue ajeno. A pesar de los cientos de compañeros desaparecidos, asesinados, cesanteados, encarcelados, exiliados, ocultados, censurados y sumergidos por la dictadura, en la lucha por la democracia renacieron voces acalladas, surgió la memoria y florecieron historias de resistencia y dignidad, y también de complicidades y agachadas.

    La confrontación con las patronales de prensa fueron moldeando la unidad de la Asociación y el Sindicato, transformados en Utpba. Los comunistas desde la Azul y Blanca, con Enrique Tortosa, desarrollamos un constante aporte a esas experiencias. La firme defensa del convenio. Luchas salariales y grandes marchas contra los cierres de empresas, situaciones que hasta incluían a compañeros precarizados por agencias como empleados de comercio, paros, asambleas, corte de calles, paritarias, solicitadas, toma de edificios, juicios, escraches, despidos. Los asesinatos de Bonino y Cabezas, se pueden contabilizar entre los acontecimientos más duros que tuvimos que enfrentar los periodistas, y la conducción de la Utpba en estas casi tres décadas.

    Nada de discusiones intramuros. Siempre como parte activa en los pasos de organización popular aportando a la lucha por la profundización y defensa de la democracia, la memoria y castigo a los culpables, la fundación de la CTA, las radios y medios comunitarios, la pelea por la salud, el turismo, el estudio del impacto de nuevas tecnologías, los estudiantes, los jubilados. El tramado de estrategias surgidas de experiencias compartidas en congresos mundiales de comunicación, la capacitación profesional, la interacción con las carreras de Comunicación y Periodismo de universidades nacionales, la activa y permanente lucha por una nueva Ley de radiodifusión, y fundamentalmente la apertura de ideas y experiencias por la incorporación e integración en Felap, con el torrente de organizaciones periodísticas hermanas de latinoamérica y el mundo. Estos caudales impulsaron acciones que en muchos momentos se anticiparon a las crisis con respuestas solidarias abarcativas. Alternativas a miles de trabajadores expulsados del circuito formal de trabajo asalariado. En los 90 la aparición del Cuit, los contratos temporarios y la facturación, modificaron el mapa laboral y profesional. Al ser despedidos de empresas de prensa en Capital, pudimos continuar agremiados y sostener, principalmente en el Conurbano, nuestra identidad de periodistas. No solo por pagar un cuota accesible de la obra social que también sufrió recortes, (en alguna etapa teníamos el cien por ciento de descuentos en medicamentos, el defasaje fue tan grande que en pocos meses pusimos en riesgo todo el sistema de salud). Sino por que Utpba se convirtió en una herramienta de capacitación y hasta protección de nuestra integridad física, cuando alguna de las notas realizadas en pequeños medios en que trabajamos tocaban las sensibles y peligrosas fibras del poder político o empresarial en distritos del Conurbano bonaerense. La agencia ANC y luego el Observatorio, además de ámbitos de reflexión, en muchas oportunidades operaron como disuasivos eficaces al denunciar en sus despachos prepotencias, ataques o persecución a periodistas, emisoras y medios comunitarios.

    Polarización y debates

    La fragmentación social y política produce nuevas reconfiguraciones de identidades y comportamientos. Enarbolar recibos de sueldos puede que genere a quienes lo hagan, algunas certezas. Plantear que por corrupción y desidia la Utpba ha hecho un reemplazo de trabajadores de empresas periodísticas por trabajadores de medios alternativos, suena, en el mejor de los casos a una miopía histórica. Que la derecha del sindicato reclame el voto calificado, y armar una organización solo con periodistas de empresas, no es nuevo ni raro. Lo confuso es que otros compañeros realizan esta singular muestra de clasismo desde una identidad de izquierda. Este nivel de reflexión y acción puede conducir a un clasismo que ahora en Ecuador apoyó a los policías golpistas, a los que estuvieron y están con la Medialuna que enfrenta a Evo, al Zulia petrolero que golpea a Chávez , y que en nuestra patria salieron a cortar rutas con los sojeros de la Sociedad Rural.

    El entramado de medios para una comunicación propia es una alternativa laboral factible, y una formidable herramienta de resistencia en nuestro continente a los embates golpistas y hambreadores de la derecha social y política, y a los medios monopólicos de desinformación. Esta construcción de medios cooperativos, comunitarios, barriales y locales, no solo es una audaz e inteligente manera de ensanchar la base del gremio. Además de resolver el puchero y la profesión, nos permite continuar fortaleciendo un camino con memoria y acción organizada, y obtener nuevas conquistas como trabajadores que aportan a cambios profundos en nuestro país, y la integración solidaria de todos los pueblos

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