Macri y De Narváez ¿Tienen conciencia de Clase?

Para que negarlo. Macri y De Narvaez ya preocupan un poco. Uno gobierna (es un decir) la Capital Federal, el otro puede llegar a gobernar el estado provincial mas importante del país (si, puede pasar). Han crecido electoralmente sin hacer gran cosa. El cierto también que el “colorado” estaría redondeando el 25% y con eso no se gana una elección; de modo que a no exagerar. Pero creció. Tomando votos de aquí y de allá. Los dos necesitaron del pedazos del peronismo para crecer y también del radicalismo (especialmente Macri). Pero fue una necesidad operativa, mas que histórica o ideológica. Mientras que la Coalición Cívica recoge parte del legado ideológico radical, los dos empresarios construyen un cuerpo ideológico en base al discurso pragmático, con pinceladas que les permiten conectarse con diferentes públicos: De Narvaez dice que es peronista; Macri defiende el espacio público (uno que esté ordenado y prolijo). Dos o tres frases u ocurrencias, les permiten hacer mas digerible un discurso que en líneas generales llama al orden; que acusa a la democracia de la delincuencia, de nuestro aislamiento del mundo y de la falta de garantías para las inversiones. Claro ninguno te va a decir “la democracia es la culpable”. Con mayor o menor pericia, repiten esas dos o tres frases que los ponen a resguardo de acusaciones de autoritarios o intolerantes, que saben que los pueden cercar cuando piden mano dura, cárcel, o directamente reprimen como la semana pasada con la huerta (y que la TV se olvidó de pasar).

El punto es ¿qué están representando estos dos empresarios que han decidido volcarse a la política? Desde luego el hecho de su procedencia no es nuevo: muchos políticos actuales tienen además sus “emprendimientos”, a veces para financiar sus carreras y en otras ocasiones, gracias a sus carreras políticas. Pero la legitimidad de su accionar y su discurso no provienen del éxito en el mundo empresarial, esa es la marca distinguida de Macri y De Narvaez. En la argentina previa al peronismo también existieron estos personajes: Don Robustiano Patrón Costas el fallido candidato (y por lo tanto presidente) para las elecciones no realizada de 1944. Un estanciero salteño, conocido por la usurpación de tierras. Un blog amigo ya hizo esta comparación. Pero Patrón Costas realizó la carrera correspondiente: ministro, gobernador, candidato. Mauricio y Francisco, como les gusta publicitarse, no. Sin escalas. La urgencia era tal, que no pueden detenerse en ese tipo de construcciones y su propio financiamiento les permite ahorrarse el aburrido camino de empezar desde abajo. De hecho el paso de ambos por el parlamento, ha sido inocuo. (bah apenas si fueron). Este salto, esta transformación de los tiempos políticos, ¿deviene de una misión que como miembros de una clase, están dispuestos a llevar adelante? El Carlos, Marx, daba a la conciencia de clase el papel impulsor de los sectores revolucionarios: la burguesía en el derrumbe de la era feudal, el proletariado respecto del capitalismo. Pero la conciencia de clase no puede funcionar para impulsar un movimiento restaurador, léase para poner orden. (Esto desde luego amasijando al marxismo). Si es así ¿estos muchachos solo representan un vago discurso del orden? Es cierto que la composición de su voto es heterogénea, pero no puede omitirse que Macri gana por paliza en la zona mas rica de Buenos Aires (habrá que ver qué pasa con el colo).

En síntesis para ser un mero efecto de la crisis del 2001, la cosa está durando mucho; que sean empresarios no quiere decir que puedan simbolizar automáticamente a toda una clase. Pero en algo de eso andan. El apoyo al campo de sectores medios urbanos, nos indica que la confluencia ideológica tiene un peso absoluto que permanece intacto. Entonces ¿“ciudadanos por el orden uníos”? ¿sólo eso?

17 comentarios en «Macri y De Narváez ¿Tienen conciencia de Clase?»

  1. A ver, no se si «conciencia de clase». Pero, evidentemente, canalizan de una forma diferente las intenciones de determinados integrantes de una clase -no todos, no hay que generalizar- en mantener su status, en una concepción individualista que deja de lado la suerte de sus pares.
    Esto, previamente, lo llevaban a cabo los que, hoy, pueden estar identificados en el denominado «Acuerdo Cívico y Social». Ese sector propone atar de manos y pies las facultades reguladoras del estado en el arte de equilibrar los desbarajustes de los intereses individuales. Conocido. Pero la sensación, a la luz de las experiencias históricas, los ha catalogado de inoperantes. Y algo de eso hay. Entonces surge esta reacción, digamos pseudo clasista, que propone otra forma. Mas capacidad administrativa, si, pero expresada de otro modo. Ellos están para «resolver los problemas que van apareciendo». Pero, ¿que problemas? Hoy, un bache, un carril de avenida, el denominado espacio público. En fín, la matriz no la cuestionan, y le resuelven los mínimos desbarajustes que en lo que es la cotidianeidad pueden molestar a los incluidos. Es determinada cantidad de gente de una clase con tranquilidad económica -repito, no toda, existen muchos casos de cómodos comprometidos- que «no quiere ser molestada». En el conflicto del campo se vio mucho de eso. Se atacó la «paz» que reinaba en esos sectores. Faltaba carne, por ejemplo. Entonces, ahi cae la reacción: «Eh no, paren eh, me resuelven esto, yo quiero la carne». Si el conflicto no hubiese devenido en gigantescas dimensiones, hasta mayor al famoso 44% pudiera haber sido, que nadie hubiese saltado en favor del llamado «campo». Pero, no solo el tema de las retenciones no formaba parte de la «agenda de la gente», sino que además el tema les desencajó el timer semanal. Ergo, reacción en contra. Bueno, por ahi va esta fración de la política, si asi podemos llamarle. Nada hacer que no esté entre las demandas sociales, que han pasado a medirse, no solo en sustratos como los arriba mencionados, cuanto que se manejan cual encuesta de marketing para un producto supermercadistas. Por tanto, las transformaciones, que son necesarias, quedan postergadas, porque las demandas se recogen de quienes no necesitan de tal cambio.
    Un ejemplo: «¿Ley de radiodifusión?, ¿a quien le importa eso?». Les aseguro que de no menos diez personas lo he oido. Y no está mal que ciertas personas no vean el beneficio que esto puede traerles. Pero, justamente, se supone que la capacidad de un dirigente, de un líder, está en tener una mirada mas amplia, que abarque mejor y augure un, por lo menos, mediano plazo. Estar, en definitiva, antes y no despues de la reacción. Tener iniciativa mas allá del reclamo momentáneo, el cual debe atenderse, pero sin dejar de lado la necesaria construcción social ampliamente abarcativa que es obligatorio hacer. Lo peligroso de este dúo, es venderse como una oficina de atención al cliente -y, peor, atendida por sus dueños-, porque hay recepción de estas formas. Y dejando todo como está, no profundizando ni eliminando los resabios del sectarismo, van a perder muchos. De eso no hablan Macri ni De Narváez.
    El kirchnerismo, todo lo contrario, «arma mucho barullo, mete demasiada mano»: 125, estatizaciones, ¡¡¡AJFP´S!!!. No, viejo, estos están locos, van por todo, aparte todo eso, ¿a quien le importa?». Tiene una forma de gestionar que no deja tranquilos a los que por concepción de tranquilidad consideran la falta de noticias rimbombantes. Esto se ha dicho. Hasta que el período Kirchner guió a esa gente a recuperar su posición, todo bien. Pero, adquirido ello, limpiame las calles de grones, quedate en el molde, bajame impuestos y mosca hermano, ¿eh? Si todavía existen quienes no recogieron ese beneplácito, mala suerte que los empome un burro, o, «saquenlos, pero sin joderme a mi».
    El empresarismo, por ponerle un nombre, entiende esa lógica y apuesta a por esa franja social, pues, por si todo fuera poco, ese nivel de demandas es mas acorde al minusculo nivel de vuelo político que poseen. Tienen asesores que les van leyendo perfecto y les arman discursos que ellos aprenden al dedillo: unirse, no peleemos, solucionemos esto, aquello, que no corten mas la calle, los escondemos. Golpes de efecto por demás sutiles: una chica buena, con cara de buena, que habla re piola, que parece re buena como paraa robar, que no da revolucionaria, que no propone terminar con la marginación. Suavecita. Livianita. Y genera tanta ternura que hace buenos a los que copian su discurso. No es para menospreciarla. Pero, a fin de cuentas, ¿alguien le oyó alguna idea a esa chica? Ahora incorporaron a Sola para garantizar cierta inserción en el conurba, poder caminar por Lomas tranquis, porque es necesario. Pero ese hecho, lo esconden. Sola no es bien visto. El principal racimo de voluntades que sostiene esta lógica debe ser puesto a resguardo, ergo Sola al rincón. O mejor aún, publicidades sin siquiera mencionarlo.
    En fin, es un parecer nomás. A modo de cierre quizá podría decirse que habrá mucha gente a la que esto le parezca nuevo. A mi me huele conocido. No se porque.

    1. Lucas: excelente la argumentaciòn. Eso es el partido del orden. Lo que me pica es si estos tipos lo hacen porque creen que nadie lo va a hacer si no se poenen ellos, o tiene que ver con otras cosas, mas simples como «me gusta la fama y el poder». PArece lo primero, pero estos dos, como vos decis, no encajan en esa dimensiòn

  2. Avallay, una aclaración; No es “que la Coalición Civica recoge parte del legado ideológico radical” todo lo contrario. Los restos burocráticos de la ex UCR, capitaneados por el delarruista Morales, canjearon encuadramiento ideológico en la CC por fiscales, ya están para el cachetazo.-

  3. Hector que diferencia a la actual CC del delarruismo y conservadurismo mas rancio? Solo falta que arregle la gorda con de Santibañes y los Sushi y estan completos ,y hoy estan orgullosos de ser el partido de la Sociedad Rural . Vos crees que el readicalismo es otra cosa ?

  4. «acusa a la democracia de la delincuencia, de nuestro aislamiento del mundo y de la falta de garantías para las inversiones.»

    ¿Acusa a la democracia o acusa a los Kirchner de esto?
    No creo que sea lo mismo.

    1. Yo creo que a la democracia, como política de debate y representación. Esas dimensiones para ellos significan pérdida de tiempo. Aceptan el juego democrático porque de alguna manera está «naturalizado» no porque construyan desde él. Su construcción política ha sido desde el mundo empresario, y en esa carrera la democracia no les aportó mucho.
      Kirchner y la mayor parte de los políticos, son parte del problema, según la visión de ellos. Como dicen Capusotto «Renuncien montoneros!!!
      Saludos

  5. Pido disculpas a los participantes de este blog. No es un comentario sino una invitación a la Asamblea Virtual Ciudadana. Como se trata de algo de bien público espero me permitan darlo a conocer y me tengan paciencia. Directamente los invito a conocer y participar viendo http://www.argentidea.blogspot.com. Si leen 3 minutos verán de que se trata. Me interesan la amigos de este blog y sus notas. Gracias

  6. Si consideras a las «revoluciones restauradoras» como un fenomeno posible la conciencia de clase es tanto importante para los sectores conservadores. El problema para los conserva es que siempre terminan validando el regimen cuando adhieren al legitimismo. (los orleanistas eran asambleistas y en sus propuestas legislativas terminaban ratificando la practica parlamentaria)
    Creo que la clave esta ahi, si queres leer a Macri o al colo como revolucionarios da para cagarse de risa un rato pero nada mas.

    1. Günther: lo mio fue casi un paroxismo, solo que tal vez no me da la pluma. Pero es como usted dice, da para cagarse de risa. Salvo que estos tipos perduren y crezcan
      Saludos

  7. Y.. sí, sería muy dificultoso encontrar otro parámetro que alinee a estos personajes que no sea la conciencia de clase. O quizá, y para seguir con las categorizaciones marxistas, en este caso de estrategia política, saben identificar al enemigo principal en sus proyectos políticos. Pero eso no sería lo grave, en toco caso habla de la coherencia de la clase dirigente argentina. Lo grave es la falta de esta conciencia en otros sectores de la población. Creo que ni siquiera vale la pena aclarar que me estoy refiriendo a la clase media, que se ven influenciados sobremanera por detalles nimios que no hacen a sus intereses económicos, «que la soberbia de la presidenta», «que la presencia del ex presidente». Hace poco tiempo un conocido me dice: «¿Viste lo que le hizo Cristina a Cobos? Le sacó la guardia de granaderos». A lo que le contesté: «¿Pero de verdad eso te preocupa? ¿Te parece algo tan serio?» Me contestó que sí que era de una seriedad mayúscula. Entonces le dije: «Pero Flaco, a vos te cobra de más Edesur, y te la bancas, te facturan de más el gas y no decís nada. Esos son tus problemas inmediatos, los que inciden en tu economía, los que se meten con tus bolsillos. Eso es lo que te tiene que hacer reaccionar y no esta pavada de los granaderos». Está claro que tampoco ayuda a la coherencia de esta gente la realidad política, en épocas de Perón, circulaba una anéctoda que decía que éste en diálogo con un embajador le habría contestado a la pregunta de: «¿Qué porcentaje de la población argentina era peronista?» «Bueno… un 30 por ciento son conservadores, otro 20 son comunistas, hay un 10 por ciento de socialistas, un 30 por ciento de radicales, y existe un 10 por ciento de anarquistas». El embajador asombrado le dijo: «¿Pero… cómo? Entonces no hay peronistas». A lo que el viejo zorro habría contestado: «Ah… no… peronistas son todos». Años atrás esta anécdota movía a risas y no hablaba más que de la inefable figura del líder. Sin embargo uno mira ahora las listas de candidatos para las elecciones y no sabe cual es cual.

    1. Mariano: siguiendo con los conceptos la capacidad de crear una dirección intelectual y moral de al sociedad, al decir de Gramsci. Pero me parece que en nuestro duo simpaticón, eso es darles mucho crédito; el cuero no les da para tanto. Esta es una de las cosas que me parecen interesante, pensando en lo que pueda ser de su futuro

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