¿Quedamos los artistas?

Commune_de_Paris

Pasan los años, pasan los gobiernos,
los radicales y los peronistas,
pasan veranos, pasan inviernos,
quedan los artistas.

Enrique Pinti

 

Avenida 9 de Julio, el sol del otoño, viernes, dos de la tarde. Un motoquero le dice a otro: «¿estos piqueteros, quiénes son? ¡Qué chetos…!». Los automovilistas que vienen por Carlos Pellegrini deben desviarse por Corrientes. Apenas un policía indica el camino a seguir.

Periodistas gráficos de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano realizan una protesta, en el marco del primer paro por 24 horas del sector en ¿cuánto? ¿casi 20 años? Los «inventores» del «caos vehicular» ahora lo protagonizan.

No conozco a todos. A unos pocos. Algunos tienen «firma». Otros han ido a la universidad y dan clases allí. Otros hasta son titulares de cátedra. Muchos han viajado por el mundo. Algunos son troskistas. Otros, peronistas. Otros, kirchneristas. Otros, anti. Varios, nada. Hay chicas lindas y no tanto. Pibes de veintialgo. Y tipos de 60. Hay gente que nunca fue a una marcha. A lo sumo, a cubrirla. Alguien recuerda cómo terminaron decenas de conferencias de prensa de Hugo Moyano durante años y años. Con diálogos entre cronistas y el sindicalista sobre la situación de los periodistas. «Tienen que organizarse, muchachos».

Los automovilistas se ven demorados, doblan por Corrientes. Nadie putea, no hay tantos bocinazos ni escenas de histeria. Es un inconveniente más. Otro piquete. Sigue la vida.

Llegan los oradores. Es un pastiche hermoso. Un troskista se desgañita, pero sabe que su auditorio es amplio y que debe encontrar puntos en común. Y lo hace. Aplaudimos. Hay luchadores de toda la vida. Habrá alguno que se tuvo que agachar alguna vez, no sé. Uno habla contra los columnistas de las «grandes firmas» que se nutren de lo que «escribimos nosotros». Otro está ahí desde siempre. Otro pibe cuenta que en su medio lograron armar la primera comisión interna después de 20 años. Otro habla de precarización, de convenios colectivos de hace décadas, de ponerse de pie. De los que les hacen facturar 150 pesos.

Los trabajadores de las agencias de noticias internacionales cuentan que esto es inaudito. Que en sus cuarteles generales no entienden lo que pasa. Que creen que nunca hubo paros en toda América en «la agencia».

Ahí están todos. Aprovechando una coyuntura favorable. Un gremio sin cabeza. Unas bases reactivadas. Un Gobierno que pone sobre la mesa el tema (o le conviene ponerlo sobre la mesa, en la política de los adultos es lo mismo). Una cuña política entre los dos principales grupos de patrones -los amigos del Gobierno y los anti-gubernamentales, todos ellos empresarios violadores seriales de derechos laborales-. Un Ministerio de Trabajo que arma la mesa y deja hacer (al menos hasta el 24 %).

Me acuerdo del indio experto en conflictividad política al que vimos contar cómo era la política en su país. «Raiot. Raiot», decía. Riot. Trifulca, rebelión, bardo. El que no llora, no mama (¿y el que no afana es un gil?). Pienso en la nota de Lorena Moscovich, a quien no tengo el gusto de conocer, que dice:

«(…) al menos en la última década y ya avistando nuevas formas de acción, un tipo particular de protesta llegó para quedarse, una protesta perpetua con poco efecto disruptivo. Una protesta ofensiva, que reclama por recursos y consolida el vínculo directo entre el líder y el pueblo, desconociendo y erosionando las instituciones de Gobierno y los canales formales de distribución».

Pienso. Esto -esto que va más allá de una protesta de periodistas, digo esto de que ocurra «lo que no debiera ocurrir», o lo que es lo mismo, el otro nombre de «la política»- ¿es una «primavera»? ¿O así es como esto será de aquí en más? ¿Depende del kirchnerismo? ¿Depende de Cristina? ¿O depende de nosotros? Nadie es «eterno», OK. Estas conformaciones de «nosotros», de estos vernos las caras y abrazarnos y sonreír y aplaudir y olvidar por una vez si en una asamblea nos cagaste o si estos o aquellos votaron en contra del paro o si aquel es un compañero más o menos cagador y sentir ese «nosotros», ¿permanecerán?

Porque, se me ocurre: «Nosotros», que estamos en este país con nuestros amigos, con nuestras familias, con nuestros hijos, sí somos eternos. Y lo queremos ser.

¿Nos la bancaremos?

Foto.

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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Un comentario en «¿Quedamos los artistas?»

  1. Nicolas, como siempre, much ado about nothing. Tendrias que que salir a andar mundo, sacar un poco los ojos del ombligo; Chaco, Misiones, Jujuy, Catamarca…, tambien serian alternativas muy instructivas, pensiones, no hoteles 4star. Una beca para estudiar en algun lugar de buena calidad te vendria muy bien (las de Brasil son faciles de conseguir), de preferencia en algun lugar donde no se hable español.
    Una curiosidad, como te ganas la vida? mencionas tus antecedentes academicos, pero no tu laburo; cuando uno se presenta en serio, ese es un factor crítico para definir lo que uno es. Como bien dicen, uno se juzga por lo que es capaz de hacer, los demas nos definen por lo quer hemos hecho.

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