Réquiem

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Hace algún tiempo ocurrió una paradoja espacio-temporal de dimensiones frankesteineanas: el propio Laclau se convirtió, él mismo, en un significante vacío. Es decir, su teoría perdió pedazos de identidad y hasta se tergiversó para pasar a representar algo más amplio. El monstruo se devoraba a su creador. Laclau se convirtió en el símbolo del demasiado conflicto, de los generadores voluntarios e innecesarios de grietas sociales. Era (¿es?) una época de hastío de una supuesta “batalla cultural” (otro significante vacío) que atrapaba todo o demasiado. Entonces el reclamo venía a decir que menos política para la sociedad, más política para los políticos y sobre todo más “gestión”, así a secas. Laclau no había escrito – tal vez lo haya dicho en alguna entrevista, quién sabe – que toda política es conflicto. Sí que el conflicto es inherente a la política; sí que dejaron de existir las luchas económicas o sociales carentes de lo político en el sentido de su propia definición; y sí que toda política supone el establecimiento de una identidad que excluye a otras. ¿Hay lugar en Laclau para una política que no fuera populista? Es cierto que la respuesta es compleja y hay párrafos para decir lo uno y lo otro, que lo hay y que no lo hay (que hay lugar, porque las construcciones populistas privilegian la lógica de la equivalencia entre demandas, luego, hay una lógica que no las privilegia; que no la hay, ahí donde entiende que toda forma de la política implica, aunque con grados, la formación de “un pueblo”). Pero eso al menos exige una lectura crítica del texto que levante la discusión hacia algo más que aprovechar a Laclau como un hombre de paja contra el cual la nueva política venía a combatir. Adentro del paquete “Laclau” entró todo: el ideólogo de denostar a la clase media (como si populismo fuera el contenido de una ruptura y no la descripción de la misma), el teórico de La Grieta, el Maquiavelo que rompió las mesas familiares y puso a la política en el lugar en el que antes había otra cosa, algo más sano. Como todo significante vacío, claro, el pensamiento teórico de Laclau perdió en esa reconversión algunas particularidades, y quizás las más valiosas: su aporte era más rico ahí donde daba una serie de herramientas para el análisis de algunos fenómenos que donde describía (o direccionaba, llegaron a decir) fenómenos sucedidos y por suceder.

Segundo movimiento.

Hecho el primer paso, reducir el concepto de populismo a dos frases hechas, se produce el segundo movimiento. Si Laclau le estuviera hablando un príncipe (o, supongamos, si fuese cierta la fantasía periodística de que Néstor y Cristina se sentaron a la luz de la chimenea a hojear La razón populista como recetario para inventar el kirchnerismo), lejos estaría ese príncipe en condiciones de decir: visto Laclau, lo que hay que hacer es trazar una línea que ponga a la clase media allí y al pueblo acá. Y no (sólo) por la imposibilidad de ubicar qué es, en cada lugar, en cada momento, “la clase media” o “el pueblo”. Fundamentalmente, esa inferencia es falsa toda vez que lo que Laclau entendió, en ese libro al menos, como populismo, es antes una forma de construcción política (a veces la única) que el contenido de esa construcción. Si tuviéramos que tuitear la tesis de Laclau sobre cadenas equivalenciales y significantes vacíos, diríamos: existe una demanda que articula al resto y la política se articula sobre ella. Esa demanda no pertenece a una clase social, definamos clase social como la definamos. Esa demanda no se puede conocer previamente sino hasta que se articula. Esa demanda no se “construye”, en el sentido de una voluntad de un actor social por imponerla al resto. Y ahí está uno de los aportes más importantes de Laclau al debate: en la reivindicación de esa contingencia. Es uno de los pocos puntos de ruptura de Laclau con lo que considera un resabio esencialista gramsciano, lo que lo hace más post estructuralista que gramsciano: “para Gramsci la esencia última de la instancia articuladora – o la voluntad colectiva – es siempre lo que él llama una clase fundamental de la sociedad, y la identidad de esta clase no es considerada como el resultado de las prácticas articulatorias”. Es decir, no hay una clase que esté destinada, previamente, a ser la portadora de la demanda que va a ganar, que va a lograr articular. Claro que donde rechaza el esencialismo, ahí, parece tenerlo luego en decir que no hay política sino en la forma de construcción del populismo (el error está, me parece y a grandes rasgos en algo que exige extenderse más, en esencializar la palabra populismo hasta volverla sinónimo de política, para que signifique todo y, entonces, lo mismo que política, sin dejarle un diferencial como concepto que define algo). Algo que, sí, merece una lectura bastante más crítica.

Una pequeña digresión ahí: me tocó entrevistarlo una vez y poder preguntarle por la posibilidad de que, pendularmente, la región se fuera luego de años de populismos de centro/izquierda o como sea, hacia populismos de carácter más conservador. Ahí contestó Laclau que “siempre es posible en términos puramente teóricos, pero es muy poco probable”. Y es verdad que salva su teoría diciendo que siempre es probable, por aquello de la contingencia. Sin embargo, esa idea de que es poco probable entra en contradicción o ciertamente en una práctica equivocada, creo, del análisis político, que consiste en negar un fenómeno cuando el concepto elegido no encaja con lo que se quiere describir. Es cierto que la época era otra, era 2011, pero el concepto de populismo se enriquece justamente cuando permite explicar más de un fenómeno por sus características, por sus formas de construcción, por su apelación, que por el contenido ideológico.

Laclau no inventó los movimientos que están gobernando América Latina hace algunos años; describió algunas formas de ellos, antes que inspirarlos; no fue el teórico de romper con ninguna clase, al menos no lo dicen su obra, que es mucho más valiosa que sus entrevistas; produjo dos o tres conceptos que, si no explican cabalmente una serie de procesos, contribuyen a entenderlos de otra forma. ¿Es eso mucho o poco?, se preguntaban acá. Quizás una forma de dimensionarlo es contar cuántos otros teóricos argentinos (¿O´Donnell, Oszlak?) instalaron dos o tres conceptos en la ciencia política mundial.

Fuente de la foto.

129 comentarios en «Réquiem»

  1. leyendo los primeros párrafos no acepto que la batalla cultural sea un concepto vacío,sino de gran importancia en los tiempos actuales. El proceso socioeconomico diluye las diferencias entre la ckase baja alta y la media baja,observándose un continum en la sociedad real que requiere estudiar sus rasgos psicológicos diferenciadores,si los hay,y que servirían para explicar los virajes hacia actitudes de derecha o de izquierda de las mayorías poblacionales.

  2. ¿Laclau? un poco de seriedad muchachos, el tipo era un chanta de primera, un auténtico profeta del choripán… era tan trucho que no da ni para armar una discusión acerca de su personalidad o sus aportes «intelectuales».

    1. La obra de Laclau se ha discutido en los principales centros intelectuales del mundo. No te quedes con lo que él declaraba cuando venía acá a la Argentina respecto de los temas cotidianos que iban pasando.

      1. Ahá, sí claro, perdón entonces… el tipo era un capo… pero venía a la Argentina a hablar pelotudeces (por unos mangos buenos quizá), un chanta de primera, teórico del populismo viviendo en Londres, un típico intelectual K sin dudas.

      2. Te estás quedando con la hojarasca del asunto.
        Buscalo a Laclau en Wikipedia y fijate en cuántos idiomas está está escrito su perfil. No cualquiera nacido en estas pampas y que no se dedique al fútbol.

      3. Diego, el perfil de Laclau en Wiki en ingles parece estar «en varios idiomas» porque hay otro sitio,cyclopedia, que pone link al perfil, y lo pone (el link) en varios idiomas.

        Sin entrar a los meritos de sus teorias, Laclau como academico, en el circuito academico, nunca salio del fondo del 2o o tope del tercer orden, que es donde esta Essex en el ranking de universidades inglesas. Mas alto que Westminster, donde ensenia Mouffe, pero ningun academico de primera linea suenia con un nombramiento en Essex. Si Laclau hubiera sido considerado de primera linea, hubiera tenido el profesorado en Oxford, Cambridge, Edinburgo, o cualquiera de las otras universidades de 1a. Suponiendo que amase tanto a su catedra de Essex que nunca quiso moverse, le hubiesen ofrecido Fellowship en mejores universidades. En Oxford seguro, habia hecho su degree alli.

      4. Guillermo, es que justamente ahí está el mérito que tuvo. Laclau trascendió con su obra el orden de mérito de la burocracia académica de los países del Primer Mundo. Era como cuando Riquelme jugaba en el Villareal de España. La teoría de Laclau tiene mucho de Continental para los ingleses, esa es una de las causas por las que esos deslices que en el campo de la filosofía transgreden el marco análitico pudieron ser vistos como demasiado «locos» en las unviersidades más conservadoras.
        En los manuales de análisis del discurso últimos un apartado tiene lo que podríamos calificar como su escuela dentro de la disciplina. En el ámbito de la filosofía se han dignado a sentarse a debatir con él personajes de los que desde aquí solamente se alcanza a un autógrafo.

      5. Seguro que de Laurentis también cuestionaría a Adorno y Horkheimer porque eran marxistas y se fueron a California en el ’41.

  3. Dicen que Néstor nunca leyó a Laclau.

    En cambio Cristina, parece que lo hojeó de corrido.

    Todos los regímenes providenciales deben tener sus filósofos del enfrentamiento, parece.

    1. Si Cristina hubiera leído este texto de Laclau, puede que no lo hubiese recepcionado como filósofo de la corte:
      “Una vez en la Argentina, Perón ya no pudo ser un significante vacío: era el presidente de la República y, como tal, debía tomar decisiones y optar entre alternativas. El juego de los años de exilio, por el cual cada grupo interpretaba sus palabras según su propia orientación política, mientras el propio Perón mantenía una prudente distancia de toda interpretación, ya no pudo continuarse una vez que Perón estuvo en el poder. Las consecuencias se vieron pronto. Entre la burocracia sindical de derecha, por un lado, y la juventud peronista y las “formaciones especiales”, por el otro, no había nada en común: se consideraban el uno al otro como enemigos mortales. Entre ellos no se había internalizado ninguna equivalencia, y lo único que los mantenía dentro del mismo campo político era la identificación común con Perón como líder. Pero esto no era suficiente, ya que Perón encarnaba para cada facción principios políticos totalmente incompatibles. Perón intentó durante un tiempo hegemonizar de un modo coherente la totalidad de su movimiento, pero fracasó: el proceso de diferenciación antagónica había ido demasiado lejos. Después de la muerte de Perón en 1974, la lucha entre diversas facciones peronistas se aceleró y el país entró rápidamente en un proceso de rápida desinstitucionalización. La consecuencia fue el golpe militar de 1976 y el establecimiento de uno de los regímenes más brutalmente represivo del siglo XX. La razón populista. FCE. Bs. As. 2005. pags. 273/274.

      1. Ja ja..

        Y si, Daiote, qué va’ce’….
        No hay «sujeto político» con «significante lleno» como en el ’76 para reorganizar a la nación…

        Lo siento por vo’ y otros cofrades, otra ve’ será

      2. Y, bueno, decirle sujeto a Néstor, no está mal, pero sujeta a Cristina, suena feo, aunque no estaría mal que sus hijos la sujetaran un poco.
        Lo cierto es que don Ernesto nos tiene a varios con los significantes llenos.

      3. Raúl C:
        Vamos, atrévanse a disentir con el filosofo de la Korte, o ¿acaso están de acuerdo con lo que pensaba don Ernesto, cuando aún no había reclutado?.

      4. Sólo voy a reiterar esto: los que ahora gobiernan son los nietos del peronismo.
        Si quiere seguir hablando de los abuelos, todo bien. Es historia.

      5. Daio ¿Porqué pensás que Cristina estaría en desacuerdo con ese análisis? No me queda muy claro, la verdad. Y eso de «fílosofo de la korte», bueno, no parece que sea una adjetivación que te enaltezca.

      6. guido:
        Los kirchneristas viven denunciando la presencia de la «teoría de los dos demonios» en comentarios similares al de Laclau. ¿No crees que que si se le menciona a Cristina ese texto, sin indicar el autor, haría similar descalificación?
        Con respeto al filósofo de la korte, en todo caso quien no queda muy enaltecido es Laclau, que se prestó a ser utilizado, y en cada entrevista o conferencia, no dejó de alabar el «modelo», pidiendo inclusive que se profundizara.

      7. Eso no lo convierte en «filósofo de la korte», que es una descalificación peyorativa análoga a calificar de modo similar a Carlos Nino o Juan Carlos Portantiero por su compromiso con el alfonsinismo (por poner un ejemplo). Me parece que nos vamos al pasto si las opciones políticas de alguien justifican denostarlo con semejante desprecio (y hago extensivo este comentario al oficialismo, que suele caer en especies similares. Por mencionar un ejemplo reciente, con Eliseo Verón, el «filósofo de Clarín»).

        No me parece que la cita tenga algo que ver con la «teoría de los dos demonios». El problema de esa teoría es otro: supone una sociedad pasiva que miraba azorada como grupetes de «un lado y de otro» convertían al país en un manicomio. En ese argumento político (era eso más que una teoría), la «sociedad» lograría suprimir «el autoritarismo» (recordemos: ajeno a ella, alienígena) y a las «corporaciones» que lo encarnaban y florecería naturalmente la República y la Democracia. Y con ellas, por generación espontánea, todo lo demás («se come, se cura y se educa»). Además de ser un ejemplo fenomenal de construcción de discurso populista (en los términos de Laclau, no en otras conceptualizaciones) era claramente una visión ahistórica y parcial. En la cita de Laclau, en cambio, hay una clara mención de actores sociales complejos cuya interacción desemboca en un despiporre y una tragedia. Insisto, no le veo relación con la «teoría de los dos demonios».

      8. La descripción que en esa cita hace Laclau de los años 70s argentinos es maravillosa. Síntesis y claridad. Ahí no más se puede ver que el tipo tenía «algo» que no le es común, talento se le podría llamar.

      9. Por supuesto que la cita de Laclau, que se puede compartir, nada tiene que ver con la teoría de los dos demonios, que se invoca generalmente para clausurar el debate sobre los 70, pero comentarios como ese han sido objeto de esa invocación por parte del kirchnerismo, que generalmente deja de lado a esos actores sociales complejos, cuya actuación lleva a la tragedia, y me remito para confirmar lo que digo especialmente al nuevo prólogo al informe de la CONADEP, y a los atinados comentarios de Hugo Vezzetti, en Sobre la violencia revolucionaria. memorias y olvidos. Siglo XXI. Bs. As. 2009. págs. 120 y sgts. y de Emilio Crenzel. La historia política del nunca más. Siglo XXI. Bs. As. 2008. págs. 172 y sgts.
        No se puede comparar a la intervención de Carlos Nino y otros que citas, con la de los filósofos del kirchnerismo, a los que el poder utiliza para justificar sus tropelías. Son dos mundos distintos.

      10. «Son dos mundos distintos». Claro, en un caso estaban con los buenos, que como todos sabemos se diferencian de los malos en que son buenos (a diferencia de los malos). Aquí quien tendría algo para decir no es Laclau, sino su señora, que ha desarrollado de manera muy interesante la tesis de que lo que explica el pasaje de la dimensión adversarial de agónico a antagónico (y esto último implica la imposibilidad de acuerdos y, en última instancia la violencia) es el reemplazo de lo político por lo moral. Con el adversario (el que piensa distinto que yo) puedo discutir o llegar a acuerdos, con el inmoral solo cabe su exclusión. Creo que en eso radica el extremo autoritarismo del liberalismo argentino y explica su deriva y lamentables alianzas durante casi 100 años. Sencillamente no están dispuestos a hacer política en un mundo de iguales.

      11. Claro que no solo del liberalismo, también de la extrema izquierda, y la extrema derecha, con quienes el liberalismo comparte su origen social.

      12. Yo no hablaría de moral, sino más bien de ética, para hacerlo más secular, a la que precisamente se refiere el art. 36 de la Constitución Nacional, en sus dos últimos párrafos, por eso el tema nada tiene que ver con los malos o los buenos, o a inclusiones o exclusiones, sin más bien con el cumplimiento o violación de la ley, donde al violador no se lo excluye de la sociedad, solamente se lo sanciona.

      13. Entiendo, los que no piensan como vos son delincuentes, y quienes no opinan de ese modo deben ser descalificados e insultados, en este caso Laclau.

      14. Guido, si solo se tratara del pensar, podrían tener perdón, ¿pero no crees que ya va una larga década del actuar?.
        Yo no insulto a los Laclau, solo señalo que con su «filosofía» han dado lustre al actuar de una clase política, que en su rapacidad tienen pocos ejemplos en nuestra historia.

      15. Daio, creo que estás confundido. Buscá en internet las últimas entrevistas que dio Laclau y vas a ver cómo se desmarca de los rótulos que le quisieron encajar al estilo de «el filósofo de Cristina». El tipo tenía una visión política del mundo y creyó, como tanta otra gente, que «este momento» latinoamericano alumbraba algo radicalmente diferente (y para mejor) que lo que se venía viendo. Yo creo que Laclau leyó mal el último tiempo político que le tocó vivir, pero eso no descalifica en nada su obra que en sí nada tiene que ver con el actuar de este gobierno ni con el de ninguno. Básicamente porque, como él se cansó de escribir y de decir, el populismo era para su filosofía una FORMA de la política, que podía ser de izquierda o de derecha o de cualquier manera, y no simplemente el CONTENIDO particular de un plan de gobierno.

      16. Guido:
        En resumen: Yo no estoy capacitado, a diferencia tuya, para criticar las teorías de Laclau, simplemente me refiero a eso que vos decís que fue una mala lectura del kirchnerismo, que para mí no fue una equivocación, sino más bien una adhesión «militante», como se dice ahora, que quedó bien en claro en su fuerte reclamo por reformar la constitución, para consagrar la reelección indefinida de Cristina, cuando ya debía saber que la reina estaba desnuda.

      17. Diego, tu comentario de 17/4, 5.03 es casi enternecedor por la adoracion que evidentemente le tenes a Laclau. Para 2005, esa explicacion tenia el merito de ser un analisis sensato de lo que le habia pasado a Peron en el cambio de exilado a presidente, pero es una explicacion que ya habia sido dada por una cantidad de gente, de historiadores a periodistas. No es una explicacion ‘de Laclau’; si Pepe X dice que el golpe del 43 fue el resultado de la Decada Infame, la candidatura de Patron Costas y el fermento germanofilo dentro del Ejercito la explicacion es buena, pero no es de Pepe X, ni dice nada sobre su capacidad de analisis.

        Creo que mucho mas interesante que Laclau y sus teorias es la situacion de Laclau, alguien sacado del invernadero del mundo academico y sus juegos de palabras (cuya relevancia en el mundo ‘real’ es inexistente en el contexto del invernadero) y cae en paracaidas en el corazon del poder, que lo usa, y el a su vez usa y se beneficia del poder.

      18. Es que hay un supuesto, Daio «rapacidad que tiene pocos ejemplos en la historia» que presentás como una verdad revelada. Yo, por ejemplo, no estoy de acuerdo con esa afirmación. ¿Cómo es posible sostener un intercambio coherente si me hacés una petición de principios que implica el abandono de mi punto de vista? Difícil. La consecuencia lógica de tu punto de partida, si aceptamos tus supuestos, es la exclusión lisa y llana de los «delincuentes» (porque no tiene sentido confrontar políticamente con un delincuente, su destino debe ser el código penal). Así, amparándote en supuestos no demostrados declarás imposible cualquier diálogo o confrontación dentro de los canales normales: los delincuentes a la cárcel, escarnio para sus bufones. ¿Entendés porqué te digo que tu planteo es autoritario?

        Y ojo, visiones similares hay desde lo más pavote del kirchnerismo («están manchados de sangre», «los maneja la embajada», etc.). En ambos casos, tomarse en serio las diátribas implica desconocer legitimidad al adversario. Y no se puede hacer política frente a adversarios ilegítimos. He ahí la vigencia del núcleo autoritario de nuestro sistema político.

      19. Guido:
        Me pareces que estás equivocado. Yo no excluyo de la sociedad a los que han violado la ley, por el contrario eso significaría admitir la existencia del llamado Derecho Penal del Enemigo, cuyos orígenes algunos quieren encontrar en Rousseau, cuando sostiene que quien viola el contrato social, deja de ser ciudadano y debe ser considerado como enemigo. Yo a los que violan la ley, les aplico el Derecho Penal como corresponde a cualquier ciudadano, con todas las garantías que le corresponde, garantías que subsisten más allá de la condena, y que por lo tanto nunca deja de ser un ciudadano, aunque experimente algunas limitaciones en sus derechos, como prescribe el art. 36 de la CN. que antes cité. El Derecho Penal es parte del ordenamiento jurídico del Estado, por lo que no hay que asustarse cuando se busca que quien lo ha violado sufra las consecuencias. De hecho, debato con personas que no se quiénes son, y que incluso algunas pueden ya estar condenadas, circunstancia que no me interesa, y nunca los voy a llegar a descalificar como vendepatrias.

      20. Guillermo… Ya sé que no está inventando la pólvora sobre los 70s con esa frase. Mi admiración fue referida a su poder de síntesis y a su claridad expositiva, por eso denoté el elogio como fruto de un talento. Pero más allá de esto, que es contingente, lo importante del tema Laclau es saber en qué era bueno él, por qué se lo reconocía y por qué hizo escuela. Laclau no era un comentarista de «realidad», no era un Zuleta Puceiro que va a los programas de cable a comentar cómo ve que viene la mano en las cuestiones políticas. Tené en claro esto, Laclau era un teórico de la política. Todo lo otro es papel picado.
        Por eso es una pena que desde el contexto anglosajón en el que te movés te dejes seducir por el miserabilismo de la prensa opositora.
        Además, ningún invernadero, Guillermo, http://www.routledge.com/books/details/9780415238441/ Hace 10 años salía este volumen dedicado a su obra. No cualquiera, ¿no?
        Y por último, los llamados estudios culturales, son un producto con sello británico. No digo producto en el mal sentido de la palabra sino como marca de identidad. Es lógico que esos autores que nombrás vos sean más habitúes de la prensa cool inglesa que alguien que no terminó nunca de cerrar su identidad teórica con las tradiciones filosóficas que en Inglaterra se predican.
        Ah, lo de las universidades. Sobran casos de grandes personajes que hicieron lo suyo en lugares relativamente marginales. Lo importante es lo que queda. Laclau en Essex fundó una escuela a su medida que, como ya te he mencionado, es tenida en cuenta dentro de las corrientes que actualmente circulan dentro del «análisis del discurso».

        Saludos

      21. Diego, gracias por el link, no era necesario. Mi mujer era editora en Routledge cuando nos casamos y publico el primer libro de Chantal Mouffe. No tengo la menor duda que Laclau tiene un lugar en el mundo academico y que, en su nicho muy especifico, un rol preponderante. Lo de ser el primero en la aldea o muy poco en Roma. En todo campo academico hay esas situaciones. A lo que me he referido en todos estos comentarios es a la desproporcion entre su situacion real en el mundo academico (tenes razon, habia armado en Essex un departamento muy especifico), el peso relativo de eso en su campo en general, y el peso que le atribuyen simpatizantes del kirchnerismo.

        Para poner esto en sencillo, si Cristina no hubiera dejado caer el rayo de su sol sobre Laclau, este intercambio no tendria lugar.

      22. Aquí un análisis ¿»laclauniano»? de las vísperas del «proceso»:
        El año anterior, al día siguiente de su regreso definitivo a la Argentina, ya había advertido “a los enemigos, embozados, encubiertos o disimulados” que “cuando los pueblos agotan su paciencia suelen hacer tronar el escarmiento”. Esa hora tocó el 24 de marzo de 1976 pero las víctimas se reclutaron en los dos bandos opuestos aquel 1o de mayo y el pueblo no fue escarmentador sino escarmentado, por obra de la nueva dictadura cívico-militar que abominaba de cualquier expresión plebeya. No está de más recordar que en la ESMA de la dictadura fueron asesinadas la fundadora de Montoneros, Norma Arrostito, pero también Norma Kennedy, que junto con López Rega organizó la emboscada del 20 de junio de 1973, punto inicial del desencuentro que no haría más que profundizarse hasta su trágico desenlace. Cuatro décadas después la atribución excluyente de culpas carece de sentido, igual que cualquier proyección de aquel escenario sobre el presente, por más que de tanto en tanto algún marginal sentencioso lo intente para estigmatizar a un adversario. Nadie estuvo a la altura de la responsabilidad histórica ni de sus propios antecedentes y todos contribuyeron a la tragedia. Ya viejo y enfermo, Perón no pudo controlar las fuerzas que había desatado en los años previos y en vez de apaciguar el conflicto lo incentivó. Tal vez por la cristalización ideologista de su pensamiento, en parte por su largo alejamiento del país, no supo calibrar el efecto de su brusco giro sobre una fuerza donde los más grandes no pasaban de los treinta años y se atragantaban con textos incomprensibles. Desde España estimuló aún sus operaciones más discutibles, pero cuando esa lucha culminó con su retorno triunfal la enfrentó con acritud. Quienes entonces formábamos parte de Montoneros podemos reivindicar el heroísmo y las convicciones en el empeño contra la dictadura y por una sociedad menos despiadada con los débiles, pero no defender la contestación precipitada que dimos al cambio de discurso y práctica de Perón. Esa respuesta fue al mismo tiempo prepotente e ingenua. La pretensión de imponerse por la capacidad de movilización frente al palco de Ezeiza tipifica esa política desatinada. La JP llegó con esa misma lógica a la sede de la CGT para el desfile del 31 de agosto de 1973 ante Perón. La idea era mostrar la superioridad numérica y organizativa ante la cual imaginaba que Perón se inclinaría. López Rega, Osinde, buena parte de las conducciones sindicales, inventaron un presunto intento de la Tendencia de matar a Perón el 20 de junio de 1973. Así encubrieron su propio dispositivo armado, el único que actuó aquel día. Pero el posterior atentado que acabó con la vida de José Rucci, el 25 de septiembre, le prestó a tal superchería visos de verosimilitud retrospectiva. No es la primera vez en la historia que una fuerza política termina por parecerse a la caricatura que de ella hace su oponente, en contra de sus propios intereses. Hacen falta mucho temple e inteligencia para no caer en esa trampa. El 1o de mayo de 1974 se escribió el último triste capítulo de esa historia sin salida. Pese a la prohibición de entrar a la plaza con carteles, las columnas de la Tendencia los ingresaron de contrabando y los desenrollaron una vez dentro del perímetro prohibido. Las consignas que se cantaron eran ofensivas hacia la esposa y vicepresidente de Perón, Isabel Martínez, y de crítica inflexible con su gobierno. Ante la insultante respuesta presidencial los militantes dieron media vuelta y emprendieron la retirada, mientras sus desorientados responsables trataban de contenerlos. Nada revela mejor la falta de conducción, la ausencia de análisis sobre las consecuencias de los propios actos. Los dirigentes de ese sector ni siquiera fueron capaces de prever que a Perón le quedaban sólo dos meses de vida y que aunque más no fuera por eso era aconsejable la prudencia. Por muchos que fueran (y eran muchísimos) sólo representaban al activismo, que demasiado a menudo se confunde con el pueblo.»
        http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/245033-67764-2014-04-27.html

      1. Ironía, sarcasmo, variantes del humor que siempre me agradaron.
        No se preocupen muchachos, la competencia no entra en mis ideales.
        Régimen: Sistema político por el que se rige, gobierna o administra una nación. Gobierno es la autoridad que ejerce la acción pública.
        Providencial: que se produce de forma casual o inesperada y evita un daño o un perjuicio inminentes.
        Teniendo en cuenta las definiciones, no esta nada mal. Un gobierno elegido por la voluntad providencial de los ciudadanos, que saco las papas del horno antes de que se quemaran irremediablemente.

      2. Ana V:
        Me parece que la «voluntad providencial» de los ciudadanos, en nuestro país, fue ejercida por el congreso que eligió a Duhalde para sacar las papas del horno, luego algunos se encargaron de encender el horno (de la discordia).

      3. Querida Ana V:

        Utilizo el término «providencial» en la acepción de «Providencia», nombre del Supremo.

        http://lema.rae.es/drae/?val=providencia.

        Por nos gustan los regímenes liderados por semidioses, omnipresentes, omniscientes, omnipotentes, generalmente omniladris.

        Nunca hay nada «irremediable» en la Argentina (excepto los muertos, claro, aunque ese es un problema de los deudos nomás).

        Nuestra Madre Tierra salva todos los desaguisados de los gobernantes, cualquiera fuese el empeño puesto en la imposición de la mediocridad y la pobreza eterna, pero útil.

        Dios es argentino, pero nos deja jugar al latrocinio feroz. Si es con ayuda de filósofos que viven (o vivieron) en la culta Europa, mejor.

      4. Acabo de escribir más arriba, la acepción que utilicé para mi término, por favor leélo.

        Gracias y saludos.

        PD: Tu acepción también es admitida por la RAE.

      5. Con todo respeto, Ana V.

        El lector debería tratar de interpretar lo que quiso decir el autor.

        Y si puede consultarlo con el mismo, no deberían quedar más dudas.

        No es libre albedrío entender otra cosa luego de una aclaración, sino una mera tergiversación.

        Igualmente, si preferís entender que nos gustan los gobiernos con «Disposición anticipada, prevención que se toma para lograr un fin o remediar un daño.» podrías hacerlo, aunque nos convierta a todos en adivinos.

      6. Ana V:

        Lo que escribí es una burrada.

        No tengo derecho a pedirte que interpretes lo que yo quise decir.

        Al fin y al cabo, la Providencia nos dotó de libre albedrío.

        Saludos y felices pascuas y pesaj

      7. David:
        Bueno, al leer la ultima aclaración, mi respuesta a la anterior, se anulo automáticamente.

        Muy felices pascuas y pesaj.

  4. Me gustó mucho el post.
    La verdad que no sé si Laclau fue Maquiavelo, si Néstor lo leyó, si inspiró a Cristina, o si está en el primer o segundo pelotón de intelectuales británicos.
    Sí creo que su aporte al pensamiento político fue muy valioso. Y que su figura no puede «suturarse», como le gustaba decir. Quién fue, qué hizo será objeto de discusión. Por eso, ta bien lo del significante vacío que dice Tomás, como ese sujeto imposible de cerrar, de leerse de manera definitiva.

    1. No puedo opinar sobre Laclau porque no leí nada de él, solo artículos y ciertas menciones sobre él y su mujer, y la conocida admiración de los K sobre ellos, que los hizo famosos por estas ignorantes pampas.

      Lo bueno hubiese sido que hubiese vivido en la Argentina, país filosóficamente imbatible si los hay, y no en el ex imperio que arruinó nuestra vida y nuestra economía durante 200 años, y que por suerte se encuentra en decadencia terminal.

      A menos, claro, que le tiremos un hueso con Vaca Muerta a la British Petroleum.

      1. Debo confesar con cierta preocupación que el nombre «Vaca Muerta» no parece muy marketinero para atraer inversiones…

        ¿Tal vez «Vaca Viveza Criolla»?

      2. Ja…

        Con las idioteces usuales que tirás ya nos dimos cuenta hace rato de tu afirmación: «No puedo opinar sobre [] porque no leí nada»

        Ahí tene’ argumentos..

        Saludetes desde el Mestalla

      3. Algunos aceptamos nuestras limitaciones.

        Otros «se la creen» toda la vida.

        (Ojo, Sile, quienes padecemos de «idiocia» deberíamos hacer la denuncia pertinente en el INADI por tus expresiones ofensivas hacia nuestra deficiencia mental)

      4. Aquí lo único que se debe saber sobre una persona es: ¿es K o anti-K?
        Si es K, es malo.
        Si no es abiertamente anti-K, es malo también (doctrina Saint-Jean).
        Son soldados…

      5. En absoluto es así, Raúl.

        Ser K no es ni malo ni bueno. Es un tema de debate, con el consiguiente juicio que hará la Historia, que en mi modesta opinión será negativo.

        Es más, no creo haber dicho nunca esa afirmación, no entiendo por qué lo ponés aquí.

        Y desconozco (también) la doctrina Saint Jean (del cual no se pueden ya escuchar opiniones sobre los K, ya que ha muerto).

    2. No puedo opinar sobre Laclau porque no leí nada de él

      jajajajaja seria el colmo que opines sobre el aporte de Laclau, vos cuyo unico briyante aporte a la humanidad fue la idea de hacer ups resistentes al calor, en vez de hacer resistentes los cables…

      1. mejor lee el de semiconductores o transmision por induccion y aporta algo jeton. Sino vamos a salir adelante con tanta mediocridad eh

      2. Por lo que recuerdo un semiconductor es un conductor de masas, pero mediocre.

        D´Elia sería un semiconductor, digamos…

        Transmisión por inducción sería transmitir ideología utilizando el método inductivo.

        Los micros con militantes choripaneros, digamos…

        De nada.

  5. Bueno, algo de positivo tenemos que encontrar en la obra de don Ernesto. Aquí va un ejemplo. Los Kirchner decían que ellos venían a completar el proyecto revolucionario de Perón, frustrado por el golpe del 55. Al proyecto de General, como nos enteramos por intermedio de Laclau, le habría faltado la última etapa:
    «En 1976, Perón envió una carta a una organización de izquierda a la cual yo pertenecía, en la que afirmaba que toda revolución atraviesa tres etapas; la primera, la preparación ideológica -es decir Lenin-; la segunda, la toma del poder -es decir, Trotsky-; y la tercera, la institucionalización de la revolución -es decir, Stalin. A lo cual añadía que la revolución peronista debía pasar de la segunda etapa a la tercera.» La razón populista. FCE. Bs. As. 2005. pág.267.
    De la cristalización de la tercera etapa se estaría encargando Cristina, en parte con la institucionalización del partido justicialista.

      1. Bueno, Guido, se dieron vuelta los números, vos sabes bien como lector de Laclau, que la fecha era 1967, ¿o no?, aunque como en esa fecha vivía López Rega, nada es imposible. También es posible que la haya recibido en 1976, nuestro correo a veces…

  6. Muy triste lo de universidades de primera, universidades de segunda… Borges no pisó nunca una universidad. No digo que no existan universidades más rigurosas que otras, pero criticar a un autor sin leerlo sólo mirando a qué universidad fue es una gansada.

    1. Digo no se, apelando a Laclau que afirma que el significado está en la diferencia o es significado por la diferencia. Borges fue un genio, eso debería decirte algo

    2. Rodrigo, Diego puso lo de la trascendencia global de Laclau, en base a supuestas entradas en wiki en varios idiomas. Borges nunca fue un academico ni hizo su carrera en la ensenanza. No cuestiono la enorme estatura de Laclau dentro de opiniones alineadas con el kirchnerismo. Lo unico que dije es que, en el contexto academico en que eligio moverse, tenia merito como todo titular de catedra, pero no era de primera linea. Lo de que eso era porque era de izquierda no es cierto, caso Hobsbawm y otros. Es posible que su alcoholismo, muy agudo en la madurez de su carrera, haya frenado su progreso.

      1. Guillermo, el Laclau del kirchnerismo es como el Victor Hugo Morales del kirchnerismo. Ambos dos ya eran en sus disciplinas quiénes fueron antes de que este gobierno pusiera sus ojos en ellos. Maradona fue el que jugó al fúbol, por eso luego nos gusta ver cómo se pelean sus mujeres entre sí. Maradona «no es» el novio de Rocio Oliva ni el militante embanderado con el chavismo más que para la perlita de color de su biografía. En el caso de Laclau esta distinción se hace un poco más complicada porque fue el propio Laclau que ya de viejo, con toda su obra escrita, vuelve a su Buenos Aires querido a ver cómo anda todo por acá. Y ahí seguramente intervinieron cuestiones que la razón no puede explicar. Volver a la patria para aquel que hacía décadas que hablaba más en inglés que en castellano, tratar de cerrar algo que le quedó abierto cuando se fue (el corazoncito nacional-popular de la época de Abelardo Ramos), etc. Los diagnósticos que Laclau estuvo haciendo sobre la situación latinoamericana durante estos últimos años no tienen mayor relevancia. Su propia teoría trasciende (no está hecha como metodología para analizar el presente) los puntos de vista contingentes que él fue teniendo a lo largo de los años. La obra de Laclau vale porque trata de explicar la FORMA de la política en sí. Por ese trabajo intelectual se lo reconoce, lo otro es simplemente una opinión atada al prestigio de su nombre.
        Después, claro, te puede no gustar la música de Piazzolla, pero decir que su obra no tiene relevancia a escala global es algo que entra en el terreno de la inexactitud.

      2. Guillermo, Hobsbawn fue, justamente, quien introdujo a Laclau en el sistema universitario británico. Dentro de su campo, que es la filosofía política, era una persona muy reconocida, citada y frecuentada por la mayoría de las figuras de peso, desde Zizek hasta Habermas. Esto no lo hace ni mejor ni peor ni valida ni refuta sus propuestas teóricas o posicionamientos políticos. Pero hagamos el esfuerzo de no hablar macanas. A mi no me caía muy bien O´Donell (el único argentino que, en ese campo, llegó a un nivel similar de reconocimiento) pero sería muy necio negar su relevancia…

      3. Guido, cada vez que Laclau explicaba su carrera decia que Hobsbawm lo habia llevado al sistema universitario britanico. Si yo te cuento como empezo mi carrera aqui, tambien te puedo dejar caer un nombre de la gran siete, no quiere decir que la mia sea equiparable. Jamas oi o lei a Hobsbawm citar a Laclau y, como puse mas arriba, si Laclau hubiera sido considerado una figura de primera en su campo aqui, Oxford lo hubiera hecho Fellow.No recuerdo, en 40 anios de leer The Guardian, Pagina12 de Inglaterra, haber visto un articulo de Laclau o una entrevista con el. Eso no quita su merito y que era profesor de Ciencias Politicas en Essex, pero no veo porque hay que tratar que tenga una relevancia y estatura internacional comparable a su relevancia en Argentina. Que dije es muy grande.

      4. Diego, estamos hablando de cosas distintas, relevancia y celebridad. Piazzola es relevante y celebre a nivel global, Laclau supongo que es relevante, lo que hace no es mi campo asi que no puedo decir. Celebre es solo en Argentina, donde toda la gente clase media sabe quien es. Hobsbawm era relevante y celebre. Garcia Marquez se acaba de morir, The Guardian online lo tiene como nota principal. Cuando murio Laclau The Guardian no saco absolutamente nada, online o impreso. Porque no es relevante fuera de su campo academico, o de Argentina.

        Ya van dos contribuyentes aqui que me critican por negar su relevancia. Lo que niego es que su trabajo, fuera de Argentina, resuene mas alla de un circuito academico muy chico. Con las mismas puedo preguntar porque se insiste tanto en que tuvo una relevancia mas alla de la evidente y comprobable.

      5. Guillermo, pero la tiene, dentro de ese ámbito acotado al que pertenecen por ejemplo Stuart Hall, Raymond Williams, Paul Willis. Convengamos que el posmarxismo no es algo que motive mucho a las masas…

      6. Claro, Guillermo, el tema es que Laclau fue edificando un campo donde antes no había nada al respecto. El tipo arrancó, si querés, de Hobsbawm, y terminó haciendo una obra en donde, entre otros, Gramsci, Derrida y Lacan son fuentes principales, que no son autores que la academia británica los tenga entre sus preferidos. Y esa movida que él junto con algunos otros fomentó viene haciendo escuela tanto allá en Inglaterra como en el resto del mundo académico occidental.
        Laclau nunca fue una gran estrella mundial de la cultura como lo fue García Márquez, pero no hay que olvidar que no vendió ni el 1% de los libros que vendió Cien años de Soledad. Laclau es relevante dentro del campo de la filosofía política de los últimos 30 años, pero eso nunca te hace alcanzar los niveles de popularidad de un Premio Nobel que vende millones de ejemplares. Estoy seguro que cuando murió Richard Rorty en 2007 el espacio que The Gardian le dedicó a la noticia también fue inferior al que ahora le da al deceso de Gabo.
        A Laclau acá se lo conoce mayoritariamente por sus momentos kirchneristas y así de miserables fueron las semblanzas que se escribieron en los diarios locales, tanto las opositoras que lo minimizaban en todo sentido, como las oficialistas que rescataban de su figura la adhesión a determinada corriente política, como si eso fuese lo que más importara de alguien que se dedicó a pensar y a escribir filosofía.

      7. Guido,Diego: tratemos de acotar esto. El intercambio viene sobre la relevancia de Laclau en su campo, su repercusion nacional e internacional. Por supuesto que hablo desde el contexto anglo-sajon en que vivo. Hay dos niveles en esto: gente que es relevante dentro del ambiente de su profesion, y gente que trasciende mas alla de eso, aunque sea como ‘nombre reconocible’. En esto ultimo, Guido, Raymond Williams o Stuart Hall son nombres que cualquier persona que lea The Guardian(para definir un sector significativo de opinion cultural) sabe perfectamente quienes son Stuart Hall o Raymond Williams. Nadie que no sea un academico del tema, en Inglaterra y me imagino que en todos lados salvo Argentina, tiene la menor idea de quien era Laclau. Williams es un buen ejemplo en cuanto a lo que me referia de la relativa oscuridad de Laclau en su medio local, donde eligio radicarse y trabajar. Williams, una vez que se hizo conocido por sus libros, fue invitado a ensenar en Cambridge (su alma mater), Laclau nunca fue invitado a Oxford, teoricamente la suya. Esto es relevante a algun comentario por ahi (a lo mejor trampa de mi memoria) en que se dijo que Laclau no fue invitado a las universidades de 1a linea por su posicion politico/ideologica, que es ridiculo. Si se tiene obra de primera linea, se llega a posiciones academicas equivalentes. Williams ensenio en Cambridge y Stanford, dos universides a las que la gente se mata por entrar. Laclau ensenio en Essex y la Universidad del Northwest en USA, dos universidades a las que la gente va porque no tiene los requerimientos necesarios para las universidades de 1a.

        El problema de esto es que Laclau tiene una trascendencia muy grande en Argentina hoy, a caballo del kirchnerismo, que obviamente influye sobre como se concibe alli su peso internacional. No me voy a meter en filosofia y ciencias politicas. Pero si hablamos de arquitectura, de lo que se mas, Rafael Vinoly es una figura de 1a linea, en Argentina y en el mundo, nombre conocido por gente que no tiene que ver con la arquitectura. Si digo Alison Brookes, dudo que nadie en Argentina tenga la menor idea de quien es (incluso en Inglaterra, su pais) aunque tiene una carrera distinguidisima y mucho talento. Pero, aunque lo que hace Brookes hoy me parece mas interesante que lo que hace Vinoly, no se me ocurriria atribuirle el mismo peso, en su campo o internacionalmente.

        Que a Laclau se lo conozca mayoritariamente por su asociacion con el kirchnerismo tiene mucho que ver con las ganas con que Laclau se abrazo a ese salvavidas inesperado, y como lo exploto, practica y profesionalmente. Se bastante del tema por razones que no quiero aclarar. Alguien que usa deliberadamente fondos reservados de la presidencia via pedirselo a CK para proyectos de vanidad profesional o, mas visiblemente, se asocia abiertamente con un proyecto politico (el unico motivo por el que no fue embajador argentino en Francia fue que Clarin publico la primicia y el gobierno, antes que dejar que Clarin tuviera razon, le congelo la oferta hasta unos meses despues. Para entonces Laclau llego a la conclusion de que no le convenia aceptar por sus finanzas) inevitablemente va a ser visto como blanco legitimo
        por diarios opositores.

    3. Como sabes si lo lei o no? Para tu informacion lo lei. No dije ni diigo nada sobre su obra, comente sobre la trascendencia que Diego le atribuyo.

      1. Diego:
        Hablando de puntería, a veces no es necesario tener algunos doctorados para saber dar en el blanco, como es el caso del comentario que cité.

  7. Laclau casi toda su vida fue un intelectual de izquierda y a partir de cierto momento escapó del virus del gorilismo y empezó a reivindicar al peronismo, si bien bajo el horrible término de populismo. Sería interesante que los craneotecos de artepolítica analicen a otro intelectual fallecido en estos días pero que no pudo eludir la condición de gorila feroz.

  8. Hay un problema en criticar a Laclau sin leerlo y es que él hace referencia a numerosos autores que ya son polémicos de por si. Se refiere a Freud para explicar la «psicología de masas» como él la llama intentando abordar el fenómeno del populismo. Toma a Seassure que dice que la objetividad es el discurso que no hay ás objetividad más allá del lenguaje lo que es discutible por sí pero vamos. Habla de Grammsi habla de Lacan, te tenés que meter a leer a Lacan. Y lo vas a hacer si te gusta o si lo ves verosímil porque de otro modo no te metés en ese fárrago de especulaciones que pueden ser muy útiles dentro del mundo de la psicopatología o del universo psicoanalítico pero veo porblemático llevarlo a interpretar los hechos sociales desde allí. Pero porque no aunque nunca justificó ese salto. Ni se sintió obligado a hacerlo.
    Yo a este tipo de especulaciones le llamo «macaneo» y me censuraron el post anterior por decir eso, que para mí Laclau macanea. Y he visto mucho de él donde salta de diferencia a exclusión y de exclusión para constituír la propia identidad¡que que queeee! ¿desde cuando? Desde cuando pasamos de relación a exclusión y de alli a demonización? Y nada menos que para constituir la identidad! Pero no me voy a meter en ese fárrago. Obviamente algunos conceptos son interesantes al menos como entretenimiento intelectual, caro en tiempo y esfuerzo para tratar de entenderlo.
    En fin. Laclau hace afirmaciones salta de un universo especulativo a otro y pretende extraer conclusionos sobre fenómenos sociales basado en sus especulaciones.
    Yo rechazo esta intelectualidad que pretende aprehender la realidad desde su mente y sumergido en una biblioteca de la que saca citas y mas citas bibliográficas basadas a su vez de otras especulaciones.
    SI vas a especular hacelo, como punto de partida de una hipótesis. si vas a hablar como mínimo de un fenómeno dame como mínimo una fenomenología de ese hecho, por decir un caso del populismo.
    Concuerdo, se denigra al populismo, concuerdo se lo denigra injustificadamente. Más allá de eso no puedo seguirlo. Remonta vuelo y se va a … a cualquier lado. Pero bueno, valido como referente k. Adelante

    1. No sé… tu comentario me recuerda algo que escribió Tomás Abraham («Populismo al horno»). Te cuento que yo a Tomás Abraham no me lo banco mucho que digamos, al menos como «pensador». Sus escritos sobre política me parecen «cualunquistas» a más no poder. En fin, te lo paso porque posiblemente a vos te puede gustar:
      http://www.tomasabraham.com.ar/cajadig/caja14-1.htm

      De Laclau no digo nada porque no lo leí como para opinar algo más o menos sólido.

    2. Bueno Rodrigo pero al menos te di unas precisiones que fundamenten esa apreciacion que tengo de Laclau. Vos te largas con que Abraham es cualunquista pero no decis nada mas allá de eso. Por las dudas.
      Te doy otro caso. Se dio en nicaragua una comunidad de niños sordomudos, sin lenguaje, en medio del monte sin profesores sin nadie que los aculture en algun lenguaje de señas. Lo curioso es qye estos niños inventaron un lenguajes. Pero no unas señas rudimentarias un lenguaje con estructuras gramaticales, con verbos con preposiciones. Fue todo un suceso y un tema de investigación. TEnés allí una comunidad de niños, tenes personas en una estructura social, pero no tenías lenguaje, pero ellos existían antes de ese lenguaje, y eran personas y eran una pequeña minicomunidad. Ellos crearon el lenguaje, y si no hubieran tenido sociedad ellos la hubieran creado. Laclau sin embargo hace afirmaciones mas alla de cualquier duda que no hay objetividad posible antes del lenguaje y que no hay persona antes de la sociedad. Poniendo en cuestion todo el tema de los derechos individuales. Lo dice sin salir de su ciudad natal. Sin salir de su biblioteca diría yo. Te repito, dar precisiones sobre algo sobre lo que hay incertidumbre es macanear. Lacan fue un gran macaneador pero el mismo lo admitía, y se jactaba de ello, de todos modos él partió de una mínima fenomenología que es la de la práctica psicoanalítica y sus reflexiones apuntaban allí. No a dar explicaciones sobre la realidad social. SI vas a trasponer sus ideas al funcionamiento de la sociedad eso merece una mínima explicación y fundamentación que en las obras de Laclau brillas por su soberana ausencia. Esta bien, lo hizo y a mucha gente le gustó. Allás ellos, me parece un tipico caso de ropajes del rey.

      1. No me parece interesante argumentar el motivo por el cual creo que los análisis políticos de TA son cualunquistas. Sería tomarme en serio a un autor que para mí, al menos en economía política o teoría política, no es serio. Soy lo suficientemente gil como para necesitar mejores maestros. Serio me parece Bobbio, Sartori, O’Donnell, etc.
        Hay un autor que comparte algunas cosas con Laclau, que sí leí y me parece más que interesante: Claude Lefort.
        Si te gusta el link leélo. Leí a Abraham, y sólo puedo rescatar algunos de los autores que admira: Colli, Montinari, Nietzsche, Foucault. Hay autores italianos cuya obra es muy interesante para entender mejor a Nietzsche: los citados Colli y Montinari, y sumaría a Campioni (autor de «Nietzsche y el espíritu latino»). El libro de Abraham sobre Nietzsche («El último oficio de Nietzsche») sirve para un estudiante del CBC. Prefiero mil veces un Savater (más allá de que su visión del peronismo es una estupidez) que a Abraham. Savater sí me parece un buen divulgador de filosofía.
        El Sebreli actual, Abraham, quienes escriben/escribían en TP (Huili Raffo, Noriega, etc.)… qué se yo, me parecen uno más nabo que el otro. Salvo Fabián Casas, escritor que admiro, no he podido rescatar a ninguno. Halperín Donghi, historiador admirado por los Sarlo y Abraham, sí es un autor con cuya obra es enriquecedor disentir.
        Hice una ensalada bastante heterogénea, pero creo que con eso te puedo dar un panorama de qué autores no me parecen interesantes.

      2. Rodrigo :

        Supongo que pertenezco al «trollaje» y como tal lamento que participantes de fuste hayan dejado de escribir aquí.

        A mi también me molesta la profusión de «anti-trolls cuya principal función pareciera ser la descalificación de quienes pensamos diferente, pero amamos el debate.

        Ojalá vuelvan tus amigos.

      3. David, no estoy en desacuerdo con que vengan a debatir. El tema es que me parece que muchos vienen a molestar. No sé si es tu caso. Pongo un ejemplo: http://lalectoraprovisoria.wordpress.com/2013/10/31/la-garrocha-de-massa/

        «Gracias Guillermo y Daio.

        Un lujo leerlos.

        El nivel de descalificaciones e insultos de los chicos K que comentan en Artepolítica (y que a veces pasean por aquí) es verdaderamente deprimente.

        El peronismo nació de un golpe y su ideología es fascista».

        ¿Qué interés podés tener, luego de lo que decís ahí, en debatir con fascistas? Yo considero que Maslatón es neofascista, y si se pusiese un blog no se me ocurriría comentar cientos de veces ahí.Imagino que a vos te gusta más molestar que debatir, por el simple hecho de que odiás el pensamiento que tienen muchos en este sitio. No me parece una lectura muy aventurada de mi parte.

      4. «Participar en Artepolitica es ayudar a gente que hace propaganda (y al gobierno objetable que se dedican a apoyar, ellos y el sitio), uno como muestra de pluralidad y debate = idiota util. Aun los relativamente menos fanaticos, nadie escucha absolutamente nada mas que lo que trae puesto. Ser parte de algo abiertamente podrido es una forma de colaborar con eso».

        Eso dice Guillermo en ese mismo link. Y sigue viniendo, porque seguro le interesa debatir. Permitíme que dude.

      5. Rodrigo, el dia que el kirchnerismo pierda las elecciones, no vas a ver un comentario mas mio aqui. Porque la unica relevancia que tiene esto para mi es escuchar la voz del poder que controla un pais que quiero y me importa. Al principio para tratar de entenderlo, despues para contrarrestar en la medida que puedo una vision distorcionada o francamente mentirosa de la historia o la realidad argentina, desde mi punto de vista.

        De todos modos, cuando pierda el poder, se acaba el kirchnerismo. Vendra otro nombre, y otra forma de hacer politica.

      6. Rodrigo:

        Lo de los insultos y descalificaciones es y ha sido una constante aquí sobre algunos de nosotros, y tomo mi caso personal solo como ejemplo.

        Por eso sugerí (nunca se sabe si irónicamente o no) hacer un «sub-blog» que condense solamente los ataques hacia mí.

        Leer a propios y adversarios debatir sin insultar es un verdadero placer. Aquí y en LLP.

        El peronismo nació fascista y la mitad más uno de los argentinos es peronista 70 años después.

        Me parece un fenómeno digno de ser entendido. Entonces ¿Qué mejor que debatir con los peronistas de hoy?

        Saludos.

      7. el dia que no le den mas bola a guillermo y david no les van a ver un solo comentario mas aqui

      8. Old:

        Mi comentario de aquí arriba apareció por error porque era para Rodrigo, está repetido más abajo.

        Si no nos dan más bola, puede ser que mi participación disminuya obviamente, pero no voy a dejar de hacerlo mientras tenga algo para decir.

        Lo podrás comprobar por las veces en que soy el primero en comentar algún posteo.

        Los obstinados somos así…

      9. old, la vida te seria tanto mas facil si consiguieras novia (del sexo que te venga mejor, por supuesto) y pudieras putearlo/a continuamente. Resolverias lo que evidentemente es una necesidad compulsiva en tu personalidad, y no romperias las pelotas a gente que no te ha hecho nada.

      10. …me parece que ya te lo comente, estas lejos de hacerle la sicologica a nadie gil. Obviamente que sos un piojo incapaz de hacer nada, pero como parte de un fenomeno psiquiatrico colectivo muy concreto que responde a mecanismos mediaticos para cualquiera con dos deditos de frente, hay que pegarte para que aparezca el dueño

  9. Rodrigo, me había olvidado de ese posteo. Creo que es una buena muestra de la inutilidad de dialogar con estos chicos y de la pertinencia de preguntarse que es lo que realmente los impulsa a escribir en AP.

    1. En «La lectora provisoria», que es un festival de injurias, te borran los comentarios. Acá cualquiera tiene lugar para disentir a sus anchas. Eso sí, Quintín es un demócrata y nosotros somos fascistas.

  10. parece que los conceptos de tipo político más útiles que deja Laclau son:la heterogeneidad actual del sujeto histórico(a diferencia de la homogeneidad del proletariado marxista); la idea del significante vacío(que explica las ahesiones y variable diversas dentro del peronismo entre ootros fenómenos);la aseveración de que el populismo es simplemente la interpelación del pueblo,y no tiene que ser necesariamente de izquierda o derecha,y la diferencia entre masa(siempre dirigida por un líder)y populismo cuya característica pasa por el discurso.

  11. Lamentablemente no puedo centrarme tanto en el posteo y aportar algo sobre Laclau, porque no lo leí. Sobre el tema «populismo vs liberalismo», se me ocurre citar la opinión de un defensor del liberalismo, como para estimular el debate.
    Un doctor en ciencia política peruano, llamado Martín Tanaka (no lo conozco sino por este link):
    http://martintanaka.blogspot.com.ar/2012/04/la-soledad-de-los-liberales.html

    «En América Latina en general, cuando las derechas son fuertes políticamente suelen ser más conservadoras que liberales; y cuando han encabezado agendas reformistas liberales, como la implantación de modelos orientados al mercado desde la década de los años noventa, han tenido de un lado que compartir el crédito con otras fuerzas políticas, que también asumieron la necesidad de implementarlas y, del otro, han tenido que asumir totalmente la carga de los costos sociales que esas políticas implicaron. Una razón adicional para entender la soledad de los liberales en nuestro país está en el hecho de que sus tradiciones intelectuales son más “libertarias” que liberales. Me explico.

    El liberalismo como corriente de pensamiento que inspiró políticas gubernamentales específicas en el mundo tuvo un periodo de hegemonía, en términos generales, desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la segunda década del siglo XX. Se trató de un periodo de expansión de la economía mundial sobre la base de políticas de libre comercio y protagonismo de actores privados, con Estados “mínimos”. Este modelo entró en una gravísima crisis en 1929, y los socialistas y comunistas pensaron que se asistía al final del capitalismo y al advenimiento de una revolución social. Sin embargo, el capitalismo salió de esa crisis sobre la base de una solución de compromiso, que dio origen a los “Estados de bienestar”: se mantuvieron políticas orientadas al mercado, pero el Estado asumió un papel regulador, promotor e integrador muy importante. A esto se le podría llamar el consenso socialdemócrata. A él llegaron algunos desde el liberalismo, como Karl Polanyi o John M. Keynes; y desde el socialismo, como Eduard Bernstein y luego la Internacional Socialista. Muchos filósofos liberales reflexionaron posteriormente sobre la importancia de hacer convivir la libertad con la solidaridad y sobre cómo generar igualdad de oportunidades, como John Rawls, Richard Rorty o Amartya Sen.

    El problema es que los liberales peruanos a los que alude Ghersi no siguen estas corrientes, sino a otras más radicales que se ubicaron mucho más a la derecha: Hayek, Friedman, y los libertarios estadounidenses, que podríamos considerar algo así como el ala derecha del partido republicano, para quienes Barack Obama es un presidente socialista. Me parece que el liberalismo así entendido siempre tendrá dificultades para desarrollarse en países tan desiguales como el nuestro, en donde no basta la iniciativa individual y en donde se suele considerar que la intervención del Estado es clave para compensar la debilidad de los sectores desfavorecidos».

    1. También se me ocurre citar este artículo, con el que disiento bastante, de Marcelo Alegre:
      http://www.clarin.com/opinion/opcion-populismo-liberalismo-igualitario_0_1078692186.html

      04/02/14
      «En Argentina impera una confusión sobre conceptos como democracia, derechos humanos, mercado, competencia, autoridad, progresismo. También sobre la noción de liberalismo. Y esta confusión, como ninguna, nos ata a falsas opciones.

      Ha ayudado a confundirnos la apropiación del término “liberalismo” por parte de la dictadura. Es una técnica similar a la de los estalinistas que bautizaban a sus países como “Repúblicas Democráticas”, pero no por eso dejaremos de reivindicar la democracia.

      En el imaginario dominante el liberalismo es una ideología egoísta que defiende un Estado mínimo, la propiedad y el mercado sin límites contra la redistribución del ingreso, la justicia social y la igualdad económica. Liberalismo equivaldría a Consenso de Washington, flexibilización laboral y teoría del derrame.

      Si uno se opone a la perpetuación de la pobreza, o a la concentración del ingreso y la riqueza, o a que el Estado sólo proteja a los propietarios, entonces no tendría más remedio que declararse antiliberal.

      A su vez, dado el fracaso de los socialismos reales, si uno es antiliberal no le queda otra que abrazar alguna variante de populismo. Por último, si el populismo supone degradar la democracia, ese vendría a ser el precio inevitable de la igualdad. Esta es la trampa populista, que cuenta con la complicidad de políticos e intelectuales que odian la modernidad y la democracia constitucional.

      Esta visión sobre el liberalismo es falsa y parte de distorsionar uno de sus rasgos distintivos, el valor especial de la libertad (en palabras del Premio Nobel Amartya Sen).

      El liberalismo niega lo que el populismo afirma: que avanzar en la igualdad social y económica requiera debilitar el Estado de derecho, menospreciar los derechos constitucionales y dividirnos en réprobos y elegidos.

      No hay desigualdades buenas y malas: el liberalismo, a través del Estado de derecho y los derechos humanos, nos protege contra todas, y prioritariamente contra las más detestables, como las desigualdades raciales, étnicas y religiosas, así como contra las desigualdades políticas: la propaganda facciosa, la persecución de la disidencia, la falsificación de la información pública, el hostigamiento a quienes investigan al poder, etc.

      El liberalismo ha sido una ideología emancipatori a, contra los privilegios nobiliarios y a favor de la igualdad de derechos y las revoluciones democráticas. Hoy defiende la separación entre iglesia y Estado, la despenalización de las “ofensas morales”, la eliminación de las desigualdades sexuales, la erradicación de la pobreza y la acción positiva a favor de los grupos postergados.

      La protección especial de la libertad no supone ningún compromiso con las ideas del Consenso de Washington o la teoría del derrame, que en la ancha avenida del pensamiento liberal contemporáneo son poco representativas, sino directamente marginales. De hecho los programas de Reagan y Thatcher en los ’80, del Consenso de Washington en los ’90 y del Tea Party hoy, son producto del pensamiento libertario, una escuela representada por autores como Nozick que ha surgido como reacción frente al ideario liberal.

      El liberalismo contemporáneo es, al contrario, esencialmente igualitario.

      Inspiró a la socialdemocracia europea, al New Deal americano, la emancipación de la mujer y la revolución global de los DD. HH. (Ninguna de las imposturas del populismo es tan obscena como la de enmascararse detrás de los derechos humanos, la creación más importante del pensamiento liberal).

      Como explica Ronald Dworkin, los valores liberales conducen al Estado de bienestar o a un socialismo democrático de mercado. En su Teoría de justicia –la obra capital del liberalismo del siglo XX- John Rawls sostiene que una sociedad es justa cuando, además de respetar los derechos civiles y políticos, garantiza a todos una igualdad real de oportunidades y cuando distribuye los recursos de manera de elevar al máximo la posición de los que menos tienen. Rawls propone una democracia de propietarios con amplia distribución de la propiedad y el ingreso. Y Carlos Nino ha explicado que el liberalismo exige expandir la autonomía de todos a través de una redistribución de recursos al servicio de la libre elección de planes de vida. Esto exige el reconocimiento de derechos sociales, impuestos progresivos, y salud y educación pública universales.

      Escandinavia, no el Chile de Pinochet, es la verdadera utopía liberal.

      En la tradición política argentina no abundan los verdaderos liberales.

      El más cercano en el tiempo fue Raúl Alfonsín, el gran socialdemócrata que afirmaba que la democracia debía alimentar, curar y educar y que no existe democracia plena sin igualdad.

      La opción entre liberalismo anti-igualitario y populismo prebendario no es genuina. Hay una alternativa mucho mejor: un liberalismo igualitario que combine el respeto por el pluralismo y la división de poderes con un Estado activo puesto al servicio de hacer más iguales a los iguales. El liberalismo es la doctrina de la libertad y de la igualdad. Si pudiéramos disipar esta confusión habríamos dado un gran paso. Entenderíamos que el autoritarismo, la demagogia, la corrupción y la beligerancia discursiva no son el precio de la igualdad y que ésta requiere de una democracia plena. Ese quizás sería el año cero de nuestra vida democrática».

      1. Lo que pasa es que este habla -pero no lo dice- del liberalismo filosófico ponele. Lo que se cuestiona es el liberalismo económico.

        A mi entender, si sos un acérrimo defensor del liberalismo probablemente ciagas muy facilmente en el económico.

        Don Paolo tiene todos los motivos para ser un liberal en sentido amplio, sin embargo es un conspicuo miembro de AEA y todas las preocupaciones liberales que cita le fregan probablemente. Ojo, yo no pido que este tipo de gente tenga empatía con el «pueblo» y sea patriota, por eso hay que regularlos

      2. Como, ahora las filosofias politicas no tienen una inevitable teoria economica consecuencia de esos principios?

        La idea de que el liberalismo implica una contradiccion de sus principios aplicado a la economia solo es concebible en alguien colgado de un pseudo-movimiento que mezcla raices fascistas en el entendimiento de que es el poder y su relacion con la ciudadania, via el peronismo, con una politica de pseudo-izquierda en lo economico que no va mas alla de un electoralismo galopante de subsidio y tirar guita desde el balcon, via un par de caudillitos de provincia que nunca hicieron mas que afanar y que, cuando se vieron en el poder, tuvieron que ponerse un discurso para poder decir algo.

        En gente en situaciones menos comprometidas una contradiccion tan absurda seria imposible.

    2. El tema del estado «mínimo» es relativo, se debería decir que, en todo caso, no regulaba tanto al privado, si nos remitimos al modelo inglés es cierto, los emprendimientos eran totalmente individuales guiados por lo que Keynes denominó el «animal spirit», pero la corona les rosqueaba las pujas proletarias y les «abría» mercados. Además en el quiebre que marca -la crisis del ’30- lo que no dice es que los liberales se quedaron sin respuesta para resolver la situaciòn

      De todas formas tipos liberales como Keynes, Beveridge o Eucken con sus discursos hoy y acá serían considerados populistas y estarían a la izquierda del troskerío arriesgo. O pero aún, un junker -de los más conservador y reaccionario que se pueda pedir- dio el puntapie inicial del «estado de bienestar»

      Y si, los liberales vernáculos son conservadores, sectarios y se «esconden» detrás de la constitución.

      Y este punto es fundamental y que los liberales citados entendieron muy bién: sus países dieron dar el salto cualitativo sólo cuando se dieron cuenta que «no basta la iniciativa individual» y que precisamente regulando esa libertad se resolvían los problemas de, por ejemplo, desocupación (que tanto preocupaba a Keynes) o la deficiencia de los mercados (según Eucken)

      De ahí que el salto cualitativo se dio cuando la mayoría -o al menos los sectores con mayor peso decisorio ponele- pujó para el mismo lado. O sea de alguna manera se enbanderó detrás de un proyecto de país.

      En esto está la base como para resolver cualquier problema que te surga en el camino, lo más difícil de conseguir

  12. Hace un tiempo publiqué en el blog de gargarella que necesitamos urgente un «Laclau for dummies» y me lo borró. Se habrá cabreado por la falta de respeto, jaja, no se. Es medio cascarrabias el profe. De todos modos posteaba como Anonim creo. Pero sí realmente necesitamos urgente un Laclau for dummies, mas que nada porque no todos estamos actualizados en el lacanismo o autores como grammsci, el post-marxismo etc.
    No hay que ruborizarse, preferible saber algo de segundamano que nada. Asi que si alguien tiene un buen texto de divulgación de sus ideas que pase link
    Particularmente creo que coincido en algunos puntos con el Laclau que vi por la tele en el canal encuentro. Donde hablaba de una realidad que vivi epidermicamente. Lo que vino después de isabel que en esos tiempos nos pareció horroroso (dice el en el reportaje) fue mas alla de todo límite y dimensión.
    Coincido. Yo recuerdo particularmente una flora y fauna que quedaron plasmadas para siempre en mi retina: recuerdo en particular la alegría de esa época, de la predictadura.
    En los momentos previos a la muerte de perón, una amiga, muy humilde ella, de la escuela me dijo con una convicción que me traspasó: cuando Perón muera seremos todos esclavos. Mi papá me lo ha dicho. ¿Como que esclavos? Sí esclavos. El lo asegura. Así será. Yo en ese momento me horroricé, le creí a pies juntillas porque lo dijo con una total certeza por la figura de autoridad que lo afirmaba, nada menos que su padre. Y porque era lo único que me explicaba el clima de pánico y temor que me rodeaba y que rodeaba toda esa mística sobre el líder.
    Lo crei de verdad y sentí que mi destino estaba atado a alguna tragedia irreversible porque la muerte del lider en ese momentos se preveía como inevitable. Porque se sabía que estaba muy enfermo.
    Alla por mis ocho años. Tiempo después lo olvide claro aquello se borró de mi mente hasta que un tiempo después mucho tiempo después ya con un enendimiento político como para encuadrar todo aquello que pasó comprendí que esa gente en su irracionalidad en su locura tenía en sus manos una verdad que la lógica mas pura les escamoteaba. No quiero analizar la verdad o no de todo esto, pretendo hacer una minifenomenología de mi experiencia, no la juzgo. Y es ncesario creo para entender el fenómeno del populismo. El irracionalismo del populismo. Irracionalismo tal como se ve desde luego desde el racionalismo dominante. Pero seamos coherentes, irracionales tambien se concibieron -por parte de la iglesia-los movimientos de los herejes, de la iglesia protestante, de las brujas y su magia irracional y supersticiosa. Y su religion de la naturaleza y tanto de eso….
    Volviendo a aquel nuestro país. Padecí la dictadura en plena escuela secundaria, yo recordaba la participacion política de mi infancia, estaba en las charlas estaba en todos lados. Después todo se oscureció y después vino la democracia…..

    1. Elaboro un poco más porque visto así pudiera parecer que considero el populismo como algo positivo y definitivo, y no es el caso. Bien gorila que soy y no reniego ni un ápice de eso.
      Creo que fue, o es en alguna circunstancia, una instancia necesaria frente al atascamiento, frente a la incomunicación de sectores ciudadanos no escuchados por una intelectualidad perdida en algunos laberintos ideológicos. Por un liberalismo pervertido en liberalismo económico que vende una racionalidad maldita interesada esclavizante enajenante.
      Pero es un movimiento de una gran vulnerabilidad. QUe radica precisamente en su irracionalismo en su descreimiento del conocimiento de apropiarse de la verdad. De que el pueblo conquiste la verdad el conocimiento el esclarecimeinto y por ende su libertad, su libertad de un lider que los lelve como ovejas a veces aun matadero: y aquí es donde viene Menem Massa etc. A buen entendedor pocas palabras

    2. Sigo elaborando. Que pena que este tópico se termine porque creo que es crucial en esta sociedad que vivimos.
      Mientras escribi estos post recordé. Síp, recorde aquel reportaje y me gustó mucho, en aquel momento Laclau se expresaba con claridad y con un lenguaje sencillo. Así: (cito de memoria)
      La gente del pueblo no se plantea una ideología, la gente en realidad tiene un problema, necesita una línea de colectivo, la necesita hace años. Y este otro de allá necesita cloacas urgentes. Desde hace años y nadie da una respuesta. De algún modo ese reclamo y ese significado fusiona con el de la cloaca, con la necesidad de un puestito de salud en el barrio con vacunatorio y salita de emergencias. Con la necesidad del hijo que está tercerizado y en negro. Todos esos reclamos se fusionan, se condensan y dan lugar a un único reclamo que a veces es encarnada en la figura de un líder y de un movimiento. Como pudo haber pasado con Lula, Peron etc.
      Esto es mas o menos lo que recuerdo, algo así como una multitud de pequeños reclamos de pequeñas cotidianeidades apremiadas que se fusionan en uno solo. EL movimiento encarnado -eventualmente- por alguna figura que lo corporiza que le da voz. CUando ese lider habla, habla por el puestito de salud, habla por la cloaca, aunque no lo diga, pero la persona comun lo interpretara asi.
      Me gusto mucho y creo que alli hay una línea de verdad que este autor debio explorar. Lo hizo dandole un marco teórico que a mi no me gustó que yo creo que no se ajustó del todo a su intuición original. Y tal vez algún ADN recesivo goriliano me hizo descartarlo antes de tiempo.
      Y creo que nuestra izquierda falla en ese punto. En no interpretar el movimiento populista surgiendo en esos niveles de reclamos. El punto es que para el ue no vive en esa villa y no tiene movilidad la línea de colectivos puede significar una trivialidad suprema pero para el que vive allí lo es todo. Es la angustia de ir a buscar a la hija cuando vuelve de la escuela secundaria. Atravesando toda la villa.
      Creo que necesitamos una antropología de nuestra miseria mas profunda y más fundamentada para coemzar a entender y operar allí.

      1. Laclau era un gran teórico que para leer la realidad política latinoamericana evidentemente tenía un problema, seguramente de no haber revisado con suficiente valentía sus años de juventud. El kirchnerismo como construcción política, no tuvo nada que ver con un armado de satisfacción de demandas al estilo de como acá arriba lo ejemplifica Martha (soluciones concretas a problemas concretos y no la lucha por imponer determinada ideología) sino más bien la habilidad de Néstor para copar el aparato peronista que le legó Duhalde poniéndole un tinte particular, cuyas pinturas fueron sacadas de la paleta de colores de sectores minoritarios de la sociedad, donde ahí sí aparecían las demandas concretas, pero minoritarias, que al gobierno le sirvieron como anticuerpo moral contra las críticas que vinieran de afuera. Pero satisfacción de demandas de la sociedad no hubo. Lo que hubo fue el típico caso de un ciclo de crecimiento económico en donde las satisfacciones fueron netamente de carácter individual y económico, tal como sucede cuando cualquier economista capitalista del mundo tiene un ciclo de crecimiento «normal» (no como ocurrió durante el menemismo que el PBI crecía a la par que el índice de desocupación).
        En fin, el kirchnerismo fue la aventura de cómo se pudo hegemonizar el peronismo, y lo que estamos viendo ahora -con Massa y Moyano como ejemplos más notorios -es cómo esos mismos que estaban adentro ahora se están yendo para cualquier otro lado, porque evidentemente el compromiso con el kirchnerismo no era de índole ideológica sino meramente la tolerancia hacia el cariz que había tomado el partido de gobierno.
        En Francia, tal el ejemplo con el simpatiza Laclau en la nota, seguramente el caso se asemeje mucho más a lo que plantea su teoría. El candidato de la nueva izquierda en poco tiempo consiguió cosechar voluntades autónomas en función de un discurso que prometería soluciones a problemas particulares.

      2. «En fin, el kirchnerismo fue la aventura de cómo se pudo hegemonizar el peronismo» La mayor lucha en estos momentos en este país es quien sostiene la hegemonía del peronismo Entre el sector k y la derecha Massa-Scioli.

  13. humildemente por mi formación pienso que el liberalismo ha sido una filosofía positiva en la edad moderna,base del individualismo burgués y por ende del capitalismo productivo.Hoy resulta de modé,antiguo,insuficiente en una época de masas donde es difícil conciliar libertad con igualdad,y por ello el Estado asume un rol muy activo creando el conflicto entre democracia y totalitarismos.El capitalismo de hoy es más especulativo que productivo,el individualismo queda reducido a la moda y al entretenimiento,pero en lo económico y político se disuelve porque las personas se defienden grupalmente,en sindicatos y mafias.

  14. Era mas o menos previsible que el ala «republicana» de AP intentaría minimizar la estatura intelectual de Laclau, aunque tratarlo de «chanta que venía a decir pelotudeces» me parece un tanto excesivo. Pero bueno, que se puede esperar de genios como De Laurentis, que seguramente se orina de emoción cuando viene Vargas Llosa a explicarnos lo que hay que hacer. Supongo que la jauría va a juzgar con similar rudeza a G Marquez, aunque tal vez el premio Nóbel los modere un poco.

    No tengo la soberbia de considerarme capacitado como para juzgar los méritos académicos de Laclau, de quien he leido algunas cosas. Pero si reconocer que este pensador ha desarrollado un marco teórico que permite tener otra mirada sobre ciertas formas de construcción política, que solemos ver en esta y otras partes del mundo y explicarnos mejor porqué pueden resultar adecuadas para enfrentar exitósamente sus desafíos.

    Se ha ido uno de los nuestros, honremos su memoria.

  15. en eso tiene razón Cristina,los argentinos estamos divididos con o sin Laclau y antes que él viniera al mundo. Es uno de nuestros grandes problemas sociales y por ende políticos. Marx lo vería como lucha de clases,pero es también una cuestión cultural muy difícil de resolver.

    1. No es solo un problema de los argentinos, es una cuestión de todos los países, más visibilizado en algunos que en otros; pero existen.

  16. el mecanismo de división es una de las primeras defensas que aparecen en el dearrrollo mental,si no la primera. Lo materno,placentero y protector se oponen al mundo externo desconocido y peligroso. Pero si es propio del ser humano lo que nos interesa a los argentinos es como resolver (relativamente)tal dicotomía.SI NO»MAL DE MUCHOS CONSUELO DE TONTOS».

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