A modo de respuesta para No Entender

No entender: prefiero responderte de esta manera. El comentario que originó el intercambio está en una entrada bastante vieja, y eso hizo que tardara bastante en ver tus respuestas.

 

En materia de economía, siempre me parece mejor evitar consideraciones demasiado generales, y prestar mayor atención a la coyuntura, en la que se presentan elementos que influyen pero que pueden no ser permanentes.

En ese sentido, en la actualidad, la disponibilidad de pesos por parte de algunos agentes, deriva inmediatamente en presiones sobre el tipo de cambio. Debido a expectativas, la liquidez en pesos empuja la demanda de dólares. Los agentes con pesos salen a comprar dólares (esto se está revirtiendo en los últimos tiempos, pero no está “ganada” la contienda todavía). Un ejemplo, las empresas transnacionales reinvierten un menor porcentaje de utilidades, compran dólares y fugan, con los excedentes.

En esta situación el Central maneja alternativas: convalida la devaluación, o sale a vender reservas para mantener la cotización del dólar estable hasta que pase el temblor. Ha optado hasta ahora por una combinación de ambas, que hicieron que se devaluara el peso de a poco, y se perdieran algunas reservas, pero mínimamente.

El problema, aquí, no es con el tipo de cambio. A veces la devaluación es necesaria (en el sentido de inevitable). El tema es que hay que proveer los mecanismos para que no se traslade a precios de manera inmediata. Y el ancla fiscal es importante en este aspecto.

La inflación en pesos, más alta que la suba del precio del dólar y la inflación mundial juntas, provocó en estos años un aumento de costos en dólares. Con esta inercia, la corrección del tipo de cambio (una devaluación) podría devolver la competitividad perdida (es decir, bajar costos, entre ellos salarios).  Ahora bien, en el marco de esta decisión, el Estado no puede regalar la capacidad de absorción, porque esto redundaría en expectativas negativas en cuanto a la inflación y el tipo de cambio.

A ver si puedo ser claro, un Estado emitiendo y poniendo plata en los bolsillos, gastando por encima de sus ingresos, inmediatamente generaría expectativas de nuevas devaluaciones. Todos los que cuentan con disponibilidad de pesos correrían a resguardarse en dólares.  Y los que cuentan con bienes físicos, a tratar de recuperar la mayor cantidad de pesos posibles antes de que se le sigan devaluando. Resultado, aumento de precios. Que redunda en costos más altos para el Estado, que tiene que volver a emitir, lo cual lleva a devaluación, lo que provoca inflación, y así sucesivamente.

El otro punto de conflicto es que justamente el estado es fuerte demandante de dólares (por los vencimientos de deuda que afronta). O los compra con pesos, o los pide prestados. Modificar el esquema es también promover cambios en esta situación.

Te mando un saludo

9 comentarios en «A modo de respuesta para No Entender»

  1. Marianito, vos tenés vocación de ministro de economía ?

    Esta bien para defender lo imposible, encima con las estadisticas del Indec… !

    Saludos, leiste el último de Atilio Borón ?

    Dale ,a vos que te gusta tu exprofesor.

    Saludos Mariano y de verdad lo lamento.
    Ustedes bajan y nosotros subimos,cosas de este pueblo tan clasemediero como dicen ustedes.

    Para avanzar hay que cambiar, que le vamos a hacer !

    Pupi Espinoza (a) Julian
    aliasjulian.blogspot.com
    libresdelsur.org.ar

  2. Pupi: no fui alumno de Borón, ni tampocolo llamé botón. Ya pasó otras veces que me confundió con algún compañero.

    Ahora, la verdad Pupi, con una mano en el corazón. Tanto cambiamos en 6 meses? De ser compañeros a ser el enemigo, así, de un momento para otro?
    Después de pasar religiosamente por ventanilla durante cinco años y pico, resulta que ahora despotrican contra la caja.
    Suerte, y que nada detenga este crecimiento sideral.
    Tumini 2011.

  3. Mariano, hay una gran confusión en tu argumentación.

    El déficit «per se» no es inflacionario, no sé de donde sacaste eso: sólo podríamos hablar de algo así si estuviéramos al límite de la capacidad instalada de modo que hubiera presiones inflacionarias por el lado de la demanda. Obviamente plantear algo así en el actual contexto recesivo es absurdo. Y aún en un contexto de crecimiento como en el que tuvimos años anteriores ello es discutible, ya que en general el crecimiento genera aumento de la inversión (vía «acelerador»). Por algo estuvimos creciendo 8 a 9% en todos estos años (lo que muy pocos países lograron) y sin embargo la capacidad instalada no subió mucho más del 70%. Nadie quiere quedarse corto cuando hay plata dulce.

    En suma, las causas de la inflación nunca pueden asociarse a la demanda (y por ende al déficit) en un contexto recesivo (como ahora, ni hablar) pero ni siquiera sería así en un contexto de crecimiento. La OFERTA es la que fija los precios, como bien lo ha planteado Kalecki, punto de vista que es mucho más indiscutible en el caso Argentino, donde hay una estructura oligopólica en la mayoría de los mercados (agarrá cualquier rubro y vas a ver que entre el 50 y el 70% lo manejan dos a tres empresas). La DEMANDA explica las cantidades, no los precios, en general pero mucho más aún en el actual contexto.

    Y en el caso de los bienes transables (tanto de impo como exportación), el ancla fiscal no tiene un sorete que ver: la causalidad va del tipo de cambio a los precios y de ahí al aumento de la masa monetaria, y no A LA INVERSA. Negro, estás cambiando el sentido de la causalidad, esto es básico:

    – No es: M —> Precios —> Tipo de Cambio.

    – Es: Tipo de Cambio —> Precios —> M.

    O sea, spi hay una correlación entre la masa monetaria M y el tipo de cambio, pero M es un elemento endógeno, no exógeno cuando se trata de precio de transables.

    En el UNICO caso en que tiene sentido de hablar de «expectativas» de devaluación es cuando hay factores REALES que justifiquen dichas expectativas. Pero mientras haya superávit de cuenta corriente, como Argentina sigue teniendo, no tiene ningún goyete plantear un problema.

    L

    1. No entender: me parece que en varias cosas hablamos idiomas distintos.
      Simplemente me parece muy extraño que tengas tanta fe en que una ampliación de la base monetaria no se traduciría en inflación por el solo hecho de que haya capacidad instalada ociosa. Justamente por la estructura oligopólica de ciertas ramas, sobre todo en artículos de la canasta básica (aquí está el núcleo), es que resulta más fácil hacerse de los pesos «nuevos» vía aumento de precios que poniendo a funcionar las máquinas paradas. El capitalista ni se plantea la opción: apuesta a la especulación en el mercado cambiario antes que a producir más. Valorización financiera de sus negocios y a otra cosa.
      Vuelvo sobre el punto: el problema no es el déficit fiscal, sino la monetización del mismo, es decir, financiarlo con emisión.
      Te mando un saludo.

      1. Mariano, me parece que está muy confundido respecto de la problemática de la inflación, de qué libro de economía la sacaste? Ni siquiera es monetarista, es pura ciencia ficción.

        Por si querés buscar almenos fundamentaciones más sólidas respecto de las distitntas teorías existentes sobre las causas de la inflación, te dejo un trabajo que te puede esclarecer.

        http://www.econ.utah.edu/activities/papers/2005_14.pdf

        Saludos//MV.

    2. No alcanza con decir que alguien está confundido para convencerlo de tal cosa. Hay que explicar por qué.
      Gracias por mandarme a estudiar. Te voy a hacer caso.
      Saludos

      1. Mariano, lo que quise decir que tu «teoría» sobre que los «pesos nuevos» van directo al aumento de precios no está en ningua teoría monetaria actual. Por eso te «mandé a estudiar» aunque yo no lo pondría así, lamento que lo tomes en sentido peyorativo.

        Lo que planteás sólo lo planteaban los bulionstas hace 300 años atrás y el primer Friedman (de hace medio siglo atrás): la aplicación burda de la teoría cuantitativa del dinero que hoy día NADIE defiende, ni siquiera la ortodoxia más rancia.

        La «inflation targeting» no se basa en el supuesto de que «el dinero se tira desde un helicóptero», sino en la idea de que la inflación es un fenómeno de «demand-pull» más que «cost-push», y de que la moneda es un fenómeno exógeno. Sin embargo esta última suposición incluso está bastante relativizada por el hecho de que todos los bancos centrales han admitido que nopueden controlar la masa monetaria sino tan sólo la tasa de interés, y ese es el método que utilizan. Y por supuesto, la visión ortodoxa le hecha como siempre la culpa a quienes consumen, y a las políticas que defienden el aumento del consumo y no al poder oligopólico de la oferta. Porque hacen eso, por que son tontos? No, lo hacen por cuando se incentiva la demanda y se llega al pleno empleo, los SINDICATOS JODEN, PIDEN MUCHO AUMENTO. Obviamente, los aumentos cuando ocurren sí pueden ser una presión inflacionaria por la vía de los costos, pero eso la ortodoxia convenientemente no lo dice, le hecha la culpa a la demanda. Y la demanda per se sólo puede ser un factor inflacionario cuando se llega al límite de la capacidad instalada, cosa que por ejemplo en Argentina no ha ocurrido en ninguno de los años pasados.

        Pareciera que te considerás progresista (o por ahí me equivoco), sin embargo, estás en una gran contradicción porque la teoría que aplicás es la misma que utiliza la ortodoxia económica para denostar cualquier impulso a la demanda, la misma que han utilizado para recomendarle al gobierno que «baje la tasa de crecimiento» porque si no vamos a terminar creciendo menos (y ocurrió…pero no fue gracias sino A PESAR DE la política del gobierno, que en todo caso atenuó lo que vino de afuera). Pero en las actuales circunstancias, insistir en esa teoría y llamarse progresista es realmente raro.

        Por eso digo que (si te considerás progresista) estás en una gran contradicción, pues tu visión económica se puede dar la mano con la de Prat Gay, y perdón si con esto hiero alguna susceptibilidad, no es mi intención, pero basta comparar tus argumentos con los que (por ejemplo) se le ha eshcuchado a este personaje en todos estos años.

  4. No entender: no me corrés ni a palos con que lo que digo se parece a lo que diga Prat Gay. Y menos con el tema de ser o no progresista, que no figura entre mis preocupaciones inmediatas, ni tampoco mediatas.
    Igualmente, la defensa del superávit fiscal la encarna más el Gobierno que Prat-Gay (la refrente política del espacio de Prat-Gay dijo hace poco, voy al FMI y listo, de un modo insólito, creyendo que el FMI es Efectivo sí, que cuando tenés un problemita de caja te presta dólares para pagar sueldos).
    En referencia al tema de la inflación, sí, tengo visión ortodoxa. No hay aumento de precios sin demanda que los convalide y sin medios de pago que permitan que las transacciones se lleven adelante. Esto es una realidad insoslayable.
    Ahora, reconocerlo no implica que uno piense que hay que secar la plaza, ni implantar un modelo de inflation targeting, ni ajustar sobre la demanda.
    Por ejemplo, de modo heterodoxo,se puede actuar sobre los agregados monetarios (fijate la última circular del BCRA requiriendo mayor capital como encaje a los bancos a medida que aumenten el spread entre la tasa de plazo fijo y la de préstamos personales).
    Y finalmente, endeudar al estado a los fines de recomponer márgenes de rentabilidad perdidos tampoco es la panacea. El capitalismo es un sistema muy injusto(y muy poco progresista en cuanto a distribuión del ingreso).
    Lo que a mí me parece de tu exposición es que tenés tendencia a creer que hay cosas que salen gratis, y esto no es así.
    Saludos

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