Ahora sí llegó el anunciado «fin de ciclo».

Ahora que ya se barrieron los papelitos del festejo, que se aplacaron los ánimos de quienes festejaron y llegó la aceptación del resultado de los derrotados, ahora que los politólogos y encuestadores y los explicadores de café revelaron los porqués del resultado final, ahora sí podemos anunciar que se produjo el final del período político iniciado en 2001/2003: estamos presenciando el fin de un ciclo.

Hace un tiempo nos preguntábamos aquí mismo (en ¿Sorpresivo triunfo arrollador de Cristina?) «¿Por qué los mas famosos y renombrados comentaristas y editorialistas de los medios hegemónicos opositores (y algunos con simpatías por el gobierno), además de todos los políticos opositores, la gente de a pié, y periodistas a granel saturaban nuestros oídos y ojos con el advenimiento del fin del kirchnerismo, la debacle cristinista y la llegada del límpido horizonte del llamado grupo A?». Y también entonces lo atribuíamos a que «una enorme parte de la sociedad mediatizada vivía en un microclima (macroclima, mejor dicho) de fin de época de un gobierno autoritario, falto de escrúpulos, mentiroso, con una aceptación minoritaria y un rechazo mayoritario de la población, la que a su vez estaba ansiosa de la aparición de una oposición que arrojara al kirchnerismo (no peronismo) a la vera del camino de la historia política argentina. Pero no sólo el pueblo estuvo atrapado por este microclima “contrera” (aunque la mitad de él no se sentía incluído en esa oposición casi salvaje, pero aun así la creía mayoritaria), sino que probablemente también muchos de los políticos opositores (y algunos ex oficialistas) y sus asesores, muchos periodistas del conglomerado de medios opositores (y algunos no opositores también) quedaron presos de la telaraña antikirchnerista hegemónica«. Ahora que los números apabullantes que marcan la diferencia entre el oficialismo y la oposición, que resultó tan extendida geográficamente como profundo el corte etario y social que abarca, podemos decir que Cristina ahora sí logró su reelección, que el modelo iniciado por el kirchnerismo-cristinismo en 2003 se consolidó finalmente en este período histórico, porque no lo había hecho el 14 de agosto, como aclarábamos en esa misma nota: «este humilde bloguero se atreve a reafirmar que, como hemos visto, el triunfo arrollador del gobierno no es sorpresivo (y este Basurero no es un genio de los pronósticos) y que Cristina no ganó su reelección, sino la “palabra”. De ahora en más, lo que ella diga y haga no podrá ser ocultado, negado, ridiculizado, banalizado ni tergiversado por nadie, sin ponerse al descubierto crudamente y ser penalizado por casi todo el pueblo con la desconfianza, la reprobación popular o, peor aún, que quien lo haga sea simplemente ignorado. Los límites los puso la sociedad. Esa misma sociedad, la parte que festeja y la que se mantiene silenciosa, marcó la cancha en la que debe jugar tanto el gobierno como las oposiciones políticas, mediáticas y corporativas. A partir de este 14 de agosto una cosa quedó muy clara: la agenda pública será fijada, de ahora en más, (aunque no sin resistencia) como nunca antes por la titular del 50% de los votos reales del pueblo«.

El incremento de votos oficialistas entre aquel 14 de agosto y este 23 de octubre reafirman (además) que luego de ese «despertar» de muchos a la realidad socioeconómica y política argentina, nublada por el discurso hegemónico generado en el cártel mediático opositor, muchos se sumaron al voto al oficialismo, pero la distribución del voto opositor también se vio afectada porque cambió sus preferencias. Muchos encumbrados políticos opositores que se habían convertido en íconos del antikirchnerismo fueron quedando en al camino ( Cobos ) o derraparon hacia la banquina ( Carrió ), y varios de los discursos opositores de «expertos» politólogos que preanunciaban un «fin de ciklo» se desvanecieron en el despropósito o la impostura ( Rosendo Fraga ). Y en este nuevo escenario político nacional los comicios de este 23 de octubre ratifican, ahora sí, un fin de ciclo, pero de un ciclo donde cualquiera podía criticar o decir cualquier cosa sobre el gobierno, los funcionarios o la economía oficial a través de los medios, impunemente, sin que se contrastara con la realidad, a la que a su vez le costaba mucho siquiera asomarse a los mismos. Incluso la palabra misma del gobierno era ignorada, desacreditada, confrontada o negada, y sus defectos y errores mirados a través de una lupa, mientras que sus aciertos eran ignorados o disminuidos, o justificados con una explicación por un supuesto «viento de cola» que agredía la inteligencia de cualquiera apenas se contrastaba con los demás beneficiados por ese mismo viento, y en plena crisis mundial. Y ese fin de ciclo se vislumbra en los editoriales y tapas de esta semana en los medios opositores, pero ya se vislumbraba cuando decíamos aquí que: «la oposición mediática y el establishment económico ya mostraron sus armas y comenzaron a usarlas. Ante este panorama ya parece alumbrar el argumento a utilizar para enfrentar a este monstruo que acecha a esta oposición anti-kirchnerista-cristinista (hay otra oposición que no lo es, pero es más débil y menos potable mediáticamente), y ese argumento es la “chavización” del kirchnerismo» y «no se debe, por cierto, a que el kirchnerismo-cristinismo en esta coyuntura vaya a desembocar irremediablemente (en forma voluntaria o no) en su chavización ya que, como hemos visto, se trata de un proceso imposible por lo contradictorio en sí mismo. Lo que el título postula es que el poderoso polo opositor mencionado, debido a su carencia de alternativas políticas y discursivas, “irreversiblemente” terminará construyendo un relato que sólo apele a la demonización del gobierno: a su “chavización” (en los sesenta y setenta era el cuco socialista “castrista” o “guevarista”, hoy es el cuco “populista” y “chavista”). La chavización provendrá de la coalición oposicitora: no es un proceso interno del kirchnerismo sino un “sambenito” colocado por sus censores político-mediáticos«. Los testimonios de estos mismos «chavizadores» del gobierno ya los expusimos, los adelantamos aquí mismo en «La irreversible “chavización” del kirchnerismo (2)» , y ahora los vemos repetidos y ampliados, aggiornados en los diarios de estos días. La táctica es la misma de siempre: fijar la agenda del debate político y económico en Argentina, pero lo que marca este fin de ciclo es que la «palabra» la tiene desde el 14 de agosto la presidenta, la agenda la fija ella y el debate se centrará, en mayor medida, en lo que ella disponga desde la gestión, es decir, desde su discurso y sus medidas de gobierno, porque ya vimos que el pueblo está más atento a lo que ella haga o diga que a otras fuentes discursivas. Es decir: Cristina alcanzó su cenit político, porque el triunfo es de ella. Sólo de ella. Ella dio el visto final de las candidaturas de su partido, en los distritos donde jugó con sus hombres, ganó, y no le debe nada a nadie. Y la probable herencia del proceso kirchnerista-cristinista deberá contar con su bendición urbi et orbi. Pero esto también significa que los intereses antioficialistas (y antipopulares)  no se quedarán de brazos cruzados ante la profundización del modelo, lo que los afecta directamente, sino que ellos también se adaptarán a este fin de ciclo, cambiando sus estrategias y, lamentablemente, es probable que radicalicen sus argumentos, que recurran a una barbarización de sus métodos, adoptando las tácticas utilizadas por los similares intereses conservadores, retrógados o antipopulares en otros países de la región. Ese proceso que ya se vislumbra lo denominamos aquí como la «chavización» el gobierno. Incluso apelando a denuncias falaces ante entidades internacionales o embajadas, como vimos que son capaces de hacer en los cables secretos develados por WikiLeaks (y traducidos completos por Basurero Nacional en nuestros WikiPis ). Luego de la sorpresa y la desorientación que sufrieron muchos opositores ante el anuncio de las elecciones primarias, y tras el sincericidio argumental que expusimos aquí  vemos que sus argumentos pasaron del anuncio del supuesto fin del ciclo kirchnerista a la denuncia de la intención oficialista de lograr la reelección indefinida, ambas con la misma carencia de fundamentos o pruebas serias. Por eso es que vemos que ante una audiencia sorprendida por las denuncias de supuestos fiscales mediáticos ante los Supremos Republicanos de los medios (periodistas y constitucionalistas de ocasión), quienes parece que tienen el poder de veto de las decisiones democráticas del pueblo, se juzgan y condenan las supuestas intenciones reeleccionistas del gobierno y su supuesto extraordinario, potencial y omnímodo poder de fuego. Ante esta falacia, es bueno recordar datos de nuestra historia reciente: a Perón lo reeligió en 1951 el 62,49% del pueblo, y luego de dos años de una sequía sin precedentes, el descenso de los términos de intercambio favorables a nuestras exportaciones, la necesidad de realizar ajustes y concesiones en materia petrolera, más errores propios que desprestigiaron su prédica fue derrocado antes de finalizar su segundo período; a Menem lo reeligió en 1995 el 49,94% del pueblo, y luego de una larga y penosa recesión, una ingente desocupación, una resistencia dentro de su partido, con un opositor propio incluido (Duhalde) que disputaba su poder y la traición de gobernadores propios, tuvo que resignar su intención de permanencia, además de que su intento de volver mediante las elecciones de 2003 sólo le sirvió para lograr un escaso 24% de voluntades en una primera vuelta, que sólo le hubiesen servido para perder en la segunda por un aplastante 70%/30% según todas las encuestas de ese momento.

Como vemos, un triunfo reeleccionario no garantiza impunidad ante errores o ineficacia en el desempeño del cargo pero, contrario sensu (como lo indica la propia experiencia del mismo kirchnerismo) una buena gestión vacuna eficazmente contra un traspié eleccionario como el de 2009.

No es descabellado esperar que luego vengan más denuncias de hegemonismo, de persecución a las voces disidentes, al periodismo independiente y demás tácticas que pululan en los países de la región. Pero, como afirmamos en el título de la nota, hemos entrado al fin de un ciclo que se caracterizó por una institución presidencial que comenzó disminuida, con poco poder real y escaso respaldo popular (22% de los votos en 2003), que fue ampliando ambos a través de los años de gestión (con sus altibajos) y que llegó este año a lograr una ratificación de sus medidas y su rumbo con un tumultuoso 54% de los votos y una diferencia récord con respecto a sus oponentes. El pueblo se expresó, las urnas interpretaron su voluntad y el ciclo iniciado en 2001-2003, que nos trajo desde aquel infierno a este anhelado remanso, ya finalizó. Está en el gobierno adaptar su gestión al nuevo ciclo que comienza, con sus desafíos e inconvenientes. Pero también debe la oposición ajustar su discurso, sus instituciones y sus métodos frente a esta hegemonía oficialista, sin ignorarla, desacreditarla ni combatirla, sino procurar construir la propia.

Y en cuanto a los poderes económicos concentrados, no es necesario que desde aquí los sermoniemos ni les marquemos la cancha, ellos mismos deben reconocer su miopía ante el escenario previsible y evidente que anunciaban las elecciones de agosto y octubre, pero todos debemos estar atentos a sus temibles y poderosos movimientos visibles y ocultos, ya que no debemos descartarlos sino esperarlos: nuestra historia está llena de ejemplos de este tipo (incluso la más reciente, y hasta los EE.UU. lo reconoce abiertamente, por ejemplo aquí), como así también de medidas y actitudes (erradas o eficaces) del pueblo ante estos movimientos.
Hoy ya nadie niega que el Grupo Clarín y su socio en Papel Prensa, La Nación, que fungieron como usina intelectual de la campaña polìtica opositora y de proveedores de la logística para su difusión, también fueron derrotados este domingo. Sus intereses económicos, que quedaron heridos tras estos años de gobierno cristinista, se ven amenazados ante el avance de la mayor libertad de información que traerá una ya imparable Ley de Medios, lo que los pone nerviosos por la falta de costumbre a que el Estado sea el regulador e intermediario entre los intereses particulares y el interés general. Sus esperanzas autoritarias se desvanecieron ante el fracaso en configurar una coalición política opositora que les sirviera. Y ante la contundencia de la palabra de las urnas, los poderes fácticos necesitan imperiosamente modelar un gigante chavista y autoritario con este próximo gobierno democráticamente mayoritario y necesariamente preponderante, para que luego sea necesario recurrir a una maqueta premoldeada de una Unión Democrática rediviva que se le oponga… y luego llegaría el Braden aggiornado que tanto anhelan. La historia argentina y nuestra experiencia como pueblo democrático son los mejores maestros para transitar este nuevo ciclo que anunciamos aquí. De todos nosotros depende cómo se desarrolle y hacia dónde nos lleve. Esperemos estar a la altura de las circunstancias.

Acerca de Basurero

Soy un basurero interesado en Antropología, Historia Argentina, Política, Economía Política, Sociología, idioma Inglés, Fotografía y Periodismo, y culpable confeso de ejercicio ilegal de estos temas en mi blog.

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6 comentarios en «Ahora sí llegó el anunciado «fin de ciclo».»

  1. Pensé q el fin de ciclo significaba la tremenda corrida cambiaria de estos días que puede tirar todo el «modelo» por la borda. A ver si hacen algo, retenciones a las mineras «amigas», a las petroleras, a las pesqueras. Cortar con la «venta de dólares subsidiados a futuro» que hacen perder reservas y sólo benefician a los capitalistas amigos del gobierno. Si no hay medidas urgentes se viene el pánico bancario y el helicóptero. No es joda. En economía recién se enteraron y sacan medidas que son sólo parches (sirven para recuperar apenas un mes de pérdidas, a este ritmo no se llega a marzo del año que viene con las reservas).

  2. …como va a hacer la AFIP, para chequear la instante si una persona tiene o no recursos para comprar dolares…ES IMPOSIBLE / el happening del » consumo » , con verdes baratos, POR INTERVENCION DEL BCRA Y TAMBIEN DEL ANSES ., parece que » acaba»…hagansen cargo..

    Por que no se repatrian , todos los dolares tickets y CUENTAS , que estan en los paraisos fiscales…?

    Donde estan los dolares del patrimonio de Cristina ..?

    1. No te procupes por las «corridas» y los trámites: “El que quiera seguir en negro puede seguir en negro, pero no va a poder comprar más dólares. Punto”, enfatizó una fuente gubernamental. Los voceros del Central también intentaron transmitir tranquilidad. Según sus cálculos, el dólar “blue” (paralelo) sólo mueve el 2% de lo que mueve el formal. Con los nuevos controles, ahora estiman que moverá menos. “El efecto práctico va a ser que desparecen los coleros y los tipos que reclutan a los coleros. Y sin tener que perseguirlos ni identificarlos en la calle”, dijeron cerca de Mercedes Marcó del Pont. “Esto va a reducir la demanda y ya el viernes notamos que se redujo con los controles, porque el miércoles y el jueves se habían vendido cerca de 160 millones y el viernes sólo 110 (millones)”, agregaron.(http://www.diariobae.com/diario/2011/10/31/3271-comienzan-a-regir-las-nuevas-normas-de-control-de-la-afip-para-comprar-dolares.html).
      Con relación al tema de que «se acaba», ya es hora de abrir los ojos y visitar también otros medios de información. Y si no, hacerle caso a los opositores: http://basureronacional.blogspot.com/2011/08/la-oposicion-hace-campana-por-cristina.html
      Saludos.

  3. Pacote, Anais, acaban de perder por paliza en las elecciones hace una semana con argumentos como los que ponen en el post y siguen con el mismo discurso agorero. Por lo menos cambien el libreto muchachos, es dificil descender mas abajo del subsuelo.

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