De cómo meter la mano en el bolsillo mientras se bate la cacerola

Leía ayer, domingo 1, en P/12 la nota firmada por Daniel Míguez.

Cito,

“(…) También, como ya lo hizo en los últimos tiempos, es posible que reafirme la voluntad de diálogo del Gobierno y vuelva a poner sobre el tapete el dilema que implicaría darle una respuesta positiva al principal reclamo de las cámaras agropecuarias: la suspensión de las retenciones a la exportación de granos y oleaginosas. Ese dilema consiste en que a algún sector se lo debería perjudicar para tapar el agujero fiscal que se produciría al eliminar las retenciones. Más aún en una situación de crisis, donde el Estado tiene dificultades para financiar el aumento a los docentes luego de haber incrementado los haberes de los jubilados y eliminado la tablita de Machinea del impuesto a las ganancias en beneficio de un amplio sector de la clase media. Según pudo averiguar Página/12, ayer, cuando la Presidenta estaba preparando, su discurso merodeó la idea de poner estas cuestiones como ejemplo, o incluso revelar propuestas que hicieron los ruralistas en las negociaciones con el Gobierno para que se aumente el impuesto a las ganancias a sectores medios como un modo de compensar la supresión de retenciones. Pero aparentemente desistió para que el discurso no tuviera un tono excesivamente confrontativo.(…)”

Qué lástima que se haya desistido. Qué hermosa oportunidad se ha dejado pasar, no mis amigos? Desgrabar la charla “secreta” de Biolcatti con DeVido, el primero diciéndole al segundo que lo tiene todo cocinado, que ellos ya lo pensaron, que son profesionales y que no van a ir a una reunión de ese calibre a improvisar: “fácil, aumentás Ganancias toda la cancha, en especial las alícuotas de cuarta categoría”.

Fenómeno. Genial. El maridito de la señora que el año pasado caceroleaba en Coronel Díaz y Santa Fé empieza a pagar, con su sueldo de 10 luquitas, el agujero que dejan los muchachones de pelos bastante crecidos de Cargill, Nidera, Dreyfus, ADM, en fín, todos los que Tavos mencionó el sábado en su post.

Pregunto: falta mucho para que el Gobierno le haga un merecido homenaje a Don Lisandro de la Torre? Y si no quieren, por cuestiones ideológicas, entonces que se lo hagan a Solá…No, a Felipe no… a Miguel Angel por su actuación en “Asesinato en el Senado de la Nación”, qué joder…

2 comentarios en «De cómo meter la mano en el bolsillo mientras se bate la cacerola»

  1. por eso es justo que los llenen de retenciones a los gringos, ellos son ricos
    antes que le metan impuestos a los pobres que no tienen propiedades…

  2. Lisandro de la Torre fue un hombre decente, pero nunca formó parte de lo que vulgarmente se llama campo popular(el pueblo, bah…). Era estanciero y recién en su vejez comprendió el error que lo llevó a poner su mira en lo chiquito (la oligarquía nativa) sin ver jamás el bosque (el imperio británico). Propio de «socialistas» argentinos o de «demoprogres», como don Lisandro, hombre corajudo, que no se hizo mito gracias a los huevos de Enzo Bordabehere. Sólo falta que reivindiquemos a Juan B. Justo…Pufff…

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