Desde Olavarría: capital de la estupidez y los huevazos

Artepolítica tiene su «corresponsal»: me tocó estar en Olavarría el día de los huevazos a Scioli, del escrache a los intendentes. Nací acá y vengo a Olavarría cada vez que termino las clases en Capital. Olavarría sale pocas veces en la televisión nacional: nuestro imaginario a nivel nacional está construido alrededor de un Intendente radical ya fallecido que se hizo famoso por haber prohibido que los Redonditos de Ricota toquen en la ciudad, ante el temor de los comerciantes y la gente de bien por la invasión de personas ajenas a la tranquilidad de la ciudad. Luego el asesinato y violación de una chiquita, y el primero de «la oleada» de asesinatos de alumnos a profesores. Hace poco tiempo, el descubrimiento de que un ex-represor era el titular de la cartera de Tránsito puso otra vez a Olavarría en el tapete. Sin equipo de fútbol, ni personalidades políticas demasiado relevantes, la política de la ciudad se construye hacia adentro.

El lock-out de los empresarios del agro nos puso de nuevo en el escenario nacional. El corte de la ruta en el cruce de la ruta 226-51 complicó la situación de la ciudad, y hubo varias empresas de la construcción que comenzaron a despedir trabajadores por falta de insumos. El martes a la tarde unas sesenta personas rompieron el vallado policial que cubría la entrada de intendentes de la zona y del Gobernador de la Provincia fue tirada abajo y los «autoconvocados» patearon los autos oficiales, agredieron a toda persona de traje que deambulara por ahí (este culto de la supuesta no-organización ha llevado a un grado de estupidez dentro del cual se ubican el mismo tipo de agresión a intendentes kirchneristas y «pro-campo») y arrojaron huevos contra la camioneta donde se desplazaba el Gobernador. La situación que ocurrió el martes pasado es el reflejo de un debate que, en vez de encarrilarse por las vías institucionales, desbarranca hacia la banquina de la irracionalidad pura. El líder del MST local, un muchacho de una legitimidad electoral del 0,9% en una ciudad radical y conservadora -aunque ahora su intendente sea una especie de radical-K (y el hijo de aquél Intendente radical)- estuvo adueñándose de la calle en una euforia revolucionaria que compartió, a su vez, con la líder de la Sociedad Rural de nuestra ciudad. La misma líder rural que encabezó una «marcha» hacia las puertas de la casa del Intendente local: la forma de apriete que «los pueblos del Interior» han encontrado más democrática y razonable, asistiendo a las puertas de los domicilios particulares de los funcionarios públicos. Una forma extorsiva de «reclamar por el diálogo»: el mismo diálogo al que los productores «autoconvocados» se negaron el día en que Scioli vino a la ciudad.

La ciudad es gorila y no tiene experiencia en discutir política: la ciudad está acostumbrada a que la política sea la gestión de un señor que gobernó autocráticamente durante 20 años pero que mantenía una cierta tranquilidad en los aspectos que la clase media consideraba vitales. Buena salud, higiene pública, una relativa seguridad – garantizada en base a un crecimiento exponencial de efectivos policiales en la calle -: las demandas de la clase media hechas realidad. Puesta a discutir políticamente, Olavarría demuestra la inexperiencia de sus dirigentes, y la líder de la Sociedad Rural, que calificó de un simple exabrupto a las agresiones contra las autoridades políticas, es la imagen evidente de un sector que ha sido desbordado por la coyuntura política y que ya desconoce hasta sus propias demandas.

Olavarría vuelve a salir en los diarios nacionales. Otra vez por la estupidez. Sólo que esta vez, y por primera vez, la estupidez está organizada políticamente. El problema, quizás, es que reniegan de la organización -levantando la bandera de lo bello y puro de lo autoconvocado frente al clientelismo que asocian necesariamente con la organización política: así les va- y la estrategia «basista» que tanto les ha convenido para «ir por todo» ahora empieza a comerse la propia legitimidad que, en pueblos del Interior nos guste o no, habían construido. Si no hubiesen tirado tantos huevos -y tanta leche en los 100 días- en una ciudad que hoy tiene 59 chicos con desnutrición, la noticia es hasta agradable: el síntoma, la puesta en claro, de quienes eran los que querían el diálogo y quienes no.

Más información: infoeme.com.ar

16 comentarios en «Desde Olavarría: capital de la estupidez y los huevazos»

  1. Tomás: Esto ya empieza a dar verguenza ajena. Con cosas como estas me parece que el imaginario colectivo ya no puede seguir devolviendo imágenes bucólicas cuando se menciona la palabra «campo». Tendremos que resignificar todo, la puta madre…

  2. Tomàs: Daniel la habìa mandado a Dèbora Giorgi antes para arreglar una reuniòn pero le dijeron que «no tenìan nada que dialogar, que la reuniòn se hiciera porque querìan decirle unas cuantas cosas al gobernador en la cara.» Con esa misma dirigente que mencionàs Scioli habìa estado reunida junto con otra gente de las CRA el dìa anterior.

    Al intendente de Balcarce lo apalearon, le rompieron el auto y terminò llorando deconsolado y diciendo «yo solo vine a buscar maquiaria vial para mi municipio» y recondàndolo a Mugica cuando hablò de que los argentinos tenìan que quererse màs.

    Y los «autoconvocados» calificaron a la reuniòn de Scioli y los intendentes en Olavarrìa como «una provocaciòn» por hacerse en una zona conflictiva.

    Ahora Carriò està aconsejando hacer el aguante mientras la ley se discute al costado de las rutas.

    Sin palabras. Saludos, excelente post.

  3. No saben qué feo es estar tan de visitante en el lugar en el que vos naciste. Por suerte la idiotez que hicieron ayer, que no creo que sea un incidente aislado sino todo un síntoma -hoy ya escuché a De Ángeli decir que está contra el sistema de retenciones móviles en general y no contra el %44- de una discusión que no termina pronto.

  4. se me cortó el mensaje por el medio…

    Por suerte con la idiotez que hicieron ayer, al menos los medios locales empezaron a darse cuenta de algunas cosas, y esta vez los que tienen que salir a dar explicaciones son ellos.

  5. Buenísimo. Queremos más post de este tipo en la Comunidad. Vamos a democratizar la info en los lugares que podemos: muchos corresponsales contando sobre sus lugares. Me gustaría muy mucho.
    Saludos

  6. Gracias Mendieta y MEC. Estaría buenísimo que cada uno empieza a contar las cosas desde los lugares en donde está. Yo tengo para unas semanas más en Olavarría, así que espero enterarme por Artepolítica lo que pasa en Capital. Mientras tanto, si sucede algo, voy a tratar de contar lo que pasa acá. Saludos.

  7. Muy bueno, Tomás. Lo que más me interesó fue la idea de sentirse ajeno, eso es algo que en este momento se está viviendo mucho. Son como escenas surrealistas. A uno le toca asistir a espectáculos que van de lo grotesco a lo triste pasando por lo simpático, lo bizarro y lo bochornoso; que tienen por partícipes a gente que capaz ve todos los días pero de repente se convierte en otra cosa que tenía guardada.

    En fin. Me amargué.

    saludos

  8. Sí, fue muy raro lo que pasó acá, la verdad es que yo esperaba una reacción, algo, que la gente saliera a repudiar escenas de un patetismo muy burdo, desubicado, innecesario. Acá hubieron banderas que decían Kircher y las AAA: Alianza Anti-agraria Argentina…o sea..un nivel de locura y resignificación del pasado lamentable.

    Sí…a veces es para amargarse.

  9. Tomás, un buen aporte esta información de primera mano que, por supuesto, no merecerá ningún comentario de los apologistas del «campo».

  10. Muy penosa esta actitud de nuestros conciudadanos.¿Cuando se darán cuenta que la patria es el hogar de todos sus hijos?

Responder a Mendieta Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *