El actual paro docente 72 hs en Santa Fe

Esta es la cuarta semana que hay paro docente en Santa Fe, en este caso, de 72 hs, las anteriores de 48 hs. El panorama es incierto: inflexibilidad del gobierno socialista de Santa Fe, negándose en elevar un poco, sólo un poco, su oferta salarial para tirarle un salvavidas a la dirigencia sindical afín a cualquier oficialismo. Inflexibilidad de la mayoría de los docentes en no aceptar la propuesta salarial por considerarla insuficiente.

Binner evadiendo sus responsabilidades en el conflicto

Los otros días, en un articulo donde analizaba el por qué siendo una oferta mejor que en la mayoría de las provincias, no se había aceptado, trataba de explicar el por qué del rechazo (ver aquí) y que la respuesta docente sólo en parte era por lo salarial: tenía mucho que ver el destrato que ha realizado gestión socialista a la educación. También intenté presentar las distintas opciones que se abrían de allí en más: conciliación obligatoria, descuento de días, promover la división de los docentes entre sí y con la sociedad, etc . De entonces a hoy todo se mueve según lo previsible.

Pero hay otro tema tal vez más importante que quisiera poner a consideración.

Más allá de las cuestiones que hacen al conflicto gremial en sí (si son exagerados los reclamos docentes en función de la situación actual, si hay otras medidas de lucha que no afecten el dictado de clases, si el gobierno de Santa Fe ha administrado mal los recursos de la provincia al punto de no poder mejorar el salario docente acorde a los mismos índices de inflación que usa para acusar al gobierno nacional, pero no los admite en el reclamo desus empleados, si los docentes trabajan cuatro horas o más, si pueden (o deben) hacer paro afectando un servicio de primera necesidad, etc, etc) es interesante ver el asunto desde otro lado, que va más allá de este conflicto y de cómo terminará.

Mejorar la distribución del ingreso y la riqueza

La mayoría de los partidos políticos y casi la totalidad de la población, están de acuerdo con que es bueno y necesario mejorar los ingresos. Sin embargo, ese acuerdo esconde un gran desacuerdo.

  1. Primero. Están aquellos que consideran que la mejora del ingreso y eventualmente una mayor participación en el acceso a la riqueza global es algo que compete al individuo y sólo a él. El Estado no debe intervenir en ello, cuanto más debe garantizar la igualdad ante la ley: cualquiera tiene la posibilidad de ser millonario, es el liev motiv del “American Way of Life” (El estilo de vida Norteamericano, tan propagandizado en multitud de películas y series de tv, incluso en telenovelas de por aquí, donde el pobre se transforma en rico gracias a su esfuerzo, golpe de fortuna, lo que sea). La responsabilidad de sus ingresos y riqueza es pura y exclusivamente algo individual.
  2. Segundo. Están aquellos que consideran que está bien las mejoras en el ingreso de otros, siempre y cuando no afecten sus propios ingresos. Esto es entendible cuando el afectado tiene un ingreso bajo, pero el argumento lo suelen esgrimir quienes tienen un ingreso bastante alto.
  3. Tercero. Están aquellos que consideran que está bien las mejoras a los demás, si estas caen del cielo, sin que medie ninguna lucha o acción que afecte a terceros (es decir, sin huelgas, sin paros, sin piquetes, etc) y menos aún si esos terceros son ellos.

 Podríamos considerar más condicionantes al acuerdo de mejorar la distribución del ingreso (incluso entran a tallar cuestiones ya personales, como envidia contra el otro, comparaciones, etc), pero las tres anteriores alcanzan y sobran para el objetivo de este artículo.

 Si uno se toma el trabajo de leer las cartas de lectores en este conflicto docente, por ejemplo en el diario La Capital, ante cada artículo que hable del tema, y deja de lado las agresiones y chicanas que están motorizadas por escribas o simpatizantes del gobierno socialista (muy fáciles de detectar por el estilo y las cosas que se dicen u omiten, caso el tema del gran aumento de boleto realizado los otros días por la intendente de Rosario, Mónica Feim, usando sus poderes especiales), se encontrarán dos argumentos centrales: que no trabajan y que ya ganan muy bien. Y para demostrarlo mencionan, entre otros, para el primer caso que se la pasan leyendo los folletos de Avon y que faltan mucho al trabajo. Respecto al segundo, los docentes compran autos O Km en cuotas y que si se hace un cruce de datos de los poseedores de cero Km con la planta docente se encontrarán con una sorpresa.

 Obviamente un alto grado de ausentismo es un problema, pero en todo caso hay que analizarlo y resolverlo, pero no tiene que ver con cuánto debería ganar una maestra o una profesora, ya que el monto se establece partiendo de la base de que se va a trabajar todos los días, que es lo que hace la mayoría de los docentes, dicho sea al pasar.

 En cambio el segundo argumento es fundamental: que ya ganan bien. Y esa demostración con la compra de autos se viene repitiendo desde hace cierto tiempo, y no sólo con los docentes, y me hace acordar a aquel argumento en las décadas del 60, 70 y 80 que decía que los que vivían en villa miseria lo hacían porque querían, y lo demostraban diciendo que los ranchos tenían antena de TV (en una época que tener una TV “no era para cualquiera”).

 ¿Tener un auto nuevo o estar comprándolo incapacita a un trabajador reclamar por un aumento de salario?

Y la crítica de que el docente se compre un auto no viene de una propuesta planificadora de que el auto individual deje de ser única alternativa de transporte rápido y cómodo y se fomente otro tipo de solución. O de que se contamina el aire y el tránsito es cada vez peor con más autos. No. La crítica es la misma que dirigentes de la Sociedad Rural hacían a los trabajadores que se compraban un “plasma”.

En época en que mis padres eran chicos, tener una heladera eléctrica era un bien de lujo que se podían permitir los que tenían mucha plata. En época en que yo era chico, ya no era un artículo suntuario, pero adquirirla implicaba hacer grandes sacrificios por varios años. Recuerdo la conmoción que produjo en mi casa su llegada a mediados de los ’50 (mis padres ya han fallecido, la heladera sigue andando, antes se fabricaban para que duraran, dicho sea al pasar). Hoy tener una heladera es un artículo de primera necesidad para cualquier familia.

Y así pasa con muchas cosas.

En una investigación realizada hace unos quince años atrás, lamentablemente no tengo los datos a mano, daba cuenta que una buena parte de los docentes vivían en casas que no tenían cloacas y no eran pocos los que tampoco tenían agua corriente potable.

Cuando yo era chico la mayoría de los hoteles no tenía baño privado en todas sus habitaciones, y había un baño para varias o en el mejor de los casos un baño compartido con dos habitaciones. Hoy en un hotel esa situación es inimaginable.

Dicho de otra manera, es lógico, es razonable y es saludable querer vivir mejor, tener mejor confort, más allá de que muchas veces se confunde con ser prisionero del consumismo y se termina dominado por los que dominan el mercado.

Si el docente santafesino no se conforma con un básico de 4025 pesos a partir de julio, mientras que otro docente de otro lugar acepta una oferta mucho menor, ello no invalida ni descalifica la postura de unos ni otros. En todo caso son realidades con matices distintos, objetivos y subjetivos, políticos, culturales y sociales.

Pero tampoco puede dudarse que cuando un sector cualquiera consigue un incremento significativo, es una ayuda para los reclamos de todos los demás, no necesariamente en el momento, pero si en el mediano plazo. Lo mismo una derrota fuerte termina golpeando a más de los que fueron derrotados.

Lo mismo lo saben los que están del otro lado del mostrador, sean los gobiernos municipales, provinciales y nacionales, en su función de empleador.

Muchas veces no es tanto otorgarle un aumento a uno, el asunto es que luego otros y otros querrán una mejora similar y allí entonces sí se complican las cosas.

¿Pero por qué se complican?

Si hablamos de gobiernos, si tienen cierta responsabilidad y no apuestan al endeudamiento a futuro, tienen un cierto ingreso y deben administrar sus egresos y que las cuentas le cierren. Si hablamos de empresas, quieren conservar e incrementar sus ganancias.

¿Pero no estábamos hablando de que había acuerdos con mejorar la distribución del ingreso?

En todo esto también hay otro agravante, las mejoras suelen ser por muy corto tiempo y mientras ello no se resuelva es inevitable las pujas y las tensadas de cuerdas. Lo que no invalida la puja actual, porque si no a futuro la situación sería peor.

¿Por qué si el reclamo -de ese sector o de otro- llega a tener éxito, en realidad lamentablemente es efímero, al menos hasta ahora?

Esto se nota claramente en las empresas privadas. Cuando los trabajadores piden aumentos significativos se los acusa de producir inflación. ¿Por qué?: porque si los trabajadores ganan más, el empresario no admite ganar menos, por lo que sube el precio de sus productos. Es decir, se da como una ley eterna e inamovible que el empresario debe ganar siempre igual o más, nunca menos.

Decir que el aumento de salario provoca un aumento de precios, al margen de que implica no entender qué es la inflación y por qué se origina, da por sentado que la ganancia no debe bajar. No es que el aumento de precios se produce por mantener una cierta tasa de ganancia, no, la culpa la tienen los trabajadores con sus apetitos voraces, sea de tener un plasma, un Cero Km, o una comida y vivienda dignas. Ah!, me olvidaba, en las cartas a lectores algunos dan fe de que ¡conocen a docentes que viajan al extranjero o hacen cruceros!

En la administración pública pasa algo similar: si luego aumentan los impuestos, el agua, la luz, barrido y limpieza o las patentes, es porque hay que pagar a los empleados públicos que consiguieron un aumento de sueldo por encima de las supuestas posibilidades del arca pública (municipal, provincial, nacional).

Que el gobierno socialista-frente progresista-radical haya hecho una muy mala administración durante Binner no hay dudas. Que dilapidó recursos y más que nada el principal de ellos, tiempo, tampoco. De allí que sus argumentos de no tener plata para pagar los aumentos no tienen credibilidad ni le quitan la responsabilidad. Pero supongamos por un momento que hubieran hecho las cosas bien y las finanzas santafesinas estuvieran mejor que lo que están ahora. ¿Cómo saber -desde el gobierno- hasta dónde se puede aceptar un reclamo y hasta dónde no? (hablando en montos de plata)

No es fácil, pero no es fácil porque no existe ningún plan provincial a mediano o largo plazo que implique una mejor distribución del ingreso y de la riqueza.

Vele el caso comparativo de lo que ha hecho el gobierno nacional con los jubilados. Existe un plan de mejoramiento, con partes si se quiere “automáticas”. Se podrá discutir si es lo suficientemente rápido su ritmo, si podría ser mejor en algunos aspectos, pero no se puede discutir que existe y sus resultados están a la vista: cada vez los jubilados y jubiladas están un poco mejor, y cada vez son menos los que deberían estar jubilados y no lo están.

Para la educación, que como se recordará es de responsabilidad federal (la Nación junto a las jurisdicciones lo macro; lo concreto y micro las jurisdicciones) y fundamentalmente jurisdiccional (son las provincias -y CABA- las que establecen y aprueba los planes de estudio, contratan y pagan a sus docentes, tienen escuelas e institutos, etc,etc) debería existir un plan de mejoramiento continuo, que no existe a nivel provincial. Incluso en el terreno más simple, en Santa Fe las principales obras escolares y equipamiento vinieron de fondos nacionales y gracias a leyes que el socialismo y el radicalismo votó en contra en su momento.

A nivel nacional existen planes de mejoramiento, se podrían cuestionar si todo lo bueno que sea necesario o no, pero hay una coherencia con impulsar leyes y medidas, ya desde Nestor Kirchner, desde la propia Ley de Financiamiento Educativo en adelante, pero la Nación no tiene escuelas ni docentes a cargo, gracias a las políticas neoliberales de los ’80 y ’90, y sí es responsabilidad de las provincias, pero aquí (Santa Fe) no existe nada, incluso seguimos con normas educativas que vienen de la época de la dictadura de Onganía o dictaduras posteriores.

Creo que si un gobierno socialista estuviera haciendo transformaciones hacia la mayor justicia y equidad, tendría una autoridad política y moral distinta para decir: no vayan tan rápido, la manta que tenemos no es tan grande, primero logremos esto y esto con tales sectores que están aún muy desprotegidos y con tales y cuales cosas.

Pero nada de eso existe en Santa Fe, por lo que los únicos recursos que tienen son los tradicionales del conservadurismo y el neoliberalismo, tal como lo hicieron los socialistas en España o Grecia, por dar dos ejemplos.

Hoy el gobierno del delfín de Binner está siguiendo los pasos de Bondesío-Reutemann, de triste memoria en la educación santafesina: quebrando la lucha docente con sanciones e intentando enfrentar a los docentes con la sociedad y entre sí; aplicando reformas educativas inconsultas, demasiadas atadas con alambre. Todo similar que aquella década nefasta, cuando el país hoy va para otro lado.

Si los aprendizajes que adquieren nuestros alumnos y alumnas deja mucho que desear, luego de muchas décadas de todo tipo de ataques y deterioros al sistema educativo; si el rol docente está desjerarquizada; si todos admiten que una de las pocas herramientas que se tienen para mejorar las condiciones de vida de la población pasa por lo educativo (condición necesaria aunque no suficiente), es también lógico que eso se exprese salarialmente y en las condiciones de trabajo docentes. Por supuesto que un mejor salario no garantiza ninguna calidad educativa, pero no se puede negar que forma parte de las cuestiones a resolver.

E incluso si dejáramos de pensar en los docentes, y nos referimos a otros sectores de trabajadores, especialmente los que están en la órbita pública, no es posible ni sustentable suponer un mejoramiento sostenido a pura voluntad o generando deudas a futuro. Hay que pensar en recursos genuinos.

Si no la alternativa queda reducida a administrar la pobreza, al argumento de la austeridad y al pedido de mano dura (en las cartas de los lectores sobresalen en su cantidad la exigencia de que se le descuente a los docentes los días de paro y que si bien se nota que muchas de ellas son redactadas por militantes socialistas, encolumnados con el gobierno, no quita que el pedido de mano dura en este o cualquier conflicto no sea un sentir de un importante sector de la población, y si no fijarse cuántos votaron a Del Sel, que entre otras declaró que la asignación universal por hijos provocaba que las adolescentes quedaran embarazadas, entre tantas otras declaraciones de similar tenor)

Naturalmente cuando se habla de recursos uno piensa en los miles de millones de dólares que se van del país de ganancias de las empresas extractivas. O más cercano aún, las pingües ganancias de las empresas concesionarias de las autopistas y rutas, que terminan bajando los salarios de quienes deben circular diariamente por ellas y encareciendo los bienes que se transportan por ellas. O las carretillas de dólares que ganan las exportadoras de granos, cereales, etc, más allá de que un poco lo pierden con las retenciones.

Hablar de mejorar la distribución de los ingresos, si realmente no es simplemente hablar sino se quiere efectivamente lograr, es una cuestión que termina inevitablemente asociada a la distribución de la riqueza. De otra manera, al igual que discutir la situación de conflictos salariales particulares partiendo de una manta corta, se llega a continuos callejones sin salida, o a la ingrata tarea de Sísifo.

Pero sería un error considerar que la pesada obligación de tener que subir una gran piedra a la cima haciéndola rodar por una empinada ladera de la montaña y que a poco de alcanzar la cima rueda hacia abajo y hay que empezar de nuevo es solamente una tarea de los trabajadores en sus luchas gremiales contra sus empleadores. Es también una tarea de Sísifo para los gobiernos municipales, provinciales y nacional que no comparten la visión liberal de que el mejoramiento del ingreso es responsabilidad individual de cada uno, y que sí es responsabilidad de los gobiernos y del Estado, en sus esferas de incumbencias. Incluso que puede terminar con más desgaste político que económico.

No es un tema fácil y sí irresoluble si se lo analiza desde el punto de vista de gestionar lo que se tiene o de echar culpas a un tercero a lo Macri («La Nación debe a Santa Fe…»).

Seguramente sobre este conflicto aparecerán posturas para todos los gustos, colores y sabores, a favor y en contra, pero seguirá quedando en pie la pregunta sobre los tres puntos señalados en este texto en la problemática de la distribución del ingreso. Y la sabiduría popular ya adelantó la respuesta no aquí ni ahora, sino hace muchos, muchos años: no se puede hacer una tortilla sin romper los huevos.

En todo caso, pensando en los próximos años, habrá que hilar fino y pensar qué tortilla y qué huevos.

 Fernando J. Pisani

fjp2001@gmail.com

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5 comentarios en «El actual paro docente 72 hs en Santa Fe»

  1. y la distribucion de la riqueza debiera analizarse relacionandola con la lista de prioridades vitales y existenciales que el proyecto mayoritario reconoce,modestamente.

  2. Fernando disculpe que abuse de su gentileza para pasar un avisito acerca de otro conflicto docente que sería bueno difundir entre los compañeros blogueros, este último en el ámbito de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

    La Ley 26508 aprobada, creo que por unanimidad por ambas cámaras, y promulgada por Cristina el año pasado, habilita a los docentes de las universidades nacionales continuar trabajando despues de los 65 años hasta 5 años mas, si así lo desean.

    Todas las Universidades Nacionales, excepto la UBA, se han acogido a esta normativa, modificando en los casos que fuera necesario sus estatutos. A raíz de esto hay cerca de 800 compañeros docentes de UBA que están a punto de ser despedidos, en forma encubierta, sobre la base de la Resol 2067/11 del Consejo Superior, que hace una interpretación muy restrictiva y amañada de la ley.

    Debe señalarse que esto perjudica, por ejemplo a cros que tuvieron que abandonar sus cargos, y el pais, durante la dictadura y necesitan completar sus años de servicio para acceder a la jubilación docente.

    Pueden verse mas detalles en Pagina12 del 21/3 y en (puaj) Clarín del 22/3.

    1. Si, estuve bien, en algunas facultades de la UBA parece que no van a seguir es limitación, creando un precedente por si otras quieren seguir ese camino
      Por el lado de Santa Fe, el gobierno hizo un minúsculo cambio a su oferta, 150 pesos en negro y por única vez, suficiente para que se pudiera volver a votar de nuevo, además de devolverle la plata que les iban a descontar por los paros (9 días). Esto posibilitó una nueva votación y una mayoría de los que habían votado por la medida de fuerza dos semanas atrás, ante las amenazas de los descuentos y las campañas que se hicieron para desprestigiar a los docentes y enfrentarlos a la población que tiene hijos en edad escolar, en esta nueva votación directamente no fue a votar, por que si antes ganó la votación por el paro de 25.000 a favor del paro contra 24.000 en contra (en números redondos), ahora ganó la aceptación de la oferta gubernamental por esos mismos 24.000 contra 7.000 a favor del paro.

      1. ahora que leo lo que mandé, las tras primeras palabras deberían decir «Sí, estuve viendo» y por suerte no puse estuve biendo, y me quedé en el bien :-)
        No es aconsejable escribir cuando uno está muy cansado…

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