El país puesto de sombrero

Comencemos categóricamente. En tan solo 2 años y medio Macri como jefe de Estado puso en peligro la base material de la nación en todos sus estamentos. Destrozó a las PyMes y a las economías regionales. Y ahora va por las empresas más grandes del país.

Subió los costos desmedidamente y aniquiló el consumo. Arruinó la cadena de pagos y destruyó los precios. Está haciendo desaparecer el entramado productivo con la tasa de interés más alta del mundo. Que prohíbe a las empresas obtener créditos para inversiones productivas y hace que sean absorbidas por la timba financiera donde lo único que trabaja es el dinero. Con la operación de “Los Cuadernos del Remisero” sumada a la última megadevaluación colocó a las grandes empresas a precio de remate.

Arrastró a toda la sociedad. Pulverizó los salarios, todas las asignaciones sociales y el peso en general. A los sectores populares directamente los esta arrojando a la marginalidad total. No es que no pueden pagar los servicios, llenar el tanque de nafta, pagar el alquiler o reducir mucho su economía familiar. No tienen para comer.

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Hablan de Déficit Cero cuando lo duplicaron. Por un lado gastó y agrandó el Estado como nadie pero de forma innecesaria e ineficaz. De ninguna manera vino a achicar el Estado sino que lo extendió para su propio uso. Antes de la inentendible reducción maquillada de ministerios los amplió alcanzado la mayor cantidad de la historia. Echó a «los pibes de La Cámpora» (entre otros) pero puso sus propios ñoquis. Creó puestos intermedios, amplió puestos jerárquicos y profundizó el nepotismo. Donde había un asesor ahora hay diez. A la vez redujo la recaudación fiscal por eliminaciones impositivas para los sectores concentrados de la economía, por el aumento de la evasión fiscal y por la baja acentuada del consumo (caída del IVA). Aumentó exponencialmente los gastos fiscales debido a compromisos de pago asumidos por la toma compulsiva de deuda.

La inflación en todo su gobierno no sólo nunca fue más baja que en «la década peronista» sino que fue siempre más alta. Cuando para él no iba «a ser un problema». Bajarla era «lo más fácil de hacer». Con la  diferencia garrafal que en el caso de este gobierno la inflación nunca fue acompañada con paritarias similares sino todo lo contrario. Año tras año fuimos perdiendo cada vez más el poder adquisitivo. La sistemática reducción del salario en términos nominales fue la única variable que controlaron a la perfección. Este año primero dijeron un 10% de inflación, al día siguiente dijeron 15%, hace unas semanas acordaron con el FMI un 32%. Hoy ya dicen más de 40% cuando la mayoría de las paritarias rondan el 15%. Y la inflación finalmente quién sabe de cuanto será.

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En su costumbre infantil de siempre echarle la culpa al otro, a “La Pesada Herencia” le sumó “Las Tormentas” “La sociedad irresponsable e inmadura” “La Sequía”, “China, EEUU, Turquía, Brasil” “Los cuadernos”, etc. Emitir excusas compulsivamente cansa hasta al más distraído.

Tildó de impronosticable la suba de la tasa de interés de EEUU cuando «un estudiante del CBC» la podría haber previsto. Culpa a «los vaivenes del Mercado» cuando él nos ubico completamente a su merced. Desreguló el sistema financiero y el mercado de capitales. Liberó las importaciones y dolarizó los principales precios de la economía. Entregó el Banco Central al primo de su amigo del alma, «el Messi de la rapiña financiera foránea». Empezamos a hablar de Lebac, Lelic, Letes, Botes. Jamás de economía real.

Comenzó a sobreendeudarse para el pago de gastos corrientes y para financiar la fuga de capitales vehiculizada por estas modificaciones. El dólar siguió subiendo de todos modos y no para de subir a pesar de los miles de millones de divisas rifadas diariamente por el Banco Central y a costa de mantener la tasa de interés a niveles destructivos para la industria. Se patinaron toda la deuda privada para forzar la vuelta al FMI. Para «de paso» entregar gran parte de la soberanía económica y política de la nación al capital financiero internacional. Se aspiraron la que les dió el FMI y ahora están pidiendo que les adelanten el resto. ¿Que creen que harán con ese dinero?

No hubo nunca ningún dato de la economía positivo en lo que va de esta penosa gestión. Mayor pobreza, desempleo y desigualdad. Se incrementó de forma abrupta la brecha entre los que menos tienen y los que más tienen. El salario real, la industria, la construcción y el PBI cayeron estrepitosamente. Los presupuestos en salud, educación, ciencia y tecnología siempre fueron subejecutados. El déficit Comercial y el déficit en la Cuenta Corriente alcanzaron niveles históricos.

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Me pregunto quién se beneficia con todo esto. Siempre hay ganadores. En principio los dueños de las extensas tierras de la pampa húmeda que viven de la renta dolarizada. Lo son también los grandes exportadores a los que les tuvo que terminar poniendo retenciones tan mal hechas como «la 125». ¿Está poniendo en su contra a su propia base electoral?

Las empresas energéticas y petroleras por la dolarización de los precios y el tarifazo continuo fueron las grandes triunfadoras del experimento. Siguen los bancos, financieras y grandes tenedores de dólares locales e internacionales. Obviamente los famosos intermediarios que reciben suculentas comisiones y que en muchos casos son los propios funcionarios.

Claro está que los integrantes del gobierno figuran entre los grandes beneficiarios ya que provienen de la «oligarquía diversificada», son grandes terratenientes y grandes tenedores de dólares guardados/escondidos en el exterior. Les llueven cuentas no declaradas en «guaridas fiscales» y no paran de hacer negocios con el Estado desde sus cargos públicos.

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Van por “La Ruta del Dinero K” y se topan con los “Panamá, Bahamas y Paradise Papers” de Macri y compañía. Aparecen “Los Cuadernos de la Corrupción K” y llegan a las coimas en la Obra Pública liderada históricamente por la familia Macri. Ejemplos sobran. No paran de cargar sobre los adversarios los propios errores, defectos y delitos para distraer mientras realizan sus errores, defectos y delitos.

Es lamentable ver como el presidente que históricamente amasó su dinero haciendo negocios ruines con el Estado aún hoy tiene una pata en cada sector. En el agro (es Blanco Villegas), en la obra pública (Iecsa, SocMa, Caputo SA), en los servicios públicos (Edesur -Caputo- y Edenor -Mindlin y Lewis-), en la especulación financiera (29 cuentas ocultas llenas de dinero negro) y en el negocio aerocomercial (Avianca/MacAir).

Como presidente quiso autoperdonarse la deuda millonaria que su familia tiene con el Estado por el Correo Argentino. Por decreto autorizó el blanqueo de 600 millones en pesos de su hermano Gianfranco, siempre de cargos menores dentro de «La Famiglia». El presidente que siempre fue la cabeza de los negocios tiene declarados en total nada más que 120 millones de pesos. Toda su plata es seis veces menos que solo la plata negra de su hermano menor. Extrañezas de la vida.

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Cuatro pilares tiene su experimento: Ajuste para las mayorías, persecución para la oposición, negocios para los amigos y completa sumisión al eje geopolítico conformado por los EEUU, el Imperio Británico y el Estado de Israel.

Con su penetración en los medios oligopólicos y en el Poder Judicial escarmienta, extorsiona, persigue y apresa a todo sesgo de oposición política. Hay presos por fotocopias. Presos por hablar por teléfono. Presos como herramienta de extorsión. Presos porque sí. Presos por las dudas.

Saca y pone jueces y fiscales a su antojo para atacar adversarios o para zafar de las causas en su contra. Para el conflicto social, en la calle, hay represión. Y no cualquier represión. Estas bestias que nos gobiernan ya demostraron en muchas oportunidades que no son solo capaces de matar sino que matan por la espalda. No digan que el presidente no lo avisó con su pleno apoyo a «la doctrina Chocobar» y a la inamovible Superministra de Seguridad Patricia Bullrich. Dice que hay que “enfrentar a todos aquellos que se niegan al cambio”. ¿Hasta donde llegará con ese enfrentamiento?

 

Este gobierno antipopular, implacable, siniestro y brutal se encuentra en su etapa extrema de disociación de la realidad. Se pusó en muy poquito tiempo al país de sombrero. Otra vez los argentinos trabajosamente deberemos «mezclar y dar de nuevo». ¿Es hora del «cambio del cambio»?

Las salidas incruentas son variadas. Las cruentas imprevisibles. Si este gobierno permanece en el tiempo significará que la actual democracia de baja intensidad, con un Estado de Derecho al servicio del Poder, habrá virado hacia un régimen mucho más oscuro. ¿La definición está cerca ? ¿Muy cerca?

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