El poder liberador de la verdad (Primera Parte)

Ya se ha analizado en muchos ámbitos y por muchas personalidades destacadas en la materia tanto la denuncia original del fallecido fiscal Nisman así como también el pedido de instrucción del fiscal actual Pollicita que siguió con la apelación de Moldes, fiscal de cámara opositor y cuestionado por los familiares de las víctimas de la AMIA por su participación en el encubrimiento menemista.

La denuncia fue desautorizada por el juez Canicoba Corral (juez de la Causa AMIA), rechazada por la jueza Servini de Cubría (jueza de feria), enviada a sorteo por el juez Lijo (juez de la causa por encubrimiento en la primera investigación de la AMIA) debido a declararse incompetente. Desestimada por el juez federal de primera instancia Rafecas (el mismo que fue apartado de la causa Ciccone por presión del kirchnerismo) y desestimada nuevamente por la Cámara Federal de Apelaciones N°1 (la misma que consideró inconstitucional el Memorándum de Entendimiento firmado con Irán -MDE-). Todos concluyen lo mismo: en lo que se denuncia no hay configuración de delito alguno, ni prueba de validez jurídica, porque aunque si todo lo que se dice allí fuese cierto no constituiría delito porque nunca sucedió.

La definen como una “antojadiza” seguidilla “de diversos elementos de juicio que no revisten, en sí mismos, relevancia alguna”. Es más en la misma denuncia el propio Nisman se refuta a sí mismo cuando afirma en las fojas 16, 121 y 180 que como el MDE no entró en vigor no tuvo efectos jurídicos “incluyendo los efectos penales”. Cuando en su línea argumentativa central plantea que el MDE solo tuvo un único objetivo criminal, que fue ser el vehículo para que el encubrimiento se lleve a cabo.

Cayéndose la denuncia cae la estructura basamental del castillo de naipes construido por los conglomerados de medios opositores alrededor de la muerte del fiscal. Donde la Presidenta en una decisión totalmente incoherente, masoquista y sobre todo de una falta de inteligencia que roza la imbecilidad, lo mandó a matar sin importarle nada como venganza por una denuncia, cuando la inmediatamente apuntada sería la propia Presidenta. Denuncia que es un blef que puede ser rebatido por un niño de 10 años.

Es un insulto a la inteligencia que solo pueden seguir sosteniéndolo apelando a los que desconocen el contenido de la denuncia. Y con esto no se intenta restarle responsabilidades a este espacio político que las tiene y muchas, y que en este escrito se analizarán.

Por ello lo que corresponde ahora es pensar cómo es que fue armada la denuncia. Intentar reconstruir la lógica del armado para luego pensar como fueron sucediendo los hechos previos que rodean y le dan sentido a la misma.

Este escriba propone desmenuzar rebobinando lo transcurrido basándose en los hechos a partir de los cuales surgen deducciones lógicas e interrogantes propios. Poner blanco sobre negro para así poder entender aunque sea un poco más lo que sucedió y está sucediendo.

Solo haciéndonos valer del poder y del deber que tenemos como ciudadanos podremos arribar al conocimiento de la verdad de lo que nos rodea, de lo que nos influye y nos gobierna. Solo así podemos aspirar a ser libres como individuos, solo atravesando el poder liberador y transformador de la verdad que encierran estas palabras.

 

La mentira montada en un real: El modus Operandi de la SI y el armado Nisman

Pareciera que el primer paso de esta ocurrencia que devino en un plan más o menos pensado, en una denuncia más o menos preparada, para ser usada “en caso de emergencia”, son las reales escuchas. Reales porque efectivamente los que hablan son los que hablan, y lo que dicen es lo que dicen. El problema es que los que hablan allí no incurren en ningún delito, y lo que dicen que pasó no solo no es comprobable sino que es comprobable demostrar que no pasó.

La denuncia se arma alrededor de las escuchas. Estas fueron obtenidas solamente mediante las intervenciones de cuatro teléfonos de una sola persona, Jorge “Yussuf” Khalil, militante pro iraní y practicante del islam.

A partir de años de escuchas ilegales sacaron los lineamientos generales del relato. De las miles de horas de los muchos años que se estuvo interviniendo los teléfonos sólo una ínfima parte les da tela para poder armar algo. Así es como de lo dicho en las escuchas obtienen información para luego agregarle un relato hipotético y supuesto basado en nada más que en esos dichos.

Los participantes de  las escuchas demuestran expectativas e intereses por las tratativas diplomáticas para un acercamiento entre Argentina e Irán para la colaboración judicial en pos del avance y esclarecimiento de la trabada y estancada causa AMIA. Expectativas esperables para personas que son todas públicamente defensoras de la causa palestina y del endemoniado Irán.

¿Por qué no pueden tener expectativas sobre negocios representantes públicos a favor del mundo islámico? ¿Por qué no interiorizarse, contentarse, especular u opinar sobre un acercamiento entre dos países que su relación venía siendo ríspida desde hace mucho tiempo? Estas expectativas fueron utilizadas como “pruebas” de un plan criminal que utilizaba a dicho acuerdo sólo como fachada para perpetuar el encubrimiento y la desvinculación de los acusados iraníes.

Luego para engrosar a estas escuchas se les sumó la ayuda de notas de opinión o trascendidos de periodistas que trabajan en empresas de medios que ejercen la más plena y acérrima oposición al gobierno.

A partir de este menjunje de escuchas y recortes de diarios el siguiente paso fue utilizar todo lo relacionado a las negociaciones diplomáticas entre Argentina e Irán como indicios sobre la confabulación de un plan criminal. Todo lo referido a las tratativas para llevar adelante el MDE lo ubican sin fundamento directamente como referido al planeamiento del crimen. Un par de ejemplos de esto:

  • En el 2011 se reúnen en Siria los cancilleres argentino e iraní para iniciar el diálogo que culminó efectivamente en el MDE aprobado por el Congreso. Nisman solo utilizando como prueba lo dicho por un periodista (o sea no una prueba de valor judicial) en su denuncia panfletaria dice que en esa reunión Timerman le dice a su par iraní que Argentina ya no estaba interesada en esclarecer el atentado de la AMIA y si quería acercarse geopolíticamente a Irán.
  • En el 2011 hay un comunicado del Canciller Iraní que dice estar, “… dispuesto a un diálogo constructivo y cooperar con el Gobierno argentino en el esclarecimiento del atentado…”. Nisman afirmó, sin más pruebas que su propia afirmación, que este gesto de la diplomacia se daba en el marco de las negociaciones del plan criminal. O sea que se basaba solo en su propia interpretación.

La supuesta intención del gobierno argentino de bajar las alertas rojas que pesan sobre varios iraníes y que es el argumento central que sustenta toda la denuncia, es un relato ficcional apenas sostenido con el recorte de notas periodísticas de diarios opositores y dichos de periodistas que dicen haber visto un papel supuestamente conseguido por alguien del Mossad, agencia de inteligencia enemiga y antagónica histórica de Irán.

Luego se pensó como justificar semejante plan criminal, “semejante” no por su gravedad sino por su inverosimilitud y por su fácil contraste con los hechos sucedidos.

¿Qué cosa podría llegar a ameritar el encubrimiento? ¿Cuál sería el interés por arriesgarse y exponerse de tal manera?

Así es como alguien habrá manoteado un diario gorilon donde leyó sólo el título de tapa o quizás sentado en un sillón durante un zapping rabioso pasó por algún zócalo cacerolero: Crisis energética. Ahora ni hablar de ponerse a fijar en qué consiste este déficit energético, de que se trata, no, no.

¿Por qué no? ¿Quizás no había tiempo que perder y todo se precipitó en unas semanas o meses? ¿Quizás la denuncia la tenían a medio armar porque se tuvo que usar antes de lo que se esperaba? Ya veremos.

Aquí hace su presentación la supuesta razón que habría llevado al gobierno argentino a querer cometer el delito ya comentado. Es el principal móvil y a su vez la mentira más fácil de descubrir. Irán brindaba petróleo a cambio de que Argentina les diera granos y desvincule a los sospechosos iraníes de la causa AMIA.

El motivo es falso y su fundamento mal pensado lo que hace no solo imposible este pacto económico sino que es fácilmente contrastable con la realidad. El déficit energético argentino no es por el petróleo (existen excedentes exportables) sino por la falta de gas natural, parte del cual se debe importar. No se importa, ni se importó nunca petróleo a nadie. El gobierno no exporta granos sino que las que exportan son empresas privadas de las cuales, de las que le venden granos a Irán, muchas son públicamente opositoras al gobierno. De todas formas el comercio con Irán no creció sino todo lo contrario tiende a disminuir. Y aunque el déficit energético fuera por falta de petróleo y por ello debieran importar el crudo, nunca podrían comprárselo a Irán porque su petróleo, por su nivel de azufre, no es apto para las refinerías nacionales.

Para rellenar este flojo argumento aparecen en la denuncia las críticas personales al MDE por parte del fallecido fiscal, sus opiniones, valoraciones e interpretaciones incontrastables y sin fundamentos. Fin del cuento.

 

Silogismo Nisman

El silogismo es una forma de razonamiento deductivo que consta de dos proposiciones como premisas y otra como conclusión, siendo la última una inferencia necesariamente deductiva de las otras dos: A es B entonces es C. Nisman es un silogismo. Silogismo que permite deducir quienes son aquellos que pergeñaron esta gran operación que tenía al fiscal como último eslabón. Aquí tres equivalencias no inocentes:

  • Un Informe preparado por el entonces Director General de Operaciones Ing. Antonio Stiusso durante la primera investigación de la causa AMIA. Allí quiere demostrar la conexión entre el atentado y la bonaerense a través de la relación entre Alberto Kanoore Edul (acusado de comprar la supuesta Traffic que nunca existió con los únicos argumentos que utiliza Stiusso de una llamada a Telleldin -filmado recibiendo una coima de $40.000 por parte del juez Galeano con plata de la SIDE para prestar falso testimonio- y la mención del nombre “Rabbani” en una agenda suya secuestrada) y Víctor Chaban (Oficial de la Policía Bonaerense). Dá por demostrada la implicación de la bonaerense en el siniestro porque ambos profesaban el Islam, eran primos y sus familias eran sirias. Esta hipótesis de responsabilizar a los miembros de la Policía Bonaerense en la obtención de la Traffic a través de la extorsión al poco tiempo fue desechada.

¿Habrá sido un pase de factura cuando en la madrugada del 9 de julio del 2013 un grupo Halcón de esta policía ingresó al domicilio del espía de la ex SIDE, Pedro Tomas “Lauchon” Viale, mano derecho de Stiusso, en medio de un supuesto operativo antidroga donde fue acribillado por once balazos de subfusiles?

  • Cuando el fiscal Nisman presentaba cada escrito judicial sobre la causa AMIA lo presentaba como revelador y generaba expectativas presentando un resumen a la prensa. Las pruebas siempre eran clasificadas y sensibles, por lo que debían permanecer en secreto de sumario. Cuando se daba a conocer el escrito completo era puro bla bla de los servicios que no probaba nada. Un ejemplo de esto es cuando en el 2005 Nisman dijo tener la confesión de los hermanos del conductor suicida de la Traffic. Cuando se lee la declaración en ninguno momento confiesan nada por el contrario manifiestan que su hermano murió en el Líbano. A esa altura el ciclo informativo ya es imparable y ya no importa mucho si las pruebas son secretas, endebles o nulas. Una modalidad replicada en la denuncia contra la presidenta.
  • La impactante presentación pública y judicial que hizo la jueza Arroyo Salgado (ex esposa de Nisman y querellante en la causa que investiga su muerte) donde aseguró que Nisman fue víctima de un magnicidio institucional pero sin mostrar las pruebas. De nuevo lo mismo: fuerte denuncia política basada en pruebas que vendrán después si es que vienen. En todos los puntos de la presentación basada en los peritos de parte no hay ni una sola conclusión que acredite lo sancionado por la jueza, que el fiscal fue asesinado.

Sí cuestionan algunos puntos del peritaje oficial y de la autopsia realizada por la morgue judicial que depende de la Corte Suprema, en cuanto a la posición de Nisman al recibir el disparo, la hora de la muerte y si hubo o no agonía. Nada de esto define si lo mataron o si se suicidó.

Todas estas coincidencias representan una sola cosa: un conjunto de fantasías como todo lo que hace la CIA. La denuncia de Nisman está armada estructuralmente de forma idéntica a los típicos carpetazos de la ex SIDE.

Es un hecho que Nisman reportaba a la embajada de EEUU cada paso que daba en la causa AMIA. Como se sabe pedía disculpas, no una sino muchas veces por no avisar tal o cual cosa. Llevaba escritos para ser aprobados, los cuales eran corregidos. Le daban órdenes de cómo dirigir la investigación. El fiscal seguía indicaciones de un organismo extranjero en desmedro del poder de decisión nacional. Debía responder al Poder Judicial y no lo que realmente hacía que era trabajar para los intereses de la embajada de EEUU y por carácter transitivo para la CIA.

Así como, por política de estado, EEUU e Israel dan por hecho inmediatamente la culpabilidad de Irán de todos los atentados que quedan sin esclarecerse y donde casualmente nadie asume la autoría, Nisman, muy obediente, era muy cuidadoso cuando hablaba o presentaba escritos públicos de nombrar a los iraníes directamente como los culpables sin importar argumento o prueba alguna que valide dicha acusación.

Por el contrario  se utiliza todos sus recursos para que estos crímenes permanezcan en el más impenetrable de los misterios, los autores gozando de la más absoluta impunidad, y los partícipes locales protegidos por una densa maraña de complicidades que nadie se atreve a poner en evidencia.

Cabe preguntarse entonces ¿A quién benefició el atentado y quien lo encubre? A quién beneficia es el primer sospechoso y el encubridor por lo menos sabe quién es el encubierto si no es que es él mismo. En ambos casos Israel y EEUU están en el medio.

Demostrado como le rendía pleitesía a un organismo de fachada diplomática cuyo fin en todo el mundo es montar bases locales de aparatos de inteligencia, (en cualquier embajada de EEUU de cualquier país hay plaga de agentes secretos) queda evidenciado que Nisman era un traidor a la patria (art. 215 del código penal).

Nisman reportaba a la embajada por lo tanto reportaba a la CIA. Nisman era un silogismo, Pero un silogismo con historia.

 

La tiranía de guardar secretos

Luego de sucedido el cruento atentado el 18 de julio de 1994 en menos de 24hs la inteligencia israelí y la CIA acusaron a la República Islámica de Irán y al Hezbollah del Líbano, sin pruebas. Basándose en el mismo modus operandi que aprendieron bien el tándem Stiusso-Nisman: declaraciones de testigos protegidos cuyos dichos no son respaldados por ningún tipo de prueba válida.

Este acuerdo se extendió al gobierno argentino y a sus instituciones debido a las responsabilidades de las altas esferas del estado en el siniestro entramado. Por la magnitud de los actores inmersos en esta red internacional de múltiples implicancias, donde el tráfico clandestino de armas se encuentra en el centro de la escena, es como comienza una sideral batería de encubrimiento de los verdaderos autores materiales e intelectuales. A la par se direcciona sin pruebas hacia la culpabilidad de Irán por conveniencias económicas y geopolíticas de las mismas potencias involucradas.

La CIA y el Mossad con la ayuda local de jueces fiscales, policías, políticos y agentes de inteligencia fueron los encargados de construir el primer plan de encubrimiento. Hoy están procesados sólo los responsables locales a la espera del comienzo del juicio.

Carlos Menem (ex Presidente), Carlos Corach (ex Jefe de Gabinete), Hugo Anzorreguy (ex Director de la ex SIDE), almirante Juan Carlos Anchezar (militar vinculado al “Tigre” Acosta), Patricio Pfinnen (ex Director de Contraterrorismo de la Side), Juan José Galeano (ex Juez Federal destituido por la causa AMIA), Eamon Mullen y José Barbaccia (ex fiscales apartados de la causa AMIA), Fino Palacios (ex comisario a cargo de la Unidad Antiterrorista de la Policía Federal), Carlos Castañeda (ex comisario a cargo de la División de Protección del Orden Constitucional de la Policía Federal) y Rubén Beraja (ex presidente de la DAIA, propietaria del edificio que sufrió el atentado).

Dos individuos involucrados directamente con la investigación de la causa AMIA pudieron franquear sus responsabilidades penales. Uno que desde el comienzo en 1994 había sido partícipe de las irregularidades del juicio. Y otro un joven abogado proveniente de un juzgado federal de Morón que ingresó en 1997 como fiscal auxiliar de Mullen y Barbaccia. Uno era Antonio “Jaime” Stiusso y el otro Alberto Natalio Nisman, quien paradójicamente solicitó la imputación y el procesamiento de todos ellos en un tiempo donde estaba en sintonía con el gobierno kirchnerista.

 

Poner todas las cartas en la mesa: La mejor defensa

Si bien el gobierno de Néstor Kirchner en el 2004 cierra la primera investigación e impulsa los juicios por encubrimiento y crea una unidad fiscal especial para que trate de manera exclusiva la causa, dotándola de un presupuesto ilimitado y dándoles toda clase de libertades y privilegios, vemos en la actualidad las consecuencias de la falta de control por parte de la Procuraduría General.

Si bien en el 2005 el presidente de Argentina se presentó ante la Comisión Internacional de los Derechos Humanos de la ONU donde asumió la responsabilidad como representante del Estado por el fracaso en la investigación del atentado de la AMIA y prometió reformar la Ley de Inteligencia nunca lo hizo. Dicha reforma se llevó a cabo a las apuradas recién luego de la muerte de Nisman.

Si bien a nivel económico y político Kirchner rompió con el Consenso de Washington desplegando lo más difícil que fueron las bases de la soberanía nacional y la independencia económica, dejando de estar alineado bajo el ala del neoliberalismo norteamericano a través del fin de la convertibilidad, la reestructuración de la deuda externa, el pago de la deuda al FMI y negándose al tratado de libre comercio ALCA impulsado por EEUU para América Latina, se mantuvo alineado a EEUU en lo que respecta a la seguridad internacional post 9/11.

Este gobierno avaló la designación de Nisman al frente de la UFI-AMIA soslayando su participación en la primera investigación y le asignó como principal colaborador al agente Stiusso apartado de la primera investigación por construir pruebas falsa. Ambos mantuvieron el mismo modo de “investigar” y la misma hipótesis de los acusados de encubrimiento.

Pero este aval por parte del gobierno no fue inocente. Antes del desmonte del primer plan de encubrimiento comenzó una segunda etapa. La CIA no se quedó de brazos cruzados sino que durante el gobierno de Duhalde a cambio de ayuda para refinanciar la deuda argentina con el FMI, el ejecutivo aceptó basar la investigación de la AMIA en un informe confidencial traducido por Stiusso en 2003 y calcado por Nisman en el 2007 para pedir la extradición de ocho iraníes. El primer gobierno kirchnerista  mantuvo como política de estado la plena confianza a la investigación de Nisman teniendo en cuenta que otro fracaso no sería soportado por la opinión pública. Lo cierto es que se mantuvo los mismos acusados, los mismos testigos falsos y misteriosos, y los mismos informes de inteligencia secretos que no se pueden corroborar.

El gobierno kirchnerista no intervino en la conducción política de la SIDE. Sólo se limitó a transmitir las necesidades del poder ejecutivo dejando la conducción efectiva en manos de Stiusso, conocido por sus carpetazos contra personajes del gobierno y la oposición. Al no intervenir el poder ejecutivo no sólo mantuvo sino que intensificó y usufructuó la relación entre servicios y poder judicial que en los 90s se había vuelto intensa provocando el hábito de usar al aparato de inteligencia para sobornar y chantajear a jueces y fiscales para que actúen de acuerdo a los deseos del gobierno de turno.

Durante la década kirchnerista las causas de corrupción contra sus funcionarios fueron rechazadas o cajoneadas en la justicia federal infectada por un sistema orquestado y financiado desde la SI a instancias del ejecutivo ,que a través de sobresueldos, prebendas, chantajes y carpetazos realizaba la cooptación de jueces y fiscales.

A su vez el ingeniero Stiusso, tenía armada la red de tal manera que los jueces y fiscales respondían a él, y no al Poder Ejecutivo. Así fue que se hizo intocable haciendo uso de sus más de cuatro décadas en la agencia, contando con información reservada sobre todos los hombres y mujeres del poder. Incluso cuando asumió Néstor Kirchner le dejó sobre su escritorio en la Casa Rosada las carpetas de inteligencia con toda la información que existía sobre él y sobre Cristina Kirchner.

 

Il Gattopardo

«Cambiar algo para que nada cambie«, propone Giuseppe Tomasi di Lampedusa en su Il Gattopardo. Quizás aquí tendremos el mejor exponente de este procedimiento conocido como gatopardismo.

Stiusso, ingresó a la SIDE siendo un muchachito de 18 años como administrativo en el año 1972 durante pleno gobierno de facto de Alejandro Lanusse. Mientras se graduaba de ingeniero en electrónica y se especializaba en informática se fue acomodando en el tercer gobierno de Perón y en la dictadura, Los vínculos de Stiusso con los servicios de inteligencia exteriores datan desde la etapa alfonsinista donde con el objetivo de depurar y renovar la SIDE de la dictadura el Ejecutivo solicitó la colaboración del Mossad (socia de la CIA) y del servicio de inteligencia francés. Allí comenzó la infiltración de agentes de esas dependencias en la SIDE. Se purificó un poco al costo de infectar al aparato de inteligencia nacional de topos que respondían a intereses ajenos.

Durante el menemismo “Jaime” afianzó su poder por su fama de hacker y especialista en escuchas telefónicas. Luego del atentado a la AMIA su relación con la CIA y el Mossad se intensificó. Durante kirchnerismo si bien era el número tres de la nomenclatura de la SI desde hace tiempo era el jefe real de los espías. Hasta que un día todo cambió.

 

Yira, yira

Durante el primer gobierno de Cristina Kirchner (CFK) el abroquelamiento del frente sobre la direccionabillidad de la causa AMIA continuó. Con respecto a lo general de las cuestiones políticas, sociales y económicas siguió profundizando con batallas muy duras contra la crisis financiera mundial de la burbuja inmobiliaria, contra la mesa de enlace golpista por las retenciones móviles, con la estatización de las AFJP, con la Ley de Medios, con la Ley de Movilidad Jubilatoria y con el Matrimonio Igualitario.

Ambos gobiernos de CFK más allá de los diferentes puntos de vista con aciertos o errores se caracterizaron por una hiperactividad revisionista y transformadora, un ímpetu reformador y profundizador de un proyecto político que, sea bueno o malo, es claro y bien definido. Por ello no es difícil imaginar que CFK por convicción política haya querido dar un viraje en la causa AMIA. ¿Pero sin prevenir las consecuencias? Posiblemente tenga que ver con el estilo de CFK que es reaccionar de manera rápida y atropellada quizás en cuestiones que fueron mantenidas demasiado tiempo incólumes por ellos mismos y que debieron haberse reformulado mucho antes.

En el contexto geopolítico internacional sucedieron cambios significativos. Surgieron y se consolidaron nuevas instituciones independientes de los intereses de EEUU, representativas de nuestro continente, como la UNASUR y la CELAC. Se estableció China como principal socio comercial de la región luego de la crisis del 2008 en EEUU y Europa. Las presidencias de EEUU e Irán se renovaron con representantes más moderados y conciliadores que Bush y Ahmadineyad, como Barack Obama y Hasan Rohani que posibilitaron la apertura de una solución negociada para el programa nuclear de Teherán.

Quizás debido a estos cambios es que CFK se sintió con espalda política para hacer un verdadero giro con respecto a la causa AMIA que nuevamente estaba siendo estancada por los mismos encargados de que avance.

Es así que durante el 2011 comenzaron las negociaciones diplomáticas argentina e iraní para posibilitar un acuerdo de colaboración judicial que permita la declaración indagatoria de los imputados iraníes.

Fue allí donde se empezó a resquebrajar la relación del gobierno con la Secretaría de Inteligencia (SI) dando inicio a una multiplicación de enfrentamientos internos. Si se materializaba este acuerdo, y llegaban a declarar los acusados, iba a quedar más en evidencia que la imputación a los iraníes no tenía ningún otro sustento que no sea el de continuar con el encubrimiento, la desviación y el aplanamiento de la causa AMIA.

Con la sanción en el Congreso del MDE en enero del 2013 y de la Reforma Judicial (paquete de seis leyes) sólo tres meses después, esta relación terminó de romperse. Empezó un alzamiento del grueso de una SI colonizada, con el firme respaldo e instigación de los principales colonizadores: la CIA y el Mossad.

Nisman comenzó a politizar sus declaraciones públicas cuestionando al Gobierno Nacional. Stiusso comenzó a usar la red de jueces y fiscales adicta a sus órdenes ya no para frenar las causas contra funcionarios kirchneristas sino para fomentarlas todas, algunas posibles, la mayoría carpetazos. No casualmente ambos proyectos sancionados por el Congreso rápidamente fueron declarados inconstitucionales por el Poder Judicial.

Según Nisman su investigación había comenzado hace cuatro años, en el 2011 coincidiendo con el comienzo de las tratativas diplomáticas. Quizás podemos entrever que es aquí cuando se empezó a considerar el armado de la denuncia por encubrimiento contra CFK y el canciller argentino. Plan que fue confirmado y ratificado luego del 2013.

Según declaró una ex abogada de la DAIA el propio Nisman le contó sobre la denuncia a CFK y le dijo que pensaba presentarla en el 2016, una vez que CFK dejara la presidencia. Él mismo lo deja entrever en el mensaje que envió a amigos y allegados: “Esto que voy a hacer ahora igual iba a ocurrir. Ya estaba decidido. Hace tiempo que me vengo preparando para esto… pero no lo imaginaba tan pronto”. Si él no se lo imaginaba tan pronto ¿A quién respondía? ¿Quién decidió por él?

En otro mensaje pero esta vez a su ex esposa, ante su enojo le dice: “Ya te lo explicaré personalmente, no podía no hacerlo”. ¿Por qué no podía no hacerlo? ¿Bajo qué presiones se encontraba? ¿De quién recibía órdenes el supuesto fiscal “independiente”? ¿No le quedaba otra?

Quizás el primer plan de la SI con Stiusso a la cabeza y con Nisman como un subordinado más, era esperar a que CFK deje de tener fueros y así vengarse de la persona ya sin su investidura institucional.

Se dejó la desestabilización a la corrida bancaria de enero del 2014 que presionó para que el gobierno devalúe y así, como mínimo, herirlo electoralmente de cara a las presidenciales del 2015. En el transcurso del año el equipo económico del gobierno supo sortear el conflicto con relativo éxito y llegar a diciembre con aire y con la imagen de CFK en alza. Aire que tal vez hizo terminar de decidir a CFK en su voluntad reformista a descabezar a la cúpula de la SI.

El 17 de diciembre del 2014 CFK solicitó su renuncia al titular de la ex SIDE, Héctor Icazuriaga y su segundo, Francisco Larcher por inoperantes y a quien manejaba el poder real en la secretaría, Antonio “Jaime” “El Ingeniero” Stiusso.

Tanto el fallido golpe económico y sobre todo el descabezamiento de la SI precipitaron la consumación del plan maestro pero cambiando el objetivo. Ya no se buscó esperar para atacar a la persona CFK desfuerada sino para arruinar su imagen pública, destruir su credibilidad y herir a muerte las chances electoralistas de su espacio político.

Lo que no se imaginaba Nisman era que él iba a ocupar un rol mucho más importante del que presumía.

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