El sacrificio

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La historia de Néstor Kirchner se parece a la de un héroe griego. Como Edipo que salva a Tebas del sojuzgamiento de la Esfinge, Kirchner salvó a nuestro país de la peor crisis institucional de la historia. Edipo vence intelectualmente a la Esfinge al resolver un acertijo del que nadie sabía la respuesta y lo proclaman rey de Tebas. Kirchner resuelve la crisis argentina con astucia, inteligencia y audacia, sin reprimir, dando combate a sus enemigos desde la argumentación y las ideas.
Vive su momento de gloria y después cae. Ocurre algo similar a los sacrificios que tenían lugar en épocas arcaicas.

Una buena parte de la sociedad hace propio el discurso de los sectores del poder económico, repite los panfletos de la propaganda mediática y lo acorrala hacia el sacrificio.

El sacrificio es una acción colectiva donde se elije una víctima, se la asedia y se la mata como producto de un acto violento y cruel que en la etapa primitiva de la humanidad ocurría a la vista de todos. Hoy los sacrificios se ocultan de mil maneras y también tienen carácter simbólico, en muchas casos no hay una mano ejecutora que actúa sobre el cuerpo de la víctima.

Lo esencial es remarcar que se trata de un acto colectivo. Las sociedades buscan mecanismos para llevar a determinados sujetos al sacrificio. Lo que le da relevancia a la acción es que el sujeto haya muerto como resultado de esa presión. Es un proceso donde las sociedades hostigan a un sujeto para sacrificarlo y después lo enaltecen, lo colocan en el plano de lo divino.

El ser sacrificado asciende al territorio de lo sagrado, que , si pensamos bajo la línea de George Bataille, es exactamente igual a lo prohibido.No se trata de lo incuestionable, como suele pensarse hoy la palabra sagrado. Al sacrificar a una persona se transgrede la prohibición del “no matarás”, desde ese lugar la víctima se vuelve sagrada porque fue el objeto de una transgresión social .Lo lleva al terreno de lo eterno al elevar a ese sujeto por encima de los demás.
Por estos días la derecha no soporta la idea de que Kirchner pueda convertirse en un mito y perseveran en su estrategia de negar lo evidente para intentar convertir su deseo en realidad, pero lo cierto es que parte del sustento de ese mito lo crearon ellos al demonizar al extremo la figura de Kirchner. Tanto lo cuestionaron, tanto se ocuparon en convertirlo en el responsable absoluto de todos los males ,que su muerte cobró otra fuerza, encendió en su figura el fantasma de la culpa. Muchas de las personas que lo lloraron estaban pidiéndole perdón. Por eso esa manifestación tan descarnada, porque de alguna manera se sentían “responsables” de ese deterioro físico, de esa salud debilitada a la que no se puede dejar de leer en clave política. Ese pueblo que lo acorraló y le hizo perder la última elección de su vida fue también (en una proporción importante) el pueblo que lo lloró. Hay una responsabilidad colectiva frente a esa muerte.

“Lo sagrado es, justamente, la continuidad del ser revelada a quienes presten atención en un rito solemne, a la muerte de un ser discontinuo” (…)“Sólo una muerte espectacular, operada en las condiciones determinadas por la gravedad y la colectividad de la religión, es susceptible de revelar lo que habitualmente se escapa a nuestra atención”

La muerte de Kirchner, que fue espectacular e inesperada, uno de esos acontecimientos políticos impensados, iluminó una verdad. Después de tanta discusión, de tanto discurso estratégico en función de tal o cual ideología, un suceso como la manifestación frente a sus exequias, vino a instalar la verdad como un hecho contundente y evidente que se da en el plano de lo real colectivo que se adueña de las interpretaciones restringiendo el espacio para las lecturas que buscan tergiversar su propia evidencia.
Hay sucesos sociales que podríamos llamar abiertos, que se prestan a muchísimas lecturas, incluso antagónicas y que en numerosas oportunidades suelen ser oscuros en cuanto a su significado, por lo general es el transcurrir del tiempo histórico el que les da su lugar y decanta su significado. Pero otros a los que llamaría cerrados (a falta de un nombre mejor) se vuelven dueños de la palabra que los explica. Por lo tanto los discursos que intentan falsificarlo se debilitan de un modo tan contundente , sin que sus argumentos despierten mayor atención.
Se revela algo de ese colectivo que la sociedad no quería ver. Descubre de qué cosas es capaz.

“Ese mundo es el mundo humano que, formado en la negación de la animalidad, o de la naturaleza se niega a sí mismo y, en esta segunda negación se supera sin por ello volver a lo que había negado al comienzo”

La sociedad no quiere ver el resultado de su animalidad, el sacrificio del que es capaz, y lo transforma en su apariencia de racionalidad como una manera de tapar su propia vergüenza.

10 comentarios en «El sacrificio»

  1. Salvando todísimas las distancias, y acotándonos exclusivamente al acorralamiento mediático inductor al suicidio, recuerdo ahora a Alfredo Yabrán. Ni de cerca en su defensa, pero me queda claro que se trató de un suicidio inducido, mediante un hostigamiento mediático de una crueldad pocas veces vista, que se coronó con el éxito de un escopetazo en la boca.

    Recuerdo al tipo saliendo de la Casa Rosada en un auto al que la turba enceguecida le saltó encima rompiéndole los vidrios a piedrazos. Ésos eran los efectores de la vindicta popular que enardeció la prensa canalla, carente de la más mínima autoridad moral para dictar una sentencia de tal magnitud.

    ¿Se harán cargo de esa muerte los perros de presa que mandaban atacar? No creo. Siempre gozaron de la impunidad que ahora afortunadamente perdieron, y por la que ahora berrinchean luego de haber sido los intocables. Estos canallas que oficiaban de jueces y de fiscales al mismo tiempo, los Torquemada del siglo 21, que sobreimprimían la condena social a los jueces que debían establecer los hechos. Y guay con que la condena judicial posteriormente no condijera con su condena social, dictada en menos de 24 horas y basada en dichos de pasillo. Guay del juez que se apartara de su dictamen, porque los autoinvestidos jueces/fiscales se convertían en un jury de enjuiciamiento, en el Consejo de la Magistratura mediático.

    Afortunadamente abrimos los ojos y dejamos de verlos como guardianes morales de nada, para verlos como lo que realmente son: Cagatintas a sueldo de la prensa patronal.

    1. No eras vos el «fiscal» que condeno sin pruebas y antes que los jueces a los ex-amigovios K Magnetto y Herrera de Noble como apropiadores de hijos de desaparecidos y torturadores en el caso Papel prensa? Los buenos linchamientos mediaticos son los de Gvirtz? Pobre Yabran, si lo que solamente hizo es haber mandado a asesinar a un periodista, armado peligrosamente con una camara, de un tiro en la cabeza y prendido fuego el auto…Cuando te hagan el ADN te va a salir 99.9% Menem.

      1. «No eras vos el “fiscal” que condeno sin pruebas y antes que los jueces a los ex-amigovios K Magnetto y Herrera de Noble como apropiadores de hijos de desaparecidos»

        Adopciones ilegales, que ya fueron constatadas por Marquevich en el 2002 y que le costaron la cabeza. Si ADEMÁS son hijos de desaparecidos, lo probará el ADN que Ernestina se resiste a allanarse. Raro ¿No? Se resiste a que se lleven a cabo las purebas que la «desincriminarían». Raro, raro.

  2. Te leo Alejandra y me sorprende, verdaderamente, que alguien pueda pensar como vos. Y después lo leo a Eduardo y no entiendo nada.
    Aparentemente Néstor no murió de un paro cardíaco sino que lo mataron; ¿lo mató la mesa de enlace? Sino es imcomprensible que Eduardo relacione a Nestor con Yabran.
    Fuera de eso no me molesto en comentar el artículo de Alejandra porque su «modus operandi» es tirar un análisis chupamedia basado en algún clásico del teatro griego y mandarse a mudar.
    Para el próximo propongo comparar a Cris con los «Siete contra Tebas». Mi idea es que Cris sea Cris y los otros seis y Tebas sea los «intereses apatridas magnettistas»

    1. A esta altura, no me extraña que no entiendas nada, Pancho. Leé los primeros dos renglones de lo que escribí, y repétez avec moi: «Salvando todísimas las distancias, y acotándonos exclusivamente al acorralamiento mediático inductor al suicidio, recuerdo ahora a Alfredo Yabrán.»

      1. Ok. De nuevo, que tuvo que ver el acorralamiento mediático con la muerte de Nestor. O dicho de otro modo, ¿Cuánta es la distancia que tenemos que salvar para entender tu punto?

      2. La distancia es ninguna, dado la altísima relación entre stress e infarto. A menos que creas que le causaban gracia las operetas de la prensa patronal.

        ¿Todo hay que explicarte?

  3. Hay algo rescatable en el sacrificio de Néstor Kirchner: Que se murió.
    Dicho de otro modo: el viejo refrán «mala hierba nunca muere», como sería el caso de Menem, nos muestra que a mayor grado de psicopatía, menos culpa y más larga vida.
    Muchos de los peores personajes de la Historia reciente, mataron miles (o millones) y fueron felices (Videla, Massera, Pinochet, Mao). Omito, claro, a los que fueron ejecutados o se suicidaron (Hitler, Pol Pot, Mussolini, Saddam Hussein. El psicópata Stalin, podría pertenecer a cualquiera de los dos grupos.
    Me dá pena Néstor al fin. Murió porque algo de sensibilidad humana tenía…

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