La conciencia de clase, ¿con qué se come?

Está todo dicho, hoy, domingo día del padre en el que el Gobierno y «el campo» nos regalaron un día de descanso para digerir lo ocurrido en la semana (y en especial ayer) con la misma parsimonia que los ravioles con tuco, quienes aún podemos comerlos. El tablero se detuvo justo en tablas, cuando la pregunta de la hora y del fin de semana largo es «¿Cómo se sale de esto?»

«Ni puta idea», comenzaré por aclarar. Digo esto porque estoy convencido de un par de cosas. La primera y principal es que el Gobierno puede -acaso debe- negociar. Pero eso no quiere decir que pueda ceder. Lo que está en juego aquí es el derecho del estado a intervenir en la economía. Si no queremos terminar en la colonia agroganadera que describió Diego F (y que no está muy lejos de nuestra realidad inmediata), no podemos darnos el lujo de perder ese derecho.

Las entidades agropecuarias y la derecha vienen «por todo», de eso también estoy convencido. Hace rato que dejó de ser un reclamo impositivo, y que ayer haya sido «el 17 de octubre de De Angeli» (¿no será mucho, che?). Quieren poder, el que no pudieron ganar por construcción política, ni en las elecciones. Se puede ganar poder cuando otro lo pierde por desocupar espacios. Pero cuando el poder no se disfraza de otra cosa, es el botón central en la mesa, perderlo es demasiado caro.

No me gusta polarizar, me hubiera fascinado (?) una salida dialogada y consensuada al conflicto. Pero no hay negociación posible cuando ambas partes se niegan a ceder (menos si una de ellas no debe ni puede hacerlo). «En política no alcanza con herir, hay que salir a matar, porque el que queda en una pierna puede hacer muchísimo daño», decía el Pocho. Y de paso aclaro que hablo de lucha en términos de política. Repudio la violencia y creo que en este escenario beneficiaría a los sectores equivocados.

Planteado esto, vuelvo a preguntar «¿qué hacer?» y vuelvo a responderme que «ni puta idea». Si supiera. En esto venía pensando cuando, al leer crónicas sobre los cacerolazos en miniatura de ayer, pensé que mucha gente no apoyaba al Gobierno y debería hacerlo, al menos en este conflicto. Que tenían el interés de clase (?) equivocado y que, gracias a la falta de militancia, no había nadie que se los explique.

Después recapacité un poco y pensé que caí en el mismo error que el Partido Comunista durante los ’60, cuando iban a las villas de emergencia a hablar de conciencia de clase y materialismo dialéctico, a gente que sólo tenía hambre, necesidad de arreglar una canilla, y esperanzas de que volviera Perón, que con él estaban mejor. No es por vago, ni por pancista, pero yo no tengo que explicar nada, ni convencer a nadie. Un Gobierno con verdaderas medidas redistributivas se defiende solo, como se ha dicho también por aquí.

Ayer los Fernández se quejaban por la falta de militancia, al mismo tiempo que yo me quejaba por la falta de espacios para militar. ¿Es tan difícil hacer 2 + 2 y darse cuenta de que si quieren ganar no tienen que cerrarse cada vez más en el PJ, en el riñón y el hígado kirchnerista? ¿Que hace falta abrir el juego? ¿Que entre sus deseos y los míos hacen falta un par de medidas?

Ya se habrán cansado de reclamarlo, del Escriba pidiendo que pongan a los pibes, pero lo vamos a seguir haciendo. Porque para que esto pase, también hace falta que dejemos de asociar «política» a «corrupción», «robar», «puto, feo, malo» (?). Y que empecemos a relacionarlo a «las leyes que regulan el lugar donde vivo» y más importante aún, «el reparto de la plata que aporto y de la que me vuelve».

Si a mi abuela le aumentan la jubilación a media canasta básica, no le tengo que explicar por qué el Gobierno pelea por cobrar lo que cobre. Si sacan la ley de boleto estudiantil y subsidian fotocopias, va a ser más fácil pelear los centros de estudiantes. Si sacan una ley de regulación call centers, con salarios mínimos y condiciones de trabajo, no van a tener que preguntar dónde está la juventud, porque despacio y de a poco, parte de la juventud va a estar. Si instauran seguros de desempleo con asignaciones por hijo, se van a cagar de risa de los 300.000 «autoconvocados» de Rosario. Ni van a tener que llamarlos, van a ganar los territorios ellos solos.

Esto no resuelve el conflicto el martes. De hecho, esto toma un tiempo, esos que en política son tiranos. Pero debería estar en la lista de prioridades si el Gobierno quiere ganar las elecciones legislativas de 2009 y las presidenciales de 2011. Porque entonces el Partido Agrario Nacional va a ser otra cosa. La Coalición Cívica Democrática PRO también. Cuando haya que poner a los pibes, no van a poder llorar sobre la leche derramada.

Acerca de Faco

Facundo Falduto nació en Lanús durante la presidencia de Alfonsín. El destino lo llevó de chiquito a otra vida en otro lugar. Es redactor, escribiente, algo parecido a un periodista, y editor de blogs (?). Miente mucho y a veces habla en tercera persona, como ahora.

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8 comentarios en «La conciencia de clase, ¿con qué se come?»

  1. Faco: Quiero el mismo diálogo que vos. Quiero que podamos todos, sin excepecion, sentarnos a dialogar.
    Ya no se trata de partidos politicos, sino de la población. Ambos sectores ignoran al pueblo, y yo soy pueblo. No tengo campos, no soy gobierno.
    Lo de la implementación de las retenciones, no es Constitucional de quién viene, ayer lo aclaró bien Chiche Duhalde, y pidió por favor al Congreso que sesionen, que vayan, asi derogan las retenciones móviles, y los superpoderes.
    Quiero un pais para todos, porque formo parte del todo.
    Coincidimos ambos queremos que haya diálogo y no represión…o que nos den vuelta las cosas. El espejo tiene dos caras, pero solo una realidad.
    Abrazos enormes!

  2. Respecto del diálogo, todos dicen que ese es el unico camino. Pero como debe ser el dialogo? Con quienes? solo el gobierno y los ruralistas? no, deben estar representados todos los sectores de la sociedad argentina. Esto es una cuestion que va mas alla de un sector unicamente, es como dijiste en otro post, el gobierno debe ser árbitro no parte del conflicto de intereses…
    besos

  3. «No puede ni debe ceder». Con esas premisas, estamos jodidos los argentinos.
    Empezó Duhalde con el 10% de retenciones, después pasó al 20%. Nestor las subió al 27, Cristina cuando asumió al 35%. Y ahora andan por el 44%. Te parece que es irrazonable que un sector patalee en forma my vehemente después de esa historia?. Y que en ese contexto, una rebaja de unos puntitos es «vamos por todo»?
    Porqué no bajan un cambio?

  4. Faco, escribile a alguno de los dueños del blog para que te saque a este tipo que está atacando tus posts con el mismo comentario de D’Elia Terrorista, ya es un elemento de obstrucción en lugar de un comentario, es extemporáneo y fuera de tema.

  5. Faco: entrá al escritorio para editar posts a la opción «administrar», luego mirá a la derecha tenés el link » Ver los comentarios de esta entrada», clickeá y se te abre la opción de borrar los comentarios que quieras.

  6. Mariano T, me hace reir con su frase «patalee en forma vehemente», me pregunto, ¿cuando un hombre de campo patalea en forma vehemente se parece a un caballo?

  7. Lamentablemente se ve desde el principio que no hay una voluntad de negociar nada desde los sectores que se hacen llamar campo. Una vez que agitás el avispero no podés usar las tácticas que usarías antes del agite y en este escenario van a tener que pensar bien las jugadas porque no les queda mucho capital político que puedan derrapar. Me revientan los que sabiendo lo que significa en política «ceder» le reclamen eso al gobierno, como si tuviera la obligación de ceder a sus demandas. Y a todo esto todos estamos siendo tomados de rehenes.

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