Niembroma

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Sabemos que la vida transcurre en una sucesión de eventos, imágenes y estímulos que pasan frente a nuestros ojos y que terminan rápidamente en aquel lugar de difícil acceso dentro de nuestra memoria. Solo algunos hechos traumáticos sociales o personales quedan anclados en la memoria colectiva o como recuerdo aleccionador.

Posiblemente el mercado y su marketing se aprovechan (y también crean) esa estimulación hasta llegar al marketing político donde crean una imagen, una linda historia, obviamente a cambio de mucha plata, que es vendida como un producto nuevo más para que la sociedad compre o no: mauriciomacri.com.ar. Pero esta imagen se hace sobre una persona de carne y hueso, con una realidad palpable. Es una imagen no inocente, sino que es consecuente a un plan, un objetivo central: el vaciamiento de las arcas públicas de forma ilegal y fraudulenta.

Aquí vamos a dejar de lado el blindaje mediático de Clarín y La Nación porque es de un nivel burdo y demasiado obvio. Digamos que casi ni hablan del mamarracho de Niembro y compañía. Pero sorprenden algunos de esos periodistas que intentan considerarse objetivos que pintan un panorama donde el problema es que el partido de Macri representaba la transparencia y con la causa contra Niembro esta se resquebrajaría dejando ver que son todos iguales.

Otros plantean que el Pro como no tiene estructura ni equipo se le cuelan corruptos que no logran controlar. Si Niembro es corrupto es porque el estado que le dió plata también lo es. En cualquier acto de corrupción el acento está en los funcionarios públicos que malversan los fondos más allá de a quién benefician con ello, que casi siempre es a ellos mismos.

Se trata el Niembrogate como si fuera un delito en el ámbito privado, cuando lo escandaloso es que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires haya realizado todas esas irregularidades para pagarle en secreto 20 millones de pesos a un periodista famoso para que hable bien del GCBA, pero que pareciera que lo hace por convicción personal. Macri, Vidal y compañía piensan que haciendo la No sabe/No contesta pueden desligarse de sus responsabilidades. Lo triste es que quizás así sea.

Macri representa la transparencia hace 5 minutos. Esa imagen de cambio ya sabemos que es una cáscara vacía. Pero Macri no solo representa el neoliberalismo conservador y capitalista salvaje, sino que dentro de eso representa al sector que se enriquece a través de estafar al estado. Lo peor de lo peor. ¿Cómo es que intentan vender (y en algún aspecto lo logran), una imagen de transparencia e institucionalidad de alguien que es visiblemente todo lo contrario?

Mauricio Macri no es un joven brillante empresario que producto de un secuestro cambió su forma de ver el mundo. Que luego de un exitoso pasar por la presidencia de uno de los clubes de fútbol más populares quiso, por un innato altruismo, meterse en la gestión pública para devolver lo que la vida le dió y arreglarle los problemas a la gente. Me acuerdo del “por lo menos este no va a robar porque ya es millonario”. Será porque no conocen a un millonario. El millonario gasta como millonario por lo tanto tiene muchas quintitas que atender, en consecuencia: siempre quiere más. Y mejor si se combina con Poder. Es una adicción más, es tener por tener, acumular por acumular, le dicen codicia ¿No?

Mauricio nació en cuna de oro, hijo de un empresario de origen italiano que forjó su fortuna a través de ser contratista del estado desde la última dictadura (donde dió el gran salto), pasando por el menemismo hasta los mismísimos días del presente donde ocupa un lugar central en las relaciones económicas con China. Basta poner en Google “El hombre que le debe más al estado” para que se inunde la pantalla del apellido Macri. Es la esencia de su sangre, es el negocio familiar.

Así es que el joven Mauricio la tenía servida y no dejó ni una miga. Trabajó en los Grupos Empresariales Socma y Sevel cuyo negocio era ser contratista del estado. Pasando por la concesión del Correo Argentino (donde como primera medida despidió a 1500 trabajadores registrando la medida como inversión) hasta meterse en política partidaria dentro del fútbol. En todos esos años fue acusado, denunciado, imputado y procesado por contrabando, estafas al estado, sobreprecios, evasión impositiva y lavado de dinero. En la causa por contrabando de autopartes y evasión fiscal no fue preso porque la Corte Suprema menemista de la mayoría automática la desestimó.

Mauricio y su amigo de toda la vida Nicolás Caputo se hicieron millonarios con dinero público del estado proveniente de la corrupción estatal del menemismo, beneficiarios del fraude fiscal y de la desregulación del “vale todo” neoliberal. Su deuda privada fue estatizada. Pero él a diferencia del padre, quiso ir más allá. Su ambición pudo más. El padre le advirtió, el no escuchó. Será por capricho de niño millonario que se preguntó porque no estar de los dos lados del mostrador, de quedarse con todo, de potenciar el robo. El riesgo: la exposición.

Es así que en el 2003 comenzó su aventura como político arribando a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires montándose sobre una campaña de destitución de Aníbal Ibarra por la tragedia de Cromañon. Para armar su nuevo rol contrató al publicista venezolano Jaime Duran Barba como asesor de imagen y marketing político. No de casualidad el devenido en superasesor es experto en alcanzar el objetivo (ascender a un cargo político) a través de las peores prácticas, sin medir ningún tipo de ética y moral, y sin fijarse si se mantiene dentro o fuera de la ley.

En vez de ser el contratista del estado pasó a ser contratista y estado. Continuando con el mismo modus operandis de siempre, con la única diferencia que el robo era más fácil. Es el que da y es el que recibe. El negocio familiar de Macri evolucionó en el desvió de fondos públicos por sobreprecios, contrataciones directas (con o sin contraprestaciones), etc. que vuelven como retorno, como plata negra a las arcas privadas del Jefe. Siempre fue así.

Al ser ese el objetivo central (que cuando no se es público es más sencillo de ocultar) el manejo de la imagen y el marketing pasó a ser casi lo único importante. Así Duran Barba pasó a ser directamente el que le maneja la carrera política no solo diciéndole lo que tienen que decir y cómo deben comportarse él y todos sus dirigentes, sino también que hacer, entrometiéndose en medidas de gobiernos, estrategias políticas y de gestión. Sí, un asesor de imagen es el líder de un partido político. Por esta razón es que el presupuesto en publicidad está sobre ejecutado y los presupuestos en salud y educación subejecutados.

Como Jefe de Gobierno a los delitos anteriores se le sumaron los delitos del otro lado del mostrador: incompatibilidad con el cargo público, mal desempeño como funcionario público, malversación de fondos públicos.

¡Ah! Y el colmo de los colmos, creó la Policía Metropolitana cuyo primerísimo objetivo fue montar una estructura de espionaje ilegal, familiar, político y empresarial. Para espiar a su cuñado, a Sergio Burstein (familiar de víctima del atentado de la AMIA y públicamente opositor a Macri) y a Carlos Ávila (por negocios ligados a la transmisión de los partidos de futbol), entre otros. ¿Escuchan bien?

Utilizó fondos públicos para sanear una deuda historia que es una fuerza de seguridad propia del distrito, pero que pareciera que fuera una excusa, una pantalla, para montar una agencia de inteligencia paraestatal para fines personales. Eso fue lo que hicieron de movida. Sin olvidar a quien puso como jefe de todo esto, Jorge “Fino” Palacios. Macri está procesado por esto.

Entonces si Macri ya tiene un blindaje mediático demencial que le permite mostrarse constantemente como un personaje nuevo, sin pasado, aquellos que intentan ser neutrales u objetivos no se queden en el análisis superficial basado en el disfraz de transparente que tiene puesto hace 5 minutos, donde el problema es que con la denuncia hacia Niembro se pone en cuestión dicha transparencia que hace suponer que hasta ese momento estaba intacta. Niembro no es un error, un efecto colateral por hacer política. Este tipo de prácticas son el fundamento principal de toda una vida de un modo de ganar dinero: robar plata del estado.

¿Macri puede ser Presidente de la Argentina? Ni en broma.

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