No hay ninguna “chans”

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Más allá de que el formato del debate haya sido adecuado más a la estructura de un espectáculo televisivo que a un debate profundo sobre programas de gobierno. Que por un lado los conductores enunciaban una serie de temas complejísimos pretendiendo que los candidatos desarrollen los mismos, pero a la vez, por el escaso tiempo, sabiendo que ninguno de los dos iba a referirse a ellos. Que por eso el debate se encontraba preparado solo para slogans superficiales y para repetir spots de campaña, sin tiempo ni lugar para un intercambio libre de ida y vuelta. Más allá de que sería interesante que en vez de plantear una lista extensa de temas complejos y variados para que ninguno de los dos conteste se tomen más tiempo para poder llegar a cuestiones más concretas y específicas, y que tengan que dar respuestas sobre cada tema. ¿Por qué no debatir con los equipos?

Más allá que la ONG Argentina Debate tiene un claro sesgo opositor por los organizaciones que la componen, por la temática planteada más parecida a la agenda que manejan los medios de comunicación dominantes que a otra cosa, porque los moderadores necesariamente fueron tres periodistas hombres y no de otros ámbitos y géneros, porque uno de ellos Marcelo Bonelli al igual que en el anterior debate comienza el mismo haciendo una editorial en contra del gobierno actual saliéndose del manual de estilo tan mentado.

Más allá de todo esto fue el primer debate presidencial y eso es un buen ejercicio. También la oportunidad de Scioli de tener a Macri cara a cara para intentar, sin muralla de protección mediática, dejar caer la escenografía hueca de Cambiemos.

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Ninguno de los dos respondió ninguna de las preguntas del otro y ninguno de los dos es un comunicador brillante. Pareciera que los que antes del debate votaban por Scioli y por Macri continuaran manteniendo sus votos, y los indecisos seguirán teniendo sus reparos para los dos. No ayudó ni perjudicó pero sí dejó bien claro dos posturas distintas.

Obviamente como estaba definido el debate, por sus características y reglas de juego, pensado para que sobresalgan las formas más que el contenido, fue un territorio más cómodo para Macri. Sobrecoacheado y sin espontaneidad se notó su buena preparación y entrenamiento para repetir su guion al pie de la letra y a tempo. Acostumbrado a los debates y sobre todo a moverse con slogans dictados por otro, este debate le venía como anillo al dedo. Relajado, demasiado sobrador y soberbio, Mauricio terminaba exactamente un segundo antes de la chichara que marcaba el final del tiempo como si fuera una eximia coreografía. Cosa que ameritó las felicitaciones de Bonelli que con su voz y comentario zonzo característico le decía “Mmm justo ejem muy bien”. Aguas cálidas para el candidato de Cambiemos.

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Macri continuó con su expresión de buenos deseos felices sin ninguna precisión ni definición. A la vez criticó al gobierno actual nacional y bonaerense, se autoelogió por su gestión y calificó de mentira todo lo planteado y preguntado por Scioli. Digamos que continuó con el manual de uso deschabado por Sturzenegger en EEUU. No proponer nada, no explicar nada, solo decir que el gobierno miente y hablar de cualquier cosa, de la familia, del cambio, no importa. Lo interesante es que a la vez que acusaba a Scioli de repetir un relato falso, tanto sus críticas al gobierno nacional y al provincial como sus autoelogios eran tomados de información sesgada por los medios opositores y datos tergiversados por su propio equipo.

Scioli no eligió, en su gran mayoría, agarrarse de ese discurso falaz que estaba escuchando en ese momento. Quizás prefirió no modificar lo planeado y continuar con su estrategia elegida. Dejar a la vista el programa de gobierno desmentido y ocultado por Macri directamente de modo imperativo y afirmativo. Se mostró firme, algo tenso al comienzo, vehemente, pasional, menos acartonado que Macri (fueron pocas las veces que le acertó al “riiinnng”) y constante en el mensaje sobre los dos modelos en disputa. Con un discurso un poco tosco y repetitivo enunció de forma directa cual era el plan de ajuste de Macri limitándose solo a preguntar quién iba a pagar los costos de la devaluación brusca que van a hacer. Casi no habló de la gestión de Macri en la ciudad cuando la gestión bonaerense fue tema de ataque principal de este. Tampoco habló de la protección mediática que tiene, principal razón por la que Macri puede decir y desdecirse, mentir y acusar de mentirosos a los demás. Cuando Macri hablaba del Gobierno Nacional Scioli le recordaba que estaba debatiendo con él, no con un gobierno que se va, y cuando hablaba del provincial, Scioli arremetía con su plan económico.

De entrada afirmó que Macri iba a devaluar usando información previa de declaraciones suya viejas y nuevas y de su equipo económico, y no por algo que allá dicho el otro en su exposición. Este escriba celebra la intensión del candidato del FPV pero por vocación psicoanalítica prefiere a través de preguntas ir llevándolo al otro, acorralarlo, hacer que el otro tenga que enunciar sus intenciones. Usar lo que el otro diga y devolvérselo en su contra. Sé que suena muy difícil realizar esta estrategia con todo lo que se juega, con la concentración, preparación, nerviosismo y tensión. ¿Pero por qué no hacerlo ahora?

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Macri en uno de sus ataques le preguntó a Scioli si él creía en lo que dijo CFK respecto a que en Argentina hay 5% de pobreza. Ese dato no lo dió CFK sino que es brindado por la Food and Agriculture Organization (FAO) que es un organismo especializado de la ONU; y no es sobre la pobreza en la Argentina sino que representa la insuficiencia alimentaria, no poseer los suficientes medios económicos para alimentarse. Para defenderse de su plan devaluador acuso al gobierno actual de haber sido el gobierno que más devaluó de la historia llevando el peso respecto del dólar de 3 a 15. Primero que 15 es a donde él lo va a llevar, es el dólar que se consigue informalmente, el dólar ilegal pero que él directamente toma como si fuese el valor oficial que al día de la fecha es 9.62. Segundo, el peso se devaluó de 2.85 a 9.62 en 12 años siempre por debajo de los aumentos de las jubilaciones y del salario mínimo vital y móvil. Macri y sus economistas anunciaron una devaluación de 9.62 a 15 o 16 en un solo día. Tiró que la inflación se comió a las jubilaciones cuando en realidad el aumento bianual por ley de las jubilaciones y el aumento de sueldo en paritarias siempre fue mayor al índice más alto de inflación.

Habló de la creación de la Policía Metropolitana como una “propuesta contracultural” cuando de movida la utilizó para armar un aparato paraestatal de inteligencia en manos del “Fino” Palacios. Dice “fíjate Daniel, cada vez más los jueces federales para llevar a delante sus investigaciones confían en la Metropolitana en vez de la Federal”. Los jueces federales enfrentados con el ejecutivo por su intento de democratización y por su intervención en la relación de estos con los servicios de inteligencia, utilizan el poder judicial para oponerse al gobierno nacional. El juez Bonadio, cuestionado por donde se lo mire, con decenas de causas en contra por mal desempeño, abuso de autoridad, etc utiliza a la Policía Metropolitana como escudo de sus intervenciones intempestivas. ¿Qué tiene que hacer la policía que pagamos todos los porteños en Santa Cruz, allanando oficinas de dirigentes de signo político opuesto al Jefe de Gobierno? ¿Qué tiene que hacer allanando el Banco Central?

No nos olvidemos de la represión al Borda y de la querida UCEP creada para sacar a palos, durante la madrugada, a indigentes y personas en situación de calle, para despejar el espacio público y tirarlos en la Provincia. La tuvo que cerrar por la cantidad de denuncias que acumuló.

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Más allá que la comparación entre la ciudad y la provincia no es posible, es falaz, por tamaño y características geográficas, por densidad de población, por presupuesto per capita y por condiciones históricas y estructurales, Macri en sus pasajes más ofensivos al momento de preguntar criticó la gestión provincial en cuanto al narcotráfico (ya rebatido de manera categórica por el candidato Daniel “Si no pudiste con los trapitos” Scioli), la educación y la salud. Le enrostró que en la provincia nunca pudieron cumplir con los 180 días de clases cuando en su gestión bajó el presupuesto en educación, subió los subsidios a la educación privada y sanea la falta de vacantes en educación inicial para la población vulnerable con Centros de Primera Infancia dependientes del Ministerio de Desarrollo Social y no del Ministerio de Educación, un verdadero jardín para pobres, en vez de integrar a todos los niños sin importar su clase ampliando la oferta en la educación formal en serio.

Habla de los hospitales de la provincia cuando en CABA son sostenidos solo por la calidad de sus profesionales y cuando recorto el presupuesto destinado a oncología infantil del Hospital Garraham. Mauricio esquiva la responsabilidad en la falta de vacantes en las escuelas y el abarrotamiento de los hospitales echándole la culpa a los provincianos que vienen a utilizar los servicios porteños, desconociendo que el 50% del PIB de la ciudad lo generan los 10 millones de bonaerenses que pasan todo el día en la ciudad trabajando, produciendo y consumiendo. Habla de hogares protegidos para víctimas de trata cuando bajó el presupuesto de la Dirección General de la Mujer y en su territorio está repleto de talleres textiles clandestinos y prostíbulos.

En un momento felicita a Scioli por la ley de fertilidad asistida (¡¡¡!!!). Me froto los ojos y no lo puedo creer, la misma Ley que vetó en la ciudad porque afectaba la rentabilidad de las empresas prepagas de salud. Y es él el que le dice a Scioli mentiroso, autoritario, cínico y conservador. Exactamente todo lo que es el mismo. Si esto no es un caso de análisis, no sé qué sí lo es.

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Él se ubica en el centro de la unidad, del dialogo, del tiempo en escuchar al que piensa distinto pero es el primero que acusa de “panelista de 678” para no responder la pregunta sobre su plan económico, el que se pone agresivo ante la mínima pregunta que lo saca de su zona de protección, él no da explicaciones, no tiene porqué. En vez de contestar acusa al otro de mentiroso, es mentira que votó en contra de lo que votó, es mentira lo que está grabado que dijo.

¿Cuál fue el momento preciso en el que cambió de parecer? ¿En qué momento comenzó a apoyar todo lo que votó en contra?, ¿Querer profundizar todo lo que antes se opuso? ¿Prometer mantener en manos del estado todo lo que dijo que reprivatizaría? ¿Sostener lo que daría marcha atrás? ¿En qué momento decidió que no va a hacer, todo lo que dijo que hará si es gobierno?

¿Por qué Macri acusa a Scioli de mentiroso? ¿Acaso no dijo que iba a levantar el cepo al dólar el 11 de diciembre, que dejaría librado el dólar al mercado y liberaría las importaciones? ¿Vidal no dijo que políticas como Precios Cuidados no iban con ellos?¿Prat Gay no dijo que llevaría el dólar a 16 y que no se trasladaría a los precios porque la económica ya se maneja con el valor del dólar paralelo cuando la realidad es que toda la economía formal funciona con el dólar oficial? ¿Melconian no dijo que pondrán un techo para las paritarias y las jubilaciones, que liberaran el mercado? ¿Michetti no dijo que eliminarán los subsidios a servicios y transporte? ¿En la Fundación Pensar no se la pasan hablando de ajuste social, arreglo con los fondos buitres y endeudamiento con el FMI?

Macri dice que busca que todos estemos cada vez mejor a la vez que ubica a lo económico en un lugar secundario de su propuesta, cuando es el aspecto fundamental para modificar la calidad de vida de una población. Sería bueno que explique al detalle algunas de las medidas económicas que tiene pensado hacer. Preguntarle porque esconde a su equipo económico que mientras se van sincerando los van callando.

Cuando le preguntan por quién va a ser su ministro de economía, contesta que no lo tiene definido que no tiene tiempo ahora en medio de la campaña y que lo va a elegir la semana que viene (una vez electo). O es mentira o habla de un nivel de improvisación alarmante.

Cuando lo interpelan sobre su proyecto político y económico neoliberal y regresivo se defiende diciendo que en la ciudad no lo hizo. Primero, no es lo mismo, en cuanto a las posibilidades concretas de intervenir, administrar el distrito más rico del país que manejar la economía nacional. Segundo, igualmente en la ciudad se ven este tipo de propuestas en el endeudamiento histórico de más del 400% del presupuesto, la suba del ABL en un 700% y el aumento del pasaje de subte en un 500%.

Cuando se refiere al conflicto con los fondos buitres únicamente se concentra en decir que no se arregló con el 100% por ineficacia del gobierno, se queja de que no se haya arreglado con todos (se arregló con el 93% y los fondos buitres representan al 1% del 7% que no aceptó las condiciones de la estructuración soberana) y que hay que pagar lo que diga Griesa sin registrar las gravísimas consecuencias para el país. Estigmatiza a Kicillof cuando fue el patriota que se jugó por la Argentina contra lo peor del poder financiero denunciado por todo el mundo. Estigmatiza a quien consiguió la aprobación de una serie de cláusulas en la ONU que protegerán a aquellos países que por su situación quedan a merced de los buitres.

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Algunos se enojan con Scioli porque no dice si habló o no con CFK o si confunde a Sturzenegger con Schwarzenegger, pero no se enojan tanto cuando Macri evade y oculta constantemente su programa de gobierno y su gabinete. Si habla o no es un dato que de una u otra forma va a ser utilizado en su contra, en cambio saber las propuestas de forma clara de un candidato a presidente es de extrema sensibilidad social.

Quizás lo que realmente pase es que para Macri la devaluación no es un ajuste económico sino sincerar la economía, liberar el mercado es expandirlo. El problema es que los K mienten y que ellos tendrán la difícil tarea de ser sinceros para que seamos confiables para “el mundo” para tener seguridad jurídica y clima de negocios. Así es que dirán que la inflación no es del 20% sino del 70%, la pobreza no es del 6% sino del 30% o 40%. Pero ese sinceramiento significa tomar medidas concretas para provocar estos números.

Más allá de nuestras diferencias votemos a favor de Argentina, a favor del desarrollo productivo, de la soberanía nacional y la independencia económica, a favor del trabajo y del futuro. Scioli no es Cristina, Maurico es Macri.

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