Excelente nota de Zaiat en Página 12, en la que aborda el tema de los subsidios universales y los subsidios cruzados.
Entre otras cosas, “denuncia” el doble rasero de cierta oposición progresista que, mientras critica los subsidios universales para mantener tarifas de servicios públicos sin aumento, por regresivos (ya que los pobres y lo ricos reciben el subsidio), piden subsidios universales para combatir la pobreza (asignación universal por hijo, por ejemplo).
Zaiat destaca falencias de la actualización tarifaria (que implica el abandono del subsidio universal para pasar a los subsidios cruzados), que son ciertas. Por caso, que el nivel de consumo no está directamente relacionado con el nivel de ingreso. En ciertas circunstancias, es cierto, quien consume más no necesariamente tiene un ingreso mayor a quien consume menos, e injustamente se le quitará el subsidio y tendrá que pagar tarifas más caras.
En conclusión, Zaiat alega a favor del subsidio universal.
Sin embargo, Zaiat omite un aspecto del asunto que es importante. Para ejemplificar, tomemos el caso específico de la luz.
El subsidio universal es un incentivo, de alguna manera, para que el consumo aumente. La decisión, entonces, de mantener tarifas congeladas y planas, implica una multiplicación periódica del subsidio. Cuanto más se consume en general, más subsidio. El incremento general del consumo, por su parte, se debe analizar en varios aspectos.
Por un lado, no todos los usuarios aumentarán su consumo de manera pareja. Cada vez más, los de mayores ingresos se encontrarán con que pagan una proporción menor de su ingreso en tarifa de luz. Tienen medios, por otra parte, para incrementar su equipamiento. Es previsible que su consumo aumente más proporcionalmente que el de las familias de ingresos más bajos.
Esto lleva indefectiblemente a que una proporción cada vez más alta del subsidio se destine a solventar el consumo de energía de los que más consumen. Y principalmente de la porción de los que más consumen que tienen más altos ingresos.
Entonces, si inicialmente el porcentaje del subsidio que beneficia a los de más altos ingresos es el 20%, con el paso del tiempo esta cifra se va multiplicando. Y por ahí se llega a un punto en que el 20% del subsidio que se paga favorece a los sectores que necesitan ser subsidiados y el 80% restante beneficia a sectores que no lo necesitan (los números no son precisos, son sólo para ejemplificar).
Así, poner topes de consumo cuya superación implique un aumento proporcional de tarifas es justicia distributiva más a futuro que a presente. Ya que implica que quienes quieran superar ese nivel de consumo pagarán tarifa plena, mientras que el resto seguirá subsidiado. Y como vimos, la tendencia a futuro es que el universo de ingresos más altos confluya con el de mayor consumo.
Sin entrar en disquisiciones económicas que no entiendo demasiado, sí quiero informar que en los sectores de mayores ingresos de la población están de moda equipar la casa con cocinas eléctricas, aires acondicionados frío-calor, etc.
Sé que en ciertos edificios reciclados de San Telmo, directamente han obviado la instalación de gas, y consecuentemente todos los artefactos de calefacción y cocina son eléctricos.
No puede ser tan difícil cobrarles una tarifa no subsidiada a esta gente, no en el siglo XXI.
No me parecen justos los subsidios universales, como si todos mereciéramos un plan Jefes y Jefas, por ejemplo.
Los subsidios deben ser para quienes los necesitan, si es el 40% o el 60% del total de los usuarios, se debe encontrar la eficiencia de que a ese sector se beneficie.
Con la cantinela de que no se puede controlar este tipo de cosas, ya nos privatizaron las empresas. Ahora les estamos dando letra a los que mañana nos van a querer privatizar la oficina que otorga los subsidios.
Muy interesante el punto, mariano.
Los subsidios universales a la niñez, son de monto fijo, no indefinido como el subsidio a la luz o el gas, por lo tanto son controlables.
Por otro lado se pueden neutralizar para los de mayores ingresos, como los autónomos y trabajadores en blanco, ya que bien se puede universalizar el salario familiar, aumentando las cuotas de autónomos. Con esto el resultado sería neutro para los de arriba de la pirámide, y el efecto neto solo llegaría a los excluídos del mercado formal de trabajo.
Un tema que recuerdo ahora, para a tener en cuenta, es técnico – administrativo – político; son insostenibles ciertos costos por parte de sectores bajos de clase media (empleados, obreros, etc.) para realizar la división, escrituración, PH, división de servicios, etc. en el apiñamiento que hacen de viviendas, explico: construcción de viviendas de los hijos sobre, atrás, o al costado, de la de los padres, el desarrollo es exponencial y son muchos los casos.
Considero que en esos casos debieran existir costos diferenciados. Incluso, esta situación concreta «ilegal por fuerza mayor» expone gravemente, en la mayoría de los casos, la preservación de la vivienda única, ya que no pueden protegerse como bienes de familia.
Todos esos costos «burócráticos» o de control, debieran estar diferenciados para los casos de vivenda única con respecto a las construcciones de los «agro-inversores-fideicomisantes» u otros, y esto no ocurre así, los costos proporcionales son los mismos y es injusto.
Esto ocurre en los centros urbanos más importantes, pueden existir diferencias según municipios y/o provincias, pero no creo que muchas.
Con respecto al sistema de autónomos, bue … el tema es largo … lo triste es que esa herencia del innombrable continúa ocultando la desprotección laboral y sirviendo de escudo a muchos grandes facturadores, incluso a los organismos oficiales les sirve para no blanquear personal a sabiendas que las facturas son prestadas o se anota uno y factura por varios, es vergonzoso.
Por supuesto que comprendo lo complicado del análisis y las posibles soluciones técnico – estructurales … pero no dejan de ser injustas estas situaciones, generando además mayor marginación, ni hablar de los años venideros … ni hablar de los sectores que ni propiedad tienen …
Saludos
Zaiat es el economista más papanatas que escribe en los diarios. Yo ya ni lo leo.
Hay que ser pavo para comparar un sistema de subsidios cruzados a empresas privadas con un programa distribucionista a través de una asignación universal a la niñez, realmente. Cada día que pasa dice cosas más pintorescas…
Aguante Jauretche: los subsidios universales son lo más fácil de implementar. Coincido en que no hay motivos para resignarse a ellos sin pensar la forma de asignar recursos de manera eficiente sólo a quienes los necesitan.
Gracias por comentar. Saludos.
Mariano T.: es cierto lo que decís. Igual, las políticas universales de asistencia social tienen otros efectos que nolas hacen del todo viables como forma de combate a la pobreza estructural. Los subsidios universales sairen para situaciones no persistentes de desocupación, pero en caso contrario, si no se acompañan de políticas focalizadas para la reinserción laboral de los excluidos, sólo generan dependencia. Son ad infinitum.
Gracias. Saludos.
Celina: buen aporte. Creo que en el caso de la actualización tarifaria de la luz se tuvo en cuenta esta situación de viviendas como las casas chorizo por ejemplo. Incluso se instó a las empresas acolocar medidores individuales a precio subsidiado.
Muchas gracias. Un saludo.
Ana: no coincido para nada con lo que dice de Zaiat. Justamente este articulo se mete, por caso, con un tema que no es fácil encontrar en los diarios, y resulta muy fértil para el debate. No coincidir siempre con Zaiat no implica para mí, de ningún modo, que sea un papanatas.
Gracias por comentar. Saludos.
Patricia: vuelvo sobre lo dicho a Ana, y agrego: Zaiat compara la postura ideológica de criticar unos subsidios universales y defender otros. Ambos tipos de subsidios universales comparten una cuestión, que es casulamente el motivo de la crítica: destinan recursos a quienes no los necesitan, que podrían aprovecharse en otras acciones.
Zaiat, a mi criterio, omite una diferencia entre uno y otro, que es la que señalo en la entrada, y que Mariano T. reafirma en su comentario. Pero eso no quita que los subsidios universales como asignación por hijo, por ejemplo, o el mismo salario familiar actualmente vigente, destinan recursos públicos, de seguridad social, a asistir a quienes, en algunos casos, no necesitan asistencia. Sólo ese aspecto de ambos subsidios compara Zaiat.
Gracias por comentar. Saludos.