Un Pais Normal…

«el 28 de junio hay dos países a elegir: un país sensato, normal, con gobierno equilibrado resolviendo los problemas de seguridad, de empleo, de pobreza, donde termine el gobierno de los favores a los amigos y comience el gobierno de los derechos y sobre todo de las obligaciones para los hombres públicos. Y el otro país, si gana el kirchnerismo, donde las libertades individuales empiezan a estar en riesgo; la propiedad privada, sin ninguna duda ya lo está, y el uso del Estado para sostenerse en el poder a costa de cualquier cosa”

 

 

«nos cabe ahora la responsabilidad de representar la votación de millones y millones de bonaerenses que quiere una alternativa al kirchnerismo, y construir un país y una provincia normal. Ya lo está haciendo Mauricio en la Capital»

F. De Narvaez

“El modelo propuesto por el partido Unión PRO para las próximas elecciones ya existió en la Argentina, simplemente, un país normal

F. De Narvaez

«La del 28 de junio no es una elección entre Néstor Kirchner y Francisco de Narváez, sino que es una elección de vida: la vida en un país normal o en una Argentina de la confrontación permanente, donde todos los días buscamos un problema o alguien con quien pelearnos»

F. De Narvaez

Las palabras de Francisco De Narvaez son contundentes: El País, nuestro país, no es un país normal. Es un país anormal y hay que corregirlo. Hay que retornarlo a su «cause natural», para que vuelva a ser normal. Claro que, para que sus pensamientos terminen de entenderse, hace falta comprender lo que entiende este empresario por «país normal».

Por lo pronto podemos desprender de sus citas, que Argentina fue, por lo menos alguna vez en su historia, un país normal. Dependiendo de la mirada de cada individuo, condicionado por su entorno y por los sucesos que le ocurrieron a lo largo de su historia, la definición de «normal» puede tener varias interpretaciones: La clase media acomodada podría pensar que su país fue normal en la década del 90, cuando su salario alcanzaba para disfrutar de unas lindas vacaciones en Miami Beach, o para comprarse un Alfa Romeo último modelo, en fin, todos los lujos que seguramente hoy no se pueden dar. Para algunos militares, el país puede haber sido normal desde el 76 al 83, donde estaba dirigido, justamente, por ellos mismos. Para los empresarios, quizá la Argentina normal se extendió un tiempo mas y llegó a durar toda la década del 90. Fue una época donde el seguro de cambio era gratuito, donde los trabajadores no tenían derechos, y nuestras buenas relaciones con el stablishment internacional nos permitieron abastecer de dólares baratos al empresariado local. Para los trabajadores de la industria, la época de Perón seguramente fue la mas normal. Para los ninguneados del sistema, los indigentes, quizá la Argentina nunca fue un país normal.

El candidato de Unión-Pro, nunca explicitó, en todo caso, a que Argentina se refería, cuando deseaba que nuestra Argentina vuelva a ser un país «normal». Pero sigamos analizando lo que, de sus propias palabras, se desprende.

De Narvaez afirma que si gana el Kirchnerismo, la propiedad privada estará en riesgo. En un país donde el crecimiento promedió el 8 % anual, y donde sin embargo la brecha entre pobres y ricos no se redujo, está claro que hace falta redistribuir. Y para eso hace falta intervenir en la propiedad privada de los que mas tienen. Sin embargo, sabiendo que sus intenciones de cara al gobierno se centran en una rebaja a las retenciones de la soja, podemos afirmar que la idea de redistribuir no está en sus planes.

De Narvaez afirma que no quiere un país donde se confronte. El juicio a los militares, confronta con los milicos asesinos de la dictadura. El impuesto a la exportación de granos, confronta con los productores de granos. La ley de servicios de comunicación audiovisual, confronta con los grandes grupos económicos, dueños de los medios de comunicación. La reforma de la ley de entidades financieras, confronta con los banqueros. De Narvaez se opone a la confrontación, por lo tanto podríamos concluir que se opone a dichas intervenciones del estado, ya que en cualquier lucha de intereses, la confrontación surge como algo natural.

Resulta hipócrita entonces querer proponer una política de no confrontación como base de un modelo de país, debido a que, en todo caso la no confrontación se aplicaría a los grandes grupos económicos, dejando de lado a las millones de personas que en este país están pidiendo a gritos atención social y un estado presente. Habría que preguntarse, si el solo hecho de no confrontar con el empresariado local, con los grupos económicos, no implica de facto confrontar con los que menos tienen. El problema es que los excluidos son invisibles para la derecha, son invisibles para los mass media. Nadie confronta con los excluidos, porque no existen.

Este es el marco en donde se mueve la oposición en general, que en conjunto con los medios de comunicación, intentan instalar en el inconsciente colectivo la idea de que estamos ante la presencia de un gobierno autoritario, confrontativo, estatizante, un gobierno que nos aisla del mundo, que sumerge al país en una anormalidad a la que los argentinos no queremos pertenecer. Es autoritario porque logra Quórum en el congreso, es confrontativo porque enfrentó a los intereses sojeros, es estatizante porque recuperó el rol del estado en tanto administrador de las jubilaciones, nos aisla del mundo porque tiene una política internacional de relación con nuestros hermanos latinoaméricanos. En realidad, lo que los medios ocultan tras estos mensajes, es que lo que está en juego es el rumbo del modelo Kirchnerista que el oficialismo está plebiscitando en estas elecciones:

«Las políticas contra la impunidad de los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura, el saneamiento de la corte suprema de justicia, las reestatizaciones de Correo Argentino, de AySA, de Aerolíneas Argentinas, las tan esperadas estatizaciones de las AFJP, las políticas de autonomía respecto a los organismos internacionales de crédito, las políticas de crecimieno económico (crecimiento que la oposición insiste en presentar como casual resultado de una circunstancia internacional), el cuidado del mercado interno, políticas económico-sociales que hacen que el país vea en mejores condiciones para afrontar los embates de la crisis internacional. Son esas políticas las que han suscitado el odio de los grupos de poder» (Marta Vassallo, Los Silencios de la derecha)

Es en ese marco donde además los medios utilizan a la izquierda argentina, tan segmentada como siempre, para atacar al Kirchnerismo desde otro ángulo. Y es que, cuando de campaña electoral se trata, cualquier argumento es válido para restar votos del enemigo. Por eso, hoy la izquierda, está siendo funcional a la única alternativa claramente viable de nuestro país, el retorno de la derecha, un retorno que devendrá en la «normalización» de nuestro país, con todo lo que eso implica.

Acerca de Fernando V.

Soy un Ingeniero Mecánico egresado del Instituto Balseiro. Interesado por la economía, y por la manera que esta hace girar el mundo, generalmente a contramano del bienestar social mundial.

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4 comentarios en «Un Pais Normal…»

  1. No toda la izquierda creo q sea funcional a los grupos de derecha, pero sí coincido en que existe una fragmentación importante en el sector que sí beneficia indirectamente a los sectores de poder.

  2. Creo que en el escenario actual, donde la única alternativa viable para tomar el poder está en manos de un De Narvaez, o de un Macri, la «izquierda» está siendo funcional a esos grupos. Lo pongo entre comillas porque creo que últimamente perdieron el norte, mas precisamente luego del conflicto agrario. Es lamentable escuchar a Vilma Ripoll defendiendo los intereses sojeros, o escuchar a Solanas decir que este gobierno es igual a Menem, o que cristina en el 2007 ganó con fraude. Cuando vuelva la derecha y se ponga al servicio de las empresas, ponga flexibilización laboral, vuelva al FMI, elimine retenciones, desregule el mercado, privatice la Anses, Aguas, El Correo, vamos a darnos cuenta de que nuestro gobierno, con todas sus contradicciones, había marcado un rumbo, un norte.

  3. Gran texto Fernando.
    Otra cosa que hacen los funcionales a la derecha es señalar un «pero» en cada iniciativa que apoyaron del gobierno. Lo hace Pino y todos los que apoyaron las distintas medidas progresistas de Cristina, casi como para excusarse, para disculparse con vaya a saber quien por haberse ensuciado un poco las manos. Por suerte tenian el alcohol en gel para limpiarse los germenes pejotistas-kirchneristas. Vayanse a cagar progresistas del orto.

    Saludos,
    Pablo alias Dosto.

    1. Esa es la puta izquierda en la Argentina, que se ponen la camiseta de Marx, creyéndose los dueños de la verdad absoluta, pero que luego uno mira en su historia y nunca hicieron nada por el pueblo. Por otro lado está Pino Solanas, con la bandera del nacionalismo del Perón de los años 50, (pero que no dudó en ponerse del lado de la Sociedad Rural y de la contra-revolución, hoy en día es algo casi indiscutible) planteando medidas como la recuperación de YPF, o de la renta minera, de las cuales todos los que nos creemos progresistas estamos de acuerdo, pero que se deben hacerse a su debido tiempo, con apoyo popular y con espalda para aguantar los golpes de mercado. Nunca debemos olvidarnos que los verdaderos dueños del pais no están precisamente en el gobierno. Por eso creo que Pino hoy, también está siendo funcional a la derecha.

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