Ante inversores, Massa propuso mecanismos para evitar a los buitres

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Prometió también un sistema de seguros para evitar los vaivenes políticos del país
Sergio Massa, precandidato a presidente por el Frente Renovador. Foto: DyN
«Disculpen el traje y la corbata, vengo de una reunión seria», arrancó ayer Sergio Massa ante el millar de ciclistas, vecinos y militantes que, transpirados y un poco empolvados, lo esperaron para inaugurar el velódromo de San Miguel, junto al intendente Joaquín De la Torre.
En su rol de precandidato presidencial, el diputado recibió ayer en Tigre a una comitiva de representantes de fondos de inversión extranjeros, a los que intentó seducir con la promesa de que, si llega a la Casa Rosada, implementará un mecanismo para, por un lado, esquivar la presión que los holdouts ejercen a través de los tribunales de Nueva York y, por el otro, garantizar de alguna manera las inversiones ante los vaivenes que se suceden en el país con cada cambio de gobierno.
«Lo que buscamos es atraer inversiones a largo plazo para obras de infraestructura», dijo Massa a LA NACION. «Para eso es necesario generar certeza en los inversores y para eso proponemos un sistema de garantías extranacionales a partir de los organismos multilaterales que integra la Argentina, como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo [BID] o la Comunidad Andina de Fomento», continuó.
El objetivo, según el tigrense, es esquivar tribunales extranjeros y arbitrajes, y apelar a seguros o swaps a través de estos organismos. «Al ser los organismos quienes liquidan los pagos, se puede escapar a la presión de los fallos de [el juez Thomas] Griesa», completaron en Tigre. De todos modos, el objetivo principal sigue siendo dar certeza a los inversores ante los vaivenes económicos a los que se entrega el Estado con cada cambio de gobierno.
La presentación de Massa fue guionada por los economistas Miguel Peirano, Martín Redrado, Aldo Pignanelli, Marco Lavagna y Ricardo Delgado, pero el tigrense se mostró ante los inversores junto con el diputado Darío Giustozzi, uno de los cuatro precandidatos a gobernador bonaerense del Frente Renovador.
«Horacio» Giustozzi
En el búnker massista empiezan a referirse a Giustozzi como «el Horacio» de Massa. Aluden al jefe de gabinete porteño Horacio Rodríguez Larreta, al que Mauricio Macri presenta como su delfín para impedir que sea derrotado en las internas de Pro por la senadora Gabriela Michetti. En ese tono dejaron trascender el respaldo de Massa a Giustozzi.
Esto ocurre después del malestar interno que generó la puja entre los precandidatos a gobernador bonaerenses.
Tras la reunión con los inversores, Massa partió hacia San Miguel, donde los esperaban De Narváez y Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas). Al hablar de ellos, el anfitrión De la Torre los elogió y resaltó que eran «precandidatos». También lo dijo de Giustozzi y la diputada bonaerense Mónica López, que faltaron al acto y llamaron para disculparse. Un mimo inocuo, gratuito, efectivo.
Los dos ausentes se encargaron de enviar señales sugestivas. López le agradeció a Marcelo Tinelli que la invitara al «Bailando» y dejó abierta una novela de final incierto.
Giustozzi, en cambio, compartió un acto en San Isidro, junto a la esposa de Massa. Tener a Malena Galmarini como compañera de fórmula sería el mejor respaldo que Giustozzi podría esperar de Massa. Pero es un swap que el tigrense no está dispuesto a ofrecer..

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