Auge de endeudamiento sube los riesgos en Argentina

por BENEDICT MANDER
Hace menos de un año, Argentina estaba al borde de una crisis de balanza de pagos tras doce años de gobierno populista. Pero desde que en diciembre asumió el presidente pro negocios Mauricio Macri, los dólares inundaron la economía y las reservas del Banco Central la semana pasada superaron los u$s 40.000 millones.
Si bien el récord en este año del regreso de Argentina a los mercados de capitales colocando bonos por u$s 16.500 millones ya fue superado por Arabia Saudita, el gobierno sigue asustando a los inversores con una agresiva estrategia de endeudamiento; en las últimas semanas emitió bonos en pesos a largo plazo y tasa fija por u$s 8.500 millones.
En una notable muestra de confianza en que podrá estabilizar una economía que heredó con inflación de dos dígitos y reservas de divisas líquidas cercanas a cero, la mayor parte de la demanda de bonos en pesos a 5, 7 y 10 años provino de fondos internacionales que invierten en deuda local de mercados emergentes.
«Eso demuestra una fuerte convicción de que el banco central logrará bajar la inflación a un dígito en unos pocos años», dijo Andrew Cummins, fundador de Explorador Capital Management, un hedge fund norteamericano especializado en Latinoamérica.
La combinación de lo que Cummins sostiene son «algunas de las tasas de interés reales más altas del mundo» y un «balance soberano sólido» hace que los bonos en pesos sean un atractivo vehículo para la estrategia denominada carry trade, en la que los inversores se endeudan a tasas de interés bajas en una jurisdicción para comprar activos que rinden más en otra.
Sin embargo, Walter Stoeppelwerth director de research de Balanz Capital, un banco de inversión local, señaló que hay «cierta preocupación sobre cuándo esta gente va a dejar de emitir deuda». Después de que los funcionarios afirmaron que no volverían a los mercados este año, dan la señal de que un déficit fiscal cercano a 7% «no está realmente mejorando», comentó.
«Han vuelto, vuelto y vuelto [a los mercados]. Han acudido a casi todas las clases de inversor que uno puede imaginar, colocando toda la deuda que pueden, y eso está empezando a fastidiar a algunas personas», aseguró el ejecutivo, agregando que todavía es «buena noticia» que el gobierno haya prefinanciado sus necesidades para el resto del año.
En 2016 las entidades públicas colocaron deuda por u$s 40.000 millones tres cuartas partes de ello en moneda extranjera lo que aumentó la deuda pública a 50% del PBI, comparado con el 43% de diciembre último, según el Institute of International Finance (IIF).
Además, crece la especulación de que Argentina estaría buscando su inclusión en el índice JPMorgan de bonos soberanos en moneda local del mercado emergente conocido como GBI-EM eliminando las restricciones a las compras de bonos locales por parte de inversores extranjeros. Eso abriría todo un universo de inversores capaces de adquirir deuda local argentina, lo que ayudaría al país a depender menos de la deuda extranjera y así poner fin a la larga historia de crisis de deuda.
«Los inversores están brindando la liquidez que el gobierno necesita para financiar el cambio de régimen», dijo Martin Castellano, economista argentino de IFF.
En definitiva, la caza global de rendimientos elevados está ayudando a Argentina a posponer un doloroso pero inevitable ajuste fiscal hasta después de las elecciones legislativas del año próximo, donde el gobierno espera fortalecer su posición en el Congreso para consolidar su programa de reforma.
Por ahora, los analistas son optimistas en cuanto a que el crecimiento económico proyectado de entre 3% y 4% en 2017 después de una contracción de hasta 2% en 2016 colabore con el desempeño electoral del gobierno.
Aún así, pese al impresionante avance del gobierno en lo que se refiere a resolver un aluvión de problemas económicos, las tasas de interés en Argentina siguen siendo más altas que en otros países de la región. Si bien la deuda soberana argentina rinde 6,5%, Colombia puede endeudarse a cerca de 2%. «Los costos financieros de Argentina han caído, pero el déficit fiscal es una debilidad que limita su capacidad de financiarse a tasas más bajas. Para que las tasas de interés bajen más, la situación fiscal debe mejorar», agregó Castellano.

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