Cristina: bicicleta con el dólar, bicicleta con el juez

Cristina Kirchner no contestó a ninguno de los cuestionamientos judiciales que le hacen por la malversación ocurrida en la maniobra del dólar futuro. Ni en el texto que presentó en la Justicia, y mucho menos en la arenga que le dio a sus seguidores, explicó por qué les vendió barato a bancos y multinacionales un billete que salía caro en el mercado.
Tampoco dio una respuesta coherente al nocivo efecto de esa medida: el quebranto que le ocasionó al Estado de 71.000 millones de pesos, en los últimos meses de su gobierno.
Invocó a Hipólito Yrigoyen, también a Juan Perón. Habló de complot y le echo la culpa a Mauricio Macri.
Pero Cristina, en sede judicial, no justificó las dos graves anomalías que le imputan:
— Que vendió dólares futuro a 10,60 pesos, cuando ese billete costaba 15 pesos en la Bolsa de Comercio y en Manhattan.
— Que a través de esta maniobra financiera permitió que cerealeras, bancos y multinacionales tuvieran una maxi-utilidad del 42%. Hay que remontarse a la época de la dictadura, con la plata dulce, y del menemismo para encontrar una bicicleta financiera de tamaña magnitud.
Ambas imputaciones quedaron sin respuesta. Cristina no ensayó ninguna explicación en su primera citación a tribunales por una cuestión clara: si lo intentaba se embarraba peor. Eso es lo que complica judicialmente a la ex presidenta. La única alusión que hizo fue un párrafo de su escrito donde adhiere a las explicaciones de Axel Kicillof y Alejandro Vanoli.
El dúo fue muy pobre en su defensa. Flaco favor le hicieron a la ex presidenta: insistieron que fue una decisión política (es decir de Cristina) y nunca la dejaron a salvo de la malversación de fondos.
Cristina sabe que esta fue la primera de una serie de citaciones judiciales. Tendrá que responder por la ruta – en realidad, autopista — del dinero K y por los desaguisados de Hotesur.
En el circuito financiero se habla de que la reapertura del “caso Skanska” y parte de la declaración del valijero Leo Fariña pueden abrir una Caja de Pandora que involucre a dos ex ministros y conocidos banqueros. También la irregular forma como se otorgaron a empresas “amigas” los baratos Créditos del Bicentenario.
Por eso, la marcha de los seguidores de Cristina tuvo un objetivo: amenazar y amedrentar a los fiscales y jueces que la investigan.
También utilizó el escenario para culpar a Macri de los males que su gobierno engendró. Inflación, recesión, despidos, pobreza fueron herencias dejadas por su pésima gestión y que la impericia de la actual administración profundizó. La ex presidenta utilizó, para engordar su “relato”, errores que comete ahora la Casa Rosada.
Durante estas 120 jornadas de gestión quedó claro que el Gobierno asumió sin un programa económico de desarrollo. También ya resulta explícito que las invocaciones de los ministros al “trabajo en equipo” solo esconden una verdad: las fuertes internas que existen en la Casa Rosada. Marcos Peña pelea por espacios de poder con Susana Malcorra, cela a Rogelio Frigerio y trata de opacar a Alfonso Prat Gay, a quien le controlan todos los movimientos.
También existen diferencias entre Prat Gay y Federico Sturzenegger. La política de mega-tasas del BCRA provocó un fuerte freno productivo. La demanda de crédito se apagó y las empresas hacen malabares para no despedir.
Frigerio le cuestiona a Prat Gay al equipo “kirchnerista” que dejó en la Secretaria de Hacienda y varios ministros — en privado, porque no se animan a desafiarlo – consideran un disparate las recomendaciones y estrategias de Jaime Durán Barba que Macri sigue a rajatabla.
Primero el publicista ordenó no hablar de herencia. Esto le permite ahora a la oposición y a Cristina acusar a Macri del desastre económico que heredó. Durán Barba también sugirió ser indulgente con la corrupción “k” y ahora le sugiere al Presidente no leer los diarios ni contaminarse con los medios de difusión. Así lo dice: “Nosotros tenemos toda la información, ¿para qué intoxicarse?”
En privado, los empresarios de la Unión Industrial, la Asociación Empresaria y los banqueros de ADEBA comparten las ideas generales de la Casa Rosada. Pero ven serios problemas en tres cuestiones clave:
— Dicen que la política comunicacional del Gobierno es muy deficiente y perjudica a Macri. Ayer, en la central fabril exponían como ejemplo lo ocurrido el miércoles cuando la Argentina logró que un tribunal de Manhattan habilitara la salida final del default. Nadie en la Casa Rosada salió a capitalizarlo. La tarea quedó en la solitaria gestión de Alfonso Prat Gay. Justo en la jornada en que Cristina iba imputada a Tribunales, el gobierno de Macri salía de un tribunal con una buena noticia.
— No existe una coordinación mínima entre los ministros del gabinete económico. El manejo tarifario fue horroroso. Los secretarios Gustavo Lopetegui y Mario Quintana, en lugar de coordinar, se dedican a controlar y azuzar a los ministros. Peña no ejerce como jefe del área económica y, por eso, Macri paga el costo político de todas las antipáticas medidas económicas. En la UIA y en AEA les gustaría que Prat Gay tenga mayor injerencia en toda el área económica.
— Según los empresarios, aún no existe un plan de crecimiento y desarrollo que genere expectativas positivas. En mayo, el BCRA anunciará su plan monetario y Prat Gay el programa de financiamiento. Se tratara de dar una respuesta a los hombres de negocios. Pero se desconoce si esos datos alcanzarán para que los inversores abran sus alcancías.
Copyright Clarín, 2016.

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