El opositor

Por David Cufré
La transformación económica que produjo el kirchnerismo a partir de 2003 encontró a Mauricio Macri invariablemente en contra de las decisiones más trascendentes. El líder del PRO y los economistas que lo acompañan, como Alfonso Prat-Gay, Rogelio Frigerio, Carlos Melconian, Federico Sturzenegger y Miguel Kiguel, rechazaron las siguientes medidas:
– La reestructuración de la deuda. “La renegociación no se hace con patoteadas. Es muy difícil alcanzar el canje si se mantienen todos los puntos y comas de la propuesta del Gobierno. Una de las debilidades es que la oferta no tiene el apoyo explícito del FMI ni del Grupo de los 7”, dijo por ejemplo Kiguel cuando se conoció el prospecto oficial. “El plan para salir del default está equivocado. Va al fracaso”, arriesgó Melconian.
– La cancelación anticipada de la deuda con el FMI. “Para vivir sin el FMI hay que vivir con el mercado”, sostuvo Kiguel en 2005. “No cambia mucho las cosas, es una decisión más política que económica”, afirmó Melconian. “Argentina necesita hechos concretos. No hay nada de lo cual se haya liberado por no contar ahora con el Fondo, y no hay nada que no tenía que hacer antes que no deba hacer ahora. El agobio entre comillas del Fondo lo sentía el presidente cuando iba a Chile y le decían ‘arreglá con el Fondo’, iba a Brasil y le decían ‘arreglá con el Fondo’. Desde ese punto de vista sentía cansancio, pero la verdad es que no estaba sometido a ninguna meta que ahora pudiera hacer y antes no. Tiene poco impacto práctico no tener acuerdo con el Fondo”, analizó en 2006.
– La reforma de las leyes laborales para combatir la precarización y restablecer derechos a los trabajadores. El PRO votó en contra de una veintena de proyectos en el Congreso, como se repasó en esta columna la semana pasada. Uno de ellos fue el que eliminó el pago de una parte de los salarios con ticket canasta sin cargas a la seguridad social, por el cual intentó ser sobornado Mariano Recalde.
– La política de subsidios a los servicios públicos. “El esquema de subsidios es insostenible. Así no llegan al final del mandato”, arriesgó Prat Gay en diciembre de 2013. Juan José Aranguren, probable ministro de Energía de un gobierno de Macri, fue uno de los empresarios que más batalló contra ellos.
– La creación del fondo de desendeudamiento con reservas del Banco Central. “El Gobierno lanzó la medida para liberalizar recursos para incrementar los gastos corrientes”, cuestionó Sturzenegger en 2010.
– El desplazamiento de Martín Redrado del Banco Central ese año por negarse a constituir el fondo de desendeudamiento. “Le pido a la Presidenta que respete la autonomía del Banco Central y no nos conduzca a una crisis institucional como se originó con el conflicto del campo”, reclamó el propio Macri en aquel momento. El jefe de Gobierno advirtió que buscaría un acuerdo con el resto de la oposición para una sesión especial del Congreso, en la que se ratificara la independencia de la autoridad monetaria. “El gobierno nacional está usando todos los mecanismos de presión que tiene a mano para forzar la renuncia de Redrado”, se quejó. El candidato de Cambiemos varió de posición en este tema, ya que ahora exige la salida de Alejandro Vanoli en caso de llegar a la Casa Rosada. “El presidente del Banco Central tendría que tener la dignidad de presentar su renuncia porque no reúne los requisitos profesionales para el cargo”, afirmó.
– La estatización de las AFJP. “Estamos en contra de estas locuras chavistas. El Gobierno se quiere quedar con la caja de los jubilados”, alertó Macri luego de que la Presidenta anunciara el envío al Congreso de un proyecto de ley para derogar la jubilación privada. Un año después, incluso, sostuvo en una recordada entrevista televisiva que habría que volver al régimen de las AFJP. Los legisladores del PRO votaron en contra de la iniciativa.
– Ley de movilidad jubilatoria. El bloque del PRO se sumó a la UCR, la Coalición Cívica y el partido de Claudio Lozano en su rechazo a la ley que estableció dos aumento previsionales al año, en marzo y en septiembre, con el argumento de que la fórmula de cálculo para determinar los incrementos era “tramposa”.
– Estatización de Aerolíneas Argentinas. “Para mí la estatización de Aerolíneas es como el absurdo de lo popular, de lo nac&pop”, ironizó Sturzenegger cuando se debatía el proyecto en el Congreso, que el PRO rechazó. El economista volvió a la carga contra esa medida en una entrevista que publicó la revista Apertura en agosto de 2014. “El ajuste ya está con nosotros y lo hace el sector privado. El Estado se apropia de los recursos a través de impuestos o de emisión. El problema argentino es una puja distributiva pero no entre empresarios y trabajadores, sino entre el Gobierno y la gente. Hoy la Argentina se financia con inflación, que es un impuesto más. Cuando baja, se desajusta a la gente y se le devuelve poder adquisitivo. ¿Cómo? Disminuyendo la necesidad de gasto del sector público, bajando la corrupción, el clientelismo, los gastos inútiles, como Aerolíneas Argentinas”. Macri planteó en su momento que volvería a privatizar la empresa, aunque ahora afirma lo contrario.
– Estatización de YPF. “No vamos acompañar esta medida y le pedimos a todos los diputados y senadores de la Nación que no caigan en falsos simbolismos”, dijo Macri luego de la expropiación del 51 por ciento de la petrolera. “Anoche me fui a dormir muy preocupado –contó en esa oportunidad—, conmocionado como muchos otros argentinos. A las cinco de la mañana me desvelé y me fui a la cuna de Antonia, y la vi ahí, tan chiquita, indefensa, como la Argentina. No pude dejar de pensar en los millones de argentinos que vamos a estar comprometidos durante tantos años para pagar miles de millones de pesos, y lo peor es que una vez más va a quedar nuestra palabra devaluada.” Luego pronosticó: “Vamos a estar peor dentro de un año de lo que estamos hoy”. “Queremos una sociedad que sea igual a otras del mundo, ese es el nacionalismo que yo creo. No en los nacionalismos de los falsos símbolos, del que predica que la culpa siempre es de otro, que prepotea, que agrede”, insistió. “Lamento enormemente sentir una vez más que la Argentina va por un camino en el que va a estar cada vez peor”, completó.
– Reforma de la Ley de Abastecimiento. “Esta ley no contribuye. Solamente ayuda a poner más nerviosismo, más discrecionalidad por parte del funcionario, y contribuye a generar cada vez menos confianza”, sostuvo Macri cuando se trató esa iniciativa.
– Reforma de la Carta Orgánica del Banco Central. “Este proyecto es un retroceso muy grande. Es la institucionalización de la emisión de moneda para cubrir el déficit”, objetó Melconian. La ley, aprobada pese al rechazo del PRO y otros bloques de la oposición, le dio atribuciones a la autoridad monetaria para subir las tasas de interés de los plazos fijos y para profundizar la regulación sobre el sector financiero.
– Control de capitales. La regulación para la entrada y salida de divisas será eliminada por un gobierno del PRO. “A partir del 11 de diciembre, el que quiera exponer sus ahorros en la Argentina va a poder disponer de esos ahorros”, prometió Frigerio. La regulación impide los movimientos bruscos de los capitales especulativos.
– Precios Cuidados. “Los precios cuidados son una pérdida de tiempo y energía, de esfuerzo”, aseguró Hernán Lacunza, próximo ministro de Economía de la gobernadora María Eugenia Vidal, en marzo de 2014. “Está a la vista que no da ningún resultado, acá ni en ningún lugar del mundo. Seguro que los precios cuidados no van a bajar la inflación. Sabemos lo que tenemos que hacer”, agregó.
– Retenciones. “Hay que eliminar las retenciones y los ROE (registros de exportación)”, anticipó Macri.
– Fondos buitre. “Ahora hay que ir, sentarse en el tribunal de Griesa y lo que él termine diciendo, hay que hacerlo. Si no, entramos en default. Ahora ya nos ejecutaron. Tenemos que ir y pagar”, reclamó Macri en junio del año pasado.
Cuando la Presidenta dice “no fue magia” busca enfatizar que la recuperación que tuvo la Argentina desde 2003 se debió a una determinada orientación de la política económica, con decisiones fundamentales que rompieron con el modelo anterior. El PRO, como se ve en el repaso acotado, se opuso tenazmente a ese cambio, en línea con las entidades empresarias que expresan el pensamiento del establishment, como la Sociedad Rural, AEA, IDEA y los grandes grupos mediáticos. “No es Cambiemos. Es volvamos a los 90”, lo resumió Axel Kicillof.

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