Palabras de la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, durante el acto de inauguración del Hospital Materno infantil “dra. teresa germani” y anuncio de obras en La Matanza, prov. de Buenos Aires

18-09-2015
PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, DURANTE EL ACTO DE INAUGURACIÓN DEL HOSPITAL MATERNO INFANTIL“DRA. TERESA GERMANI” Y ANUNCIO DE OBRAS, EN LA MATANZA, PROV DE BUENOS AIRES
Muchas gracias, muy buenas tardes a todos y todas; ¿se escucha bien? quiero, en primer término, pedirles a los compañeros del bombo, que me ayuden con la garganta, que me ayuden un poquito los compañeros de la UOCRA, ¿los nombro a cambio de que paren con el bombo, y que me ayuden los del costado este, a ver muchachos, por favor: la verdad que estar aquí, en el corazón de La Matanza, en Gregorio de Laferrere, y haber sido este lugar el elegido para anunciar el envío al Parlamento argentino, de los nueve Principios para la reestructuración de deuda soberana contra fondos buitre, sancionados el 10 de septiembre, de este año, por el voto de 136 países, no es casual que haya sido aquí, tenie4ndo a mis espaldas también, este moderno Hospital Infantil “Dra. Teresa Germani”, que hoy inauguramos, porque – como alguien dijo recién – todo tiene que ver con todo: el comportamiento de la Argentina; las políticas que decidió Néstor Kirchner para reestructurar la deuda soberana, cuando dijo, que los muertos no pagan las deudas y que primero estaba la deuda interna, es lo que nos permite, hoy, aquí en La Matanza, decir – como recién señalaba Fernando – durante estos años hemos incorporado a cientos de miles de matanceros al agua, a las cloacas, al pavimento.
Y hoy, con la inauguración de este hospital, yo quisiera que en las pantallas del costado alguien pusiera lo que es la fachada del viejo hospital, una pequeña salita toda pintarrajeada, imposible creer que allí se pudiera prestar el servicio de salud que requiere nuestra gente. Miren lo que es este moderno hospital, de complejidad dos, ochenta camas, showroom, más de 90 millones de pesos invertidos, entre equipamiento y obra civil, las cloacas, el pavimento, este hospital, el próximo… porque no se crean que esta es la última vez que vengo a La Matanza. No, no, el día 7 de octubre, vamos a inaugurar otro hospital, en Rafael Castillo.
Quiero contar, si se me permite una breve historia de esto que vamos a inaugurar, el día 7 de octubre: un día, uno de esos días mágicos – como digo yo – aquí en La Matanza, donde habíamos inaugurado una canilla de agua potable, en Rafael Castillo, eso fue allá por el 2008, si mal no recuerdo. Ese día Alberto Balestrini y Fernando me dijeron: “agua potable necesitamos, pero tenemos un problema terrible con los hospitales; tenemos muy poquitas camas en los establecimientos. Estamos trabajando a cama caliente, no caliente, cama hirviente”. Y yo me fui ese día, después de haber abierto una canilla de agua potable, primer peldaño, primer escalón para tener salud, porque este hospital si no tenés agua potable, ni cloaca no sirve para nada. Tenés que tener, primero, agua potable y cloacas: (APLAUSOS).
Yo me fui a mi despacho y llamé a la gente de presupuesto, a la gente de Hacienda y le dije que si podíamos ver qué partida podíamos hacer para construir, por lo menos, dos hospitales, y encontramos una partida, que estaba por allí, creo que eran de 150 millones de pesos, año 2008. ¿Qué saben para qué era? Era para renovar y cambiar el Tango 01, el avión presidencial. Y saben ¿qué les dije? “El Tango está muy lindo, no lo pienso vender, pero tampoco lo pienso cambiar. No es necesario”. Y con esa plata lo llamé a Alberto y a Fernando, a mi oficina, y vinieron con los planos. Luego hubo gente que donó las tierras que necesitábamos y así comenzó la tarea de construcción, que vamos a culminar hoy, como estamos culminando hoy este maravilloso Hospital Materno, aquí, en el corazón de La Matanza.
Yo quiero saludar a los médicos, a los enfermeros, a los auxiliares, al personal de limpieza, a todos, hasta el electricista, a los técnicos porque tenemos que acostumbrarnos los argentinos, que esto lo dirige un médico, con pergaminos académicos suficientes para hacerlos, pero él solito, si no hay otros médicos, si no hay enfermeras, si no hay electricistas, si no hay cocineras, si no hay mucamas, si no hay el conjunto de la comunidad, que se moviliza es imposible. Y lo que pasa con un hospital también pasa con un país: se necesitan a todos, a los que están más arriba y a los que están más abajo. Y ojo, a los que están más abajo son a los que más se necesitan. Primero, porque son más y primero porque son los que primero ponen el hombre al país y a la Patria cuando se los necesita.
Acá también, en este hospital, ya se están entregando los kit de Qunitas, ese maravilloso programa que da a las embarazadas un kit completo, para su bebé recién nacido. Aquí se atienden, también, con el Plan Sumar, que hoy contempla desde que nacen hasta los sesenta y pico años de edad, tanto a hombres como a mujeres.
Y hoy, también – argentinos – pusimos en marcha el prototipo del Pampa III, un avión hecho, en la Fábrica Argentina de Aviones, FADEA. (APLAUSOS). Fábrica que recuperamos de la privatización, que tenía con la Lockheed, en el año 80, el entonces ministro Martínez de Hoz, de la dictadura, había prohibido y cerrado la fábrica, esa fábrica que había sido orgullo del Brigadier San Martín, un patriota argentino de la Fuerza Aérea, que trabajó como pocos por la industria aeronáutica. La pusimos de pie e invertimos más de 70 millones de dólares y estamos construyendo 40 nuevos aviones Pampa III, de las cuales hoy se produjo el primer vuelo. (APLAUSOS).
También hoy estamos desarrollando, el primer avión de acrobacia argentino. Sí vieron, esos que hacen espectáculos, en Estados Unidos, que todos están con la boca abierta, mirando las cosas que hacen en el aire y lo vamos a hacer, acá, en la República Argentina, con obreros argentinos, ingenieros argentinos y miembros de la Fuerza Aérea Argentina. (APLAUSOS).
Axel y yo, una vez que estábamos en Córdoba, hace muy poquito, nos subimos a unos de esos Pampa III y la verdad que uno siente un gran orgullo, como argentino, de poder recuperar algo que fue un símbolo de la industria, del crecimiento y del desarrollo nacional.
También, en Amstrong, provincia de Santa Fe, hoy hemos invertido, abriendo para una Federación de Cooperativas, una inversión de 34 millones de pesos, de las cuales casi 25 fueron aportados por el Gobierno Nacional, para industrializar Girasol Confitero, el maíz pisingallo, que todos dirán: “¿qué es el maíz pisingallo? El de los pochoclos, muchachos. Cuando vas al cine y comés pochoclo, bueno eso es maíz pisingallo. Y lo vamos a hacer también, aquí, en la Argentina y hemos dado este crédito a estas federaciones de cooperativas para que produzcan toneladas y toneladas de legumbres, arvejas, que además comparada con otros cultivos tradicionales, por el valor agregado, son mucho más rentables por hectáreas y por precios.
Además, inauguramos, por primera vez, desde su fundación la ANMAT. Todos se preguntarán ¿qué es la ANMAT? La ANMAT es una dependencia del Estado, es la que cuide que los medicamentos, los que tomas vos para los nervios, los que toma alguien para el cáncer, los que toma alguien para la diabetes o para el Sida, o para cualquier otra patología tengan la pureza y sean realmente medicamentos. Hoy, por primera vez, desde su fundación (año 1992) estamos inaugurando con una inversión de más de 20 millones de pesos la sede propia, para que no solamente se empiece a controlar, sino también se comience a producir o a participar en el proceso de la producción de estos medicamentos.
Y también, porque cada vez que he venido, aquí a La Matanza, o a cualquier otro punto de la República, hemos venido a mostrar las cosas que hemos hecho, pero hemos también venido a mostrar el futuro. Y yo quiero mostrarles, hoy, el futuro con lo que acabamos de inaugurar: la sede de la Federación Argentina de Nanotecnología. Escuchen bien, esa palabras: “Nanotecnología”, va a definir el desarrollo científico y tecnológico en todos los campos: en los alimentos, en la salud, en las armas, en todo lo que tiene que ver, con las próximas décadas. ¿Qué es la nanotecnología? Es una ciencia que manipula partículas mínimas, átomos y moléculas y a partir de esa manipulación mínima es que puede crear e intentar cualquier cosa, en cualquier campo.
Ayer, charlando con uno de mis médicos, me decía que le apuntaba a su hijo que estudiara Nanotecnología, que los próximos médicos, en los próximos 20 ó 30 años, van a regirse por la Nanotecnología, para que tengan una idea, es una micromillonésima parte de un milímetro. Se los hago más clarito, comparen el tamaño de una naranja con el tamaño del planeta Tierra. Esa es la misma diferencia que hay entre un nanómetro y exactamente un milímetro. Fíjense ustedes el grado de complejidad y el mundo que nos espera. Hoy también inauguramos eso con una inversión de más de 20 millones de pesos, 26 millones de pesos, mide 600 metros cuadrados en un campus universitario. Y ustedes me dirán: ¿y todo esto tiene qué ver con la deuda o reestructuración de deuda soberana? Todo querido, todo, porque si nosotros caemos otra vez en un proceso de endeudamiento, si nosotros accedemos a las demandas usurarias de los fondos buitre, todo esto que hemos hecho, en estos 12 años y medio de trabajo incansable, se puede venir abajo. Y lo menos que queremos, los argentinos, es eso. Por eso, vamos a incorporar, como normas de orden público, a nuestro sistema de derecho, lo que 136 países acompañaron a la Argentina, en esto que no solamente es para la Argentina, es un legado para la humanidad.
Y yo quiero decirles, en esta maravillosa tarde, de Sol, en estar tarde de realizaciones, de logros, con este hospital magnífico, a mis espaldas, quiero decirles, que esta semana y hechos que han sucedido, en esta semana, me han hecho reflexionar, me han hecho pensar y compartir con ustedes algunas reflexiones. Porque va a haber elecciones en la República Argentina, pero ¿saben qué? Con las cosas que he visto en la última semana me he dado cuenta, ya lo sospechaba pero lo he confirmado plenamente, en las próximas elecciones no se trata solamente de elegir un presidente, un gobernador o un intendente o una intendenta, se trata de elegir de qué país queremos dejarle a nuestros hijos y en qué país queremos vivir nosotros.
Porque cuando uno ve, por ejemplo, que lo que constituye la base de la soberanía popular y, fundamentalmente de la democracia, que es el voto popular y que se expresa a través de la voluntad de cada ciudadano, de repente dos jueces deciden anular la voluntad de cientos de miles diciendo que algunos que no pueden o no saben votar porque son pobres, creo que estamos retornando a épocas predemocráticas.
Quiero contarles algo porque me ha impresionado mucho esto. Yo era muy chica, tenía nueve años, no entendía nada de política, pero en frente de mi casa, en la ciudad de La Plata, tenía dos amiguitas, María Elena y María Susana, su papá era el doctor Roberto Guaresti que, a la sazón, en ese momento, era candidato a intendente de La Plata con la fórmula Framini-Anglada. Yo no entendía nada, pero había visto el afiche con la cara del papá de mis amigas pegado en las calles y ahí había entendido que había elecciones. En mi casa se hablaba también porque, obviamente iban a votar a Framini-Anglada, eran peronistas. Y hubo elecciones aquí en la provincia de Buenos Aires y ganó en el año 62, la fórmula peronista Framini-Anglada. ¿Y saben qué pasó? Tres militares, que en ese momento eran jefes de cada una de las Fuerzas presionaron y el presidente se dejó presionar y anularon las elecciones. El ministro del Interior dijo “es que Framini no puede asumir como gobernador, es netamente peronista”. Esto está en la crónica histórica.
Yo me acuerdo de chiquita y no entendía por qué el papá de mis amigas no había sido intendente.
Pero no había sido la primera vez en la historia. Hubo otra en el año 31, después que tumbaron a Yrigoyen. El general Uriburu al año siguiente llama a elecciones en la provincia de Buenos Aires pensando que iban a ganar los conservadores y no los radicales. Y ganaron, ganaron de vuelta en elecciones libres los radicales. Anularon también…Un presidente, dos presidentes anularon las elecciones.
Ahora, ya ni siquiera son presidentes; basta con dos jueces en un fórum shopping para que una provincia se intente desconocer la voluntad popular. Eso es una Argentina predemocrática.
Y si se me permite, yo sé que muchos compañeros dicen que hay algunos que quieren volver a los 90, 1990. Me parece que estos ni a los 90, estos quieren volver a 1890, a la etapa del fraude patriótico donde si no ganaba yo, no había elección y se tiraba todo abajo.
La verdad que si había alguna irregularidad, había 20 formas legales de solucionarlo, dentro de la ley y respetando la voluntad popular.
En realidad, todos sabemos qué pasó: perdieron y no soportaron perder y fue eso lo que pasó. Es lo que no puede volver a pasar más en la República Argentina.
Y ayer también vi cuando, yo no miro mucha televisión, en fin, no me sienta bien por ahí este…pero ayer vi que intentaron clausurar un canal de noticias en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, porque, bueno, no sé, porque iban a dar un informe o porque no le gustaba lo que decían o porque…
¿Ustedes se imaginan si con todo lo que han dicho de esta Presidenta, se me ocurriera porque no me gusta lo que dice tal periodista, tal canal o tal radio…? Seguramente estaríamos haciéndonos señas. ¿Y estos son, pregunto yo, estos son, perdón, y discúlpenme, pero estos son los que nos trataban de autoritarios a nosotros? A mí me han dicho hasta dictadora por televisión y fíjense ustedes, yo los desafío a cualquiera de ustedes, a los mayores, a los que recuerdan la televisión y los medios de comunicación entre el 76 y el 83, a ver si alguno se acuerda si a Videla, algún periodista, alguna locutora, algún comentarista, algún analista se atrevió a llamarlo, yo no digo asesino o genocida, no, simplemente dictador. No, jamás.
¿Pero saben qué? Esto es lo que me preocupa. Y ya no me preocupa solamente la política de industrialización, la profundización de la inclusión social, hay algo más denso debajo de todo esto: me empieza a preocupar qué pasa si ganan los que piensan que porque te critican por televisión, tenés que cerrar un canal o porque si perdiste las elecciones tenés que denunciar fraude y conseguir un juez amigo que te dé la razón. ¡Por favor!
En nombre de tanta gente, ¿qué es esto? ¿Qué es esto digo yo, compatriotas? ¿Qué es esto, compatriotas, de decir que los pobres no saben votar? ¿Qué es esto, compatriotas, de que alguien que ha tenido la suerte de ir a una universidad, seguramente pública y gratuita, obtener un título de abogado, tener la suerte de ser juez que además no paga impuestos como pagamos el resto de los argentinos, qué es esto de que esas personas nos vengan a decir que el sistema electoral tiene un problema estructural porque los pobres, los vulnerables de penden de los políticos? ¿Qué significa que los pobres son idiotas, que los pobres no saben votar, que hay que prohibir el voto de los pobres o de los provincianos? Porque además, y lo digo como una mujer del interior profundo, del país profundo, siento en el fondo un tufillo, un gusto a centralismo, a desprecio profundo por las provincias. Y como son las del norte, que casualmente fueron abandonadas a la mano de Dios por políticas neoliberales, no solamente que las abandonaron, sino que ahora las condenan cuando quieren defender sus conquistas y sus derechos a través del ejercicio democrático del voto popular.
¡Por Dios, qué país quieren! Discutamos políticas, discutamos programas, discutamos proyectos, discutamos lo que quieran. ¡Pero, por favor, no retrocedamos en la máquina del tiempo y volvamos a esa Argentina donde algunos propugnaban el voto calificado! No volvamos a esa Argentina, donde cuando un periodista o un analista no dice que soy linda, alta, rubia y de ojos celestes, voy y le clausuro el canal o le cierro la radio. Esa época no puede volver más a la Argentina, nunca más. Demasiados argentinos perdieron la vida, demasiados argentinos se sacrificaron para que tengamos que estar discutiendo estas cosas.
Finalmente, quiero decirles y para terminar donde empecé, porque todo tiene que ver con todo, que además también hoy, en el día de la fecha, entregamos el microemprendimiento social 200 mil; que también en la fecha de hoy importantes empresas argentinas recibieron préstamos FONDEAR. CANALE, el señor de industrias alimenticias, con ese nombre, en realidad, es la vieja fábrica CANALE, que afecta a 5 economías regionales: a Mendoza, a Catamarca, provincia de Buenos Aires, Neuquén, Río Negro. Allí, más de 1.700 trabajadores, hoy otorgamos un préstamos de 150 millones de capital de trabajo para que sigan produciendo conservas argentinas y manteniendo la industria nacional.
También a frigoríficos e industrias de la carne del Norte, en Salta. Vamos con la carne, argentinos, que ya también estamos entrando en Canadá, después de haber logrado el fallo favorable de la Organización Mundial del Comercio.
También, otro préstamo a VALMONT. Y aquí quiero hacer una referencia a un comentario que me hizo su vicepresidente al momento de recibir el préstamo. VALMONT es una importantísima empresa de carácter multinacional en materia de riego y decidió, merced a nuestra política, Débora fue una de las que más los corrió, decidieron venir a invertir a la Argentina. Era increíble que no hubiera industrias de escala internacional en un país donde el agua y la siembra son fundamentales. Y VALMONT, el vicepresidente cuando recibió el crédito, son los pivotes esos que ustedes ven en los campos que dan vueltas y hacen como círculos de riego, le dimos un préstamo de 40 millones de pesos para que produzcan en la Argentina y no tengamos que importar equipos de riego. Y me dijo el vicepresidente de VALMONT, “esto que usted me da hoy, va a servir para regar los campos de legumbres en Amstrong, en la fábrica de las cooperativas para que tengan más y mejores legumbres, más y mejores productos” y me dijo “porque todo hace juego con todo” Y tiene razón el vicepresidente de VALMONT, todo hace juego con todo.
La posición de Néstor en materia de deuda externa, tuvo que ver con la posibilidad de todo lo que tiene La Matanza, el Conurbano bonaerense, la provincia de Buenos Aires. Por eso pudimos hacer la línea de extensión de electricidad cruzando toda la Patagonia; por eso pudimos hacer el gasoducto NEA-NOA y la línea de alta tensión NEA-NOA. El país estaba abandonado y en decadencia.
Creo y para finalizar, que lo más gráfico, lo más metafórico se puede encontrar acá en Gregorio de Laferrere. Yo le pido a cada uno de los 350 mil argentinos y argentinas que viven en Laferrere, que pasen por la antigua salita y ahora vengan a este hospital y después, que le vengan a contar de afuera si cambiamos o no cambiamos la Argentina. La cambiaron ustedes, ustedes cada vez que decidieron apoyar un proyecto nacional, popular y democrático. Porque saben que también se vota en defensa propia, también se vota por los propios intereses. Está muy bien que así sea, porque es la manera en que una sociedad democrática, dirime sus diferencias, a través del voto y no a través de fallos judiciales.
Muchas gracias y los convoco a más democracia, a más libertad de prensa, a más libertad para que cada uno diga y piense lo que quiera y, fundamentalmente, argentinos y argentinas, que a nadie lo señalen por ser pobre y que eso signifique que porque sos pobre te pueden comprar. Al contrario, muchas veces se venden los de más arriba por cuatro monedas y no los de abajo.
Muchas gracias a todos y a todas, los quiero mucho, gracias Laferrere, gracias La Matanza, gracias Fernando.
Gracias, muchas gracias, los quiero mucho a todos y a todas. (APLAUSOS)

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