Víctor Fera, dueño de Maxiconsumo: «Braun no puede controlar a Braun»

Es uno de los pocos empresarios que vende alimentos de calidad a bajo costo en Argentina y ofrece una visión distinta sobre el problema de la inflación en nuestro país. Controla a uno de los principales mayoristas nacionales y a marcas alimenticias que son líderes en el mercado. Cuestiona al secretario de Comercio del macrismo por tener conflicto de intereses con los supermercadistas y dispara contra los hombres de negocios que forman los precios. Conocelo en una charla a fondo.
por Luis Torre
Victor Fera nació en el oeste del conurbano bonaerense, empezó a trabajar en un negocio familiar del popular barrio de Laferrere, en el corazón de La Matanza, y hoy es el hombre que le vende a los que te venden. Desde su imperio de bajo costo pero alta calidad, con el mayorista Maxiconsumo y marcas alimenticias líderes en el mercado cómo Marolio y Molto, pelea día a día con las grandes cadenas de supermercados a las que apunta directamente por la escalada de precios en Argentina. “¿Cómo no me voy a enojar cuando veo los precios que paga la gente si se cuáles son los costos?”, reflexiona mientras su mirada sigue con atención el monitor central de su oficina desde el cuál controla todo lo que pasa con el stock y los precios de uno de los mayoristas más importantes del país.
Para Fera es importante “estar cerca de la sociedad”, pero también de sus seres queridos. Por eso saluda a un sobrino que trabaja en la oficina de al lado y cuenta que toda su familia participa de un negocio familiar que tiene su búnker en Capital Federal, donde los barrios de Villa Del Parque, La Paternal y Agronomía se chocan en un laberinto de trenes y avenidas.
– ¿Cómo fue apostar en plena década del 80 a una empresa cómo Marolio que no estaba ni cerca de tener la magnitud de hoy?
Nosotros empezamos con un supermercado en el año 68/69 familiar, y después siempre fuimos mayorista desde el año 72 en adelante. Marolio era una empresa que estaba en el mercado y en ese entonces era importante en el oeste, era conocida en la zona donde yo me movía, se dio poderla comprar en el 85. Se compró y se empezó a trabajar fuertemente en eso, y ahí estamos ahora, estamos en las grandes peleas comerciales que es importante para la sociedad, porque Marolio cómo cualquiera de nuestras marcas son marcas líderes con prestigio, con calidad, con todo lo que tiene que tener para que a un país le vaya bien y realmente invertimos en la producción y trabajamos en todo y manejamos siempre un precio justo.
– Usted le llama precios justos a lo que la mayoría llamamos precios baratos, ¿por qué puede vender alimentos a esos costos cuando en la gran mayoría de supermercados los números son distintos?
Porque quizás a nuestro trabajo, al que le ponemos mucha dedicación, lo valoramos un poco menos que el resto, trabajamos bien, hacemos las cosas bien en la sociedad. Tenemos una necesidad de que al país le vaya bien, no importa el Gobierno con que bandera venga, queremos que al país y a la sociedad le vaya bien.
– ¿Cree que esos inicios en La Matanza influyeron en su visión de lo que hay que hacer para beneficiar a la sociedad?
Nosotros estamos siempre muy cerca de la sociedad, no nos alejamos. Si bien nos frecuentamos los mismos lugares de antes por los tiempos, o por lo que sea, nos acordamos quienes somos, de donde venimos y donde estamos.
– ¿Y cómo se hace para competir contra marcas y cadenas tan o más grandes que las de su grupo con estas diferencias de precios?
Competimos muy bien, atendemos a una gran porción de los negocios minoristas del país que hoy le compran a Maxiconsumo y estamos en cadenas cómo Jumbo, Wallmart, Libertad, Átomo, Josimar. Estamos en un montón de cadenas chicas y algunas grandes cómo las que nombré pero estamos.
Maxiconsumo provee a una infinidad de negocios grandes y chicos que venden alimentos en Argentina y eso convierte a su dueño en uno de los formadores de precios más importantes del país. Esa posición llevó a Victor Fera a tener relación con los diferentes secretarios de Comercio que han pasado por los gobiernos a lo largo de los años. Sin embargo, hoy no tiene diálogo con quién ocupa ese lugar.
Desde la asunción de Mauricio Macri, Miguel Braun conduce la Secretaría de Comercio. El detalle no menor es que Braun pertenece a la familia dueña de los supermercados La Anónima y es señalado desde diferentes sectores por supuesta incompatibilidad para ocupar el cargo.
– Hoy por hoy, ¿tiene diálogo con el secretario de Comercio, Miguel Braun?
No tengo diálogo con Braun, antes de hacer este tipo de declaraciones intenté tender todas las redes para que no suceda lo que está sucediendo con los precios. Yo no me siento responsable de las cosas que digo porque intenté por todos los caminos para llegar y poder explicarle que esto está mal, y que nosotros podemos ayudar a bajar la inflación de los precios en el país.
– Mucha gente votó a Macri suponiendo que estaba eligiendo a un Presidente más amigo de los empresarios y eso iba a ayudar a que el Estado y los privados lleguen a acuerdos para bajar la inflación.
Yo no digo que no sean amigos de los empresarios, si son amigos entre ellos, son familia, son conocidos, si juegan al póker o al bridge yo no se. Braun no puede controlar a Braun, si hay un Braun que controla a Braun tiene que haber un Fera que controle a Braun. Pero lo digo también por los otros mayoristas, tiene que haber un Vital, un Jaguar, que diga este sector mayorista se va a manejar así. No es popular lo que digo.
– En otras entrevistas usted remarcó que el gran problema de los precios durante el kirchnerismo radicaba en que no existía la libre competencia real. ¿Eso sigue igual?
Exacto, nosotros tuvimos problemas con una empresa que nos dejó de comprar para no vender nuestros productos que son más baratos. Eso hace que quieran extorsionarme cómo pasó y no cambió nada, lo único que cambió fue la palabra Cambiemos. Si cualquiera agarra un fideo Molto y lo compara con cualquier otra marca nacional va a ver que tenemos la misma calidad. Ese fideo vale $11.50 o $12.50, pero ni $18 ni $25. Entonces no nos dejan entrar y el Gobierno mira para un costado.
Yo no digo que no sean amigos de los empresarios, si son amigos entre ellos, son familia, son conocidos, si juegan al póker o al bridge yo no se. Braun no puede controlar a Braun, si hay un Braun que controla a Braun tiene que haber un Fera que controle a Braun.
– Entonces, ¿dónde estuvo el cambio?
Con Cambiemos cambiamos a los malos por otros también malos, que tampoco eran tan buenos.
– Tanto el gobierno anterior cómo este lanzaron planes para intentar frenar la suba de precios, cómo Precios Cuidados y Precios Claro. ¿Cómo analiza sus resultados?
El problema de Precios Cuidados y Precios Claros es que no se controlan, no están exhibidos y las marcas que pueden hacer bajar los precios de la competencia no están exhibidas, no están puestas en las góndolas y a la Secretaría de Comercio no le interesa que estén esas marcas.
– Desde el Gobierno Nacional adjudican la situación general de la economía, incluida la suba de precios, a una pesada herencia recibida de la gestión anterior.
Yo escucho hablar del pasado, lo que pasó, y me parece que se robaron todo y tienen que ir todos presos, que la justicia tiene que actuar, pero ahora necesitamos que gobiernen para que no vuelva a suceder lo mismo. Que la justicia actúe pero si estamos tomando esto para ganar tiempo porque nos estamos equivocando demasiado la gente se va a dar cuenta y no lo va a perdonar. Deben gobernar para 40 millones de personas, no para 12 o 13 familias.
Fera es hincha de San Lorenzo pero no se reconoce cómo un amante del fútbol y se ríe al reconocer que le gusta que su equipo gane pero “cuando pierde digo que soy del otro, algunos fanáticos se enojan porque hago esto”. En los ratos libres le gusta jugar al tenis aunque remarca que no es amigo de “eso de sentarse en una cancha a ver 4 horas un partido”.
– Hablando de tenis, si el año en vez de en semestres se dividiera en sets ¿cómo viene el partido contra la inflación?
El primer semestre salió mal, si es un partido de tenis perdimos 6 – 0, si queres segundo semestre podemos perder 6 – 1, pero no 7-5. No llegamos a tie break”.
– ¿Las ofertas en los supermercados son una forma de intentar dejar de perder el partido contra la inflación?
Las grandes cadenas son un gran engaño, yo miraba los grandes diarios y veía 60% de descuento cómo si fueran ofertas. Ayer ese hombre me robaba, ¿con qué honestidad yo puedo comprarle? Esas cosas no se razonan, si ofrecen esos descuentos es que alguien me está cobrando de más. Te remarcan un 200 o 300 % y después te ofrecen una rebaja del 60 %. Esos no son descuentos.
– Uno supone que al Gobierno no le conviene una escalada de precios porque lo afecta políticamente, entonces ¿que rol debería tomar el Estado?
Que el gobierno diga que quiere bajar los precios no significa que la parte de abajo lo quiera hacer, no saben de esto, no entienden. El Estado no debería regular nunca pero cuando se le va de la mano los precios el Estado debería regular.
En las últimas semanas estallaron varios conflictos alrededor de la suba de precios en el aceite y la leche y el faltante de estos productos en distintos puntos del país. Pero, ¿cuáles son las responsabilidades que tienen el Estado y los empresarios? Fera reflexiona y, sentado en una oficina decorada con fotos familiares y algunos de los productos que ofrece para intentar bajar la inflación, no esquiva ninguna pregunta.
– A principio de año hubo una fuerte devaluación del peso y muchos economistas le atribuyen a esa decisión parte del crecimiento de la inflación en Argentina. ¿Qué influencia tuvo según su visión?
Yo no puedo atribuir que esta suba de precios sea el dólar, el dólar está planchado desde enero. ¿A quién le vamos a echar la culpa, al dólar? No, el dólar no es el problema, el problema es la falta de competencia. Si no hay competencia y hay monopolio y corrupción no se va a solucionar. Las cosas siguen subiendo en dólares pero el dólar no sube. Hasta la hojalata subió en estos días 2%.
– Visto desde ese punto, intuyo que entonces todo se debe a decisiones empresariales.
Las decisiones empresariales existen, sabemos por qué. Acá se devaluó, se le quitó retenciones al maíz, y la leche al tambero se la compran más barata de lo que le cuesta, pero con la paradoja de que el litro de leche que le pagan 4 pesos los supermercados lo venden a 25 y alguien se queda con esa plata. Al tambero no le pagan en fecha no le pagan lo que vale la mercadería y después esa mercadería llega al punto de venta a $25.
El primer semestre salió mal, si es un partido de tenis perdimos 6 – 0, si queres segundo semestre podemos perder 6 – 1, pero no 7-5. No llegamos a tie break.
– ¿Y cuál sería para usted el precio justo de la leche teniendo en cuenta todas estas referencias sobre los costos?
Si me pregunta a mi que soy un industrial cuánto vale 1 litro de leche, hoy en la puerta de la fábrica no cuesta más de 8 pesos y se está vendiendo 200 o 300 por ciento más. Con el camión puesto en la fábrica cuesta $8, la distribución le agrega 12 o 13 por ciento al precio. Eso vale la leche. A las cadenas de supermercados, según las marcas, le cuesta entre 9 y 12 pesos el litro y la leche es la misma para todas las marcas. No existen dos calidades de leche, es todo una mentira. Lo que hay de los 9 a los 12 pesos son los valores marcarios que la gente está dispuesta a pagar. Ahora, cuando se llega a 12 pesos ¿cómo va a valer 25? Al no estar la competencia dentro de las estanterías de esas cadenas, pueden cobrar lo que se le de la gana.
– El sector lechero no es el único que está en conflicto. En los últimos días hubo una psicosis por la suba del precio del aceite, la gente arrasó las góndolas y hubo faltantes en muchos lados. ¿Cómo lo vivió teniendo en cuenta que Marolio es una marca líder en le rubro?
Fui un referente del aceite cuando salí a decirles que no compraran aceite que no se iban a quedar sin aceite, que si salían a comprar en la desesperación lo iban a pagar el doble para guardarlo en la alacena. Barrieron las góndolas de aceite. Los supermercados le roban la plata al pueblo porque le roban con las ofertas, porque engañan con los productos ciegos, exhiben solo lo que quieren vender. No fueron responsables, yo estaba en el exterior y a todos los medios que me llamaban les decía que no salgan a comprar aceite.
– ¿Y la famosa apertura de importaciones cómo está afectando a la producción nacional de este tipo de productos?
No estoy en contra de la apertura de importaciones cuando hay un faltante de una mercadería en Argentina, sí estoy en contra cuando se produce en Argentina que tenemos toda la mercadería porque ahí estamos perdiendo divisa, arruinando fuentes de trabajo. La competencia siempre es buena, es lo único que baja los precios pero indiscriminadamente no podemos hacer eso.
– Sin embargo esa libre competencia con productos importados no siempre logra el objetivo y, por ejemplo, los fideos traídos de afuera son más caros que los nacionales.
El problema es que el fideo que se importa de Italia se vende allá a 50 centavos de Euro y acá se vende a 5 o 10 dólares. Eso no es una importación, eso es un asalto a la comunidad. Eso es cómo que estés parado en una parada de colectivo con la billetera y alguien te empuja y te la saca. Vos estás parado frente a una góndola y, mientras no te dejan ver las marcas buenas de Precios Cuidados, te ponen la otra es lo mismo que te saquearan la billetera. No te dejan comprar, entonces eso es lo que le está pasando al pueblo.
– ¿Todo este contexto inflacionario del que venimos hablando es el que hace que, según los últimos datos del INDEC, haya bajado el consumo pero subido la facturación de los supermercados?
Es falso. En el sector alimenticio la facturación cayó entre 8 y 10%. La suba de precios desde el primero de noviembre al 31 de julio en este ámbito creció más del 40%. Acá no hay INDEC, no hay nada, hablamos de estos productos que son más de 5 mil.
Fera apuesta a seguir invirtiendo en el país y a sostener sus políticas de precios accesibles para la sociedad. Por eso está construyendo la tomatera más grande de la Argentina, produce sus fideos en Argentina y también genera puestos de trabajo. El empresario sigue intentando que el Gobierno Nacional lo reciba para trabajar en el combate contra la inflación, pero por ahora no tiene respuestas.
– El Gobierno pide inversiones para apaliar la situación económica y de desempleo, ¿qué se viene en el futuro de Maxiconsumo y Marolio?
Nosotros venimos invirtiendo desde hace muchos años en industria, invirtiendo bastante dinero y seguimos invirtiendo. Pero esta visión viene de antes de esto y va a seguir. La planta más importante de tomates en Argentina va a ser la nuestra, Estamos instalando un concentrador de más de 2 mil toneladas diarias que es algo que no hay en Argentina. Podemos vender más barato porque invertimos dentro de la industria, invertimos haciendo una fábrica de fideos muy importante con 2 máquinas de 10.500 kilos hora. Con esta producción vamos a estar produciendo 25% más de lo que se produce en Argentina, así que el fideo va a bajar o va a bajar, ya es capricho mío.
– Y en todo este contexto, ¿cómo está la situación del empleo?
Nosotros en todo el grupo tenemos 2 mil trabajadores diarios y vemos que hay gente que me llama por teléfono para pedir trabajo porque la suspendieron o la despidieron. Cómo estamos en el llano mucha gente me pregunta si tengo laburo, ya es una cosa normal, gente que me conoce de hace mucho porque nunca cambié el teléfono. El contacto con la gente es mucho más importante y es mucho más fácil.
– Entonces, resumiendo, ¿qué medidas cree que se deberían tomar para bajar la inflación y favorecer la creación de puestos de trabajo?
No soy economista ni político y no te quiero mentir, pero yo lo que diría es que si hubiera controles cómo corresponde hoy conmigo los argentinos pagarían mínimo 20% menos. Si vos ganas 10 mil pesos y gastas eso, vas a gastar 8. El control no tiene que ser nada exagerado, hay que controlar las góndolas, se tiene que terminar el monopolio de las góndolas. Tienen que pensar de una vez por todas en los argentinos, es muy sencillo lo que hay que hacer. Son 4 medidas chiquititas que no hay que ni controlarlas, solo hay que controlar que la exhibición de la competencia esté en las góndolas.
– ¿Va a seguir intentando que lo atienda el Gobierno?
Me encantaría que me atendiera el Presidente de la Nación. Lo intenté, mandé cartas y pasé todos los procesos legales pero no hay respuestas. Te derivan pero no importa, eso no tiene nada que ver, por ahí algún día tenemos la posibilidad de que nos atiendan y nos escuchen. No lo pido por mi, para mi beneficio propio es que cuánto más caro está la competencia más caro voy a vender yo, pero es al revés y hay que empezar a pensar en la sociedad.
«Que la justicia actúe pero si estamos tomando esto para ganar tiempo porque nos estamos equivocando demasiado la gente se va a dar cuenta y no lo va a perdonar. Deben gobernar para 40 millones de personas, no para 12 o 13 familias».
«La suba de precios desde el primero de noviembre al 31 de julio en este ámbito creció más del 40%».

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