Martín Guzmán es economista, investigador en la universidad de Columbia y especialista en problemas de deuda pública y desarrollo económico. En una charla con Política Argentina, expresó que tras la crisis cambiaria el gobierno de Mauricio Macri comenzó una nueva etapa. «La etapa anterior fracasó y la corrida desnudó eso», asegura el investigador. El rol del FMI, el modelo de desarrollo y los problemas de diagnóstico en la economía argentina.
por Tomás Aguerre
Martín Guzmán es economista, investigador de la Universidad de Columbia y especialista en problemas de deuda pública y desarrollo económico. Entrevistado por Política Argentina, a propósito de la crisis económica que afronta el gobierno de Mauricio Macri, sostiene que el gobierno empezó una nueva etapa a partir del acuerdo con el FMI. Hace un repaso por algunas de las decisiones de política económica que desembocaron en la situación actual, como las metas de inflación: “hasta donde sé, no hay casos en los que se haya establecido un esquema de metas de inflación usando a la tasa de interés como instrumento en condiciones como las que prevalecían en Argentina en marzo de 2016”.
Guzman, quien entre otras actividades participa del grupo de investigación Macroeconomic Efficiency and Stability dirigido por Joseph Stiglitz, sostiene que el gobierno debe abordar dos temas sobre los que no ha expresado un rumbo claro: un modelo de desarrollo y una política macroeconómica acorde a él.
¿Cuál te parece que fue el modelo de desarrollo que eligió Argentina con Macri?
Ya se pueden definir dos etapas durante el gobierno de Macri en cuanto a la definición de un modelo económico. La primera es la que comenzó apenas asumió la presidencia. Fue la etapa de la sobre-confianza en los mercados para satisfacer las necesidades del desarrollo. Se asumió que como consecuencia de reformas pro-mercado y un cambio de rumbo en la política macroeconómica se estaban generando condiciones suficientes para establecerse en un sendero de crecimiento sostenido liderado por la inversión externa. Se confió también en la capacidad del nuevo esquema monetario de metas de inflación para reducir la inflación sin generar desequilibrios externos. En esa visión, la mayor apertura también contribuiría al crecimiento de la productividad del sector transable, y la destrucción de empleo que aquella conllevase se vería compensada por creación de puestos de trabajo en el sector servicios. Ese modelo fracasó.
por Tomás Aguerre
Martín Guzmán es economista, investigador de la Universidad de Columbia y especialista en problemas de deuda pública y desarrollo económico. Entrevistado por Política Argentina, a propósito de la crisis económica que afronta el gobierno de Mauricio Macri, sostiene que el gobierno empezó una nueva etapa a partir del acuerdo con el FMI. Hace un repaso por algunas de las decisiones de política económica que desembocaron en la situación actual, como las metas de inflación: “hasta donde sé, no hay casos en los que se haya establecido un esquema de metas de inflación usando a la tasa de interés como instrumento en condiciones como las que prevalecían en Argentina en marzo de 2016”.
Guzman, quien entre otras actividades participa del grupo de investigación Macroeconomic Efficiency and Stability dirigido por Joseph Stiglitz, sostiene que el gobierno debe abordar dos temas sobre los que no ha expresado un rumbo claro: un modelo de desarrollo y una política macroeconómica acorde a él.
¿Cuál te parece que fue el modelo de desarrollo que eligió Argentina con Macri?
Ya se pueden definir dos etapas durante el gobierno de Macri en cuanto a la definición de un modelo económico. La primera es la que comenzó apenas asumió la presidencia. Fue la etapa de la sobre-confianza en los mercados para satisfacer las necesidades del desarrollo. Se asumió que como consecuencia de reformas pro-mercado y un cambio de rumbo en la política macroeconómica se estaban generando condiciones suficientes para establecerse en un sendero de crecimiento sostenido liderado por la inversión externa. Se confió también en la capacidad del nuevo esquema monetario de metas de inflación para reducir la inflación sin generar desequilibrios externos. En esa visión, la mayor apertura también contribuiría al crecimiento de la productividad del sector transable, y la destrucción de empleo que aquella conllevase se vería compensada por creación de puestos de trabajo en el sector servicios. Ese modelo fracasó.