«Para el macrismo yo no existo», dijo alguna vez Beatriz Sarlo para explicar la impresión casi indiferente que producían sus críticas cada vez más punzantes al gobierno actual, en contraste con el impacto que cada uno de sus agudos dardos causaba en el corazón del poder en tiempos de Cristina Kirchner y que hacía que el kirchnerismo en pleno saliera a responderle con artillería pesada. Será porque la intelectualidad vernácula ha perdido el peso que supo conseguir en la Argentina de los K, o porque al macrismo simplemente no le interesa esa dialéctica confrontativa, lo cierto es que Sarlo, una de las intelectuales más lúcidas de la Argentina, tiene aún mucho para decir sobre el país de Macri, la escuche, o no, el poder.
¿Cómo estás viendo el debate por el aborto que arrancó esta semana en el Senado?
-No hay votos todavía y, además, a diferencia de Monzó como presidente de la Cámara de Diputados, que no se conoció su voto porque no hubo necesidad de desempate, uno sabe cuáles son las preferencias ideológicas de Michetti y de un senador orgánico del PRO, como Pinedo, y otro que fue electo recientemente, como Esteban Bullrich. O sea, la fuerza que se va a imprimir para decidir esos 11 votos, que creo que son los que están indecisos, es grande. Nosotros lo vimos a Pichetto hace unos días y él tenía mucha confianza en que la ley pudiera salir sin modificaciones, porque si sale con modificaciones, olvidémonos, el proyecto tiene que volver a Diputados y hay que volver a votar. Pichetto se mostraba optimista, lo cual me dejó relativamente tranquila, porque tiene una enorme experiencia. Pero los 11 votos que faltan hay que ganarlos y no sé si son votos que puedan ser tan influidos por la movilización de la opinión pública. Creo que los votos de diputados pudieron ser influidos por esa movilización.
¿Cómo estás viendo el debate por el aborto que arrancó esta semana en el Senado?
-No hay votos todavía y, además, a diferencia de Monzó como presidente de la Cámara de Diputados, que no se conoció su voto porque no hubo necesidad de desempate, uno sabe cuáles son las preferencias ideológicas de Michetti y de un senador orgánico del PRO, como Pinedo, y otro que fue electo recientemente, como Esteban Bullrich. O sea, la fuerza que se va a imprimir para decidir esos 11 votos, que creo que son los que están indecisos, es grande. Nosotros lo vimos a Pichetto hace unos días y él tenía mucha confianza en que la ley pudiera salir sin modificaciones, porque si sale con modificaciones, olvidémonos, el proyecto tiene que volver a Diputados y hay que volver a votar. Pichetto se mostraba optimista, lo cual me dejó relativamente tranquila, porque tiene una enorme experiencia. Pero los 11 votos que faltan hay que ganarlos y no sé si son votos que puedan ser tan influidos por la movilización de la opinión pública. Creo que los votos de diputados pudieron ser influidos por esa movilización.