Un coro de economistas ligados al peronismo y al radicalismo propone subir los impuestos a las exportaciones (retenciones), como parte del ajuste fiscal y para abaratar el precio de los alimentos exportables. Sin embargo, las retenciones son inequitativas, encarecen el precio de los alimentos, limitan el crecimiento del sector más competitivo y desvían la atención del problema principal, que es el exceso de gasto público. Países de la región como Uruguay y Brasil, u otros exportadores agrícolas como Australia y Estados Unidos, no las aplican. Las retenciones son tan mal impuesto que no las aplica ningún país exitoso.