Por Julián Zícari.-
El escenario económico y financiero actual es cada vez más precario. De eso no hay dudas. El Gobierno, sin embargo, para enfrentarlo parece embarcarse en las recetas aplicadas en el pasado y que desembocaron en las crisis de 1989 y 2001. Tratemos de repasar esto.
• Los parecidos financieros al 2001
El gobierno de la Alianza solo pudo sobrevivir económicamente durante el año 2001 gracias a un único factor: los desembolsos que le dio el FMI, puesto que los mercados externos ya estaban cerrados para el país. Así, cuando en diciembre de 2000 firmó el Blindaje con el Fondo, obtuvo un desembolso ese mes y otro en febrero de 2001, de dos mil millones de dólares en cada caso (ver gráfico). Como el deterioro económico igualmente continuó, el gobierno hizo un nuevo acuerdo con el FMI: aplicó la ley de «déficit cero» en julio de 2001 y con eso se hizo acreedor de otra ayuda. Obtuvo así en septiembre el «salvataje» por 8 mil millones de dólares (fueron en realidad 6 mil por parte del Fondo y otros 2 mil de parte del Banco Mundial). No obstante las políticas de ajuste fiscal, el salvataje duró menos que el Blindaje: apenas tres meses después, en diciembre, vino el «corralito», el Fondo dejó de asistir al país pues no había forma de evitar la debacle y todo explotó.
El parecido con la actual gestión de Cambiemos es más que evidente. En enero de este año el gobierno recibió 9 mil millones de dólares de su última colocación de deuda en los mercados abiertos. Ya sin financiamiento fue otra vez al FMI para pedir un Blindaje como la Alianza, obteniendo ahora 15 mil millones en junio. Si se miran las reservas del Banco Central se nota que el dinero del Fondo duró otra vez sólo tres meses: los niveles de las mismas a fin de septiembre son los idénticos a los del junio (ver gráfico). Con este claro fracaso, se vuelve a insistir con otro acuerdo con el FMI, con un nuevo intento de obtener un «déficit cero». Aunque lo acordado ahora con el Fondo en este segundo acuerdo se parece más a lo aplicado en 1989. Avancemos hacía allí entonces.
• Parecidos financieros con 1989
En agosto de 1988 el gobierno de Alfonsín puso en marcha el denominado «Plan Primavera» para contener una situación económica calamitosa. Así, se aplicó un fuerte ajuste fiscal para reducir el déficit y se autorizaron aumentos tarifarios en los servicios públicos, apostando a que una dura recesión podría contener la inflación y el dólar. Además, se acompañó el Primavera con el respaldo del Banco Mundial y, lo que devino clave, se subieron los encajes bancarios y se llevaron las tasas de interés a niveles realmente muy altos. Es decir, se aplicó una formula económica casi idéntica a la actual, que combina también ajustes, tarifazos, subas de encajes y altas tasas de interés, donde ahora quien respalda el plan es el FMI y no el Banco Mundial.
El plan del Alfonsín marchó relativamente bien los primeros tres meses. Ingresaron dólares al país atraídos por las altas tasas de interés, se descomprimió algo la presión sobre el dólar y la caída de la actividad económica hizo bajar sensiblemente la inflación, reduciéndola a un dígito mensual. Sin embargo en diciembre todo volvió a complicarse: los capitales que habían entrado comenzaron a querer irse, aumentando la presión sobre el dólar, que se había vuelto el ancla anti-inflacionaria clave. El Banco Central entonces comenzó a vender divisas para aplacarla, pero la presión no se lograba detener. Además, al ser 1989 un año electoral y existir temores del retorno del peronismo al poder, el nerviosismo se adueñó de los mercados, redoblando la presión cambiaria. Frente a este panorama, el Banco Mundial cortó su ayuda a la Argentina puesto que ya era inútil continuar asistiendo al país. Con ello el Banco Central se retiró del mercado cambiario en febrero de 1989 para proteger sus reservas y la corrida final desembocó en la híper, asegurando así el triunfo peronista.
Hoy como ayer hay parecidos, sobre todo con vistas al futuro. También el 2019 será un año electoral, donde también existe el miedo en los mercados del retorno del peronismo al poder como en el 89, como además se repite el miedo sobre qué pasará con los capitales que ingresaron y están retenidos solo por las altas tasas de interés, pero a muy corto plazo. Existiendo la duda si no querrán también irse en forma de estampida, con una presión cambiaria indetenible como ocurrió antes. Aún más, de continuar siendo las semejanzas tan fuertes, cabe preguntarse si el FMI no dejará de ayudar a Macri como el Banco Mundial hizo con Alfonsín. Por todo ello, la interrogante final es claro: ¿qué estará dispuesto a hacer el gobierno para no repetir una vez más las trágicas consecuencias del pasado? Sólo el tiempo lo dirá.
* Economista. Doctor en Ciencias Sociales. Autor de «Camino al colapso. Cómo llegamos los argentinos al 2001».
El escenario económico y financiero actual es cada vez más precario. De eso no hay dudas. El Gobierno, sin embargo, para enfrentarlo parece embarcarse en las recetas aplicadas en el pasado y que desembocaron en las crisis de 1989 y 2001. Tratemos de repasar esto.
• Los parecidos financieros al 2001
El gobierno de la Alianza solo pudo sobrevivir económicamente durante el año 2001 gracias a un único factor: los desembolsos que le dio el FMI, puesto que los mercados externos ya estaban cerrados para el país. Así, cuando en diciembre de 2000 firmó el Blindaje con el Fondo, obtuvo un desembolso ese mes y otro en febrero de 2001, de dos mil millones de dólares en cada caso (ver gráfico). Como el deterioro económico igualmente continuó, el gobierno hizo un nuevo acuerdo con el FMI: aplicó la ley de «déficit cero» en julio de 2001 y con eso se hizo acreedor de otra ayuda. Obtuvo así en septiembre el «salvataje» por 8 mil millones de dólares (fueron en realidad 6 mil por parte del Fondo y otros 2 mil de parte del Banco Mundial). No obstante las políticas de ajuste fiscal, el salvataje duró menos que el Blindaje: apenas tres meses después, en diciembre, vino el «corralito», el Fondo dejó de asistir al país pues no había forma de evitar la debacle y todo explotó.
El parecido con la actual gestión de Cambiemos es más que evidente. En enero de este año el gobierno recibió 9 mil millones de dólares de su última colocación de deuda en los mercados abiertos. Ya sin financiamiento fue otra vez al FMI para pedir un Blindaje como la Alianza, obteniendo ahora 15 mil millones en junio. Si se miran las reservas del Banco Central se nota que el dinero del Fondo duró otra vez sólo tres meses: los niveles de las mismas a fin de septiembre son los idénticos a los del junio (ver gráfico). Con este claro fracaso, se vuelve a insistir con otro acuerdo con el FMI, con un nuevo intento de obtener un «déficit cero». Aunque lo acordado ahora con el Fondo en este segundo acuerdo se parece más a lo aplicado en 1989. Avancemos hacía allí entonces.
• Parecidos financieros con 1989
En agosto de 1988 el gobierno de Alfonsín puso en marcha el denominado «Plan Primavera» para contener una situación económica calamitosa. Así, se aplicó un fuerte ajuste fiscal para reducir el déficit y se autorizaron aumentos tarifarios en los servicios públicos, apostando a que una dura recesión podría contener la inflación y el dólar. Además, se acompañó el Primavera con el respaldo del Banco Mundial y, lo que devino clave, se subieron los encajes bancarios y se llevaron las tasas de interés a niveles realmente muy altos. Es decir, se aplicó una formula económica casi idéntica a la actual, que combina también ajustes, tarifazos, subas de encajes y altas tasas de interés, donde ahora quien respalda el plan es el FMI y no el Banco Mundial.
El plan del Alfonsín marchó relativamente bien los primeros tres meses. Ingresaron dólares al país atraídos por las altas tasas de interés, se descomprimió algo la presión sobre el dólar y la caída de la actividad económica hizo bajar sensiblemente la inflación, reduciéndola a un dígito mensual. Sin embargo en diciembre todo volvió a complicarse: los capitales que habían entrado comenzaron a querer irse, aumentando la presión sobre el dólar, que se había vuelto el ancla anti-inflacionaria clave. El Banco Central entonces comenzó a vender divisas para aplacarla, pero la presión no se lograba detener. Además, al ser 1989 un año electoral y existir temores del retorno del peronismo al poder, el nerviosismo se adueñó de los mercados, redoblando la presión cambiaria. Frente a este panorama, el Banco Mundial cortó su ayuda a la Argentina puesto que ya era inútil continuar asistiendo al país. Con ello el Banco Central se retiró del mercado cambiario en febrero de 1989 para proteger sus reservas y la corrida final desembocó en la híper, asegurando así el triunfo peronista.
Hoy como ayer hay parecidos, sobre todo con vistas al futuro. También el 2019 será un año electoral, donde también existe el miedo en los mercados del retorno del peronismo al poder como en el 89, como además se repite el miedo sobre qué pasará con los capitales que ingresaron y están retenidos solo por las altas tasas de interés, pero a muy corto plazo. Existiendo la duda si no querrán también irse en forma de estampida, con una presión cambiaria indetenible como ocurrió antes. Aún más, de continuar siendo las semejanzas tan fuertes, cabe preguntarse si el FMI no dejará de ayudar a Macri como el Banco Mundial hizo con Alfonsín. Por todo ello, la interrogante final es claro: ¿qué estará dispuesto a hacer el gobierno para no repetir una vez más las trágicas consecuencias del pasado? Sólo el tiempo lo dirá.
* Economista. Doctor en Ciencias Sociales. Autor de «Camino al colapso. Cómo llegamos los argentinos al 2001».