El último combate entre Raúl Alfonsín y Néstor Kirchner, Joaquín Morales Solá, La Nación.
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Acerca de Patricio
Patricio es profesor universitario de sociología. Trabaja sobre desigualdad y movimientos sociales. Se crió en un conventillo de la calle Olavarría, pero toda su vida ha sido hincha de River.
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Ahora Joaco acusa a sectores del kirchnerismo de antisemita… pronto va decir que los K son nipo-nazi-fachistas, como se decía hace 50 años.
¿Cuánto faltará que el gran aporte de Moralito al periodismo argentino le sea reconocido en forma póstuma?
Sí, cierto, me fui al diablo. Pero este nabo me tiene harto.
Lo que seguramente Alfonsín no merecía era que un diario que se constituyó históricamente como vocero de los sectores más rancios y concentrados de la economía y la vida social argentina, a través de una de sus más dogmáticas y acríticas plumas, tal es el caso de Morales Solá, operara en torno a su figura y la frágil memoria colectiva acerca de los conflictos que atravesaron la vida socio-política argentina en aquellos años, una manipulación tan artera, una utilización tan falsa, con fines políticos, que realmente da vergüenza.
Y da más vergüenza en tanto uno busca en los archivos los procederes «republicanos y dialoguistas» que el mencionado diario llevó a cabo durante la presidencia de Alfonsín y el lugar que optó por ocupar frente a todos y cada uno de los conflictos que el ex-presidente enfrentó: con las FFAA, con la Iglesia, con la SRA, con el sector financiero. Sólo una excepción hay en la toma de partido anti-alfonsinista de los mimados patrones de Morales Solá: el conflicto con la CGT.
Por eso, y a sabiendas de todas estas cuestiones, y trazando los convenientes paralelismos que entre aquella y la actual etapa se pueden trazar en muchos de los aspectos mencionados, sería más fácil encontrar rupturas entre Alfonsín y La Nación (y por ley transitiva, con su empleado estrella, Morales Solá), que entre Alfonsín y Kirchner; más sencillo hallar continuidades entre el pensamiento de Alfonsín y el de Kirchner que entre el de Alfonsín y el diario del que Morales Solá forma parte como capataz preferido del patrón.
Y si tiene ganas de encontrar filo-nazis no es necesario que revuelva entre los discursos de las huestes kirchneristas: va a encontrar unos cuantos entre los miembros de la logia de la que forma parte como esclavo intelectual predilecto de los líderes.