El ministro de Salud, Ramiro Tapia, explicó que las embarazadas y madres de pequeños de hasta dos años y que carezcan de seguro social deben registrarse en un centro de salud público con la presentación de su carnet de identidad o el certificado de nacimiento del bebé.
El bono será distribuido en todo el país a partir del 27 de mayo, Día de la Madre, y consiste en 50 bolivianos por cada uno de cuatro controles prenatales, 120 si el parto es atendido en un centro público y 125 por cada control médico bimestral del hijo hasta que cumpla dos años.
La autoridad manifestó que esa medida debe bajar los índices de mortalidad materno-infantil porque, según el informe “Estado mundial de la infancia 2009”, del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) —que será presentado mañana y al cual la revista Domingo tuvo acceso exclusivo para su número de ayer—, en el país mueren 48 menores de un año por cada mil nacidos vivos y 230 mujeres fallecen cada 365 días por razones ligadas al embarazo.
Registro y cobros
El beneficio se halla destinado a la población que no tiene seguro, que es alrededor del 70 por ciento de los bolivianos. En la primera etapa del registro, desde hoy y hasta el 21 de mayo, se inscribirán 20.000 beneficiarias, quienes podrán cobrar el 27 de mayo. Después de esta fecha, el registro continuará de manera normal.
Considerando que hay regiones que carecen de cobertura en salud, Tapia aclaró que cada municipio fue equipado con dos ambulancias, las cuales se trasladarán a zonas rurales alejadas para acercar a la gente a donde haya un sitio de inscripción.
El Bono Madre-Niño impulsa a que la mujer haga cuatro controles durante el embarazo, por los que recibirá 200 bolivianos (50 por cada uno), así se velará por el desarrollo del hijo y el proceso de gestación: si ella no tiene problemas de presión arterial o si su alimentación es sana, entre otros factores.
Tras el parto —por el que recibirá 120 bolivianos— se reconocerá con 125 bolivianos a las progenitoras que asistan a los controles prenatales cada dos meses hasta que el niño tenga dos años.
Los objetivos de esa fase son promover la lactancia materna exclusiva —los primeros seis meses de vida, el bebé sólo debe ser alimentado con leche de pecho— y reducir la desnutrición que acosa a este sector, además de la mortalidad materno-infantil.
El galeno verificará asimismo el desarrollo del infante: aumento de talla, peso, evoluciones intelectual y psicomotriz.
Si la mujer está registrada, sus controles —pre o postnatales— y el parto deben ser certificados por el médico en un documento con el que ella podrá hacer el cobro del monto que corresponda, esto ante la entidad bancaria encargada del desembolso en las regiones urbanas, la cual aún no fue elegida. En el área rural, donde no hay esas financieras, el pago será hecho por las Fuerzas Armadas.
Tapia dijo que en Bolivia hay aproximadamente tres mil centros de salud públicos, entre postas y hospitales, de los cuales solamente 1.500 cuentan con un galeno y el resto es atendido por enfermeras. La contratación de 400 ítems eventuales tenderá a llenar ese vacío.
Pero el Ministerio también recurrió a las federaciones de campesinos para integrar en el plan a las parteras, sobre todo en el área rural. La autoridad argumentó que con esa incorporación se espera que la mujer del campo asista más a los centros de atención al ver que se respetan sus costumbres.
El Gobierno proyecta bajar la mortalidad neonatal en 30 por ciento
Reducir la mortalidad neonatal en 30 por ciento en cinco años (de 2009 a 2013) es el objetivo del Ministerio de Salud, según el responsable del área, Ramiro Tapia, preguntado acerca de los indicadores estancados sobre mortalidad materno-infantil, detallados en el informe “Estado mundial de la infancia 2009”, del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
La revista Domingo accedió en exclusiva a esos datos y los dio a conocer en la edición de ayer. En el documento, Unicef revela que 57 menores de cinco años por cada mil nacidos vivos mueren en el país, mientras que la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (Endsa) 2008 plantea que 63 infantes de hasta cinco años fallecen por cada mil neonatos.
Tapia precisa que, de esa cifra, 27 son recién nacidos. “Nuestra meta es bajar a menos de 20 niños”, o sea, hasta 2013 el Estado debe reducir 30 por ciento de la mortalidad neonatal actual. Y deduce, basado en las estadísticas presentadas: “Eso quiere decir que cada hora fallece un neonato en el país”.
Atribuye esos indicadores a tres factores: la población no acude a centros de salud a menos que haya situaciones críticas, los inadecuados hábitos de alimentación, razón que va ligada al tercer motivo, la pobreza en la nación.
La autoridad de Salud recalca que el lanzamiento del Bono Juana Azurduy desde el 27 de mayo, que dará un monto económico por controles médicos a gestantes y niños de hasta dos años, y la vigencia del Reglamento a la Ley del Fomento de Lactancia Materna son las medidas más importantes para reducir los índices de mortalidad materno-infantil, así como los de desnutrición.
Tapia explica sobre la evaluación: “Con el bono se está abriendo una valoración mensual y otra semestral. Pero para parámetros más claros, hay que hacer análisis cada año, así en cinco años se concluirá si se bajó la mortalidad y la desnutrición. Haremos una validación del impacto de nuestras medidas”.
El Reglamento de Fomento a la Lactancia Materna busca que las madres otorguen a sus bebés lactancia exclusiva durante sus primeros seis meses y norma que en las oficinas públicas y privadas y en instituciones educativas las permitan asistir con sus hijos para alimentarlos. A la par, la determinación regula la dotación de espacios en las fuentes laborales para alimentación y estancia de menores de seis años.
Como tercera acción para reducir los índices de muertes maternas e infantiles para 2013 está el Proyecto de Prevención de Enfermedades y Promoción de Salud. El Ministro dijo que “son fundamentales para bajar la mortalidad en general y la materna-infantil en particular, porque la mayor parte son prevenibles”.
Las cifras rojas
Unicef dice que mueren 57 menores de cinco años de cada mil nacidos vivos en Bolivia.
Unos 27 son recién nacidos, según el Ministro de Salud. Un neonato muere cada hora.
230 madres fallecen por causas ligadas al embarazo por cada 100.000 nacidos vivos.
A la par, 33 de cada 100 mujeres tienen a sus hijos fuera de los centros de salud pública.
En Potosí, 376 mamás mueren por cada 100.000 nacidos vivos, dice la Mesa de Maternidad.
Además, 345 son las víctimas por cada 100.000 nacidos vivos que fallecen en La Paz.
Beni es tercero en cuanto a muertes maternas: 259 por 100.000 recién nacidos vivos.
El 33 por ciento de los decesos son por hemorragia; 17 por ciento se debe a infecciones.
Nueve por ciento fallece por aborto; cinco por ciento debido a problemas de hipertensión.
Dos por ciento de las muertes maternas son por parto prolongado, algo fatal para la mujer.
Bolivia se halla en el puesto 61 entre 200 países en cuanto a índices de decesos de infantes