Petrobras

Petrobras es una empresa estatal brasilera, a la que generalmente se postula como modelo de eficiencia. Por varias razones. Primero porque se dedica a una actividad considerada estratégica (energía: petroleo y derivados, y gas). Segundo, por su posición dominante, que permite al Estado el control del mercado y la apropiación de la renta que pudiere generarse. Tercero, por su fortaleza financiera en la que se cuenta el rendimiento de sus acciones. Cuarto, por su capacidad inversora fronteras afuera de Brasil, en igualdad o superioridad de condiciones respecto de firmas privadas.

Una empresa que acompaña el proceso de desarrollo estratégico de Brasil activamente.
Uno de los últimos grandes logros que se le puede atribuir es el descubrimiento de una cuenca petrolera en la plataforma submarina del país vecino. Las acciones desplegadas en torno a la posibilidad de ejercer el control de esta fuente de recursos estratégicos en detrimento de los intereses de empresas multinacionales privadas ha despertado el interés de grandes medios internacionales, últimamente.

Pero lo que nos interesa es ver cómo ha hecho Brasil para descubrir semejante cuenca petrolera, que le brinda a futuro semejante beneficio, gracias al accionar de semejante empresa, que se pelea con sus ex-socios (ejem) por el usufructo del recurso (poniendo en riesgo -qué irresponsables- el abastecimiento de sus propios ciudadanos). La respuesta sencilla es: destinando miles de millones de dólares durante varias décadas a la inversión en exploración a través de su empresa estatal.

Miles de millones de dólares que desde hace muchos años pagan de su bolsillo todos los brasileros, y que recién ahora un poco (y seguramente dentro de unos años mucho) les está dando réditos tales que les hará recuperar con creces el esfuerzo y la inversión realizados. Petrobras fue durante un tiempo prolongado la empresa que actuó como aspiradora de la renta generada por los sectores más productivos de la economía brasilera, para invertir cifras enormes (que pagaron todos los brasileros, repito) en una actividad que tenía un potencial estratégico interesantísimo, pero que podía convertirse tranquilamente en un fiasco.

Y el país vecino tenía (y sigue teniendo, hay que decirlo) “prioridades mucho mayores”, como ser: un nivel de pobreza promediando el 40%, altísimo analfabetismo, precariedad infraestructural en los bolsones de pobreza incluso de los estados “ricos”, una violencia cotidiana atemorizante por la incapacidad estatal para ejercer el control políciaco en ciertos territorios que en la práctica se “independizaron” aún cuando la policía no escatima brutalidad a la hora de hacer las veces de “política pública de contención de la pobreza” (que fue la más eficaz de las que se implementaron).

Así y todo, el estado brasilero a través de la sociedad del estado Petrobras pudo captar renta y reconducirla al desarrollo de actividades estratégicas, con control estatal. Por eso, una vez operados los milagros, es bueno pegarle una ojeada al fino proceso de producción que los hace posibles. No hay batalla en la historia que se haya ganado sin derramar sangre.

Un comentario en «Petrobras»

  1. Lo habíamos hecho con YPF.
    Lástima que un gobierno peronista lo regaló, y el actual gobernante lo disfrutó.
    Y bue, ahora tenemos Enarsa (jua!).

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