Joaquín Morales Solá, meses previos al estallido del desastre decía esto (aqui)
La Argentina no es sólo un dolor de cabeza para los argentinos; también el mundo está pendiente de sus vacilaciones en la cornisa y de las crisis de contagio que podría tener en otros países un eventual colapso de su economía. No hubo diario europeo o norteamericano que no se haya referido en los últimos días al interminable vaivén local.
Debe consignarse, antes que nada, un dato elemental: casi no existen referentes políticos nacionales que no coincidan en que Cavallo es la última oportunidad nacional -y no sólo de la Alianza- de controlar una política económica antes de una transición hacia el misterio y la oscuridad.
Sigue
Eduardo Duhalde y Carlos Ruckauf comenzaron por tentarlo con un pacto de gobernabilidad nacional (que sacaría de la campaña electoral las cuestiones estructurales de la política y de la economía) y después lo fueron llevando hacia un acuerdo electoral en la provincia de Buenos Aires.
Duhalde describe al pacto de gobernabilidad con Cavallo como algo igual al Pacto de la Moncloa, firmado en octubre de 1977 por todos los partidos españoles para darle dirección a la transición. Pero el Pacto de la Moncloa fue un acuerdo económico y social con derivaciones políticas; lo que él está negociando con Cavallo es un acuerdo político con probables derivaciones económicas.
Unos meses después Mariano Grondona, casi al borde del estallido decía esto (aquí)
Si uno se atuviera entonces a lo que dicen nuestros políticos, nadie tendría menos consenso que De la Rúa. Por eso ningún candidato se ha decidido a respaldarlo en la ruidosa Buenos Aires. En el reino del discurso, De la Rúa padece de «consenso cero».
Pero le han votado todo lo que él y Cavallo han querido en el Congreso. En el reino no ya del grito sino del nido, allí donde se alimentan los pichones del futuro, De la Rúa goza de algo parecido a la unanimidad.
¿Hay entonces un acuerdo latente en la Argentina actual? Si lo hay, habría que definirlo de este modo: a sabiendas de que De la Rúa y Cavallo están haciendo lo que no hay más remedio que hacer, todos los demás se han puesto de acuerdo en que sean ellos dos y sólo ellos quienes paguen el precio político de hacerlo. Lo cual, en cierto modo, es lógico desde una visión argentino-italiana de la política: que a quienes les ha tocado el papel del lobo se vistan como él mientras los demás juegan, alegremente, en el bosque.
Me pregunto que es lo que hay que hacer hoy en Argentina y que permanece oculto dentro de ese Gran Acuerdo Nacional que proponen Duhalde y Cobos y tantos prohombres. Me pregunto si lo que no puede decirse es «devaluación» o «que el estado será garante de la rentabilidad empresarial buitre» o » que hay que desmontar las paritarias» o … ¿qué?
Diganme, por favor, que es lo que dice la letra chica del Pacto duhaldo-cobista a la luz de estos antecedentes.
Omix, cada vez que se habla del Pacto de La Moncloa me acuerdo de una historia…
Les pasó a los gremialistas telefónicos en las primeras se reunieron con el primer presidente de Telefónica, ni bien los españoles copaban ENTEL….
Parece que el gallego presentó sus planes de transformación de la empresa y los sindicalistas se atajaron diciendo «Si miramos el antecedente del pacto de La Moncloa no debería ir por ahí la cosa…» y el presidente los paró en seco: «Oigan… acá no entendieron algo… el pacto de La Moncloa es para España… no para los argentinos… allá se puede hacer porque los sindicalistas son serios».
Ahí superon que se venía una limpieza masiva de sindicalistas… algunos quedaron y cada año se la cobran.
La verdad que esa historia me maldispone a todo aquel que proponga «un pacto de La Moncloa».
Elemental Watson:
Matar a palos (o a tiros como hizo de la Rua ni bien asumio en el puente de corrientes) a trabajadores ocmo los 3.000 de terrabusi que no aceptan que echen a la interna y a todos los activistas un monopolio como Kraft food que tienen 100.000 empleados en el mundo, facturo el año pasado 37.000 millones de dls y hace lo que quiere en «sus» fabricas.El conflicto ayer cumpio un mes y «nadie hace nada»
A este y a otros miles de conflictos de trabajadores y populares que surgirancomo producto de la crisis economica internacional responderan con asistencialismo, soja y palos.
Mas evidente imposible, pero para eso hace falta «espaldas» que lo banquen.
Es la segunda vez que se toma como argumento contra un pacto la falta de seriedad que se nos atribuye,pero para mi la razon principal es la debilidad de nuestras propuestas politicas,y encima me acuerdo del pacto de Olivos y no me cae bien.
No dije que es por nuestra falta de seriedad…. Eso dijo el presidente de Telefónica.
Realmente me cuesta creer que vivamos en un pais, que siempre se carcteriza por ser desestabilizante. Si este gobiernos con su caracter altanero, orgulloso o no se que, no nos agrada a muchos, si debemos respetarlo hasta que finalice y luego se votara. Pero además no debemos olvidar que nos saco de la criis de Cavallo, De la Rua, Duhalde, o quieene hayan sido sin olvidar a MENEN, que vendio nuestro pais. Reitero aumentaron las reservas, se pago al FMI, se dio una vision distinta con el ingreso Universal por Hijo, se resguardo el dinero de los JUbilados y el aumento por lo menos dos veces al año. Y con ese dinero se construyo mucha infraestructura, y tal vez mas. Y aunque no los haya votado no puedo se necio, solo porque estoy en la vereda de enfrente. No veo que en este momento sea necesario un Pacto dela Moncloa. Este pais necesita un cambio de mentalidad del argentino. Nada mas.