Ocaña: «Creí que Cristina era distinta de Néstor; me equivoqué», Jaime Rosemberg, La Nación.
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Acerca de Patricio
Patricio es profesor universitario de sociología. Trabaja sobre desigualdad y movimientos sociales. Se crió en un conventillo de la calle Olavarría, pero toda su vida ha sido hincha de River.
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Ninguna autocrítica respecto de su pésima gestión en el ministerio evidenciada por ejemplo en temas como dengue y gripe a? Se fue del gobierno por enfrentar a Moyano? Qué manera de reescribir la historia con una parcialidad increíble.
Uno podría pensar que los Kirchner creyeron que ella era distinta del resto de los radicales, en cuanto a eficiencia y autocrítica. Pero se equivocaron evidentemente.
La gripe a y el aedes aegypti, partisanos, arietes de la construcción de «moyanolandia».
Corte hay que ser caradura para decirle «paracaidista» a Moyano (lo que uno o ella opine de Hugo en lo moral, político, etc. es irrelevante para el caso) y llamarse Graciela Ocaña.
Moyano paracaidista de la política ¿?¿?¿?
Ella trabajo para empresas privadas, donde adquirío mucha experiencia sobre «transferencias bancarias internacionales» por decirlo de alguna manera, hasta la denuncia con Carrio y el aterrizaje en la política.
Ocaña es una empresa privada que vende humo.
Graciela.
Ha cuidarse con las declaraciones, que le pueden ordenar en cualquier momento a Oyarbide que suba el techo de la investigación sobre medicamentos-campaña presidencial y llegue hasta los ministros.-
Ay dios como funciona el bocho para imaginar conspiraciones por todos lados, dios mio. Si así fuera, a Ocaña no le va a pasar nada, porque no era ministra durante la campaña.
No era Ministra en la campaña pero sí cuando se falsificaron los medicamentos, que entra en el mismo paquete.-
No hay que ser desagradecidos. Ocaña le hizo mucho bien al gobierno. Su gestión nunca fue cuestionada, incluso Cristina Fernandez siempre la defendió. Su salida obedece a un cambio de estrategia (materia discutible por cierto) y no a sus cualidades políticas y de gestión.
Moyano debe superar la contradicción de que el movimiento obrero sea un factor de presión para ser un factor de poder, pero eso no es una cuestión de rememorar consignas o tema para un discurso eso requiere de romper ciertos moldes e incorporar a otros sectores sociales en una estrategia política común.
Es bastante discutible lo de las calidades de gestión de Graciela Ocaña, que frenó el Plan Remediar, por ejemplo. Bah, para hacerla corta, el grueso de los ministros de salud del país decían que era la nada misma en materia de gestión.
Ahora, es gracioso que hable de Moyano (que siempre estuvo en el mismo gremio, el mismo partido y la misma central sindical) como paracaidista d ela política.
Solamente una paracaidista como Ocaña puede decir eso sobre Moyano; porque Ocaña, básicamente, no responde a nadie ni nada democrático, institucional o republicano.
No tiene partido, ni sindicato, ni nada a quién rendirle cuentas por sus saltos de un jefecito a otro al vaivén de las las encuestas.
Hacer política con notas arregladas, como ésta de La nación, te lleva a eso: nadie te recuerda que los embarcaste en un proyecto del cual por un razonamiento bastante choto y de conveniencia personal, ahora resulte que los estuviste chamuyando todo el tiempo.
Bueno, pero también autocrítica. Porque todo eso malo que hizo lo pudo hacer porque ue designada por CFK en ese cargo. La verdad que la mayoría de los trasversales terminó resultando una mierda, pero hay también ahí un error de Néstor y de Cristina en haber confiado demasiado en ellos ¿a cambio de que? Porque lo que sumaron tiende a cero.
A cambio de fragmentar la oposición, por eso «confiaron». El objetivo no era tanto sumar a lo propio sino restar a la vereda de enfrente; y si se decía progresista, mejor. Eso estuvo claro. La convocatoria a Ocaña fue una flecha dirigida a Carrió cuando se negó a sumarse a la trama política del kirchnerismo que buscaba legitimidad porque no tenía base social propia.
Comparto los cuestionamientos a Ocaña, aunque la defensa de Moyano que acá se ensaya me parece un tanto exculpatoria (porque con él se pide que se suspenda todo juicio moral o institucional, cuando esto no se lo conceden a otros dirigentes, ¿por qué los trabajadores tienen que conformarse con el escaso control sobre sus dirigentes?). También hay que mirar el caso Ocaña desde el punto de vista opositor: Kirchner los invitó, los dejó venir y luego les cerró el cercó y los encapsuló. Pasó también con Cobos, que para la 125 ya estaba completamente aislado y sin diálogo con Kirchner. O con otros no tan trasversales, como Scioli.
interesante el comentario de Ricardo,aunque me parecen mas inportantes las ideas y proyectos que las paersonas,siempre humanas y con defectos.Que los dirigidos tengan poco control sobre los dirigentes(caso tipico en los Sindicatos)no se debe a los segundos,sino a la actitud de los representados,como pasa en todo el arco politico.Algunas designaciones que hicieron los K.han sido riesgosas,sobre todo en el caso Cobos.Ocaña tuvo su momento de pretigio,luego esfumado,y sirvio para «esmerilar»a Carrio.
«Fuimos para atrás en muchos de esos aspectos, y no pudo dar respuestas en pobreza y marginalidad, que siguen siendo altos. Hay que eliminar los actuales niveles de corrupción para generar una gestión transparente. No podemos volver a hablar de sobornos en el Senado 10 años después. No va más el roban pero hacen, hay que hacer sin robar.»
Mmmm…
Paracaidista o no, esto es duro, muchachos. Moyano no es un niño de pecho, y todos acá lo intuímos.