Había una idea en mi barrio cuando yo era adolescente, supuestamente la gente pensaba que a mi no me gustaba trabajar. Y tenían razón, pero no me gustaba ser albañil, mecánico, recolector de basura, camionero y mucho menos juntar “camote” que para aquellos que no sepan que es esta palabra, es ni mas ni menos que la batata. Todo esto tal vez es producto de mi imaginación, me refiero a lo que la gente decía cuando yo pasaba por sus casas, el narcisismo tiene esas cosas, no sólo uno piensa que la gente habla bien, si no que también piensa que hablan muy mal de uno. Pero claro, tiempo después alguien de mi barrio y cuando yo me quedaba días enteros tratando de aprender el mundo de la edición me dijo: “Pensar que te decían el zángano del barrio”.
Obviamente, la gente al verme pasar siempre limpito y no verme como a mi hermano envuelto en un mameluco lleno de grasa de taller mecánico, pensarían que yo no era gustoso de las labores forzadas y estaban en lo cierto. Pero trabajar no es sólo hacer fuerza, hay otras actividades que no necesitan de la misma para ser catalogadas como trabajo.
Toda esta introducción no es mas que una idea para intentar reflexionar como en un grupo social pequeño que puede ser un barrio de pueblo, las noticias se tergiversan, o sea, nadie fue capaz de averiguar que era lo que a mi me atraía como trabajo, se dejaban llevar por lo que veían, por lo que comentaría algún vecino confiable y creíble, con eso bastaba para dar un veredicto.
Si esto pasa a nivel de barrio de pueblo, ni hablar a nivel nacional, nuestro vecino creíble y veraz en este caso esta representado por lo que se conoce como medios de comunicación, diarios, radios, canales de TV.
Y pasan estas cosas, si nuestro vecino nos habla todo el día de que hay mucha inseguridad, hay mucha inseguridad, si nuestro vecino dice que no hay libertad, no hay libertad y así podríamos enumerar un montón de otros casos en los cuales nuestro amable vecino nos muestra lo que le conviene y nosotros le creemos.
Si bien sería de muy necio no ver que hay casos de inseguridad, también es cierto que hay mas desde que nuestro vecino lo dice a cada minuto, y vive hablando de eso las 24 hs del día, pero acá esta la cuestión donde hay que preguntar, así como nadie me pregunto a mi y se me “acusó” de zángano, también podríamos dudar alguna vez de lo que nos dice este vecino.
Tal vez se trate de pensar, indagar e investigar para luego sacar nuestra conclusión, que en definitiva es lo mas genuino que tenemos como seres humanos, y ahí esta la cuestión, cuando piensan por nosotros, cuando nos dan todo masticado y lo único que tenemos que hacer es tragar.
Un buen ejemplo sería cuando vemos una película en el cine, por mi actividad como editor sé al menos en forma genérica como se crea la ilusión óptica y auditiva de lo que estamos creyéndonos como espectadores. Pero el común de la gente no lo sabe, y sentir por medio de efectos de sonido que un helicóptero pasa por sobre nuestras cabezas es algo más que creíble, más allá que en le fondo sepamos que es solo una concesión que hacemos para disfrutar el film. Esto con los medios de comunicación no pasa, así como sé que hay medios efectistas para creer que hay un tipo que vuela, también los hay para las noticias. En principio, el señor o señora que te lo cuenta, jamas estaría vestido con ropa de entrecasa ni despeinado o hablando en forma coloquial, si escuchamos los relatos de las notas, siempre están musicalizados como si fuera una película dramática y el relato esta teñido de angustia. Frases como por ejemplo: “María nunca pensó que ese 24 de agosto sería el ultimo día de su vida. Víctima de una salidera, María no pudo llegar a comprarle a su hijo la silla de ruedas, ya que 2 delincuentes menores le arrebataron no solo el dinero… si no también su vida”.
Podría escribir muchas más frases sobre este mismo caso, ya que cada canal de TV lo va a contar a su manera pero con la misma intensidad, porque también es cierto que esa va a ser la ÚNICA noticia de la jornada.
“Tierra de nadie, zona liberada, nadie hace nada y hoy te matan por 2 pesos”son frases de todos los días en los medios, y esto repercute todo el tiempo en nuestras cabezas, más aún si le creemos ciegamente a este “gran vecino” que nos cuenta todo con estos condimentos que hacen mas rico y apetecible el morbo.
Tal vez si este vecino nos contara las noticias en forma lineal y objetiva, sería mucho mas aburrido, de hecho en el pasado, el noticiero era solo algo casi obligatorio que tenían que poner los canales de TV. Ahora tienen todos estos artilugios anteriormente mencionados, para atraer la teleaudiencia, antes no duraban más de media hora, ahora pueden durar 1 y media o más, mañana, mediodía, tarde y noche.
Una toma de rehenes es lo mas deseado para cualquier productor de noticiero, tiene todos los condimentos de cualquier policial, los malos, los buenos, tensión, peligro, heroísmo y final feliz en la mayoría de los casos, bien de ficción. Obviamente para eso necesitamos publico ávido de estos dramas, tal vez por eso cada vez menos ficciones hay en nuestra TV, la tenemos todos los días, pero con protagonistas que pueden ser cualquiera de nosotros.
Con el caso Fibertel pasa algo similar, un Sr malo, representado por el estado nacional, obliga a un Sr bueno como el grupo Clarín a cerrar una de sus cientos de empresas, la cual hace más de un año supuestamente no existe como tal, pero brindaba servicio de internet igualmente. Y aquí esta la parte que nos toca como protagonistas de la historia, somos los usuarios que nos quedaremos sin internet y se terminara el mundo para nosotros, ya no más Facebook, Twitter y msn.
Sofía, de tan solo 11 años recién me preguntaba, ¿es cierto que no habrá mas internet? Y yo trate de explicarle con una analogía, le daba el ejemplo de un falso medico, quien tal vez con el correr de los años, aprendió la profesión y curaba a la gente del barrio, pero un día vino el estado y le pidió su titulo y este señor, al no tenerlo, fue preso. Claro, la gente del barrio se ve afectada por esta medida arbitraria y autoritaria tomada por el estado y se ve damnificada por la misma, eso si, en el barrio no hubo ser humano que soslayara al menos que el ejercicio ilegal de medicina es un delito.
Y aquí vuelvo el tema de informarnos, de pensar por uno mismo, de indagar, debatir, escuchar distintas opciones, no quedarse con lo que baja desde el estado o desde el principal medio de comunicación, no dejarnos llevar por efectos especiales como en el cine, en ese caso sabemos que en una película nos están “mintiendo” pero en lo que suponemos que es la realidad también pueden estar haciéndolo.
“Pienso, luego exijo” decía una publicidad de Kenia Sharp Club en los 80, tiempo después me entere que era “Pienso, luego existo” y ahí me cerró la idea, ojala en el futuro podamos pensar por nosotros mismos y no pagarle al vecino para que piense por nosotros.