Yanquilandia. Un país con sus características muy propias. Allí el consumidor es un rey como no lo es en ningún otro lado y el consumo parece no tener límites. País que parece haber inventado la palabra “confort”. Allí todo es grande y amplio: los espacios, los autos, las calles, las hamburguesas, las casas, la gente… Patria de los rascacielos y shoppings, que el resto del mundo tratamos de imitar y que vemos como símbolos del progreso propio, enorgulleciéndonos de cuanto más tenemos. País que ha creado una ciudad en el desierto, meca de ese estilo de vida generoso, dispendioso, que a llega a la fanfarronería sin inhibiciones y que se llama “Las Vegas”. Es Las Vegas la que no tuvo reparos de crear su propia “Venecia” (como shopping, por supuesto) un simil de la “Sphynx” egipcia o una “torre Eiffel”.
Yanquilandia. Tierra de mucha gente que suele percibir al mundo de manera simplista e infantil, viendo por un lado los buenos (ellos, por supuesto) y los malos por el otro (todos los que se oponen a ellos, empezando por los musulmanes). País admirado y odiado como ningún otro. País que atrae como un imán a gente de todo el mundo, que una vez llegada suele intentar asimilarse lo más pronto posible para ser parte de la gran nación americana. País que tolera minorías como pocos otros, no sólo permitiendo que calles enteras de sus ciudades tengan carteles en otros idiomas, ya sea español, coreano o cantonés, sino que incluso permite que la “lingua franca” de un ciudad como Miami sea el español, sin que hordas de nacionalistas hagan manifestaciones o piquetes por ello.
Yanquilandia. País que se puede permitir vivir tantos años por encima de sus recursos, también gracias a la demanda del mundo de atesorar sus billetes. País donde la arrogancia de su gente con respecto al resto del mundo suele ser casi involuntaria, al estilo de “perdón, no nos habíamos percatado que Uds. también existían”. País que en política internacional puede imponerle a otros países sus condiciones como pocos otros pueden hacerlo.
Latinoamérica. Tierras que viven en a la sombra del “gran país del norte”. Países donde la copia del “modelo americano” ha sido más fuerte y más intensa, pero donde el encono y el resentimiento hacia los Estados Unidos es más fuerte que en cualquier otro lado. Es aquí donde el odio y admiración están muchas veces amalgamados, como tan bien nos lo muestra la Sra. Cristina Fernandez de Kirchner que por un lado critica fuertemente la política de los Estados Unidos, pero por otro lado parece esperar con anhelo una palmadita del gran Barack Obama o que ama, según dicen, hacer sus compras en la 5ª Avda. en Nueva York
América Latina. Países donde los Estados Unidos se han permitido intervenir con el mayor desparpajo, apoyando golpes de estado o a veces interviniendo directamente. Países en los cuales mucha gente explica el atraso de sus propias sociedades a la influencia al gran vecino del norte, desviando así en parte la atención de sus propias responsabilidades. Sociedades que envían más y más emigrantes a los Estados Unidos, pareciendo recobrar así, al menos culturalmente aquellos enormes territorios que alguna vez le quitaran a México.
Miami. Ciudad que se hizo grande con la inmigración cubana anticastrista. Puente cultural entre los Estados Unidos y América Latina. Ciudad que le resulta “ extremadamente latina” a los norteamericanos y sigue pareciéndole “muy gringa” a los latinoamericanos. Metropoli económica de América Latina, punto de atracción para la farándula y el jet-set de este subcontinente y paraíso del compras para los adinerados de estas latitudes…
«País que tolera minorías como pocos otros» es una verdad a medias, hay motivos para pensar lo contrario, desde el Ku Kux Klan, pasando por la caza de brujas a comunistas, los carteles de «God Hates Fags» (Dios odia a los maricas) y Reagan (¿O era Bush padre? Dá igual.) diciendo que los ateos no merecen ser considerados ciudadanos. Sin embargo «tolerancia» es una palabra apropiada, porque uno tolera lo que no le gusta; no confundir con convivencia y diversidad en armonía.
«país admirado y odiado como ningún otro.» Yo diría el odiado de turno; antes les tocó a los alemanes y japoneces, antes les tocó a los ingleses, antes a los franceses, antes a los italianos, y así para atrás hasta llegar a los romanos.
«…como tan bien nos lo muestra la Sra. Cristina Fernandez de Kirchner que por un lado critica fuertemente la política de los Estados Unidos, pero por otro lado parece esperar con anhelo una palmadita del gran Barack Obama o que ama, según dicen, hacer sus compras en la 5ª Avda. en Nueva York…» yo a esto lo agarraría con pinsas, por que entre Nestor Kirchner, Cristina y Lula han hecho lo que nadie desde que america latina es comunidad independiente al resto del mundo. Pero es tu opinión y esta es la mia, así que…