Hugo Moyano y la vigencia de Gramsci, Edgardo Mocca, Página/12.
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Acerca de Patricio
Patricio es profesor universitario de sociología. Trabaja sobre desigualdad y movimientos sociales. Se crió en un conventillo de la calle Olavarría, pero toda su vida ha sido hincha de River.
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Muy bueno.
Sergio:
Interesante, especialmente esta parte:
«El hecho es que en estas horas hemos vivido la amenaza más significativa a la unidad de la coalición que hoy gobierna el país. Y que el episodio toca el nervio más crítico para la posibilidad de continuidad de su proyecto político, el de sus propias contradicciones internas. Si alguien en el Gobierno cree que se puede gobernar en la dirección asumida sin el acompañamiento de una porción considerable del movimiento sindical, terminará contribuyendo a la derrota. Y si algún líder sindical cree que los trabajadores van a llegar al poder sobre la base de la fractura de la actual coalición político-social de gobierno, va a convertirse en la clave del éxito de las operaciones mediático-políticas que dice combatir. De eso trata la hegemonía, de contener en unidad la diversidad y hasta la contradicción.»
El gobierno, que fue víctima de una distracción del canciller,que dejó pasar el exhorto, cuando bien poco le costaba devolverlo sin que nadie se enterara, o bien actuó con picardía para acotar a un socio que se está tratando de quedarse con todo,tuvo como Moyano, salir a anunciar que el acuerdo se mantiene, según palabras de Aníbal Fernández.-
Saludos.-
Daio, personalmente creo dos cosas: primero, la tensión entre gobierno y sindicalismo, o entre Cristina y Moyano, si se lo quiere personalizar, no está ni cerca de una «fractura», aunque sin duda existe, tanto, que lo segundo para mi es que esa tensión excede este episodio menor, no veo a Moyano como alguien que se le ocurriría armar todo un escándalo con amenaza de paro incluida, por algo que no se sabe bien quién armó, sin tratar de confirmar primero qué pasa, si no fuera en el contexto de una tensión ya existente.
La última frase de la parte que citaste acá de la nota de Mocca, me parece excelente: «De eso trata la hegemonía, de contener en unidad la diversidad y hasta la contradicción.»
Saludos.
Sergio:
Por supuesto que esa frase de Mocca sólo es aplicable al periodo de construcción hegemónica, luego para Gramsci, la realización plena de la hegemonía cambiará el modo de pensar, difundiendo una nueva concepción del mundo que formará definitivamente una voluntad colectiva unitaria, con lo que llegaríamos a la sociedad comunista teorizada por Marx. Esa sociedad regulada, donde el partido comunista, que es una partido de clase, termina transformándose en un Estado social, en el que desaparecen todas las libertades.-
Con esa idea es evidente que no podrán convivir para siempre el moyanismo y el kirchnerismo, y que uno se terminará por tragará al otro. Esperemos que esa lucha por conquistar casamatas no afecte a la sociedad.-
De ser cierta la nota de tapa de «La Nación» de hoy, es evidente que Moyano se vio en la necesidad de desplegar toda su tropa y artillería, luego sobrevino un acuerdo hasta…
Saludos.-
Daio, uno puede tomar partes de un pensamiento, sin que necesariamente esté de acuerdo con todo lo demás. Para mi suponer que alguien pueda prever como será finalmente la sociedad del futuro a largo plazo, sea comunista, capitalista, o algo que hoy no conocemos, me parece sencillamente imposible. De hecho mi diferencia principal con el marxismo es que no creo posible partir de un marco teórico, sacar conclusiones y luego tratar de amoldar la realidad a ellas.
En principio comparto la idea de empujar por un proyecto en el que estén de acuerdo diferentes sectores, pese a que haya grandes diferencias entre ellos. Sobre todo cuando, llevado a la práctica, como en este caso, esos sectores demuestran su capacidad de convivencia dentro de ese proyecto por tiempos bastante largos.
Que haya habido algún acuerdo entre el gobierno y Moyano en estos días, es algo que veo muy posible. Saludos.
Sergio:
Cuando refiero a la sociedad del futuro, lo hago con relación al pensamiento de Gramsci, que no pasó de ser un marxista ortodoxo, aunque cambió el garrote por la filosofía. Nada tienen que ver Marx ni el comunismo con nuestra actual sociedad.
Saludos.-
Daio: Vos y tu papá Mañeto la tienen adentro. Disfrútenla con salú.
Eduardo Real. Sos lo más bestia que pisó la blogósfera. Qué buen verdguo habrías sido en otra época.
¡Oh…! Me había olvidado. Hago extensivo el LTA a Quinchín.
Qué buen verdugo sos en **esta** época.
Eduardo Real, me caes peor que las lentejas con dulce de leche.
Algunas precisiones:
«la “clase media” fue colocada en el lugar de un sector social fatalmente condenado a despreciar a las fuerzas populares y a enfrentarlas. Muchos de los errores que llevaron a la derrota del proyecto oficial, primero en la sociedad y después en el Congreso, fueron tributarios de ese enfoque.» (pregramsciano)
– Este es el período que va del fracaso de la 125 a la derrota electoral con las candidaturas testimoniales. Y los errores políticos deben adjudicarse al gobierno, a quien condujo ese proceso y no a los «combatientes», porque es un modo de diluir las responsabilidades.
– Antes que la «batalla cultural» fue el «relato». La «batalla cultural» es posterior al 28 de junio.
– Moyano planteando el poder para los trabajadores está más cerca de la concepción gramsciana. Pone en cuestión la dirección política-cultural de nuestra sociedad.
– Más contribuye tener presente la advertencia al gobierno que tirarle una manito de bleque al sindicalismo insistiendo con el deterioro de su imagen y una historia sin más ni más que glorias y miserias.
Escribes: «Moyano planteando el poder para los trabajadores está más cerca de la concepción gramsciana. Pone en cuestión la dirección política-cultural de nuestra sociedad.»
Yo le agregaría política-cultural-económica, y sería más real.
Tienes razón, se quiere quedar con todo, de acuerdo a lo que buscaba Antonio Gramsci con sus enseñanzas. La hegemonía nunca puede ser al final del camino compartida.
Si, también le agregaría, porque está evidenciando las limitaciones del modelo económico. El autor habla de hegemonía política-cultural haciendo abstracción de la economía.
Se introduce a Gramsci para dar sustento político-ideológico a la dirección y preservarla de los errores tácticos y estratégicos. Pero no se trata de chapucear sino de saber nadar con estilo.
Vemos que los que hasta ayer cantaban loas a Moyano hoy lo demonizan (2Casos testigo»-Aliverti) y después hablan de los medios.
la vigencia del peronismo radica en su control del equilibrio inestable entre los trajadores sindicalizados y los empresarios dueños de los capitales.Los lideres sindicales avanzan hasta donde oueden,oero no comen vidrio,y no son marxistas.