El director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Nicolás Eyzaguirre, dijo que «la Argentina requiere claramente desacelerar un poco la demanda, pero, sobre todo, actuar por el lado de la oferta para desahogar cuellos de botella y permitir un incremento más rápido de la oferta productiva». Así respondió a la pregunta que le hizo este diario respecto de cómo evalúa la economía argentina. El funcionario señaló que el país «está creciendo en modo vibrante, poniendo muy fuertemente en tensión su capacidad productiva».
Eyzaguirre explicó que a pesar de que la Argentina no tiene acceso a los mercados financieros internacionales cuenta con «altísimos términos de intercambio», a lo que se suma «el efecto del fuerte dinamismo de Brasil» que empuja a la producción industrial argentina.
Como viene ocurriendo hace un tiempo, el Fondo se ocupa de no hablar de cifras y se atiene a las oficiales estimadas por el INDEC. También evita mencionar que la Argentina tiene una de las inflaciones más altas de la región junto con Venezuela. Aun con la cifra oficial del 11% de inflación, el funcionario sostiene que «la Argentina requiere claramente desacelerar un poco la demanda», la nueva forma utilizada para evitar mencionar que es necesario «enfriar un poco la economía».
En su informe «Perspectivas económicas: las Américas», el FMI realizó una fuerte advertencia por el peligro de un aumento en la inflación en los países latinoamericanos impulsados por los precios de los commodities, escenario que no le es ajeno a la economía argentina. En el capítulo referido a la Argentina, las proyecciones del Fondo muestran una continuidad de la expansión del gasto público y del crédito, factores que están conduciendo a un «sobrecalentamiento» de la economía, sostiene.
El trabajo estima que el PBI crecerá un 6% este año, muy por encima del promedio de la región, que lo calcula en el 4,75%. Respecto de la inflación, el organismo la estima tanto para este año como en 2012 en el 11%, sin cuestionar los números del INDEC, aunque se cubre al señalar que «las estimaciones de analistas privados indican que la inflación de precios al consumidor ha sido considerablemente más alta desde 2007 en adelante». Continúa: «A solicitud de las autoridades, el FMI está brindando asistencia técnica» para la confección de un índice de precios nacional.
Si bien el eje del informe como la conferencia que brindó Eyzaguirre alertaron sobre los riesgos de sobrecalentamiento, que es particularmente más grave en el sur de la región, el FMI evita mencionar específicamente a la Argentina y continúa tratándola con «guantes de seda».
Se observa que para el FMI habrá un aumento del gasto público que pasa del 37,4% en 2010 al 38,4% este año y el 38,5% en 2012. Para el organismo multilateral se irá deteriorando la situación fiscal argentina, ya que el balance total del sector público (ingresos totales menos gastos totales) pasa de un déficit de 0,8% del PBI en 2008 a una proyección de -3,1% del PBI, tanto para 2011 como para 2012. En tanto, el Fondo prevé que se mantenga un ligero superávit primario (excluidos los intereses) del 0,3% y del 0,1% del PBI en 2011 y 2012, respectivamente.
En otra parte del trabajo, el organismo multilateral advierte que «la política fiscal en general no ha estado respaldando a la política monetaria, y este año será importante desacelerar el crecimiento del gasto público». También los datos señalan que la Argentina está teniendo un deterioro de la cuenta corriente externa. Como consecuencia de la suba de importaciones, el superávit externo pasa del 0,9% del PBI en 2010 a un rojo proyectado del 0,5% en 2012.
En términos generales, el informe anticipa para 2011-12 que continuará la recuperación mundial, y serán los mercados emergentes los que lideren el crecimiento. También que los agregados monetarios están creciendo a una tasa anual de más del 20%. Eyzaguirre concluyó su presentación apelando a que es tiempo «prudencia en lo fiscal y en lo monetario» para no tener que lamentar luego «un nuevo episodio de una esperanza perdida».
Eyzaguirre explicó que a pesar de que la Argentina no tiene acceso a los mercados financieros internacionales cuenta con «altísimos términos de intercambio», a lo que se suma «el efecto del fuerte dinamismo de Brasil» que empuja a la producción industrial argentina.
Como viene ocurriendo hace un tiempo, el Fondo se ocupa de no hablar de cifras y se atiene a las oficiales estimadas por el INDEC. También evita mencionar que la Argentina tiene una de las inflaciones más altas de la región junto con Venezuela. Aun con la cifra oficial del 11% de inflación, el funcionario sostiene que «la Argentina requiere claramente desacelerar un poco la demanda», la nueva forma utilizada para evitar mencionar que es necesario «enfriar un poco la economía».
En su informe «Perspectivas económicas: las Américas», el FMI realizó una fuerte advertencia por el peligro de un aumento en la inflación en los países latinoamericanos impulsados por los precios de los commodities, escenario que no le es ajeno a la economía argentina. En el capítulo referido a la Argentina, las proyecciones del Fondo muestran una continuidad de la expansión del gasto público y del crédito, factores que están conduciendo a un «sobrecalentamiento» de la economía, sostiene.
El trabajo estima que el PBI crecerá un 6% este año, muy por encima del promedio de la región, que lo calcula en el 4,75%. Respecto de la inflación, el organismo la estima tanto para este año como en 2012 en el 11%, sin cuestionar los números del INDEC, aunque se cubre al señalar que «las estimaciones de analistas privados indican que la inflación de precios al consumidor ha sido considerablemente más alta desde 2007 en adelante». Continúa: «A solicitud de las autoridades, el FMI está brindando asistencia técnica» para la confección de un índice de precios nacional.
Si bien el eje del informe como la conferencia que brindó Eyzaguirre alertaron sobre los riesgos de sobrecalentamiento, que es particularmente más grave en el sur de la región, el FMI evita mencionar específicamente a la Argentina y continúa tratándola con «guantes de seda».
Se observa que para el FMI habrá un aumento del gasto público que pasa del 37,4% en 2010 al 38,4% este año y el 38,5% en 2012. Para el organismo multilateral se irá deteriorando la situación fiscal argentina, ya que el balance total del sector público (ingresos totales menos gastos totales) pasa de un déficit de 0,8% del PBI en 2008 a una proyección de -3,1% del PBI, tanto para 2011 como para 2012. En tanto, el Fondo prevé que se mantenga un ligero superávit primario (excluidos los intereses) del 0,3% y del 0,1% del PBI en 2011 y 2012, respectivamente.
En otra parte del trabajo, el organismo multilateral advierte que «la política fiscal en general no ha estado respaldando a la política monetaria, y este año será importante desacelerar el crecimiento del gasto público». También los datos señalan que la Argentina está teniendo un deterioro de la cuenta corriente externa. Como consecuencia de la suba de importaciones, el superávit externo pasa del 0,9% del PBI en 2010 a un rojo proyectado del 0,5% en 2012.
En términos generales, el informe anticipa para 2011-12 que continuará la recuperación mundial, y serán los mercados emergentes los que lideren el crecimiento. También que los agregados monetarios están creciendo a una tasa anual de más del 20%. Eyzaguirre concluyó su presentación apelando a que es tiempo «prudencia en lo fiscal y en lo monetario» para no tener que lamentar luego «un nuevo episodio de una esperanza perdida».