Amado Boudou fue cuidadoso en sus palabras, pero siguiendo una instrucción de la Casa Rosada no defendió a su viceministro de Economía frente al conjunto de la UIA.
“Quiero aclarar lo que dijo Roberto Feletti”, afirmó el ministro de Economía en medio del almuerzo con los dirigentes industriales. Y agregó: “ Para nosotros, populismo es más superávits gemelos, más creación de empleo.” Su original versión del populismo la creó para conformar a los máximos jerarcas del movimiento fabril. Pero sus palabras no despejaron las dudas que existen en el empresariado sobre los supuestos proyectos económicos estatistas del kirchnerismo . Primero, porque no fue una desmentida categórica y porque Boudou sólo trato de suavizar la confesión de Feletti. Nunca desautorizó al viceministro. También, porque los líderes industriales no confían en un ministro proclive a incumplir sus promesas.
Boudou tiene predicamento en la intimidad presidencial y se vanagloria de que es el ministro más influyente sobre Cristina Kirchner. Pero nunca cumplió las promesas que realizó al asumir: no normalizó el INDEC; no terminó de salir del default; no solucionó el conflicto con el Club de París y tampoco normalizó la relación con el FMI.
La cúpula de la UIA estaba alarmada por los planes populistas, confiscatorios y estatistas que sinceró Feletti como ejes de la futura política económica de Cristina Kirchner.
El Comité de Presidencia de la central fabril manifestó sus temores de que esos sean los verdaderos planes del kirchnerismo y no el dulce relato que habían escuchado hace una semana de la propia Cristina.
Miguel Acevedo, el secretario de la UIA, fue el encargado de interpelar y trasmitir ese miedo a Boudou.
Acevedo –que también es secretario de la poderosa AEA– aprovechó una afirmación de Boudou sobre “la profundización del modelo” y planteó el temor que existe en los hombres de negocios. Así lo interrogó: “La profundización del modelo que usted expone, ¿es la propuesta de economía populista que explicitó su viceministro?” Así, Acevedo presentó el fantasma que recorre a todos los hombres de negocios: que Feletti expresó lo que realmente busca y persigue el sector que más influencia tiene ahora en el kirchnerismo.
Fue ahí cuando Boudou suavizó los conceptos de su segundo. Lo hizo porque había escuchado un duro reproche de la Presidenta a Feletti y a todo el equipo económico. Pero el ministro evitó desautorizar a Feletti y nunca desmintió taxativamente sus propuestas.
Sólo a través de medias palabras intentó dar seguridades de que no habría cambios fundamentales.
“Nuestro pilar de la política económica -dijo- es el doble superávit, el desendeudamiento y el mercado interno.” En la intimidad, la Presidenta criticó duramente a Feletti, porque su exposición la desautorizó.
Cristina Kirchner trabaja en un programa de acercamiento y seducción del movimiento empresario . En los encuentros con la UIA, los banqueros y la CAME intentó mostrarse conciliadora y a la vez golpeó contra una de las figuras que más temen los empresarios: Hugo Moyano. Pero su discurso quedó opacado por las palabras de Feletti. Ayer decían que si finalmente Boudou es el elegido candidato de jefe de Gobierno porteño, ya Feletti no es el favorito para sucederlo en el carg o.
El viceministro tiene un increíble derrotero político : llegó al Gobierno de la mano de Alberto Fernández, a quien después abandonó para cobijarse en Julio De Vido, desde donde fogoneó para desprestigiar a Boudou, a quien abrazó cuando se apagó la luz de poder del ministro de Planificación.
En el movimiento empresario, la sinceridad del viceministro le dio la razón a los sectores más antagónicos a la Casa Rosada. Son aquellos que sostienen que si Cristina gana las elecciones, el kirchnerismo se acercará a un modelo chavista para intentar controlar las tensiones que generan los desequilibrios macroeconómicos, el atraso del dólar y el recalentamiento inflacionario . Estos dirigentes empresarios hablan de estas posibles ofensivas: Mayor injerencia en las decisiones de las empresas a través de los directores de la ANSeS.
Propuestas para intervenir empresas y estatizar compañías que no se adecuen a la propuesta oficial. Un “leading case” sería Siderar.
Mayor control estatal y regulación en la economía.
Estatización en el mercado de granos para apropiarse de la renta cerealera.
Este último punto movilizó a los “Ceo” de las cuatro principales multinacionales de granos: Cargill, Bunge, Dreyfus y Aceitera Deheza. Están preocupados por los continuos ataques de la AFIP y las versiones de estatización en el comercio de granos.
El cuarteto utilizó como principal interlocutor a Alberto Rodríguez, el titular de la Cámara de Exportadores de Cereales y encontró un aliado inesperado en el Gobierno: Guillermo Moreno.
El secretario de Comercio se manifestó contrario a cualquier estatización y no avaló la creación de la Junta de Granos. Para Moreno, quienes defienden ese proyecto lo único que quieren son cargos y sueldos. En el encuentro, el polémico funcionario les dijo: “Mientras esté yo, no hay estatización, ni Junta.“ Y agregó: “¿Para qué? Si yo me pongo de acuerdo con ustedes y manejo todo con resoluciones.” Pero nadie se quedó tranquilo . La acción deliberada de Ricardo Echegaray contra esas cerealeras abrió un interrogante. Hace unas semanas desde la AFIP se envío a las “multi” un mensaje: si quieren negociar, tienen que pactar con Etchegaray y no con Moreno.
Copyright Clarín, 2010.
“Quiero aclarar lo que dijo Roberto Feletti”, afirmó el ministro de Economía en medio del almuerzo con los dirigentes industriales. Y agregó: “ Para nosotros, populismo es más superávits gemelos, más creación de empleo.” Su original versión del populismo la creó para conformar a los máximos jerarcas del movimiento fabril. Pero sus palabras no despejaron las dudas que existen en el empresariado sobre los supuestos proyectos económicos estatistas del kirchnerismo . Primero, porque no fue una desmentida categórica y porque Boudou sólo trato de suavizar la confesión de Feletti. Nunca desautorizó al viceministro. También, porque los líderes industriales no confían en un ministro proclive a incumplir sus promesas.
Boudou tiene predicamento en la intimidad presidencial y se vanagloria de que es el ministro más influyente sobre Cristina Kirchner. Pero nunca cumplió las promesas que realizó al asumir: no normalizó el INDEC; no terminó de salir del default; no solucionó el conflicto con el Club de París y tampoco normalizó la relación con el FMI.
La cúpula de la UIA estaba alarmada por los planes populistas, confiscatorios y estatistas que sinceró Feletti como ejes de la futura política económica de Cristina Kirchner.
El Comité de Presidencia de la central fabril manifestó sus temores de que esos sean los verdaderos planes del kirchnerismo y no el dulce relato que habían escuchado hace una semana de la propia Cristina.
Miguel Acevedo, el secretario de la UIA, fue el encargado de interpelar y trasmitir ese miedo a Boudou.
Acevedo –que también es secretario de la poderosa AEA– aprovechó una afirmación de Boudou sobre “la profundización del modelo” y planteó el temor que existe en los hombres de negocios. Así lo interrogó: “La profundización del modelo que usted expone, ¿es la propuesta de economía populista que explicitó su viceministro?” Así, Acevedo presentó el fantasma que recorre a todos los hombres de negocios: que Feletti expresó lo que realmente busca y persigue el sector que más influencia tiene ahora en el kirchnerismo.
Fue ahí cuando Boudou suavizó los conceptos de su segundo. Lo hizo porque había escuchado un duro reproche de la Presidenta a Feletti y a todo el equipo económico. Pero el ministro evitó desautorizar a Feletti y nunca desmintió taxativamente sus propuestas.
Sólo a través de medias palabras intentó dar seguridades de que no habría cambios fundamentales.
“Nuestro pilar de la política económica -dijo- es el doble superávit, el desendeudamiento y el mercado interno.” En la intimidad, la Presidenta criticó duramente a Feletti, porque su exposición la desautorizó.
Cristina Kirchner trabaja en un programa de acercamiento y seducción del movimiento empresario . En los encuentros con la UIA, los banqueros y la CAME intentó mostrarse conciliadora y a la vez golpeó contra una de las figuras que más temen los empresarios: Hugo Moyano. Pero su discurso quedó opacado por las palabras de Feletti. Ayer decían que si finalmente Boudou es el elegido candidato de jefe de Gobierno porteño, ya Feletti no es el favorito para sucederlo en el carg o.
El viceministro tiene un increíble derrotero político : llegó al Gobierno de la mano de Alberto Fernández, a quien después abandonó para cobijarse en Julio De Vido, desde donde fogoneó para desprestigiar a Boudou, a quien abrazó cuando se apagó la luz de poder del ministro de Planificación.
En el movimiento empresario, la sinceridad del viceministro le dio la razón a los sectores más antagónicos a la Casa Rosada. Son aquellos que sostienen que si Cristina gana las elecciones, el kirchnerismo se acercará a un modelo chavista para intentar controlar las tensiones que generan los desequilibrios macroeconómicos, el atraso del dólar y el recalentamiento inflacionario . Estos dirigentes empresarios hablan de estas posibles ofensivas: Mayor injerencia en las decisiones de las empresas a través de los directores de la ANSeS.
Propuestas para intervenir empresas y estatizar compañías que no se adecuen a la propuesta oficial. Un “leading case” sería Siderar.
Mayor control estatal y regulación en la economía.
Estatización en el mercado de granos para apropiarse de la renta cerealera.
Este último punto movilizó a los “Ceo” de las cuatro principales multinacionales de granos: Cargill, Bunge, Dreyfus y Aceitera Deheza. Están preocupados por los continuos ataques de la AFIP y las versiones de estatización en el comercio de granos.
El cuarteto utilizó como principal interlocutor a Alberto Rodríguez, el titular de la Cámara de Exportadores de Cereales y encontró un aliado inesperado en el Gobierno: Guillermo Moreno.
El secretario de Comercio se manifestó contrario a cualquier estatización y no avaló la creación de la Junta de Granos. Para Moreno, quienes defienden ese proyecto lo único que quieren son cargos y sueldos. En el encuentro, el polémico funcionario les dijo: “Mientras esté yo, no hay estatización, ni Junta.“ Y agregó: “¿Para qué? Si yo me pongo de acuerdo con ustedes y manejo todo con resoluciones.” Pero nadie se quedó tranquilo . La acción deliberada de Ricardo Echegaray contra esas cerealeras abrió un interrogante. Hace unas semanas desde la AFIP se envío a las “multi” un mensaje: si quieren negociar, tienen que pactar con Etchegaray y no con Moreno.
Copyright Clarín, 2010.