Por Roberto Lavagna
21/05/11 – 12:01
Leí el artículo de Jorge Fontevecchia del domingo pasado titulado Moyano y Dilma. Una frase me lleva a escribir estas líneas: “Los años fueron demostrando que no se trató de un modelo elegido por nuestros gobiernos (plural), sino impuesto por la realidad”.
Creo que no es así. A partir de la realidad creada por el derrumbe de la convertibilidad hubo un “modelo”, diría el Gobierno (yo lo llamaria un programa economico-social y de relacionamiento internacional), que incluyó:
◆ Consumo como motor imprescindible de crecimiento y del aumento de la inversión.
◆ Superávit fiscal consolidado Nación-Provincias.
◆ Dólar alto mantenido por el superávit fiscal (objetivo mínimo $ 1,50 por dólar en términos reales).
◆ Intereses bajos sostenidos por el superávit fiscal y ausencia del Estado como tomador de créditos y competidor del sector privado.
◆ Reducción de la deuda del Estado (objetivo gradual 30% del PBI).
◆ Aumento de la producción, del empleo y de la masa salarial, sostenido en un tipo de cambio real que hace competitivo al país y en el aumento de la inversión, alentado por la expansión del consumo y que definió a la política social como “parte integrante y central de la política económica” .
Ese “modelo”, que puede llamarse Duhalde-Lavagna-Kirchner N., es el que deja de ejecutarse en el 2006,cuando comienza un nuevo “modelo” Kirchner N.-Kirchner C. que va agotando todos los “colchones” o márgenesde maniobra existentes al final de 2005 (superávit fiscal récord 4,5% del PBI / superávit en cuenta corriente del 6%) y a usar la excepcional suba de los precios internacionales (hasta 2005 estaban en los promedios y no eran mayores que los años pico como 1996-l997) que se inicia fuertemente en 2007.
Agotados los márgenes de maniobra, llegó para el Gobierno el momento de endurecer y forzar el modelo 2007-2010,y quizás estemos entrando en una etapa nueva mas confrontacional.
Al D-L-K (elección no forzada sino razonada y explicada en su momento) le siguió el K-K (inicio 2007-2010), que aun está en evolución hoy.
21/05/11 – 12:01
Leí el artículo de Jorge Fontevecchia del domingo pasado titulado Moyano y Dilma. Una frase me lleva a escribir estas líneas: “Los años fueron demostrando que no se trató de un modelo elegido por nuestros gobiernos (plural), sino impuesto por la realidad”.
Creo que no es así. A partir de la realidad creada por el derrumbe de la convertibilidad hubo un “modelo”, diría el Gobierno (yo lo llamaria un programa economico-social y de relacionamiento internacional), que incluyó:
◆ Consumo como motor imprescindible de crecimiento y del aumento de la inversión.
◆ Superávit fiscal consolidado Nación-Provincias.
◆ Dólar alto mantenido por el superávit fiscal (objetivo mínimo $ 1,50 por dólar en términos reales).
◆ Intereses bajos sostenidos por el superávit fiscal y ausencia del Estado como tomador de créditos y competidor del sector privado.
◆ Reducción de la deuda del Estado (objetivo gradual 30% del PBI).
◆ Aumento de la producción, del empleo y de la masa salarial, sostenido en un tipo de cambio real que hace competitivo al país y en el aumento de la inversión, alentado por la expansión del consumo y que definió a la política social como “parte integrante y central de la política económica” .
Ese “modelo”, que puede llamarse Duhalde-Lavagna-Kirchner N., es el que deja de ejecutarse en el 2006,cuando comienza un nuevo “modelo” Kirchner N.-Kirchner C. que va agotando todos los “colchones” o márgenesde maniobra existentes al final de 2005 (superávit fiscal récord 4,5% del PBI / superávit en cuenta corriente del 6%) y a usar la excepcional suba de los precios internacionales (hasta 2005 estaban en los promedios y no eran mayores que los años pico como 1996-l997) que se inicia fuertemente en 2007.
Agotados los márgenes de maniobra, llegó para el Gobierno el momento de endurecer y forzar el modelo 2007-2010,y quizás estemos entrando en una etapa nueva mas confrontacional.
Al D-L-K (elección no forzada sino razonada y explicada en su momento) le siguió el K-K (inicio 2007-2010), que aun está en evolución hoy.