Sábado 11 de junio de 2011 | 08:32 (actualizado a las 10:40)
El premier británico junto a un niño, ayer en un acto en LondresFoto: AP
LONDRES (ANSA).- El primer ministro británico, David Cameron, pidió a las familias desempleadas de Gran Bretaña que dejaran de tener hijos y que no esperaran que el Estado se haga cargo de ellos a través de subsidios públicos.
Cameron declaró a la televisión local que es «incorrecto» que aquellas familias que se resisten a obtener un empleo «esperen que el erario británico financie sus estilos de vida sin límites».
Además, el líder conservador dijo que busca cambiar los «valores» y revertir la «cultura de dependencia» que según Cameron «floreció» bajo los previos gobiernos laboristas.
«El mayor cambio que quiero hacer es modificar los valores de la gente, y recompensar a aquellos que trabajan duro y hacen lo correcto, pero aquellos que no, tenemos que penarlos», afirmó.
Cameron subrayó también que comparte la «frustración» de familias trabajadores, que -según el premier- se quejan de que otros compatriotas tienen hijos sin poder mantenerlos «que terminan siendo financiados por el contribuyente británico».
Según cifras oficiales, unos 100.000 británicos que perciben subsidios tienen cuatro o más hijos, con unos 900 que tienen, al menos, ocho.
En muchos casos, dichas personas subsidiadas obtienen una vivienda social, como también pagas semanales por hijo y manutención.
El premier británico junto a un niño, ayer en un acto en LondresFoto: AP
LONDRES (ANSA).- El primer ministro británico, David Cameron, pidió a las familias desempleadas de Gran Bretaña que dejaran de tener hijos y que no esperaran que el Estado se haga cargo de ellos a través de subsidios públicos.
Cameron declaró a la televisión local que es «incorrecto» que aquellas familias que se resisten a obtener un empleo «esperen que el erario británico financie sus estilos de vida sin límites».
Además, el líder conservador dijo que busca cambiar los «valores» y revertir la «cultura de dependencia» que según Cameron «floreció» bajo los previos gobiernos laboristas.
«El mayor cambio que quiero hacer es modificar los valores de la gente, y recompensar a aquellos que trabajan duro y hacen lo correcto, pero aquellos que no, tenemos que penarlos», afirmó.
Cameron subrayó también que comparte la «frustración» de familias trabajadores, que -según el premier- se quejan de que otros compatriotas tienen hijos sin poder mantenerlos «que terminan siendo financiados por el contribuyente británico».
Según cifras oficiales, unos 100.000 británicos que perciben subsidios tienen cuatro o más hijos, con unos 900 que tienen, al menos, ocho.
En muchos casos, dichas personas subsidiadas obtienen una vivienda social, como también pagas semanales por hijo y manutención.