Ahora, sí, finalmente, podemos gritarlo: será, Cristina, la compañera Presidenta, la candidata del Movimiento Nacional Peronista.
Tenía razón Lilita Carrió: junio, dijo la dictadora de la Coalición Cívica Libertadora, va a ser terrible. Y tal cual: en el mes de cierre de candidaturas, Clarín, Techint y alcahuetes varios, han acelerado a fondo en pos de que… Cristina se baje. Chiquis míos, con eso admiten que no tienen con qué darle. La excepción que confirma la regla, verán abajo por qué.
Creen, y apuestan a eso con las ridículas y malintencionadas coberturas que despliegan acerca de varios temas que ciertamente no han inventado. A asustarla con que si pierden sus candidatos allí donde más puede pegar el rebotín rebotán mediático, esto es Capital, Santa Fe y Córdoba, a ver si eso genera una ola en las PASO y eso la hace asustar con la derrota el 23 de octubre. Justamente en los lugares en los que más puede (a priori, ojo) pegar la lógica mediática.
Siguen, de todas formas, con un libreto añejo: el voto cruzado, que pierda Rossi en Santa Fe, ponele, no dice nada sobre las presidenciales de octubre. La dialéctica orden local-orden nacional, si de algo carece, es de automaticidad.
Pavada importante. No que pierda, el kirchnerismo, en los lugares mencionados. Pero: ya se perdió, allí, en 2007 –antes de que Cristina arrase en las elecciones- y 2009. Y acá estamos lo mismo. Cristina, señores, no va, no irá para atrás. Todo lo actuado, van a tener que tirarlo al tacho y empezar a pensar (no de nuevo, lo que hicieron hasta ahora no requiere imaginación ninguna).
1. Muy buena articulación entre gestión y construcción política partidaria. Cristina practica a las mil maravillas la interacción entre la presentación de una medida, un logro de gestión/conquista y la utilización de todo eso como impulso a la plataforma electoral propia.
2. Mixturó, también muy bien, el acompañamiento de todo el arco, amplísimo, que la sustenta. La acompañaron, en el anuncio, por un lado, el progresismo –en razón de que el anuncio tenía qué ver con operacionalizar aspectos de la que es “la” bandera de ese sector, la Ley de Medios, “la batalla cultural”-, mejor conocidos como “Los Buenos”; y por el otro, los gobernadores del PJ, la CGT y demás orgas (estaba Taty Almeida, por ejemplo, tanto que hablan algunos bobos) –la gobernabilidad, la gestión, por simplificar, digamos: el perverso de Insfran, el malvado de Gioja, la basura de Scioli-. Y no se notó que volase ninguna silla.
3. Le tiró una mano, de paso, a Filmus (¡Es hora de levantarse, querido! ¿Dormiste bien? Denle, métanle con la campaña en serio, viejo, cortemos con esto de si un debate sólo y en TN o mil en varios lados, que es una payasada, empiecen a entrar a las villas, carajo). Lo de Capital como centro de refugio de fracasados electorales prematuros fue glorioso. Puso, blanco sobre negro, con esa frase, bastante de lo que, mejor que lo que lo podría hacer yo, explica Lucas, acá (recordando siempre que yo soy, además, carrasquista).
Retomamos la iniciativa, con esto, cosa que no está de más, venía emputeciéndose el paseo, números en mano. Ya destilan su odio, medios y Lilita “ni 5% de intención de voto” (por eso odia) Carrió (quien, una vez más, y para no perder la costumbre, erró con su vaticinio: “CFK no se presenta” fue esta vez (con todo, hay que reconocer que no solamente ella aventuró semejante pavada).
El antikirchnerismo furioso ya no paga y hay que armar en lógica orgánica y territorial. Esas son, a hoy a las 23:39, las claves, y el que no lo entienda, y hasta que lo entienda, no va a existir. Y el trasvasamiento generacional presente: qué clara que la tiene alguien que tiñe su gestión de impronta refundacionista.
Por ahora, esto, así, desprolijo, precario y sin alongar: cuando acaben los parciales, el jueves (final de Negociación Colectiva y Conflictos, hago Conflictos porque soy un crispado bárbaro), volvemos con tutti.
No hay dudas que los candidatos de Capital son un lujo, pero me parece que hay mucho raciocinio en la emisión de discurso y escaso fervor, el peronismo desde siempre se caracterizó por su enjundia y voluntad de cambio y esto hay que volcarlo en las formas discursivas, no sólo se convence con los hechos sino también con el discurso y el mismo debe responder a la lógica de la identidad del sentimiento colectivo que se supone que es el peronismo
Me molesta sobremanera la moderación arbitraria de posts. Los comentarios tambien son moderados a suscriptos a AP?