Domingo 26 de junio de 2011 | Publicado en edición impresa
Jesica Bossi
LA NACION
Fue un reparto con heridos. La Presidenta definió, casi en su totalidad, los cargos legislativos nacionales y pulseó, hasta el final, en la grilla bonaerense. Como ya había hecho correr a través de sus operadores, con su lapicera benefició al kirchnerismo puro y a la juventud K, enrolada en el sello de La Cámpora . Todo con un mismo objetivo: amasar una tropa incondicional en el Congreso ante un eventual segundo mandato.
Anoche, todavía seguían reacomodándose lugares y nombres al ritmo de pujas y tensas gestiones. El hilado fino había comenzado temprano, cuando arribaron a la Casa Rosada el secretario legal y técnico, Carlos Zannini, y el ministro del Interior, Florencio Randazzo. Tejió, además, como brazo operativo, Juan Carlos Mazzón. El avance de los cierres se hizo con el monitoreo telefónico de Cristina Kirchner, instalada en Olivos junto a su familia.
La Presidenta apostó a dos hombres de su equipo para el nuevo Congreso. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, es el primer postulante a senador bonaerense y Julián Domínguez, el ministro de Agricultura, encabeza la lista de diputados. Es una dupla criada dentro del PJ bonaerense clásico, que se amoldó luego al kirchnerismo. Secunda a Fernández la diputada María Laura Leguizamón, de trato personal con la jefa de Estado, que anteayer fue anoticiada de su buena fortuna.
«La Cámpora está cobrando como loco», confió a LA NACION una fuente oficial, mientras trajinaba los pasillos de Balcarce 50. Esa inclinación de la balanza, por estricta orden presidencial, tenía como contracara el malestar de un sector del peronismo ortodoxo -sobre todo en la provincia de Buenos Aires- y de la CGT.
Cerca de las 16.30, entró apurado al despacho de Randazzo el histórico apoderado del PJ, Jorge Landau, para ajustar el trámite de inscripciones y firmas. El secretismo y la tensión con el que se negociaban puertas adentro las listas contrastaba con el ambiente de la Casa de Gobierno: había un desfiladero de turistas haciendo visitas guiadas.
Avanzada camporista
La agrupación juvenil fundada por Máximo Kirchner logró espacios «entrables» en todos los distritos del país. Ayer, cuando ingresó en la poblada sala donde su madre iba a anunciar a su compañero de fórmula, recibió un aplauso cerrado. Ofició de revisor de listas, y Virginia García, hermana de su novia, Rocío, recaló como tercera candidata a diputada por Santa Cruz.
Cuatro de los cinco miembros de la mesa de conducción están en la carrera electoral: Andrés Larroque («Cuervo») va como tercer diputado por la Capital, Eduardo de Pedro («Wado») competirá por Buenos Aires y José Ottavis corre como legislador provincial por la primera sección electoral. Juan Cabandié ya está lanzado como cabeza de lista legislativa en Capital.
El pico de tensión se dio en territorio bonaerense. Cristina Kirchner pidió que tuvieran representación en todas las secciones con el objetivo de copar la Legislatura. Ya se habían ganado lugares Marina Moretti (por la segunda), Ottavis y el tío de Pedro, Alberto España (por la primera), Fernanda Ravera (por la quinta), Jorge Ruesga (por la sexta) y en la cuarta peleaban por tres lugares. El resto seguía en disputa. Cobraron, además, referentes puestos por intendentes como Fernando Amiero y Raúl Otahecé, y otros colocados por Randazzo y el ministro de Economía y ahora candidato a vicepresidente, Amado Boudou.
Más allá de su cercanía a Olivos, a través de Máximo, los referentes de La Cámpora intuían, pero no tenían precisión de su futuro.
Larroque se enteró ayer, en medio de un velorio, de un compañero de militancia de su lugar en la lista, después de que Zannini punteara el tracking la boleta capitalina. Y Ottavis, entrada la noche, todavía no sabía exactamente en qué posición quedaba.
Como nunca, funcionó el veto presidencial. Los ejemplos son claros: en Tucumán, Cristina corrigió el listado que le acercó el gobernador José Alperovich para incluir en cuarto lugar al camporista Marcelo Santillán y desplazó, nada menos, que al actual diputado K Gerónimo Vargas Aignasse, un tenaz impulsor de la ley del fútbol que busca erosionar el poder del mandamás de la AFA, Julio Grondona.
En Mendoza, el mismo destino cruel corrió la histórica Patricia Fadel, vicepresidenta segunda de la Cámara baja y mujer que reporta a Mazzón, que perdió la pulseada por el segundo lugar frente a la joven Anabela Fernández, asesora del gobierno provincial y, desde hace un año, ferviente militante de La Cámpora.
El tablero de Santa Fe cambió varias veces. Enojado, el moyanista Juan Carlos Schmid se bajó y volvieron a cambiar las fichas. Así se colaba, en puesto expectante, Marcos Cleri, un joven rosarino que se hizo amigo de Cabandié y ahora ostenta la franquicia juvenil.
El entramado en Capital se conoció temprano. La Casa Rosada sólo eligió los seis primeros puestos. En rigor, entrarían hasta cuatro. El viceministro de Economía, Roberto Felleti, fue ungido primer postulante y el resto de la lista tuvo guiños hacia el PJ.
Jesica Bossi
LA NACION
Fue un reparto con heridos. La Presidenta definió, casi en su totalidad, los cargos legislativos nacionales y pulseó, hasta el final, en la grilla bonaerense. Como ya había hecho correr a través de sus operadores, con su lapicera benefició al kirchnerismo puro y a la juventud K, enrolada en el sello de La Cámpora . Todo con un mismo objetivo: amasar una tropa incondicional en el Congreso ante un eventual segundo mandato.
Anoche, todavía seguían reacomodándose lugares y nombres al ritmo de pujas y tensas gestiones. El hilado fino había comenzado temprano, cuando arribaron a la Casa Rosada el secretario legal y técnico, Carlos Zannini, y el ministro del Interior, Florencio Randazzo. Tejió, además, como brazo operativo, Juan Carlos Mazzón. El avance de los cierres se hizo con el monitoreo telefónico de Cristina Kirchner, instalada en Olivos junto a su familia.
La Presidenta apostó a dos hombres de su equipo para el nuevo Congreso. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, es el primer postulante a senador bonaerense y Julián Domínguez, el ministro de Agricultura, encabeza la lista de diputados. Es una dupla criada dentro del PJ bonaerense clásico, que se amoldó luego al kirchnerismo. Secunda a Fernández la diputada María Laura Leguizamón, de trato personal con la jefa de Estado, que anteayer fue anoticiada de su buena fortuna.
«La Cámpora está cobrando como loco», confió a LA NACION una fuente oficial, mientras trajinaba los pasillos de Balcarce 50. Esa inclinación de la balanza, por estricta orden presidencial, tenía como contracara el malestar de un sector del peronismo ortodoxo -sobre todo en la provincia de Buenos Aires- y de la CGT.
Cerca de las 16.30, entró apurado al despacho de Randazzo el histórico apoderado del PJ, Jorge Landau, para ajustar el trámite de inscripciones y firmas. El secretismo y la tensión con el que se negociaban puertas adentro las listas contrastaba con el ambiente de la Casa de Gobierno: había un desfiladero de turistas haciendo visitas guiadas.
Avanzada camporista
La agrupación juvenil fundada por Máximo Kirchner logró espacios «entrables» en todos los distritos del país. Ayer, cuando ingresó en la poblada sala donde su madre iba a anunciar a su compañero de fórmula, recibió un aplauso cerrado. Ofició de revisor de listas, y Virginia García, hermana de su novia, Rocío, recaló como tercera candidata a diputada por Santa Cruz.
Cuatro de los cinco miembros de la mesa de conducción están en la carrera electoral: Andrés Larroque («Cuervo») va como tercer diputado por la Capital, Eduardo de Pedro («Wado») competirá por Buenos Aires y José Ottavis corre como legislador provincial por la primera sección electoral. Juan Cabandié ya está lanzado como cabeza de lista legislativa en Capital.
El pico de tensión se dio en territorio bonaerense. Cristina Kirchner pidió que tuvieran representación en todas las secciones con el objetivo de copar la Legislatura. Ya se habían ganado lugares Marina Moretti (por la segunda), Ottavis y el tío de Pedro, Alberto España (por la primera), Fernanda Ravera (por la quinta), Jorge Ruesga (por la sexta) y en la cuarta peleaban por tres lugares. El resto seguía en disputa. Cobraron, además, referentes puestos por intendentes como Fernando Amiero y Raúl Otahecé, y otros colocados por Randazzo y el ministro de Economía y ahora candidato a vicepresidente, Amado Boudou.
Más allá de su cercanía a Olivos, a través de Máximo, los referentes de La Cámpora intuían, pero no tenían precisión de su futuro.
Larroque se enteró ayer, en medio de un velorio, de un compañero de militancia de su lugar en la lista, después de que Zannini punteara el tracking la boleta capitalina. Y Ottavis, entrada la noche, todavía no sabía exactamente en qué posición quedaba.
Como nunca, funcionó el veto presidencial. Los ejemplos son claros: en Tucumán, Cristina corrigió el listado que le acercó el gobernador José Alperovich para incluir en cuarto lugar al camporista Marcelo Santillán y desplazó, nada menos, que al actual diputado K Gerónimo Vargas Aignasse, un tenaz impulsor de la ley del fútbol que busca erosionar el poder del mandamás de la AFA, Julio Grondona.
En Mendoza, el mismo destino cruel corrió la histórica Patricia Fadel, vicepresidenta segunda de la Cámara baja y mujer que reporta a Mazzón, que perdió la pulseada por el segundo lugar frente a la joven Anabela Fernández, asesora del gobierno provincial y, desde hace un año, ferviente militante de La Cámpora.
El tablero de Santa Fe cambió varias veces. Enojado, el moyanista Juan Carlos Schmid se bajó y volvieron a cambiar las fichas. Así se colaba, en puesto expectante, Marcos Cleri, un joven rosarino que se hizo amigo de Cabandié y ahora ostenta la franquicia juvenil.
El entramado en Capital se conoció temprano. La Casa Rosada sólo eligió los seis primeros puestos. En rigor, entrarían hasta cuatro. El viceministro de Economía, Roberto Felleti, fue ungido primer postulante y el resto de la lista tuvo guiños hacia el PJ.