El voto en blanco tuvo un rol protagónico en las elecciones provinciales del pasado 26 de junio, al convertirse en la segunda y tercera fuerza en los comicios de Misiones y de Tierra del Fuego, respectivamente.
En el distrito de la tierra colorada, Maurice Closs (Frente Renovador de la Concordia) logró una contundente reelección, de la mano de un triunfo por más del 70 por ciento de los sufragios.
Esos 372.490 votos empalidecieron a los candidatos de la oposición, quienes ni siquiera lograron vencer al voto en blanco, que se quedó con el segundo lugar (43.185).
Detrás se ubicaron el empresario Claudio Wipplinger (Trabajo y Progreso) con 30.938 sufragios y Luis Pastori (UCR) con 30.816 votos, según el escrutinio definitivo.
En sintonía, en tierra fueguina, la candidata del Frente para la Victoria, Rosana Bertone, paladeó un efímero triunfo en la primera vuelta con 30.057 votos (41,16 por ciento), contra 23.683 (32,43 por ciento) de la exarista Fabiana Ríos. Allí marcó el tercer lugar el voto en blanco (8.280, con el 11,34 por ciento), relegando a un cuarto lugar al radical Ariel Pagella (4.831, con el 6,62 por ciento).
El balotaje del pasado domingo reivindicó sin embargo a Ríos, quien se alzó ajustadamente con la reelección por 1,31 punto, a partir en parte de la seducción que generó entre aquellos que originalmente habían optado por el no voto.
La instantánea -toda una señal para las catarata de elecciones provinciales que se viene, incluida la compulsa presidencial y la que definirá la renovación del Congreso- refleja el bajo interés y la menguada participación que generan los procesos electorales, además del escaso arrastre que concita la dividida oposición en algunos distritos.
Es, en rigor, un fenómeno que se reedita. Por caso, en octubre de 2001 el no voto ganó en las elecciones legislativas nacionales de Santa Fe, al sumar -entre voto en blanco y nulos- cerca de un 42 por ciento, contra el 34,6 por ciento cosechado por la Alianza Frente Justicialista por Santa Fe.
En sintonía, en esa compulsa en la Ciudad de Buenos Aires se impuso la Alianza comandada por la UCR por un 19,49 por ciento de los sufragios, pero picó en punta la sumatoria de votos anulados y en blanco, con cerca del 29 por ciento.
En aquella oportunidad, en tanto, en la provincia de Buenos Aires, el no voto obtuvo alrededor del 26 por ciento, segundo tras el 37,36 por ciento logrado por el PJ. La Alianza radical quedó en tercer lugar (15,35 por ciento).
En el distrito de la tierra colorada, Maurice Closs (Frente Renovador de la Concordia) logró una contundente reelección, de la mano de un triunfo por más del 70 por ciento de los sufragios.
Esos 372.490 votos empalidecieron a los candidatos de la oposición, quienes ni siquiera lograron vencer al voto en blanco, que se quedó con el segundo lugar (43.185).
Detrás se ubicaron el empresario Claudio Wipplinger (Trabajo y Progreso) con 30.938 sufragios y Luis Pastori (UCR) con 30.816 votos, según el escrutinio definitivo.
En sintonía, en tierra fueguina, la candidata del Frente para la Victoria, Rosana Bertone, paladeó un efímero triunfo en la primera vuelta con 30.057 votos (41,16 por ciento), contra 23.683 (32,43 por ciento) de la exarista Fabiana Ríos. Allí marcó el tercer lugar el voto en blanco (8.280, con el 11,34 por ciento), relegando a un cuarto lugar al radical Ariel Pagella (4.831, con el 6,62 por ciento).
El balotaje del pasado domingo reivindicó sin embargo a Ríos, quien se alzó ajustadamente con la reelección por 1,31 punto, a partir en parte de la seducción que generó entre aquellos que originalmente habían optado por el no voto.
La instantánea -toda una señal para las catarata de elecciones provinciales que se viene, incluida la compulsa presidencial y la que definirá la renovación del Congreso- refleja el bajo interés y la menguada participación que generan los procesos electorales, además del escaso arrastre que concita la dividida oposición en algunos distritos.
Es, en rigor, un fenómeno que se reedita. Por caso, en octubre de 2001 el no voto ganó en las elecciones legislativas nacionales de Santa Fe, al sumar -entre voto en blanco y nulos- cerca de un 42 por ciento, contra el 34,6 por ciento cosechado por la Alianza Frente Justicialista por Santa Fe.
En sintonía, en esa compulsa en la Ciudad de Buenos Aires se impuso la Alianza comandada por la UCR por un 19,49 por ciento de los sufragios, pero picó en punta la sumatoria de votos anulados y en blanco, con cerca del 29 por ciento.
En aquella oportunidad, en tanto, en la provincia de Buenos Aires, el no voto obtuvo alrededor del 26 por ciento, segundo tras el 37,36 por ciento logrado por el PJ. La Alianza radical quedó en tercer lugar (15,35 por ciento).