La relación con los organismos / Advierten sobre un recalentamiento de la economía
Miércoles 06 de julio de 2011 | Publicado en edición impresa
Eyzaguirre reiteró la necesidad de aplicar políticas fiscales y monetarias anticíclicas. Foto Archivo
Javier Blanco
Enviado especial
SANTANDER.- Pese a que ya pasaron tres meses desde que fue entregado en Buenos Aires, el Fondo Monetario Internacional aún no recibió «ninguna respuesta» del gobierno argentino al informe que elaboró el organismo sobre la elaboración de un nuevo índice nacional de inflación para el país, pedido por la administración Kirchner.
Así lo reconoció en esta ciudad el director del FMI para el Hemisferio Occidental, Nicolás Eyzaguirre, quien considera a ese proceso clave para que la Argentina normalice su relación con el mundo. Sin embargo, no pareció tener muchas expectativas de obtener esa respuesta, por lo menos en breve. «Espero al menos que no archiven las recomendaciones sin evaluarlas», dijo.
Eyzaguirre participó ayer de la jornada de cierre del seminario para América latina que el Banco Santander organizó en la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, un ex palacio veraniego de la familia real española con espectacular vista al mar Cantábrico.
El economista chileno recordó que, aunque pretenda evitarlo, es posible que la Argentina se tope con el FMI al intentar cerrar su meneado acuerdo con el Club de París. «Lo usual es que el Club nos consulte tras recibir una oferta, pero no me corresponde decirlo en nombre de ellos. Lo que trato de explicar es el procedimiento», se atajó.
Al analizar la situación actual de la economía argentina, recurrió a la imagen de una «sartén con el aceite hirviendo», avalando la teoría de un posible recalentamiento sobre la que advirtió recientemente el semanario inglés The Economist. Y aconsejó que el país debería abrevar en su experiencia de la Belle Epoque para evitar caer en la tentación de repetirla.
El consejo del encargado del Fondo para la región fue suscripto aquí por varios de sus colegas economistas que tomaron parte de la última jornada del seminario. Eyzaguirre dio por concluida la polémica sobre si el cambio en la economía mundial es coyuntural o estructural, a favor de esta última postura.
Dijo que el mundo está ante un largo ciclo de materias primas con muy buenos precios porque el hecho de que China haya migrado de un modelo de crecimiento que privilegiaba su sector externo a otro que tiene el foco en su mercado interno hace que estemos frente a «una especie de segunda revolución industrial», pero con eje en las commodities .
Incluso, arriesgó que los tiempos del dólar barato se alargarán, tras comentar que recientemente había cerrado la revisión de la economía de Estados Unidos en los términos del artículo 4° y que ella le permitió concluir: «Esa economía va a seguir creciendo débilmente por años, en el orden del 2%, lo que obligará a mantener políticas monetarias laxas».
De allí que alertó que la «tentación» de los gobiernos de la región por mantener tasas de crecimiento elevadas será «alta», e hizo un llamado para ir confluyendo hacia políticas fiscales y monetarias con un sesgo anticíclico, para confluir hacia tasas de expansión compatibles con el potencial de desarrollo de cada economía.
Aprovechar la experiencia
Eyzaguirre advirtió sobre el riesgo de desperdiciar el ciclo, y citó como ejemplo el caso argentino y su desaprovechado boom de fines del siglo XIX y comienzos del XX, cuando el país se posicionó entre los más ricos del mundo, aunque sólo una especie de aristocracia tuvo la oportunidad de capturar esos beneficios.
«Deberían tener presente esa experiencia y no dejarse llevar por el facilismo de los altos precios de las commodities , porque está visto que crecimientos exacerbados no solucionan problemas estructurales como la desigualdad.»
En la misma línea, aunque desde otros puntos de vista, se habían pronunciado antes los economistas Ernesto Talvi (Ceres, Uruguay), Liliana Rojas Suárez (Perú) y el argentino Miguel Kiguel (EconViews), convocados con Eyzaguirre a examinar cómo se distribuye la renta y la financiación en la región, y las tendencias de cara al futuro.
Talvi había abierto la jornada explicando que el motor de la economía mundial se había trasvasado a los países emergentes, pero no del mismo modo en todos. De hecho, dijo que, entre los de la región, había dos bloques: uno en torno a México y otro en torno a Brasil (en el que ubicó a la Argentina), siendo ese último el más beneficiado.
Pero advirtió que se vienen «cuellos de botella», básicamente «por la escasez de mano de obra calificada y la alta incidencia de mano de obra no preparada», ya que en materia de calidad educativa «peleamos el descenso: hablo de gente que sabe leer y escribir, pero es funcionalmente analfabeta».
Rojas Suárez había advertido que, a diferencia de 2007 (la base con que superó sin mayores remezones la crisis de Lehman Brothers), la región se ha vuelto más vulnerable a un posible cambio en el clima financiero internacional.
Kiguel, por su parte y para alivio de Eyzaguirre, pronosticó que la Argentina va hacia un aterrizaje suave de su economía «por las inconsistencias y desbalances sectoriales, como el que muestra en el sector energético, que ha acumulado en los últimos años». Pero resaltó que no hay condiciones para repetir una crisis «en los términos tradicionales en los que el mundo espera de nosotros por nuestra historia de volatilidad».
DIXIT
«Está visto que crecimientos exacerbados no solucionan problemas estructurales como la desigualdad»
Nicolás Eyzaguirre
Director del FMI hemisferio occidental
Miércoles 06 de julio de 2011 | Publicado en edición impresa
Eyzaguirre reiteró la necesidad de aplicar políticas fiscales y monetarias anticíclicas. Foto Archivo
Javier Blanco
Enviado especial
SANTANDER.- Pese a que ya pasaron tres meses desde que fue entregado en Buenos Aires, el Fondo Monetario Internacional aún no recibió «ninguna respuesta» del gobierno argentino al informe que elaboró el organismo sobre la elaboración de un nuevo índice nacional de inflación para el país, pedido por la administración Kirchner.
Así lo reconoció en esta ciudad el director del FMI para el Hemisferio Occidental, Nicolás Eyzaguirre, quien considera a ese proceso clave para que la Argentina normalice su relación con el mundo. Sin embargo, no pareció tener muchas expectativas de obtener esa respuesta, por lo menos en breve. «Espero al menos que no archiven las recomendaciones sin evaluarlas», dijo.
Eyzaguirre participó ayer de la jornada de cierre del seminario para América latina que el Banco Santander organizó en la sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, un ex palacio veraniego de la familia real española con espectacular vista al mar Cantábrico.
El economista chileno recordó que, aunque pretenda evitarlo, es posible que la Argentina se tope con el FMI al intentar cerrar su meneado acuerdo con el Club de París. «Lo usual es que el Club nos consulte tras recibir una oferta, pero no me corresponde decirlo en nombre de ellos. Lo que trato de explicar es el procedimiento», se atajó.
Al analizar la situación actual de la economía argentina, recurrió a la imagen de una «sartén con el aceite hirviendo», avalando la teoría de un posible recalentamiento sobre la que advirtió recientemente el semanario inglés The Economist. Y aconsejó que el país debería abrevar en su experiencia de la Belle Epoque para evitar caer en la tentación de repetirla.
El consejo del encargado del Fondo para la región fue suscripto aquí por varios de sus colegas economistas que tomaron parte de la última jornada del seminario. Eyzaguirre dio por concluida la polémica sobre si el cambio en la economía mundial es coyuntural o estructural, a favor de esta última postura.
Dijo que el mundo está ante un largo ciclo de materias primas con muy buenos precios porque el hecho de que China haya migrado de un modelo de crecimiento que privilegiaba su sector externo a otro que tiene el foco en su mercado interno hace que estemos frente a «una especie de segunda revolución industrial», pero con eje en las commodities .
Incluso, arriesgó que los tiempos del dólar barato se alargarán, tras comentar que recientemente había cerrado la revisión de la economía de Estados Unidos en los términos del artículo 4° y que ella le permitió concluir: «Esa economía va a seguir creciendo débilmente por años, en el orden del 2%, lo que obligará a mantener políticas monetarias laxas».
De allí que alertó que la «tentación» de los gobiernos de la región por mantener tasas de crecimiento elevadas será «alta», e hizo un llamado para ir confluyendo hacia políticas fiscales y monetarias con un sesgo anticíclico, para confluir hacia tasas de expansión compatibles con el potencial de desarrollo de cada economía.
Aprovechar la experiencia
Eyzaguirre advirtió sobre el riesgo de desperdiciar el ciclo, y citó como ejemplo el caso argentino y su desaprovechado boom de fines del siglo XIX y comienzos del XX, cuando el país se posicionó entre los más ricos del mundo, aunque sólo una especie de aristocracia tuvo la oportunidad de capturar esos beneficios.
«Deberían tener presente esa experiencia y no dejarse llevar por el facilismo de los altos precios de las commodities , porque está visto que crecimientos exacerbados no solucionan problemas estructurales como la desigualdad.»
En la misma línea, aunque desde otros puntos de vista, se habían pronunciado antes los economistas Ernesto Talvi (Ceres, Uruguay), Liliana Rojas Suárez (Perú) y el argentino Miguel Kiguel (EconViews), convocados con Eyzaguirre a examinar cómo se distribuye la renta y la financiación en la región, y las tendencias de cara al futuro.
Talvi había abierto la jornada explicando que el motor de la economía mundial se había trasvasado a los países emergentes, pero no del mismo modo en todos. De hecho, dijo que, entre los de la región, había dos bloques: uno en torno a México y otro en torno a Brasil (en el que ubicó a la Argentina), siendo ese último el más beneficiado.
Pero advirtió que se vienen «cuellos de botella», básicamente «por la escasez de mano de obra calificada y la alta incidencia de mano de obra no preparada», ya que en materia de calidad educativa «peleamos el descenso: hablo de gente que sabe leer y escribir, pero es funcionalmente analfabeta».
Rojas Suárez había advertido que, a diferencia de 2007 (la base con que superó sin mayores remezones la crisis de Lehman Brothers), la región se ha vuelto más vulnerable a un posible cambio en el clima financiero internacional.
Kiguel, por su parte y para alivio de Eyzaguirre, pronosticó que la Argentina va hacia un aterrizaje suave de su economía «por las inconsistencias y desbalances sectoriales, como el que muestra en el sector energético, que ha acumulado en los últimos años». Pero resaltó que no hay condiciones para repetir una crisis «en los términos tradicionales en los que el mundo espera de nosotros por nuestra historia de volatilidad».
DIXIT
«Está visto que crecimientos exacerbados no solucionan problemas estructurales como la desigualdad»
Nicolás Eyzaguirre
Director del FMI hemisferio occidental